Nueva arma de Sedena pone a temblar al narco
Andrés Becerril, reportero
Andrés Becerril, reportero
Publicado en Excélsior (www.exonline.com.mx), 2 de octubre de 2008;
Técnicamente la llaman “pistola”, porque se empuña igual que un arma de fuego y aunque su “cañón” es apenas más grueso que un popote, su poder parece de otro mundo. Tanto que entre los militares que la manejan es conocida como la ouija del diablo.
Se trata del sistema remoto de detección de sustancias o pistola molecular GT-200, que aun a una distancia de 500 metros es capaz de descubrir de todo: drogas, explosivos, armas y dinero, sin que la mano del hombre mueva nada.
Esta ouija del diablo es un invento británico que el ejército de ese país utiliza desde hace nueve años.
Funciona a través de la localización de “campos diamagnéticos” (que repelen a los imanes) y “paramagnéticos” emitidos por químicos, plásticos, acetato de uranio, nitrato de amonio, y municiones que puedan estar construidas con bismuto, un sustituto de plomo.
Éste es el nuevo instrumento con el cual la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha reforzado la Estrategia de Seguridad Nacional y su objetivo es poner a raya al crimen organizado.
El dispositivo que también es capaz de detectar seres humanos, tabaco y varias toxinas pesa 450 gramos y es alimentado por la estática que genera el usuario, por lo que no requiere de una fuente de energía adicional.
De acuerdo con la empresa Nickunj Group cuya sede principal se encuentra en Bombay, India, y la cual es uno de los distribuidores de la ouija del diablo, asegura que hasta el momento no existe ninguna tecnología que pueda obstruir el funcionamiento de este aparato.
El año pasado, la Sedena se abasteció de nuevo equipamiento militar. Además de mil 339 radios Falcón II, mil 61 equipos de radiocomunicación tierra-aire (ICOM), otros de transmisiones y vehículos, la dependencia compró 300 equipos detectores GT-200 y 270 sistemas programables para detección molecular GT-200 que a partir de este año puso en funcionamiento en todo el territorio nacional, incluyendo 133 instalaciones marcadas como “estratégicas”.
Global Technical, una empresa inglesa con doce años de experiencia en dispositivos de seguridad militar, construye la ouija del diablo, que en México ha sido utilizada con éxito en los estados de Sonora, Sinaloa, Tabasco, Durango, Michoacán y Baja California.
Sin embargo, uno de esos aparatos tuvo una pifia hace mes y medio con un cargamento de queso cotija, al cual confundió con cocaína, en la carretera México-Nogales.
“Global Technical LTD está al frente del desarrollo de tecnología para la detección de narcóticos, explosivos, armas y de muchas otras sustancias. El GT-200 se ha desarrollado para permitir un rastreo de amplias áreas y reducirlas a pequeños sitios que pueden ser rastreadas con tecnología existente, como la canina”, dice la página de internet de la compañía.
El Ejército mexicano ha capacitado a personal de tres brigadas y 11 batallones en salto con paracaídas, intervenciones en inmuebles o zonas delincuenciales, rescate de rehenes, manejo de aeronaves y de armamento sofisticado, además del uso de la ouija del diablo, utilizada principalmente en puestos de control militar, pero que también es un instrumento en recorridos de rutina.
En algunos chats relacionados con armas la ouija del diablo ha sido motivo de asombro.
Tal es el caso de una conversación sostenida en la página mexicoarmado.com, donde un usuario comenta: “Me tocó presenciar la operación de este artefacto en el puesto de control Cucapah, establecido antes de llegar a San Luis Río Colorado, Sonora, cuando un capitán dirigió la pistola hacia un tractocamión cargado de chatarra prensada, dándole positivo a cocaína.
“De inmediato la carga fue exhaustivamente revisada con resultados negativos, por lo que el comandante del Tercer Regimiento de Caballería, coronel Jiménez Macotela, decidió seguir el vehículo hasta su destino final, una fundidora en Mexicali, donde supervisó la descarga, en la que encontraron una bolsita con residuos de cocaína. Así de precisos son estos equipos que, ciertamente, detectan, armas, narcóticos, dinero, lo que les ha permitido realizar grandes aseguramientos de enervantes”.
Asimismo, en un blog del sitio enlamira.com.mx un usuario con el seudónimo Taliván dice: “Al parecer, este aparato está macabro porque me contó un tío que hace poco, en un pueblo de por acá en Michoacán (más allá de Nueva Italia), llegaron los soldados y registraron una casa donde encontraron una escuadra .38 súper y, que según los soldados, se dieron cuenta que en esa casa había armas gracias al aparato detector molecular”.
Se trata del sistema remoto de detección de sustancias o pistola molecular GT-200, que aun a una distancia de 500 metros es capaz de descubrir de todo: drogas, explosivos, armas y dinero, sin que la mano del hombre mueva nada.
Esta ouija del diablo es un invento británico que el ejército de ese país utiliza desde hace nueve años.
Funciona a través de la localización de “campos diamagnéticos” (que repelen a los imanes) y “paramagnéticos” emitidos por químicos, plásticos, acetato de uranio, nitrato de amonio, y municiones que puedan estar construidas con bismuto, un sustituto de plomo.
Éste es el nuevo instrumento con el cual la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha reforzado la Estrategia de Seguridad Nacional y su objetivo es poner a raya al crimen organizado.
El dispositivo que también es capaz de detectar seres humanos, tabaco y varias toxinas pesa 450 gramos y es alimentado por la estática que genera el usuario, por lo que no requiere de una fuente de energía adicional.
De acuerdo con la empresa Nickunj Group cuya sede principal se encuentra en Bombay, India, y la cual es uno de los distribuidores de la ouija del diablo, asegura que hasta el momento no existe ninguna tecnología que pueda obstruir el funcionamiento de este aparato.
El año pasado, la Sedena se abasteció de nuevo equipamiento militar. Además de mil 339 radios Falcón II, mil 61 equipos de radiocomunicación tierra-aire (ICOM), otros de transmisiones y vehículos, la dependencia compró 300 equipos detectores GT-200 y 270 sistemas programables para detección molecular GT-200 que a partir de este año puso en funcionamiento en todo el territorio nacional, incluyendo 133 instalaciones marcadas como “estratégicas”.
Global Technical, una empresa inglesa con doce años de experiencia en dispositivos de seguridad militar, construye la ouija del diablo, que en México ha sido utilizada con éxito en los estados de Sonora, Sinaloa, Tabasco, Durango, Michoacán y Baja California.
Sin embargo, uno de esos aparatos tuvo una pifia hace mes y medio con un cargamento de queso cotija, al cual confundió con cocaína, en la carretera México-Nogales.
“Global Technical LTD está al frente del desarrollo de tecnología para la detección de narcóticos, explosivos, armas y de muchas otras sustancias. El GT-200 se ha desarrollado para permitir un rastreo de amplias áreas y reducirlas a pequeños sitios que pueden ser rastreadas con tecnología existente, como la canina”, dice la página de internet de la compañía.
El Ejército mexicano ha capacitado a personal de tres brigadas y 11 batallones en salto con paracaídas, intervenciones en inmuebles o zonas delincuenciales, rescate de rehenes, manejo de aeronaves y de armamento sofisticado, además del uso de la ouija del diablo, utilizada principalmente en puestos de control militar, pero que también es un instrumento en recorridos de rutina.
En algunos chats relacionados con armas la ouija del diablo ha sido motivo de asombro.
Tal es el caso de una conversación sostenida en la página mexicoarmado.com, donde un usuario comenta: “Me tocó presenciar la operación de este artefacto en el puesto de control Cucapah, establecido antes de llegar a San Luis Río Colorado, Sonora, cuando un capitán dirigió la pistola hacia un tractocamión cargado de chatarra prensada, dándole positivo a cocaína.
“De inmediato la carga fue exhaustivamente revisada con resultados negativos, por lo que el comandante del Tercer Regimiento de Caballería, coronel Jiménez Macotela, decidió seguir el vehículo hasta su destino final, una fundidora en Mexicali, donde supervisó la descarga, en la que encontraron una bolsita con residuos de cocaína. Así de precisos son estos equipos que, ciertamente, detectan, armas, narcóticos, dinero, lo que les ha permitido realizar grandes aseguramientos de enervantes”.
Asimismo, en un blog del sitio enlamira.com.mx un usuario con el seudónimo Taliván dice: “Al parecer, este aparato está macabro porque me contó un tío que hace poco, en un pueblo de por acá en Michoacán (más allá de Nueva Italia), llegaron los soldados y registraron una casa donde encontraron una escuadra .38 súper y, que según los soldados, se dieron cuenta que en esa casa había armas gracias al aparato detector molecular”.
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