"Yo vengo a hacer un compromiso, vengo a decirles que me comprometo ante ustedes con sus victorias, con su historia, con su gobierno, pero sobre todo con los panistas y los ciudadanos libres de Guanajuato, me comprometo en 2009 a guanajuatizar el país.
¡Viva Acción Nacional! ¡Viva Guanajuato! ¡Viva Vicente Fox! ¡Viva el presidente Felipe
Calderón! ¡Viva Guanajuato panista! ¡Viva México!" Germán Martínez en el Poliforum León, 26 de julio.
¡Viva Acción Nacional! ¡Viva Guanajuato! ¡Viva Vicente Fox! ¡Viva el presidente Felipe
Calderón! ¡Viva Guanajuato panista! ¡Viva México!" Germán Martínez en el Poliforum León, 26 de julio.
¡Orale!
Columna PLAZA PÚBLICA/Guanajuatizar a México
Guanajuatizar a México
Publicado en Reforma 29/07/2008;
El dirigente nacional panista convirtió en verbo el nombre de Guanajuato de donde se desprende que impulsará en el país un gobierno como el local. Dios nos ampare si ésa es la intención, rogarán alarmados quienes allí padecen al PAN
Francamente corrido a la derecha, el jefe nacional panista Germán Martínez anunció en León que se propone "guanajuatizar" a México. Es, según el destinatario, una promesa o una amenaza. Aun como oferta, transformar al país entero en una réplica de Guanajuato indicaría, en el mejor de los casos, el retorno al tiempo del partido único, del carro completo y, muy probablemente, de la manipulación electoral.
Después de que el gobierno de Salinas impidió a Vicente Fox ser gobernador pero compensó al PAN con un interinato, el partido ganó los comicios en 1995, 2000 y 2006. En este último año, por si fuera poco, prácticamente arrojó de la escena a sus contendientes, pues obtuvo las senadurías de mayoría y las 14 diputaciones federales, así como la gubernatura, 36 de los 46 ayuntamientos y 23 de las 36 curules del Congreso local. Pero tal vez no ganó tan limpiamente.
Cuando pareció que trataba de realmente determinar la calidad de la elección y ordenó abrir paquetes, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación se encontró que en buen número de casos las actas no reflejaban los resultados, sino que al PAN se le anotaron votos de más. Esa irregularidad "se dio con mayor intensidad en el estado de Guanajuato", apuntó en un estudio sobre los paquetes reabiertos el experto Hugo Almada, del Comité Conciudadano de Seguimiento del Proceso Electoral: "El 42 por ciento de toda la diferencia que arroja el recuento, a favor de la Coalición, proviene sólo del ajuste en los 316 paquetes que se abrieron en Guanajuato, a pesar de que éstos son sólo el 2.7 por ciento de los que se abrieron en todo el país. Mientras el saldo promedio por casilla a nivel nacional fue de 1.14 votos y en ningún estado llegó a dos votos, en Guanajuato este promedio arroja ¡17.59 votos por casilla!".
Al detenerse a examinar casos específicos en los distritos tres, cinco y seis, todos con cabecera en León, Almada halló en los dos primeros "un patrón muy claro: en todas se le habían puesto votos de más al PAN". Por eso consideró "imprescindible que el Tribunal aclare lo que pasó. Mínimamente es necesario completar estos distritos y abrir todo Guanajuato". El Tribunal, sin embargo, no lo hizo y nos quedamos sólo sospechando "si la misma alteración se presenta, y en qué medida, en algunos de los 11 distritos restantes".
De esa elección surgió un gobierno que el principal periódico local, AM, ha acusado de autoritario y represor, además de falto de autonomía, porque está dominado por la secta política conocida como El Yunque. Uno de sus líderes, Gerardo Mosqueda, es el secretario de Gobierno y da la apariencia no de que depende del gobernador Juan Manuel Oliva, sino de lo contrario. El 11 de mayo del año pasado abrió a plena conciencia un frente contra la prensa local. En un discurso de 18 minutos ante delegados federales lanzó una filípica contra Enrique Gómez Orozco y Arnoldo Cuéllar, directores respectivamente de AM y Correo. Cuando, sorprendidos por el insólito comportamiento del segundo del gobernador los afectados acudieron a éste, su respuesta fue solidaria con Mosqueda que, les dijo, "tendrá sus razones para hacerlo".
Gómez Orozco acudió ante la Procuraduría local de derechos humanos y la Comisión nacional, que atrajo el caso. Ambos organismos emitieron recomendaciones al gobernador para que instruyera al secretario a pedir públicamente ser disculpado por los directores ofendidos. Mosqueda se burló de los agraviados y de todos al ofrecer una disculpa en que ni siquiera los mencionó y extendiendo su petición a su propia familia, porque lo apoya. Después, francamente el gobernador rechazó las recomendaciones.
Si bien las indagaciones de Álvaro Delgado han arrojado pistas claras sobre El Yunque y el papel relevante de Mosqueda en esa organización secreta, una investigación publicada por AM el 2 de junio, realizada en el terreno mismo en que se mueven los secreteros y con información de primera mano hizo concluir a ese diario que "una secta fanática manda desde las sombras por encima de los funcionarios electos".
El gobierno fue más allá de los insultos. Dispuso un boicot informativo contra los diarios de los directores ofendidos y la cancelación de los anuncios gubernamentales en sus páginas. Luego extendió la orden a los alcaldes. El de León quiso resistir, pero al final cedió a la instrucción y confesó a Gómez Orozco que lo habían forzado a hacerlo. Por todo ello, los diarios AM hicieron publicar el 7 de junio una denuncia con los hechos narrados, que apareció en sus páginas y en las de los periódicos más relevantes de una decena de ciudades. El 16 de junio siguiente la Sociedad Interamericana de Prensa se dirigió al gobernador preocupada por esos actos persecutorios, cuyos efectos trascienden a los interesados. Por ejemplo, AM informó que los anuncios gubernamentales, ahora ausentes de sus páginas, significan sólo el 3 por ciento de sus ingresos. Pero no es lícito, recordó la organización periodística continental, utilizar los recursos públicos como medio de represión.Gómez Orozco se ha preguntado "¿qué sería de México sometido a un gobierno autoritario, fanático e intolerante?" como el que está asentado en Guanajuato. Germán Martínez se propone responder a esa pregunta con su ufana promesa de guanajuatizar a México, es decir, establecer en el país un gobierno como el descrito y sufrido por el director de AM. Con policía como la de León, además, a la que se enseña a torturar.
Correo electrónico: miguelangel@granadoschapa.com
Suicida/Federico Reyes Heroles
Publicado en Reforma, 29/07/2008;
Todo partido político ambiciona detentar el poder. Ése es su objetivo central, ser gobierno y llevar a la realidad su doctrina. Mantenerse en el poder es un reto aún mayor. Gobernar desgasta. Los fracasos traen facturas. Pero los partidos no viven en el éter. Para conseguir los votos necesitan conocer a su sociedad y convencerla de que sus paradigmas son mejores que los de otros partidos. En última instancia los partidos dependen de las creencias y valores de la sociedad.
Pero las sociedades mutan. De ahí que los partidos tengan que reinventarse permanentemente. No es lo mismo una sociedad rural que una urbanizada, no es lo mismo una sociedad de jóvenes que una mayoritariamente de adultos. No es lo mismo un país de analfabetas que uno educado. Muchos de esos cambios son muy lentos, lo cual provoca que uno se olvide de ellos. Sólo las estadísticas nos regresan a la realidad. México es ya un país básicamente urbano (75 por ciento); la mayoría de los empleos se encuentra en el sector servicios (58 por ciento), los llamados trabajadores de cuello blanco crecen día a día. En contraparte, los mexicanos dedicados a la agricultura disminuyen, hoy son sólo el 17 por ciento, y los obreros típicos, de cuello azul, ya no crecen, 25 por ciento.
No hay novedad en el retrato, es el resultado de las mismas transformaciones que sufre cualquier sociedad que se desarrolla. Las clases de ingresos medios crecen día con día. México es ya un país donde la gran mayoría de sus habitantes -alrededor del 83 por ciento- se define a sí misma como perteneciente a las clases de ingresos medios. Sólo un 16 por ciento de los mexicanos se miran a sí mismos como pobres. Por supuesto si comparamos los ingresos de nuestras clases medias bajas con las de cualquier país desarrollado podríamos concluir que allá serían pobres. Pero la percepción conduce en buena medida la mente de las personas: si se conciben a sí mismas como de ingresos medios, probablemente es que tienen referentes cercanos de pobreza que los llevan a verse en un peldaño superior. No es irresponsable decir que a México ya lo gobiernan las clases medias.
Esos nuevos segmentos tienen requerimientos muy diferentes. Al ser urbanos enfrentan cotidianamente necesidades de vivienda, transporte, seguridad, educación y consumo que nada tienen que ver con las de una familia campesina. Las ciencias sociales han encontrado que esas clases medias tienden a situarse en el centro del espectro político. Los planteamientos radicales de derecha e izquierda les son lejanos, poco atractivos. De ahí que en una sociedad de clases medias las propuestas de los partidos tienden a ser semejantes. No puede ser de otra forma, la mayoría de los votantes está en el centro. Ni Barack Obama ni McCain, con todas sus diferencias, pueden darse el lujo de perder al "mainstream", al centro de su país.
Pero en México pareciera que los partidos políticos tienen un severo problema para reconocer a las clases medias. El 68 fue una brutal reacción autoritaria frente a las emergentes clases medias. En el 88 el PRI seguía confiando en el voto de sus sectores, obreros, campesinos, clases populares organizadas corporativamente. Fue esa lectura la que los llevó a predecir un triunfo con más de 20 millones de votos. Salinas de Gortari llegó al poder con alrededor de 10. El PRI no supo reconocer a las clases medias que él mismo había ayudado a crear con el desarrollo estabilizador. Apostarle a un campesinado en disminución y a una clase trabajadora estancada no ha sido la mejor estrategia.La izquierda mexicana tampoco ha sabido leer a los segmentos medios. Ofuscada con la idea de una clase mayoritaria o de la gran mayoría de pobres, invadida de tabúes en contra de la prosperidad y la riqueza, casada con una idea justiciera del siglo XIX, las clases medias que consumen son traidoras a la revolución potencial que se asienta en toda nación. Fox llegó al poder apoyado por esas clases medias. El PAN no hubiera podido conquistar el poder ni repetir en la Presidencia de no ser por esas clases medias situadas en el centro del espectro político. Por eso resulta tan desconcertante lo ocurrido el fin de semana. Pareciera otro acto suicida, ahora de Acción Nacional.
El PAN logró conquistar el poder a pesar de la fuerte carga ideológica conservadora de algunos de sus militantes que la sociedad repele. El México de hoy, sobre todo el de los jóvenes, tiene muy pocas coincidencias con puntos doctrinales candentes en Acción Nacional: relaciones premaritales, uso de anticonceptivos, aborto o simplemente el cruce de lo religioso con lo político. Buena parte de las afrentas de Fox se dieron en esos territorios: desde el crucifijo en la toma de posesión. Ya en el poder se conocieron nuevas madrigueras del conservadurismo más radical, el famoso Yunque, que resultó más real que anecdótico. Sobra decir que un PAN teñido de conservadurismo difícilmente permanecerá en el poder.¿Por qué ir a Guanajuato donde se asienta esta corriente? ¿Por qué dar apoyo a un gobierno estatal rodeado de personajes de ese troquel? ¿Por qué rescatar a un ex presidente de ese partido que, entre muchos dislates e imprudencias, ha afirmado recientemente que Calderón llegó a la Presidencia gracias al apoyo de gobernadores priistas? Flaco servicio a Calderón. ¿Por qué darle de nuevo tribuna a un ex Presidente cuestionado en su integridad, polarizador y provocador como Vicente Fox? ¿Por qué asistir al nuevo mausoleo del ex Presidente erigido en un acto de vanidad sin límites? ¿Por qué pelearse con sus electores? Simplemente es irracional, es suicida. Por lo visto ya se les olvidó cómo es México, cómo es el elector, se les olvidó que pueden perder.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario