4 oct 2015

“La Barbie”, aspirante a soplón/ANABEL HERNÁNDEZ

Revista Proceso # 2031, 4 de octubre de 2015..
“La Barbie”, aspirante a soplón/ANABEL HERNÁNDEZ
Extraditado a Estados Unidos el miércoles 30 de septiembre, Édgar Valdez Villarreal es un personaje contradictorio: narcotraficante durante la mitad de su vida, fue aprehendido en 2010 y, una vez en prisión, además de convertirse en fanático religioso violó el código de silencio que es regla de oro entre los mafiosos. Ahora está en su país natal y se cree que allá, si llega a un acuerdo, revelará información muy sensible, capaz de afectar las estructuras de poder en México.
Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, es un delincuente singular. Tras pasar media vida comerciando con drogas, en prisión se convirtió al cristianismo –en El Altiplano deambulaba con una Biblia bajo el brazo– y desobedeció el código de silencio al que se someten los narcotraficantes.
 El 30 de septiembre fue extraditado a Estados Unidos y con él va información sobre las presuntas redes de corrupción entre cárteles de la droga y autoridades de México en los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón, incluyendo la red criminal creada en el Estado de México cuando Enrique Peña Nieto era gobernador.
 El 26 de noviembre de 2012, días antes de que terminara el gobierno del presidente Felipe Calderón, Valdez –por conducto de su abogada, Eréndira Joselyn Guerra–, envió a la reportera una carta en la cual denunciaba la complicidad del gobierno federal con los cárteles de la droga.
 En el texto decía que el propio Calderón había encabezado reuniones con narcotraficantes para llegar a acuerdos en el negocio del tráfico de drogas, y que el entonces secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y los miembros de su equipo recibían sobornos de los cárteles.


Incluso aseguró haberle dado dinero él mismo a García Luna.

Tras el envío de esa carta, La Barbie fue sujeto de represalias dentro del penal del Altiplano. Fuentes cercanas a los procesos penales de Valdez Villarreal afirman que éste tiene guardadas importantes pruebas de la corrupción de las autoridades mexicanas y las daría a conocer, si llega a algún acuerdo con la Fiscalía de Estados Unidos.

Fue extraditado a Estados Unidos en función de una orden de arresto girada en su contra por la Corte de Distrito Norte en Atlanta, Georgia, dentro del caso criminal 1:2009-cr-551. Ya han sido arrestados tres de sus coacusados: Jesús Ramos, Rubén Hernández y Juan Montemayor (éste, hermano de Carlos Montemayor, El Director, suegro de La Barbie). El expediente criminal, que Proceso pudo consultar, muestra que todos ellos llegaron a arreglos con la Fiscalía.

Rebelde sin causa

Más de la mitad de su vida, refieren las acusaciones, Valdez, nacido en 1973, ha sido un delincuente. Su primera acusación criminal por tráfico de drogas fue hecha en 1998, en la Corte de Distrito Este en Laredo, Texas; ahí se dice que comenzó a traficar drogas desde los 20 años, a las órdenes de Adelmiro Ramírez, quien controlaba una red de transporte, distribución y venta de mariguana.

En marzo de 2002, en la Corte de Distrito Este de Luisiana, se le acusó de posesión y distribución de más de cinco kilogramos de cocaína.

Según la ficha elaborada por el Centro de Investigación y Seguridad Nacional en 2007, de la cual la reportera tiene copia, Valdez manejaba tres organizaciones armadas: Los Negros, Los Chachos y la Mexican Mafia, cuyo objetivo era combatir al Cártel del Golfo y a su entonces brazo armado, Los Zetas.

Averiguaciones previas abiertas por la Procuraduría General de la República (PGR) indican que La Barbie se integró a la llamada Federación de Cárteles, constituida a iniciativa de Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada en 2001; ésta aglutinaba principalmente al Cártel de Sinaloa, al de Juárez y las organizaciones de los Valencia, los Beltrán Leyva, Ignacio Coronel y Juan José Esparragoza Moreno, El Azul.

En 2002 La Barbie fue enviado por Arturo Beltrán Leyva, El Barbas, a Nuevo Laredo, Tamaulipas, a invadir territorio que desde hacía décadas estaba bajo control del Cártel del Golfo.

El primer alfil de la Federación en Nuevo Laredo fue Dionisio Román García Sánchez, El Chacho, quien trabajaba en la plaza con permiso del Cártel del Golfo.

En 2002 El Chacho mató a un mando de Los Zetas y para evitar que se desatara una guerra, Beltrán Leyva lo entregó para que lo asesinaran y le pidió a Osiel Cárdenas, entonces líder del Cártel del Golfo, que dejara operar a Valdez.

La Barbie fue el detonador de la sangrienta guerra entre la Federación y el Cártel del Golfo. En 2003, tras el arresto de Cárdenas Guillen, el joven capo envió un ultimátum a Heriberto Lazcano, entonces líder de Los Zetas: “Tienes una semana para dejar la plaza desde Reynosa hasta Nuevo Laredo”, advirtió.

Los Zetas no se replegaron; por el contrario, invadieron ciudades ya controladas por La Federación.

Tras la ruptura de la Federación, en enero de 2008, luego de la captura de Alfredo Beltrán Leyva, El Mochomo, La Barbie optó por seguir trabajando al lado de El Barbas, entonces ya en guerra con el Cártel de Sinaloa.

Aunque los gobiernos de México y de Estados Unidos atribuyen su rápido ascenso en el mundo del narcotráfico a una salvaje carrera de homicidios, quienes lo conocen bien dicen que él afirma nunca haber matado, personalmente, a nadie.

Señalado como jefe de sicarios del Cártel de Sinaloa y luego del clan de los Beltrán Leyva, La Barbie se define como un capo independiente, sin jefes, y quien trabajó de manera coordinada con El Chapo, El Mayo y con los Beltrán Leyva.

Su esposa es hija de Carlos Montemayor, con quien presuntamente La Barbie hacía negocios ilícitos. Tras el arresto de su yerno, Montemayor fue detenido en 2010, acusado de ser líder del Cártel Independiente de Acapulco.

En 2012 fue pieza clave en el caso abierto por la PGR contra cinco militares, entre ellos el exsubsecretario de Defensa, Tomás Ángeles Dauahare. La Barbie denunció ante el juez Tercero de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales con sede en Toluca que la Procuraduría había intentado obligarlo a declarar falsamente contra los militares, que primero le ofrecieron beneficios y luego lo amenazaron (Proceso 1881).

“Querían que yo declarara en contra de ellos para ayudar a la SIEDO. Yo les pregunté en qué querían que les ayudara si yo no los conocía. Ellos me indicaron que lo único que yo tenía que decir era que yo los conocía”, dijo al juez. Su declaración sirvió para liberar a los cinco militares en 2013.

Estado de México

Desde 2000 los hermanos Beltrán Leyva han tenido fuerte presencia en zonas residenciales del Estado de México. Sus operaciones crecieron notablemente durante el gobierno de Enrique Peña Nieto en la entidad.

En la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/439/2010 de la PGR se afirma que desde 2006 hasta por lo menos 2009, los Beltrán Leyva, La Barbie y Gerardo Álvarez, El Indio, ocuparon el aeropuerto internacional de Toluca como base de operaciones para aterrizar y descargar aviones Grumman provenientes de Venezuela cargados con cocaína, gracias a una red de corrupción establecida con la Policía Federal y autoridades aeroportuarias.

La concesión de la administración de ese aeropuerto la tenía la empresa española OHL, según el título de concesión otorgado en 2006 por la administración de Peña Nieto.

El periodo de operaciones de los Beltrán Leyva y Valdez Villarreal en el Estado de México coincide con la época en que Enrique Peña Nieto fue gobernador. En ese tiempo la entidad fue mucho más que una pista de aterrizaje para los narcos. Hay referencias en otras averiguaciones previas a que Arturo Beltrán Leyva, Valdez Villarreal y El Indio tenían casas de seguridad en Huixquilucan y contaban con la protección de la Agencia de Seguridad Estatal.

El 21 de septiembre de 2010 el testigo colaborador de la PGR –identificado con el nombre clave de Lucero– detalló las operaciones de El Barbas, El Indio y La Barbie en el Estado de México.

Según un informe del Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia, elaborado en 2012, en el Estado de México, en particular en los municipios de Huixquilucan, Cuautitlán, Ecatepec, Naucalpan, Tlalnepantla, Coacalco y Nezahualcóyotl, operaban “reminiscencias de la célula base de Valdez Villarreal y de Héctor Beltrán, llamadas ‘Cártel del Centro’, ‘La Nueva Administración’ y ‘La Mano con Ojos’”.

El expediente en Atlanta

En 2009, en la Corte de Distrito Norte, en Atlanta, se abrió el expediente criminal 01:2009-cr-551 contra La Barbie, su suegro y cuatro coacusados: Juan Montemayor, Rubén Hernández, Roberto López y Jesús Ramos. En total suman nueve cargos federales. Tres de los coacusados fueron detenidos entre 2010 y 2013.

Valdez tiene dos cargos en su contra: conspirar y organizarse para importar, poseer y distribuir al menos cinco kilogramos de cocaína entre 2004 y 2006; y transportar, transmitir o transferir dinero proveniente de las ganancias del narcotráfico que él mismo o a través de cómplices contaba, procesaba y empacaba antes de enviarlo a México para pagar a sus proveedores. La orden de arresto en su contra fue girada el 16 de diciembre de 2009.

“La presente acusación está enfocada en México, donde estaba la base de supervisores de la organización de (Héctor) Flores y la fuente de abastecimiento a los consumidores de cocaína”, afirmó el representante de la Fiscalía, John A. Horn, en una audiencias en junio de 2013.

Durante la investigación realizada por la DEA, señaló Horn, se hicieron múltiples escuchas telefónicas “a una organización de tráfico de cocaína mexicana dirigida por Édgar Valdez Villarreal, aka La Barbie, y se estableció que la organización de Valdez Villarreal fue la fuente de más de mil 500 kilogramos de cocaína que se venden a los clientes de Atlanta identificados en las múltiples escuchas telefónicas.

“Del inicio a la mitad de la década del 2000 el señor Valdez Villarreal transitó de ser un distribuidor local de cocaína en su pueblo de origen, Laredo, Texas, y Nuevo Laredo, México, para convertirse en un distribuidor de muchos cargamentos de cocaína para distribuidores regionales en Estados Unidos”, apuntó Horn.

La investigación respectiva afirma que durante esa etapa La Barbie entró en contacto con Carlos Montemayor, “quien desarrolló una red para transportar la cocaína de la organización a través de la frontera a Laredo y procesó las ganancias en efectivo para ser llevadas a México.

“Carlos Montemayor eventualmente formó una sociedad con Valdez Villarreal en la cual juntaron sus recursos para comprar cocaína en México. Mientras ellos mantenían a sus clientes en Estados Unidos, ellos comenzaron a compartir con otros sus proveedores de cocaína y las redes para transportarla, señala el documento.

Por los cargos en su contra, La Barbie podría ser condenado a cadena perpetua, a menos que negocie, como lo hicieron sus coacusados.

Se presume que este caso significó la caída de La Barbie. Su coacusado Jesús Ramos fue detenido en febrero de 2010 por la DEA, en Laredo. En junio de ese mismo año llegó a un arreglo con la Fiscalía: le dejaron un solo cargo en contra a cambio de colaborar en la detención de sus cómplices y proporcionar información a la agencia antidrogas.

Valdez fue detenido a finales de agosto de 2010 cerca de Salazar, Estado de México. El Director fue aprehendido en noviembre de ese mismo año. Estaba establecido en Huixquilucan, en la misma entidad, donde se hacía pasar por un empresario que organizaba eventos de charrería.

Ramos fue inusitadamente liberado ese mismo mes de noviembre, y en enero de 2011 recibió una benévola sentencia de ocho años de cárcel.

Rubén Hernández fue detenido en octubre de 2012 y también llegó a un arreglo con la Fiscalía. Juan Montemayor fue arrestado en marzo de 2013, acusado de poseer y distribuir al menos cinco kilogramos de cocaína del 21 al 24 de junio de 2005. Tras un convenio con la Fiscalía se declaró culpable de los tres cargos que se le imputaban. En octubre de 2013 fue sentenciado a 262 meses de cárcel, pero gracias a su colaboración con la DEA, fue liberado en diciembre de 2014.


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