Gilberto/Esteban Moctezuma Barragán
Publicado en El Universal, 5 de septiembre de 2008;
Para Silvia
Gilberto Rincón Gallardo fue un hombre libre. Su secreto consistió en estar casado con sus valores, pero nunca con sus ideas. Él sabía que muchas ideas van quedando rezagadas en el camino porque las sociedades evolucionan, los paradigmas se modifican, las circunstancias cambian, la ciencia y la tecnología avanzan, pero lo que nunca queda atrás son los valores universales en los que creía y por los que siempre luchó: la verdad, la justicia, la libertad y la equidad.
Su enseñanza es enorme para todos aquellos que vivimos aferrados a nuestras ideas, sin pensar en las ideas de los otros y en las circunstancias que las afectan.
En su lucha en contra de la discriminación, el primer ejemplo lo puso él mismo, con su vida. Desde muy pequeño decidió empezar por no discriminarse a sí mismo. Gilberto nació con grandes limitantes físicas y, lejos de refugiarse en la autocompasión, labró día tras día una vida útil, generosa, decidida, en favor de sus valores.
Conocí a Gilberto haciendo política. Lo conocí luchando por los discapacitados. Lo conocí trabajando por el cambio democrático. Lo conocí aportando ideas para mejorar a los medios de comunicación. Lo conocí defendiendo al campesino. Era una mente clara y una voluntad de acción para el cambio. En cada foro, en toda tribuna, en cualquier mesa, era el mismo Gilberto, el coherente, el sabio, el paciente, el activo, el valiente, el generoso. Gilberto fue muchas veces atacado, incluso encarcelado y no guardaba rencor ni resentimiento alguno.
Su lucha fue sin cuartel. Nunca dejó de ponerse en el frente de batalla. No era de los que se quedaban en el centro de operaciones y mandaba a otros a la primera línea, no, él los encabezaba. Gilberto conoció la cárcel y el servicio público, pasó de luchar en una época por construir una sociedad comunista desde la clandestinidad, hasta llegar a ser candidato a la Presidencia por el Partido Social Demócrata. Su vida estuvo siempre guiada por el faro que constituían sus principios.
Gilberto Rincón Gallardo es un ejemplo de un hombre de izquierda que fue leal toda su vida a sus valores. Quienes lo conocimos tuvimos el privilegio de convivir con un hombre de excepción. Quienes no lo conocieron harán bien en investigar un poco sobre su vida y nutrirse de optimismo y esperanza en el ser humano.
emoctezuma@tvazteca.com.mx
Presidente ejecutivo de Fundación Azteca
Para Silvia
Gilberto Rincón Gallardo fue un hombre libre. Su secreto consistió en estar casado con sus valores, pero nunca con sus ideas. Él sabía que muchas ideas van quedando rezagadas en el camino porque las sociedades evolucionan, los paradigmas se modifican, las circunstancias cambian, la ciencia y la tecnología avanzan, pero lo que nunca queda atrás son los valores universales en los que creía y por los que siempre luchó: la verdad, la justicia, la libertad y la equidad.
Su enseñanza es enorme para todos aquellos que vivimos aferrados a nuestras ideas, sin pensar en las ideas de los otros y en las circunstancias que las afectan.
En su lucha en contra de la discriminación, el primer ejemplo lo puso él mismo, con su vida. Desde muy pequeño decidió empezar por no discriminarse a sí mismo. Gilberto nació con grandes limitantes físicas y, lejos de refugiarse en la autocompasión, labró día tras día una vida útil, generosa, decidida, en favor de sus valores.
Conocí a Gilberto haciendo política. Lo conocí luchando por los discapacitados. Lo conocí trabajando por el cambio democrático. Lo conocí aportando ideas para mejorar a los medios de comunicación. Lo conocí defendiendo al campesino. Era una mente clara y una voluntad de acción para el cambio. En cada foro, en toda tribuna, en cualquier mesa, era el mismo Gilberto, el coherente, el sabio, el paciente, el activo, el valiente, el generoso. Gilberto fue muchas veces atacado, incluso encarcelado y no guardaba rencor ni resentimiento alguno.
Su lucha fue sin cuartel. Nunca dejó de ponerse en el frente de batalla. No era de los que se quedaban en el centro de operaciones y mandaba a otros a la primera línea, no, él los encabezaba. Gilberto conoció la cárcel y el servicio público, pasó de luchar en una época por construir una sociedad comunista desde la clandestinidad, hasta llegar a ser candidato a la Presidencia por el Partido Social Demócrata. Su vida estuvo siempre guiada por el faro que constituían sus principios.
Gilberto Rincón Gallardo es un ejemplo de un hombre de izquierda que fue leal toda su vida a sus valores. Quienes lo conocimos tuvimos el privilegio de convivir con un hombre de excepción. Quienes no lo conocieron harán bien en investigar un poco sobre su vida y nutrirse de optimismo y esperanza en el ser humano.
emoctezuma@tvazteca.com.mx
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