28 jun 2006

¡Máxima alerta en Sâo Paulo!



Un día después de la refriega en la que perecieron 13 supuestos miembros de la banda Primeiro Comando da Capital -Primer Comando de la Capital (PCC)-, la policía de São Paulo (Brasil) amaneció este martes 27 de junio en máxima alerta.
Diez de las víctimas son sospechosos de pertenecer al PCC. Algunos de ellos murieron cerca de la cárcel de alta seguridad de São Bernardo do Campo -una de las cárceles de los suburbios industriales de la ciudad-, y otros en zonas adyacentes mientras intentaban escapar.
Y es que supuestamente las autoridades descubrieron un plan de ataque gracias a la interceptación de llamadas telefónicas a miembros del PCC quienes querían ejecutar a por lo menos 60 celadores.
El plan, según fuentes policiales, era que durante los próximos diez días, en los intervalos de cambio de guardia varios custodios serian liquidados.
Y pues, en la madrugada del lunes 26 de junio, un grupo de policías encubiertos detectó movimientos sospechosos en las afueras de Sâo Bernardo do Campo De acuerdo con la versión policial, los presuntos integrantes del PCC fueron interpelados por los oficiales, pero intentaron huir, lo que dio inicio al tiroteo.
¡Y todo parece tener lógica! Pero.....Mmm.
Los atentados contra los agentes carcelarios serían "una forma de presionar a las autoridades para que relajen las severas condiciones carcelarias impuestas a los líderes de la banda después de los ataques del pasado mes de mayo”, dijo Marco Antonio de Paula Santos, jefe de la policía de São Bernardo.
La balacera se produjo seis semanas después de que las autoridades responsabilizaran al PCC por una oleada de violencia que estremeció a esa metrópoli de 18 millones de habitantes. Pero a diferencia de los ataques del pasado mes de mayo, que desataron el miedo la acción anticipada del lunes ganó aplausos de las autoridades, que no de la sociedad, sobretodo de ONGs defensoras de derecho humanos. ´
Pero la realidad es que las 13 muertes de los supuestos miembros del PCC han servido para hacer prender los focos rojos en el gobierno y tambien para asustar a buena parte de los millones de habitantes de la ciudad. Los ataques del PCC, dicen, pueden darse en cualquier de los siguientes puntos, a saber: São Bernardo, Santo André, Diadema y Mauá, que integran la zona metropolitana conocida como Gran São Paulo.
El gobernador de Sao Paulo, Claudio Lembo, describió la operación policiaca omo una estrategia basada en tareas de inteligencia que debería traer tranquilidad a los ciudadnos. Aunque es cierto que los resultados del operativo detuvo una serie de ataques que hubieran aumentado la presión sobre el gobierno, todavía no se conocen versiones independientes de los acontecimientos de este lunes, no por lo menos se han difundido en los medios.
Además, no está claro, por cierto, si todos los sospechosos representaban una amenaza real.
Y pues en Sâo Paulo aparentemente todo se encuentra todo bajo control, pero el ambiente -creo yo, desde aca de México- es de inquietud y temor por represalias.
De hecho grupos defensores de los derechos humanos ya habían manifestado preocupación por el proceder de la policía local ante la ola de violencia desatada en mayo pasado.
Incluso una comisión independiente esta investigando la participación de la policía en supuestas ejecuciones de decenas de inocentes en la reacción a los ataques del crimen organizado.
Los principales jefes del PCC, encabezados por Marcos Willians Herba Camacho, alias Marcola están totalmente aislados en un férreo régimen de incomunicación, de hecho viven controlados por cámaras de TV 24 horas al día; las visitas se producen en compartimentos cercados de vidrios blindados, también bajo la vigilancia de cámaras. Y aunque tienen derecho a salir al patio durante dos horas diarias, siempre bajo la mirada de brigadas especiales de guardias armados.
Estas medidas han provocado la ira de los jefes del PCC, que ya han amenazado con la revancha a menos que las condiciones sean moderadas.
Por lo pronto varios celadores se negaron a entrar ayer en las cárceles, principalmente en la de máxima seguridad (¿máxima?). Dicen que están amenazados y que las condiciones de seguridad en el interior de los centros son precarias.
Y no les falta razón, la corrupción permea en la policía brasileña. Por ejemplo, no se ha podido controlar el uso de teléfonos celulares.
El proyecto es añejo, dato por lo menos desde abril del 2002 cuando se instalo un bloqueador para los teléfonos cedulares. Y es que es el celular el medio de comunicación que los presos utilizaron para organizar las rebelión penitenciarias; lo usaron en febrero del 2001, cuando 29 presidios se amotinaron al mismo tiempo y fueron tomados 10,000 rehenes; lo usaron en mayo pasado y pues acaban de descubrir otros más.
Pero, a pesar de todo ello, el pasado viernes 23 de junio fueron localizados teléfonos celulares en el complejo penitenciario de Presidente Prudente, a unos 600 kilómetros de la capital paulista, además de un túnel en construcción para una posible fuga.
Tres de los teléfonos estaban ocultos dentro de un aparato de TV dispuesto para que los presos puedan seguir el Mundial de fútbol. El tener televisiones fue una de las principales demandas en mayo pasado.
Y es que la tasa (soborno) esta a la orden del día. En São Paulo cuesta 350 dólares por introducir un teléfono celular s y hay una cuota mensual de 60 dólares mensuales para que no sean confiscados. Hay además, una tabla de precios para drogas, entrada de prostitutas y seguridad especial.
Algunas agencias informativas internacionales reportan que agentes celadores han admitido, bajo la condición del anonimato, que en el presidio de Presidente Prudente, considerado el más seguro del país, lo único que impide la explosión de una rebelión sangrienta es la presencia de tropas especiales en su interior. Sin embargo, dicen que tan pronto esas tropas sean retiradas ello “será el infierno”, de todos tan temido.
¡Y todo apunta que si!
En tanto el presidente Luiz Inácio Lula da Silva se presenta nuevamente en las próximas elecciones presidenciales de Brasil que tendrán lugar el próximo 1 de octubre.
Por cierto, no he leído su posicionamiento al respecto.
Quizá haya que esperar el 2 de octubre ¡No se olvida!

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