29 oct 2005

El Plan Colombia a la baja

¡Severa crisis en el DAS colombiano!

La poderosa policía secreta colombiana (El DAS), atraviesa una severa crisis institucional debido a que el presidente Álvaro Uribe despidió al director- Jorge Noguera-, y al subdirector - José Miguel Narváez-.
Y es que ambos servidores se enfrascaron en un altercado sobre la supuesta organización de una oficina clandestina de inteligencia que operaría con dinero de paramilitares y narcotraficantes.

Jorge Noguera y Narváez como sabes estaban al frente del DAS desde agosto del 2004, y ambos gozaban de la absoluta confianza del presidente Uribe; la dirección del DAS la asumió provisionalmente el pasado miércoles el viceministro de Defensa, Andrés Peñate Giraldo, también de absoluta confianza del Presidente, pero el prietito en el arroz, según varias agencias es que Peñate está señalado de mantener presuntos nexos de amistad con el poderoso jefe paramilitar y narcotraficante Rodrigo Tovar Pupo, alias ''Jorge 40'', quien comanda cerca de ocho mil hombres.
Las primeras versiones sobre la supuesta creación de una agencia de inteligencia clandestina paralela al DAS se conocieron a partir de la grabación que un detective no identificado le hizo a una conversación telefónica que sostuvo con otro agente, del Grupo Especial de Inteligencia.
El agente espiado contó que el jefe de esa división especial, Enrique Ariza, el funcionario de mayor confianza del saliente director Noguera, se encontraba creando la agencia clandestina para venderle servicios a paramilitares.
Noguera, quien es reconocido por haber modernizado y rearmado el DAS con tecnología de punta, sostiene que se trata de un montaje de su inmediato subalterno Narváez, quien no fue nombrado por él sino por el propio presidente Uribe.
Antes de que se conociera la versión sobre la agencia clandestina, Rafael García Torres, jefe de la Oficina de Informática del DAS (responsable de labores de inteligencia y espionaje electrónico), había sido destituido por Noguera, quien fue su protector y amigo.
García Torres fue acusado de valerse de su posición para borrar de los archivos electrónicos antecedentes judiciales y criminales de paramilitares y narcotraficantes.
García Torres, por su parte, denunció que el exdirector Noguera tenía presuntas estrechas amistades con jefes paramilitares de distintas regiones del país, a quienes --denunció-- solía poner sobre aviso cuando iban a ser atacados por otras autoridades como el Ejército o la Policía.
Las enemistades entre hombres de confianza de Uribe vinculados a funciones de defensa y seguridad no terminan ahí; Noguera y su sucesor, el viceministro Peñate Giraldo, han dejado ver que son adversarios.
Noguera se opuso a compras de armamentos que hizo el Ministerio de Defensa y Peñate, por su parte, trató de promover la creación de una base nacional de datos judiciales con archivos de todas las agencias estatales pero Noguera se lo impidió.
La crisis en el DAS ocurre en medio de otros escándalos que han sacudido a ese organismo, tales como supuestas interceptaciones masivas y constantes a comunicaciones de políticos, investigadores sociales y periodistas.
La crisis del DAS también ocurre en momentos que distintos sectores de opinión denuncian infiltraciones de paramilitares y narcotraficantes cercanos al gobierno en actividades políticas y electorales, así como en el manejo de concesiones ilícitas de presupuestos de salud pública y de juegos de azar en todo Colombia.
Y lo que sigue...,, mientras el presidente Uribe se perfila para la reelección.
Cosas vieres.
Vale la pena leer también el editorial del día 26 de octubre deel periódico colombiano El Tiempo:
El Tiempo, Octubre 26 de 2005
EDITORIAL/El DAS en el fogón
No hay adjetivos para calificar lo que pasa en el DAS y que ha llevado a la renuncia de su director, Jorge Noguera, y a la destitución de su subdirector, José Miguel Narváez, por una investigación en torno a presuntos nexos de altos funcionarios con los paramilitares.
La situación sería para Ripley de no tratarse de la principal agencia de inteligencia del Estado. La Oficina de Control Interno del DAS investiga una grabación sobre un supuesto plan, bajo presunta coordinación de Enrique Ariza, mano derecha del director, para montar una estructura de inteligencia... ¡pagada por los paramilitares! Para colmo, el detective que hizo la denuncia ahora dice que hay un complot del subdirector contra Noguera.
Resultado: la salida de ambos y el nombramiento, como encargado, de Andrés Peñate, Viceministro de Defensa.
Lo peor es que no es el primer caso. Es insólito que la agencia de inteligencia más próxima al Jefe del Estado y a cargo, entre otros, de su seguridad haya sido sacudida, en los pasados 10 meses, por tres escándalos, a cual más notorio. En febrero, otro hombre de confianza de Noguera, Rafael García, jefe de la Oficina de Informática, fue acusado de eliminar información sobre narcos y ‘paras’. Desde la cárcel, donde sigue hoy, ha acusado a Noguera de nexos con los paramilitares y de deberle 10 millones de pesos que le prestó para pagar su declaración de renta. Desde julio, está prófugo el director de la Seccional Atlántico del DAS, acusado de fabricar tres atentados contra el Presidente.
Apenas elemental que Noguera asumiera su responsabilidad presentando renuncia y que el Gobierno se la aceptara y despidiera al subdirector. Es más, ya era raro que el Presidente no hubiera procedido antes. Sobre todo cuando incidentes como este lo afectan directamente, pues él nombra esos funcionarios.
La credibilidad del DAS está en la picota. ¿Cómo confiar en quien inventa atentados? ¿Con qué efectividad puede funcionar, con sus dos principales funcionarios enfrentados? ¿Qué puede esperarse de una policía secreta plagada de recriminaciones internas a alto nivel por presuntos nexos con los paramilitares y cuyos funcionarios se aplican unos a otros la ‘inteligencia’ que deberían hacer al enemigo? Muertos de risa deben de estar guerrilleros, ‘paras’, narcos con tales sabuesos tras sus huellas. Y tremendamente desmoralizados los funcionarios honestos y cumplidores de la institución.
Es urgente un drástico remezón en el DAS. A diferencia de Noguera, cuyo nombramiento fue criticado como ‘político’, Andrés Peñate es experto en el tema y debería ser nombrado en propiedad. Pero hay que ir más allá.
Lo que dicen estos escándalos es que algo está muy mal en el DAS. Con semejante ‘inteligencia’, con la credibilidad en declive y su eficacia cuestionada, librar la triple guerra contra narcos, ‘paras’ y guerrilla es asunto de Sísifo. Es quizá el momento de pensar en una reestructuración a fondo de esta dependencia, en lograr una mayor coordinación entre las distintas agencias de inteligencia, o de pensar incluso en un mando centralizado de las mismas. Se trata, en fin, de que organismos como el DAS, además de ganar en eficacia, sean objeto de claros controles y obligados a un funcionamiento transparente.
Lo sucedido es demasiado bochornoso –y delicado lo que está en juego– como para no tomar medidas que corten por lo sano. No se trata solo de evitar más escándalos, sino de tener una agencia de inteligencia a la altura de sus desafíos.

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