La semana anterior los ex presidentes Gaviria de Colombia, Cardozo de Brasil y Zedillo de México promovieron una iniciativa que llama a legalizar (Sic) el consumo y comercialización de drogas blandas como la mariguana. A partir de un estudio los ex presidentes concluyen que para reducir el consumo de drogas y la violencia que amenaza la viabilidad política de los países de la región no debe perseguir a quienes la trafican y la comercializan, sino que se debe combatir a través de tratamientos y prevención. Este es un sano y bienvenido debate, ya que demuestra el rotundo fracaso de la estrategia actual. Sin embargo, tampoco la legalización de la mariguana alcanza. Será sólo un bálsamo pasajero.
El tráfico de drogas es un negocio formidable; el mercado de la droga en uno que los economistas llaman de demanda inelástica, es decir, que no se reduce significativamente el consumo aunque los precios aumenten. El precio de un gramo de cocaína pura al menudeo en una ciudad media de EEUU es de aproximadamente 200 dólares. Dado que se calcula que en EEUU se consumen más de 100 toneladas al año, estamos hablando de un mercado de 20 mil millones de dólares solo en cocaína. Esto equivale a la mitad de la producción de petróleo de México y algo menos del total de remesas que llegan a nuestro país. Si a esto le sumamos las drogas sintéticas, la heroína o la mariguana, el mercado de drogas en EEUU supera los 70 mil millones de dólares al año.
Los narcos mexicanos se quedan con una buena porción de esa ganancia, y ese dinero mueve una parte importante de nuestra economía.
México tampoco tiene la fortaleza institucional para vencer a los narcos. La Suprema Corte de Justicia es inepta, basta ver la poca voluntad que tuvo para fincar responsabilidades ante las evidentes violaciones a los Derecho Humanos en Atenco. Así dejaron impunes a quienes ostentan poder. ¿Alguien se imagina a esta Corte planteando lineamientos jurídicos y judiciales para combatir el narcotráfico? Si no tuvieron la osadía de inculpar a Medina Mora, ¿cree que se van a hacer los valientes con los Beltrán Leyva, con "La Familia", con los "Zetas", o con todos aquellos que reciben dinero del narco?
Los Ministerios Públicos tampoco inspiran confianza, tras una década de reformas siguen siendo ineficaces y corruptos; y las Policías no tienen la capacidad para dar pelea a estos ejércitos de narcos que pueden reclutar más y mejores soldados.
Felipe Calderón podrá ser un Quijote que no tiene consigo ni armadura ni lanzas y enfrente tiene verdaderos ejércitos muy bien financiados con una gran capacidad para "comprar" a la gente. La única forma de derrotarlos es legalizando su negocio.
Ya empezaron a oírse algunas voces que lo reclaman. En México debemos hacerles eco.
El tráfico de drogas es un negocio formidable; el mercado de la droga en uno que los economistas llaman de demanda inelástica, es decir, que no se reduce significativamente el consumo aunque los precios aumenten. El precio de un gramo de cocaína pura al menudeo en una ciudad media de EEUU es de aproximadamente 200 dólares. Dado que se calcula que en EEUU se consumen más de 100 toneladas al año, estamos hablando de un mercado de 20 mil millones de dólares solo en cocaína. Esto equivale a la mitad de la producción de petróleo de México y algo menos del total de remesas que llegan a nuestro país. Si a esto le sumamos las drogas sintéticas, la heroína o la mariguana, el mercado de drogas en EEUU supera los 70 mil millones de dólares al año.
Los narcos mexicanos se quedan con una buena porción de esa ganancia, y ese dinero mueve una parte importante de nuestra economía.
México tampoco tiene la fortaleza institucional para vencer a los narcos. La Suprema Corte de Justicia es inepta, basta ver la poca voluntad que tuvo para fincar responsabilidades ante las evidentes violaciones a los Derecho Humanos en Atenco. Así dejaron impunes a quienes ostentan poder. ¿Alguien se imagina a esta Corte planteando lineamientos jurídicos y judiciales para combatir el narcotráfico? Si no tuvieron la osadía de inculpar a Medina Mora, ¿cree que se van a hacer los valientes con los Beltrán Leyva, con "La Familia", con los "Zetas", o con todos aquellos que reciben dinero del narco?
Los Ministerios Públicos tampoco inspiran confianza, tras una década de reformas siguen siendo ineficaces y corruptos; y las Policías no tienen la capacidad para dar pelea a estos ejércitos de narcos que pueden reclutar más y mejores soldados.
Felipe Calderón podrá ser un Quijote que no tiene consigo ni armadura ni lanzas y enfrente tiene verdaderos ejércitos muy bien financiados con una gran capacidad para "comprar" a la gente. La única forma de derrotarlos es legalizando su negocio.
Ya empezaron a oírse algunas voces que lo reclaman. En México debemos hacerles eco.
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