Como era de esperarse, la firma de la ley que autoriza el levantamiento del muro de la verguenza ha motivado una ola de protestas tanto en los medios políticos como en la Iglesia católica de ambos países.
De entrada la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) en voz de Monseñor Renato Ascencio León, Obispo de Ciudad Juárez y presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral de la Movilidad Humana, dijo:
"es un gran desacierto de la administración del presidente Bush. Es uno de los grandes desaciertos. El señor gobernador de Nuevo México decía que la construcción de un muro es una estupidez (... y) Si las mismas personas que trabajan en el gobierno de Estados Unidos están en desacuerdo, pues qué podemos pensar nosotros que estamos trabajando en la pastoral de aquellos que quieren emigrar(...)
Agrega el obispo "también cómo los gobiernos tienen la obligación de cuidar sus fronteras, pero sin lesionar los derechos humanos. Creo que aquí se está lesionando de una manera muy especial, no la soberanía de un país pero, recuerde que somos limítrofes y que nuestra nación es punto de transito de personas de otros países que tratan de emigrar y que encuentran, muchos de ellos, desafortunadamente la muerte.
El próximo día 2 vamos a celebrar, como lo hemos hecho ya varios años, la misa en la malla que divide Estados Unidos y México. Los Obispos de Estados Unidos ponen su altar en su territorio, nosotros ponemos nuestro altar en nuestro territorio y, como es malla, podemos comunicarnos aunque sea viéndonos los unos a los otros. El año pasado el señor Obispo de Las Cruces, Monseñor Ramírez, decía expresamente: “no queremos estas mallas, no las queremos, nos las han impuesto”. Hacer un muro en donde no nos dejen ni siquiera contemplar la cara de las personas que viven en el otro lado lo único que hacen es dividir a las sociedades que son limítrofes, en donde nosotros tenemos muchos familiares -me estoy refiriendo a la gente de mi diócesis, ellos tienen familiares de ese lado- y que no nos dejen comunicarnos, eso es atentar contra los derechos humanos."
En esta misma línea de argumentos se expresaron los obispos de Estados Unidos encabezados por el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de ese país, monseñor William Skylstad quien envió, hace pocos días una carta al presidente Bush pidiéndole vetar la ley que autorizaría el muro fronterizo. Monseñor Skylstad dijo que los obispos de Estados Unidos se oponen a esta legislación "porque creemos que puede conducir a la muerte de inmigrantes que intenten ingresar a Estados Unidos y a un incremento de los casos de violencia relacionada al contrabando".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario