De México a Argentina, Latinoamérica sufre una grave crisis de confianza en los Gobiernos que profundiza la polarización
Una encuesta global realizada por la consultora Edelman refleja las divisiones sociales y la propagación de temores como la economía y la violencia. Los ciudadanos optan por confiar en empresas y ONG.
Alberto Fernández, Andrés Manuel López Obrador y Luis Inacio Lula da Silva.
Francesco Manetto, editor de EL PAÍS América.
El País, 23 ABR 2023;
Latinoamérica se instala en una profunda crisis de confianza en los Gobiernos y sus líderes. Una encuesta global realizada por la consultora Edelman, que se presentará el próximo martes en un foro conjunto con EL PAÍS, refleja que los cuatro países más poblados de la región, Brasil, México, Colombia y Argentina, sufren un deterioro significativo de la percepción que tienen los ciudadanos de los Ejecutivos y sus principales responsables políticos. Ese ciclo de desconfianza se agravó en 2022 y se mantiene hoy y, aunque el barómetro de este año registre un ligero repunte, las Administraciones siguen a la cola de las instituciones menos valoradas, con un promedio del 37%, seguidas de los medios, que incluyen las redes sociales y se sitúan en un 45%. La lista está encabezada, en cambio, por las empresas y las organizaciones no gubernamentales (ONG), que cuentan respectivamente con un 64% y un 60%.
El caso de Argentina es sangrante. Solo el 20% de la población confía en el Gobierno. El país sudamericano afronta el próximo octubre unas elecciones presidenciales y el mandatario, Alberto Fernández, acaba de dar un paso atrás renunciando a su candidatura. La crisis económica y la inflación (que en marzo registró el dato más alto desde la crisis del corralito en 2002) determina dinámicas políticas y también repercute en el clima de desconfianza. La encuesta recoge, a este propósito un desplome del llamado “optimismo económico”. Se trata de un fenómeno global, con una caída de 17 puntos respecto al año pasado, del 71% al 54%, y 24 de los 28 países analizados en mínimos históricos. Latinoamérica no es la excepción y en Argentina solo el 43% de los encuestados cree que su situación y la de sus familias mejorará dentro de cinco años.
Este horizonte no difiere mucho en Brasil y Colombia, donde los ciudadanos que miran con confianza al Gobierno representan un 40%, que en todos caso ha dado señales de mejora después de las últimas elecciones. Las imágenes del asalto golpista de una muchedumbre de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro a las sedes de los tres poderes del Estado el pasado 8 de enero son la muestra más reciente del desafío que afronta Brasil y la responsabilidad que hoy tiene el Ejecutivo de Luiz Inácio Lula da Silva para tejer una nueva relación con la población. Mientras tanto, en Colombia Gustavo Petro, que asumió el cargo hace menos de nueve meses, trata de comenzar un nuevo ciclo con un paquete de ambiciosas reformas estructurales. No es suficiente para que la mayoría de los colombianos perciba un acercamiento de la Administración, aunque en el país andino la institución que sale peor parada, según el sondeo, son los medios.
México el porcentaje de personas que confía en el Gobierno es algo más elevado y se sitúa en un 47%, aunque la brecha con otros referentes sociales resulta significativa. El 71% de los mexicanos prefiere confiar en las empresas y un 68% en otro tipo de organismos como las ONG. El caso del país norteamericano supone, por otro lado, una excepción, ya que a diferencia de lo que ocurre en otras latitudes y al margen de este barómetro, los estudios de opinión suelen atribuir un menor desgaste a la popularidad del presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien ha enfilado la recta final de su mandato.
Líderes políticos, periodistas y CEO
La tendencia general a la desconfianza queda reflejada también por otra pregunta del estudio, que contó con alrededor de 1.150 participantes en cada país. En Latinoamérica solo el 26% de los encuestados confía en los líderes gubernamentales, un dato similar al del año pasado. Los periodistas tampoco aprueban y se quedan en un 40%, mientras que los científicos lideran la clasificación con un 79% y, en línea con la buena reputación de las compañías, el 65% confía en los máximos ejecutivos o CEO de sus propias empresas. Por otro lado, resulta revelador del ambiente político y de la polarización el hecho de que incluso un entorno social como la ciudadanía o el más próximo como la comunidad o los vecinos generen confianza a mitad de la población.
El círculo vicioso de desconfianza y polarización
Una de las consecuencias de este cóctel de factores es clima de profunda polarización. Según el estudio de Edelman, hay cuatro fuerzas que contribuyen a profundizar la brecha. Se trata del pesimismo con respecto al futuro de la economía; el “desequilibrio institucional” que hace, por ejemplo, que las empresas las ONG y sean las únicas instituciones percibidas en Latinoamérica como “éticas y competentes”, en las antípodas de los Gobiernos; la división de clases y la llamada “lucha por la verdad” en los medios, que “hoy no generan los mismos niveles de confianza, se desconfía particularmente de las redes sociales”.
La polarización se percibe con especial virulencia, una vez más, en Argentina. El país encabeza el ranking seguido de cerca por Colombia, Estados Unidos, Sudáfrica, Suecia y España. Esto es, su población no solo reconoce las profundas divisiones existentes, sino que muestra resignación ante la posibilidad de superarlas. Brasil y México se sitúan una franja de riesgo de “severa polarización” junto, por ejemplo, a Reino Unido, Alemania, Francia o Italia. Entre las primeras causas de la polarización, encuestados ven como “fuerza divisoria” a “los ricos y poderosos”, los “Gobiernos extranjeros hostiles” y los “líderes gubernamentales”. La mayoría percibe en cambio a los profesores como una “fuerza unificadora”. Y a este propósito hay un dato especialmente significativo. Solo un 32% de los latinoamericanos estarían dispuestos a ayudar a una persona que no estuviera de acuerdo con ellos o su punto de vista. Y alrededor del 80% preferirían no tenerlos de vecinos o trabajar con ellos.
Los miedos sociales
Los miedos sociales son otro de los factores que profundizan la polarización, que, al mismo tiempo, actúa a la inversa empeorando esos mismos miedos. La principal preocupación en América Latina es la violencia, concretamente la violencia en las calles, que el 65% identifica como la principal espita de la polarización. La región atraviesa por una crisis de seguridad que va de México a Chile, repercute en la conversación pública y debilita a los Gobiernos. Aun así, el segundo tema señalado como motivo de división es otro de los grandes temores, la economía y la lentitud del desarrollo (un 50%), seguido por la incapacidad par abordar desafíos sociales, los prejuicios y la discriminación y las finanzas personales. Un asunto central del debate político en muchos países, como es “el fin de la democracia”, en cambio, apenas ocupa el octavo lugar.
OMS e información
La crisis de confianza alcanza también grandes organismos multilaterales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) es considerada a escala global como la organización más confiable, por encima de Naciones Unidas en general (cuya confianza disminuye en 21 países) y de la Unión Europea. La publicación de estos datos coincide con el tercer aniversario de la pandemia de covid-19, que en abril de 2020 se encontraba en plena fase expansiva en todo el mundo. En ese momento la demanda de información fiable y rigurosa se convirtió en una necesidad imperiosa y, con esas premisas, el barómetro de Edelman refleja que los medios menos confiables son, con diferencia, las redes sociales, mientras los percibidos como más confiables son los motores de búsqueda, seguidos de los medios tradicionales.
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