Revista Proceso · 2124, 16 de julio de 2017
“No tengo ambición de poder económico ni político”/
ÁLVARO DELGADO
Lino Korrodi, quien le allanó el camino a Vicente Fox para llegar a Los Pinos gracias al cuantioso –y no siempre claro– financiamiento obtenido mediante la figura de Amigos de Fox, ahora quiere ser amigo de Andrés Manuel López Obrador. Jura que no lo mueve la ambición de poder político ni económico, pero no descarta poner al servicio de Morena su experiencia financiera y de relaciones empresariales. En entrevista con Proceso, Korrodi toma revancha y acusa de corrupto e inepto al guanajuatense que lo abandonó en momentos críticos.
El abrazo de Andrés Manuel López Obrador y Lino Korrodi fue breve, pero consumó el compromiso.
–Me da mucho gusto que estés comprometido conmigo.
–Por supuesto, Andrés Manuel, cuenta conmigo si soy necesario.
Son las únicas palabras que han cruzado hasta ahora el líder de Morena y el operador financiero de los Amigos de Fox, la estructura paralela al PAN mediante la cual Vicente Fox sustentó ilegalmente su proyecto presidencial, que triunfó en 2000.
“No tengo ambición de poder político ni mucho menos económico, lo juro”, asegura Korrodi, quien ofrece a López Obrador su aportación como ciudadano, pero tampoco descarta colaborar con su experiencia financiera y de relaciones empresariales: “Las cosas se dan naturales”, dice.
La adhesión pública de Korrodi a López Obrador, el sábado 8, durante la firma del Acuerdo Político de Unidad, en Hermosillo, la concibió Alfonso Durazo, exsecretario particular de Luis Donaldo Colosio y de Fox como presidente, quien asegura que no lo consultó previamente con el líder de Morena, y levantó polvareda entre los prosélitos y malquerientes de éste.
El expresidente Fox descalificó a los dos: “Dios los hace y ellos se juntan. Juntando ambos aún suma cero. Ignorancia-ineptitud sólo produce más de lo mismo”.
La referencia de Fox a dos características asociadas con él, ignorancia e ineptitud, hace que Korrodi sonría y mueva la cabeza. “Me da tristeza en qué ha terminado”, dice de quien se hizo amigo hace medio siglo, en 1967, y con quien rompió en 2004 por abandonarlo mientras era investigado por el IFE.
“Fox está envenenado y con problemas de inestabilidad emocional. Desafortunadamente sólo salpica estiércol. Su comportamiento es patológico”, enjuicia Korrodi, quien también acusa al expresidente de traidor, “huevón”, amargado y enriquecido por la corrupción conjunta con Marta Sahagún, su esposa y los hijos de ésta.
–¿Cuándo fue la última vez que vio a Fox?
–A finales de noviembre de 2004. Me preguntó cómo iba el caso de los Amigos de Fox. Le dije: “Vamos adelante, pero no gracias a ti. Tú no has hecho nada para terminar con la bronca”. Y le dije: “Me han comentado algunos empresarios que con el juicio de desafuero a Andrés Manuel le estás levantando el rating”. Y me respondió: “Dile a tus amiguitos empresarios que lo voy a meter a la cárcel para que no sea candidato”.
Estaba en curso el proceso de desafuero de López Obrador como jefe de Gobierno de la Ciudad de México, que se materializó en abril de 2005. Aunque Fox no lo encarceló, por la presión social, el hecho marcó la contienda presidencial, que oficialmente ganó Felipe Calderón en 2006.
–Fox logró su objetivo: no dejar que ganara López Obrador.
–Sí, pero no ganó Felipe, Felipe no ganó. ¿Quién operaba desde Los Pinos todo el apoyo, toda la comunicación con el PAN? Rodolfo El Negro Elizondo. Los empresarios se coludieron ahí, como lo vimos de manera tan vulgar y tan ramplona de apoyo para que Andrés Manuel no quedara.
Korrodi revela que, tras las elecciones, para la toma de posesión de Calderón se repartió mucho dinero: “Yo sé por buena fuente que el hermano de Juan Camilo Mouriño, Carlos, le llevaba bolsas de lana para que pudiera pagar todo el favor para que tomara posesión Felipe”.
–¿Dinero de los Mouriño?
–No, dinero de empresarios y de gente que contribuyó con todo para que Andrés Manuel no llegara.
Carlos Mouriño Atánez fue coordinador de los Amigos de Fox en el sureste del país, y platicó con él tras la muerte de su hijo Juan Camilo, en 2008. “Obviamente sé que llevaban las bolsas de lana para entregarle a toda la gente con la que Calderón hizo arreglos para que hicieran todo para que tomara posesión”.
En entrevista con el reportero, la tarde del lunes 10, en su departamento de las Lomas de Chapultepec, Korrodi acusa a Fox de corromperse desde la Presidencia, haciendo negocios con su esposa y los hijos de ésta.
Amigo de Fox desde 1967, cuando trabajaron juntos en la Coca-Cola, Korrodi vio evolucionar la fortuna de Fox mediante su rancho en Guanajuato: “Tenía su parcelita con su estanque ahí, no la albercota, el lago que tiene ahora, no los búngalos de ahora. No, para nada”.
–¿Hizo ese patrimonio con su sueldo de presidente?
–No, no, no, por favor. ¡Por supuesto que no!
–¿Se corrompió?
–Sí. Fue cómplice con Marta Sahagún y con sus hijos.
–¿Hay evidencias de que usó la Presidencia para hacer dinero?
–Hubo comités en el Congreso para investigar toda la corrupción de Marta y de los hijos de Marta. Ahí están las evidencias. Ese monumento faraónico que es el rancho es el símbolo de esa riqueza tan brutal hecha en seis años. ¡Ahí está! ¡Esa es la demostración más fehaciente de qué manera una persona puede enriquecerse brutalmente!
Korrodi conoció a Fox “cuando no tenía nada”, sobre todo cuando salió de la Coca-Cola: “Fue un reverendo fracaso como empresario. A mí me pedía a veces para la raya, porque no tenía ni para eso. Ya en la campaña, como no tenía para la servidumbre, tuvimos que asignarle un sueldo de Amigos de Fox. Y como candidato fue excelente, plural, abierto. Pero ya como presidente fue un desastre”.
Insiste: “Fox era una gente muy honesta, con valores familiares. ¿Explícame tú por qué ese cambio tan radical cuando llega a Los Pinos con Marta, con su familia, y comienza a sufrir una transformación?
–Explíquelo usted. ¿Fue por Marta?
–Marta operaba y Fox obviamente avalaba, pero entraba también a arreglar los negocios.
Fox: sinónimo de fracaso
Korrodi la ha pasado mal desde que hace dos décadas, el 6 de julio de 1997, estuvo al lado de Fox cuando anunció que buscaría la candidatura presidencial del PAN, siendo gobernador de Guanajuato, y luego de que ganó el máximo cargo del país.
A raíz de una queja del PRI ante el IFE por financiamiento ilegal de la campaña de 2000, en el que también incurrió éste mediante el Pemexgate –500 millones de pesos de Pemex transferidos a la campaña del candidato perdedor, Francisco Labastida–, el tamaulipeco fue sometido a investigación.
Pero antes de eso, tras el triunfo de Fox, era visto con admiración por su cercanía y sus relaciones con los proveedores de recursos: “Me decían el Raúl Salinas, el que iba a ser secretario de Hacienda, secretario de Economía, secretario de Turismo”.
Pero él nunca quiso un puesto, sino seguir siendo el enlace con los empresarios para que Fox cumpliera sus compromisos: “Y él mismo decía: ‘Aquí está Lino y Lino se va encargar de tenerme aterrizado y va a armar las reuniones en Los Pinos’. Así fue al principio y luego me pedía que las hiciera cada 15 días, luego cada mes y finalmente desaparecieron. Así de sencillo”.
–¿Y qué le dicen esos empresarios de Fox?
–Que fue un fracaso, que traicionó a los ciudadanos, que traicionó a la gente. Sus opiniones van en ese sentido. La mayoría termina diciendo que Fox fue un fracaso, que no cumplió nada de lo que prometió y lo que hubo fue mucha corrupción.
En los propios Amigos de Fox, dice, hubo actos de deshonestidad, y revela uno de ellos: el coordinador en la Ciudad de México, Jordy Herrera –quien fue secretario de Energía con Calderón–, fue investigado por “un faltante de 350 mil pesos”.
Reacio a dar detalles, Korrodi dice que el banquero Roberto Hernández fue clave en el financiamiento de Fox, de quien fue compañero en la Universidad Iberoamericana. Aunque en 1991, cuando fue candidato a gobernador, se los negó inicialmente –“no te puedo ayudar porque yo tengo un compromiso con el PRI”–, lo hizo a través de un tercero.
“Pero en la presidencial sí participó bastante. Fue Roberto el que tomó la decisión, junto con Manuel Medina Mora (director general de Grupo Financiero Banamex-Accival), de operar”.
–¿Qué se operó?
–El financiamiento.
El magnate Alberto Bailleres, dueño del Instituto Tecnológico Autónomo de México, fue otro de los principales impulsores de Fox, aunque no registra ninguna aportación económica. “Fue tres ocasiones con él a su oficina para ver de qué manera lo apoyaba y ahora no recuerdo que se hubiera concretado un apoyo con él”.
Reiteradamente Korrodi se niega a identificar específicamente a todos los empresarios que financiaron a Fox y si también hubo recursos del extranjero, que el IFE no investigó, pero recuerda que el PAN, con Luis Felipe Bravo Mena y Diego Fernández de Cevallos, no lo respaldaron.
Justamente por la falta de respaldo de Fox con los Amigos de Fox es que Korrodi rompió definitivamente con él: “Fue cuando empezó toda la linchazón (sic) en contra mía y además era obvio que la estaban moviendo desde dentro del gobierno y del PAN. En Los Pinos, en la cabaña, me decía que no saliera a defender, y yo le decía que sí”.
–¿Por qué?
–A Fox le dio hueva, no tuvo el carácter ni la determinación de poner las cosas en su lugar. Esa fue la falla de Fox también: traicionó a la gente, a Amigos de Fox. Con eso termina este gran proyecto.
“Es una gente que no le tiene lealtad a nada, a nada, a nada, a nada. Se convirtió en un ser humano pequeñito que anda vociferando por todos lados, con el ánimo de que le den espacios en los medios.”
–¿Qué expresa el tuit de Fox sobre usted?
–Puro rencor.
Tragedia para sí mismo
En su libro Me la jugué. El verdadero amigo de Fox (2004), Korrodi da su versión del caso del financiamiento de la campaña de 2000, pero también cuenta la génesis de su amistad con Fox y hace una sola mención a López Obrador.
“Así es como mi universo de relaciones se amplió y, en ese mundo de la grilla, conocí a personajes a los que veía con un respeto que no me inspiraban los priistas: Porfirio Muñoz Ledo, Rodolfo Elizondo, Andrés Manuel López Obrador, Jorge G. Castañeda…”
Pero ahora fue Alfonso Durazo, dirigente de Morena en Sonora, quien acercó a Korrodi con López Obrador. El primer contacto, sólo visual, fue en un encuentro de éste con migrantes en Phoenix, Arizona, el 7 de abril. Ni se saludaron, porque Lino pronto se retiró por una urgencia.
“Yo dije: ‘Aquí hay algo de valor’”, recuerda Korrodi, quien más tarde se reportó a una llamada de Durazo. “Oye, fíjate que traté de comunicarme más contigo, porque a Andrés Manuel le dio mucho gusto que vinieras y te quería saludar y platicar contigo”.
Y quedaron de verse en otro acto organizado por Durazo, en Hermosillo, el único estado que faltaba para la firma del Acuerdo Político de Unidad. Y ahí lo hizo, pese a que no es sonorense, sino de Tamaulipas. Lo presentó como “empresario mexicano preocupado por la pobreza, la desigualdad, y por impulsar el cambio democrático en nuestro país”.
Durazo niega que haya consultado con López Obrador: “Fue una decisión estrictamente personal, mía, no consultada con Andrés Manuel, como no consulté con ninguno de los firmantes. Hubo aplausos y ni un solo chiflido ni un solo sombrerazo”.
–¿Qué dijo después López Obrador? –se le pregunta a Durazo.
–No hizo referencia específicamente a la presencia de Lino. Se hizo una valoración general del evento, expresando su satisfacción por los términos en los que se había llevado a cabo. No hubo específicamente ninguna mención de Lino, pero sí en el caso de Phoenix mencionó que le pareció interesante que Lino estuviera en ese evento.
Recuerda que López Obrador invariablemente ha expresado la convocatoria a todos los ciudadanos del más diverso tipo político e ideológico a sumarse al proyecto de cambio que impulsa Morena.
“En ese sentido, yo me sentí con la posibilidad abierta de incorporar a Lino, conociendo su buena fe. Es un tipo de buena fe, de una gran calidad humana y abierto, harto, como millones de mexicanos, y deseoso de encontrar un espacio a donde sumar su esfuerzo, su aportación política para lograr un cambio de fondo en el país.”
–No pasa inadvertido que habría reacciones negativas, entre ellas la de Jaime Cárdenas.
–Sí, no me pasó inadvertido, y entiendo la reacción de Jaime, pero regreso a lo que decía: creo en el derecho de las personas a corregir decisiones equivocadas e incluso de llegar al extremo de reinventarse. Lino pagó las consecuencias de su participación en los Amigos de Fox, en la parte financiera, y creo que tiene derecho no sólo a una segunda oportunidad, sino a reinventarse si es su decisión.
–¿Qué opina de lo que Fox dijo de Korrodi y López Obrador?
–Fox no tiene autoridad moral para expresar un juicio sobre nadie que lo cuestione, puesto que es el causante del desencanto de millones de mexicanos. Millones de mexicanos creímos en Fox y terminamos decepcionados.
“Fox se ha convertido en una tragedia para él mismo. Es el causante de las mayores críticas hacia él y carece de autoridad moral para cuestionar a una persona de buena fe, como Lino Korrodi.”
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La estructura secreta de los Amigos de Fox/JESÚS CANTÚ
Meses después de la creación formal, en febrero de 1998, de la asociación civil Amigos de Fox, Mauricio Candiani (entonces miembro de esa misma agrupación) me buscó para pedirme información respecto a la normativa vigente en materia de financiamiento para los partidos políticos.
Tras una primera reunión en la que le referí las principales regulaciones, y tras señalarle que yo no era el consejero electoral más indicado para proporcionarle información al respecto, porque ni siquiera formaba parte de la Comisión de Fiscalización del Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE), le propuse que viéramos a Alonso Lujambio, quien presidía esa comisión y le podría dar datos más precisos.
Candiani aceptó y hubo una segunda reunión en la cual, si la memoria no me falla (pues no tengo ningún apunte de esa época), participamos Candiani, Lujambio, José Luis González (entonces todavía coordinador nacional de la agrupación) y yo.
En la reunión, Lujambio recalcó la importancia de que todos los donativos que recibieran debían cumplir con los requerimientos legales, y que la asociación debía quedar al margen una vez que se formalizara la candidatura de Vicente Fox, pues a partir de ese momento absolutamente todos los ingresos y gastos tendrían que hacerse mediante los órganos y canales oficiales.
González señaló después que, “por lo menos hasta que yo estuve” (Proceso 1332), la recolección de fondos se apegó a las normas legales y a los reglamentos del IFE, que prohibían recibir recursos públicos (particularmente del gobierno de Guanajuato, que Fox encabezó hasta que solicitó licencia para buscar la Presidencia) y del extranjero, además de que se haría “un reporte contable mensual de ingresos y egresos con sus comprobantes correspondientes y auditado por una firma de contadores públicos”.
Sin embargo por algunas desavenencias, González dejó el equipo de Fox en mayo de 1999 (después se sabría que dichas diferencias fueron con Marta Sahagún, quien ya ejercía una gran influencia sobre el entonces precandidato) y es evidente que los lineamientos que se elaboraron cuando él era coordinador nacional y Lino Korrodi era coordinador nacional de financiamientos, no se respetaron.
La organización sirvió como eje de una bien estructurada red de financiamiento paralelo que permitía triangular e intentar perder el origen de los millonarios recursos que se recibieron por vías ilícitas.
Todos los obstáculos
El 21 de junio de 2000 (a 11 días de la jornada electoral y apenas una semana antes de que concluyeran las campañas) Enrique Jackson Ramírez, entonces diputado priista, detonó el escándalo en tribuna con datos precisos de las triangulaciones de fondos y de las personas (físicas y morales) implicadas, así como copias de los cheques y documentos que comprobaban las transferencias desde el extranjero.
Esa información sirvió de sustento para que tanto el PRI como la Alianza por México, encabezada por el PRD, interpusieran en los días siguientes sendas quejas. En esos momentos la prioridad era la celebración de la jornada electoral y por lo tanto el IFE no empezó las primeras diligencias sino hasta después de esa fecha, pero todavía en julio.
Los resultados de los requerimientos de información y las diversas gestiones que se realizaron fueron infructuosos, pues la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y la Secretaría de Hacienda se negaron a entregar la información pretextando el secreto bancario y fiscal. Ante la ausencia de información, la Comisión de Fiscalización decidió cerrar la instrucción y se elaboraron dictámenes y resoluciones desechando las quejas.
El 9 de agosto de 2001 se votó el desistimiento en el pleno del Consejo General del IFE: hubo siete votos a favor, el voto en contra de Jaime Cárdenas y mi abstención.
Ésta se fundó en que me negaba a dejar impunes las evidentes violaciones a la legislación electoral en materia de financiamiento de las campañas electorales, así se tratase de quien en esos momentos ocupaba la Presidencia; pero también reconocía la imposibilidad material de integrar un expediente, por la negativa de las autoridades, así que no veía en el horizonte una alternativa jurídicamente viable para sancionar.
La resolución fue impugnada por el PRI y el PRD, y la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) la revocó casi un año después, el 7 de mayo de 2002; además, al reconocer que al revisar las finanzas de los partidos políticos el IFE actuaba como autoridad fiscalizadora y por lo tanto no se le podían oponer los secretos bancario y fiscal, se abrieron las puertas para integrar el expediente.
Sin embargo, tanto la CNBV como los particulares implicados todavía utilizarían todas las argucias jurídicas a su disposición para intentar descarrilar la investigación o al menos obstaculizarla, demorarla. Interpusieron todo tipo de recursos legales para ello. Hubo un momento en el que parecía que lograrían evitar que ese primer Consejo General ciudadanizado pudiera votar el dictamen sancionatorio; pero afortunadamente ninguna de sus artimañas prosperó.
Cuando se lograron derribar las barreras legales y el IFE empezó a recibir la información que necesitaba para poder sancionar las irregularidades, Lino Korrodi comenzó a sentirse acorralado y abandonado a su suerte por su antes amigo, Fox, y por la estructura panista que pretendía eximirse de cualquier responsabilidad y culparlo a él de todas las ilegalidades (Proceso 1370).
Korrodi había involucrado en la red a sus hijas, a su asistente personal, a la hermana de su asistente y algunas de sus empresas. Las triangulaciones pasaban por cuentas abiertas en instituciones financieras nacionales e internacionales a nombre de las personas ya señaladas. Empezó a desesperarse. Un día me habló mi primo Javier Livas Cantú para decirme que a Lino le interesaba platicar conmigo, a lo cual accedí porque nosotros (los nueve miembros del Consejo General con derecho a voz y voto) concluiríamos nuestra gestión el 31 de octubre de 2003 y el tiempo se nos agotaba.
Nos entrevistamos un par de veces en un hotel en Polanco, en la primera con mi primo como testigo; en la segunda, sólo nosotros dos. En ambas él me expresó su intención de entregar toda la información que tenía disponible, pero enfrentaba la negativa de la dirigencia panista; quería saber si yo estaba dispuesto a ser el conducto para que él hiciese dicha entrega si los blanquiazules continuaban negándose. Le manifesté no sólo mi conformidad, sino mi interés en que eso ocurriese a la brevedad.
En la segunda entrevista incluso acordamos una fecha para la entrega, estuviese de acuerdo la dirigencia panista o no.
La diferencia sería que si los blanquiazules accedían, la entrega se haría (sin mi participación) al secretario técnico de la comisión; en caso de que los panistas se negaran, yo sería el enlace para que él se la diera a la misma instancia, que era lo que correspondía de acuerdo con los procedimientos establecidos en los reglamentos institucionales.
A más tardar el domingo (no recuerdo ni tengo registro de la fecha exacta, pero sí tengo en la memoria que sería un lunes) previo a la fecha acordada, él se comunicaría con mi primo y le informaría simplemente “vamos juntos”, lo cual indicaba que los panistas habían aceptado entregar la información; o “nos vemos donde quedamos”, lo cual implicaba que él iría sólo y yo debía hacer los arreglos correspondientes.
Ese domingo la comunicación fue “vamos juntos” y todo lo demás ya es público: el expediente se pudo concluir en tiempo y el 10 de octubre de 2003 el Consejo General definió la resolución sancionatoria por seis votos a favor y tres abstenciones. Posteriormente, la Sala Superior del TEPJF ratificó la resolución, aunque modificó algunos de los montos.
Es importante destacar que cuando ya se habían logrado vencer las barreras legales y la información empezaba a fluir, el consejero electoral Jaime Cárdenas recibió un par de anónimos con denuncias puntuales sobre acciones vinculadas con esa red de financiamiento. Una de ellas la dio a conocer el 9 de julio de 2003 y describía un procedimiento de financiamiento paralelo en el que se señalaba que Carlos Robles, pariente de Gabriela Ruiz del Rincón, tesorera del PAN y de la Coalición Alianza por el Cambio, era el encargado del enlace entre el dinero de Korrodi y el PAN.
En la denuncia anónima se especificaba –narra Cárdenas en su libro Lecciones de los asuntos Pemex y Amigos de Fox– que Robles recibía el dinero en dólares, los cambiaba a pesos, llenaba recibos de aportaciones en efectivo de simpatizantes y se los entregaba (pesos y recibos) a Ruiz para que entraran a las arcas del panismo y obviamente a la campaña de Fox.
Muchos años después (tampoco puedo precisar la fecha) y tras varios de hospedarme regularmente en un hotel de Insurgentes Sur, al que también solía llegar Carlos Robles, uno de los trabajadores del mismo me confió que éste les pedía a ellos que cambiaran los dólares por pesos, para poder entregárselos a la tesorera del PAN.
Como bien argumentó Cárdenas cuando anunció su abstención en la sesión del 10 de octubre, la investigación sobre dicho anónimo “fue defectuosa”, lo cual ahora respaldo plenamente, porque tengo información que no tenía en ese momento.
Sin embargo hay que reconocer que ese no fue el único aspecto defectuoso de la investigación, pues hubo muchas otras pistas y líneas de investigación que no fue posible agotar por falta de tiempo. Estoy convencido de que en ese momento cumplimos con nuestra responsabilidad y muy probablemente (a la luz de lo ocurrido con el consejo que nos sucedió) si nosotros no hubiésemos sancionado a la Alianza por el Cambio, dichas irregularidades hubiesen quedado impunes; también tengo que reconocer que no pudimos desentrañar todos los entresijos de la estructura de ese financiamiento paralelo.
Si hoy Korrodi pide no ser satanizado, y Andrés Manuel López Obrador, al justificar su incorporación a Morena y al Acuerdo Político de Unidad, dice que “se vale rectificar” y “que todos merecemos una segunda oportunidad”, lo primero que debe hacer aquél es desnudar –ahora sí, sin guardarse nada– la estructura (instancias, personas y formas de operación) de la red de financiamiento paralelo que él diseñó y operó en Amigos de Fox. Sería su mayor aporte a la construcción de la democracia en México.
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Es un peligro para Morena/ÁLVARO DELGADO
Jaime Cárdenas Gracia, quien como consejero del desaparecido Instituto Federal Electoral (IFE) fue un tenaz impulsor de las investigaciones a los Amigos de Fox, sostiene que la adhesión de Lino Korrodi a Andrés Manuel López Obrador perjudica a Morena.
“En cuestión de imagen no es conveniente que una persona como Lino Korrodi esté en Morena, porque si una persona como él puede estar en Morena, cualquiera puede estar en Morena”, juzga.
Autor de Lecciones de los asuntos Pemex y Amigos de Fox (2004) sobre los dos casos de financiamiento ilegal en la elección del año 2000, y simpatizante de Morena, Cárdenas Gracia manifestó públicamente su rechazo a Korrodi, pese a que López Obrador alegó que toda persona que cometió un error tiene derecho a una segunda oportunidad.
“¿Derecho a una segunda oportunidad? La incorporación de Korrodi a Morena no es un acto de redención. Condena al proyecto que pretende ser distinto”, escribió el 10 de julio en su cuenta de Twitter, dos días después de que el exoperador de Amigos de Fox hizo público su apoyo a López Obrador.
En entrevista, Cárdenas –simpatizante de López Obrador– explica que emitió ese tuit en congruencia con la posición que asumió como consejero del IFE sobre el ilegal financiamiento paralelo de la campaña de Fox, por lo que el PAN y el Partido Verde fueron multados con 478 millones de pesos por no reportar ingresos por 91 millones 227 mil pesos.
La multa para Amigos de Fox se aprobó, en octubre de 2003, cuando concluyeron sus encargos los consejeros presididos por José Woldenberg, y en esa misma fecha se sancionó con mil millones de pesos al PRI por el desvío de 500 millones de pesos de Pemex a la campaña del candidato Francisco Labastida, por medio del sindicato petrolero, asunto conocido como Pemexgate.
“Fue tan grave ese financiamiento paralelo de Fox, que conforme a las reglas vigentes implicaría una nulidad, y por eso no me parece adecuado dejar pasar eso, sobre todo cuando no hay certeza de lo que va a hacer este hombre en Morena”, retoma el doctor en derecho constitucional e investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
En su libro sobre el Pemexgate y los Amigos de Fox, editado por la UNAM, Cárdenas ratifica que ambos casos de financiamiento ilegal son igualmente graves, y a Fox lo califica de presidente ilegítimo:
“Algunos me han dicho que sin el financiamiento paralelo hubiera sido imposible remover al PRI del poder. No lo creo. Ese esquema sirvió para que Vicente Fox tuviese independencia y fuerza frente a su partido. El financiamiento paralelo empañó el principio de elecciones libres, auténticas y periódicas del artículo 41 constitucional; por eso Fox es un presidente ilegítimo, expresión que desde luego no constituye, como se dijo, un exceso verbal.
“El financiamiento paralelo es un mecanismo de fraude electoral por vías distintas a las tradicionales, pero fraude electoral al fin, porque vulnera las características de la renovación del poder bajo condiciones democráticas, con juego limpio y bajo el respeto de las reglas del sistema. El hecho de que el otro, el opositor, pueda ser un tramposo, no da derecho a la otra parte también a serlo.”
Encuentro incómodo
Sobre el tema de Korrodi en Morena, Cárdenas puntualiza: “Si únicamente va a ser un militante o un simpatizante más, no hay problema, pero si se dedica a buscar apoyos de empresarios y aportaciones, puede meter a Morena en un grave lío legal, como fue el caso de Amigos de Fox”.
–¿Puede haber consecuencias indeseables para Morena?
–Depende de la tarea que vaya a realizar. Si es simplemente un militante que va a respaldar a Andrés Manuel, no creo que haya mucho problema, lo grave es que tuviera alguna responsabilidad financiera o económica como recaudador de apoyos a la campaña, y ahí sí veo problemas en la presencia de Lino.
–Él dice que su apoyo es solamente como ciudadano.
–Si es así, a lo mejor mi reacción fue exagerada. Pero creo que, en cuestión de imagen, no es conveniente que una persona como Lino Korrodi esté en Morena, porque si una persona como él puede estar en Morena, cualquiera puede estar en Morena.
En una ocasión Cárdenas se encontró con Korrodi en una cena. El ambiente fue tenso, pero no cruzaron palabra. “Era novio de una pariente de mi esposa y estuvimos juntos en una cena familiar”.
–¿Y qué pasó?
–Él estaba enojado conmigo. Le dijo al dueño de la casa que no estaba de acuerdo que estuviera ahí. Pero a mí él directamente no me dijo nada. Le dijeron que era el esposo de la prima, que cómo no iba a estar ahí. No recuerdo detalles. Me dijeron después que él había manifestado su molestia.
Cárdenas Gracia entiende la molestia de Korrodi: “Lo que no me perdona es que en el caso de Amigos de Fox se investigó a parte de su familia, a una hija, pero ese tipo de decisiones no las tomaba yo solo. Cuando se investigó a la familia de Lino, a la hija y a miembros de su familia, era para conocer si en el entorno familiar de Lino también había financiamiento ilegal. Pero no eran decisiones que yo tomara”.
Korrodi presentó una denuncia administrativa contra Cárdenas, acusándolo de utilizar información reservada para proporcionarla a los medios. “Esa denuncia fue archivada por el contralor del IFE, porque jamás utilicé información del expediente para informar a los medios. Yo informaba a los medios de las reuniones de la Comisión de Fiscalización, pero jamás tuve acceso a los documentos”.
–Se van a encontrar por ahí en Morena.
–No tengo mucho gusto en encontrarme con él, pero tampoco disgusto. No es que me muera de ganas de encontrarme con Lino, preferiría no encontrarme con él, pero si tengo que estar en algún evento, ni modo. Es parte de la vida. Uno debe saber perdonar y olvidar, aunque él me haya denunciado administrativamente.
“Que no tenga funciones de recaudador en la campaña de Andrés Manuel. Lo demás es cuestión de imagen que sabrán manejar en Morena para que no nos haga daño la incorporación de Lino respecto a la imagen que quiere proyectar Morena, como una propuesta de cambio y de combate a la corrupción.”
–¿Daña la imagen de Morena?
–Puede dañarla. Habría que hacer una consulta entre los militantes y simpatizantes y con la misma sociedad, a ver qué piensan.
Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
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