Yamid Amat entrevista al vicepresidente de Colombia Francisco Santos, quien pide acabar con el Plan Colombia.
Exclusivo para El Tiempo (http://www.eltiempo.com/), 15 de marzo de 2009;
"Sé que el Presidente y el Ministro de Defensa me van a jalar las orejas, pero el costo para la dignidad del país es demasiado grande", dice en entrevista con Yamid Amat.
"El trato que hemos recibido por parte de sectores de la sociedad civil estadounidense y por parte de sectores del parlamento de ese país es injusto con Colombia. Y le voy a decir algo más: es indigno. Mire: como tantos y tantos colombianos yo me he sentido humillado en escenarios donde nos maltratan. Precisamente, cuando somos no solo aliados y amigos, sino el único país de América Latina donde la imagen de los Estados Unidos es positiva. Sin embargo, nos maltratan, ¡y de qué manera! Ese es el costo que tenemos que evaluar frente a la efectividad de un Plan Colombia", añade el Vicepresidente.
"El trato que hemos recibido por parte de sectores de la sociedad civil estadounidense y por parte de sectores del parlamento de ese país es injusto con Colombia. Y le voy a decir algo más: es indigno. Mire: como tantos y tantos colombianos yo me he sentido humillado en escenarios donde nos maltratan. Precisamente, cuando somos no solo aliados y amigos, sino el único país de América Latina donde la imagen de los Estados Unidos es positiva. Sin embargo, nos maltratan, ¡y de qué manera! Ese es el costo que tenemos que evaluar frente a la efectividad de un Plan Colombia", añade el Vicepresidente.
Además, asegura, esta ayuda de EE UU para la lucha contra el narcotráfico "cumplió ya su función".
YAMID AMAT: -¿Qué quiere decir eso?
YAMID AMAT: -¿Qué quiere decir eso?
FRANCISCO SANTOS, VICEPRESIDENTE DE LA REPÚBLICA: -Que ya no es necesario. Sé que esto va en contravía de lo que dicen el Presidente y el Ministro de Defensa, pero creo que es hora de que midamos el costo político con su efectividad.
-¿Qué es, realmente, el Plan Colombia?
-Es una ayuda de 550 millones de dólares de los cuales la tercera parte se va para los operadores. Nos quedan 400 millones. El 50 por ciento va a proyectos sociales, que podríamos asumir nosotros, y la otra mitad, unos 200 millones, sí va al Plan Colombia. Gran parte de esta plata se gasta en gasolina y transporte. Le soy sincero, el Plan Colombia, que nos ayudó mucho y fue muy importante en un momento crítico, desde lo político hasta lo policivo y militar contra el narcotráfico, ya no se necesita.
-¿Pero qué relación existe entre el maltrato que denuncia y el Plan Colombia?
-Es que un pequeño sector político que ha dominado con una imagen negativa la visión de Colombia en el Congreso nos pide sometimiento silencioso al atropello e inclinación reverencial o, si no, amenazan con no dar el Plan Colombia.
-¿Acabarlo no afectará la erradicación de cultivos de coca?
-Nosotros estamos erradicando con plata propia. La erradicación manual, que se ha demostrado es mucho más efectiva que la fumigación, llegó el año pasado a 90 mil hectáreas.
-¿Y terminar el Plan Colombia no significa pelear con Estados Unidos?
-De ninguna manera. Por lo que he dicho seguramente me jalará también las orejas el Canciller, pero creo que es el momento de evolucionar nuestras relaciones, donde el Plan Colombia ya no esté, y diseñar una política distinta con Estados Unidos; buscar un replanteamiento que lleve a que seamos aliados de intereses comunes, aliados de objetivos comunes, aliados de valores comunes porque tenemos los mismos valores democráticos, pero aliados no con la asimetría que hay hoy en día, sino mirándonos de frente de país a país. Con respeto mutuo.
-¿Nos tratan mejor en cualquier otro lugar del mundo?
-Hay muchos, incluso dentro de Estados Unidos, escenarios políticos sensatos, escenarios económicos donde la imagen de Colombia es impresionante. Nos ven como la niña bonita de América Latina por primera vez en los últimos 40 años. Yo estuve 3 días recorriendo esta nación con el Vicepresidente de China y su conclusión fue de asombro ante el gran país que encontró. Estoy seguro de que quedamos en el radar de China, luego de que confirmaron que somos un país sólido, respetable, con una economía en crecimiento a pesar del derrumbe mundial.
-Pero dirigentes como el precandidato presidencial Germán Vargas Lleras dicen que la seguridad va bien, pero la economía va mal...
-Él ya empezó su campaña y obviamente quiere distanciarse del Gobierno. La opinión de todos los organismos internacionales es que nuestra economía está sufriendo, pero mucho menos que todas, y las medidas que está tomando el Presidente en materia de empleo van a empezar a dar resultados a corto plazo.
-¿En qué está comprometida hoy la Vicepresidencia?
-¿En qué está comprometida hoy la Vicepresidencia?
-Estoy al frente de muchísimas cosas que el Presidente me ha delegado: lucha contra la corrupción, protección de derechos humanos, acción contra las minas antipersona; 'Colombia Joven', un programa que va a desaparecer en el corto plazo.
Presido, además, la Comisión Colombiana del Espacio y la Comisión del Océano; estamos trabajando en un plan de inversiones sin precedentes para La Guajira; trabajo de la mano con la Cancillería y con Proexport para presentar a Colombia como buen destino de inversión, y representó al país donde el Presidente me indique. En los próximos días, por ejemplo, asistiré en Doha, Qatar, a una cumbre de naciones latinoamericanas con países árabes.
-¿Es decir que desapareció el alejamiento que en algún momento pareció existir entre el Presidente y usted?
-Nunca hubo alejamiento; mi relación con el Presidente está basada en la lealtad y la confianza. Tenemos una relación muy cercana y hacia él sólo siento inmensa admiración y agradecimiento por todo el bien que le ha hecho a ésta nación.
-Pero, durante un tiempo, hubo una sensación de cierta frialdad...
-Pero, durante un tiempo, hubo una sensación de cierta frialdad...
-No la sentí y nunca la he sentido por parte del Presidente.
-¿Y de todas estas tareas cuál atrae más su empeño en este momento?
-Dos: El tema de derechos humanos y la Comisión del Espacio. En éste último, hay que pensar que la soberanía no sólo es territorial y marítima, también está en el espacio y hay que trabajar en poder ejercerla. Fue una lástima haber perdido la opción de colocar en nuestra órbita geoestacionaria un satélite de comunicaciones. Ese es un club exclusivo en el que uno tiene que estar. Y tenemos que colocar dos satélites: uno, de comunicaciones, que ya está avanzado, y otro, de observación de la tierra. Un satélite con órbita polar nos permitirá observar nuestra tierra todo el día para saber cuando vienen heladas y cuando sequía. Necesitamos observación para prevención de desastres, de posibles deslizamientos, aumento de caudales, represamientos, e incluso planeación de operaciones militares.
-¿Vamos a contratar su lanzamiento?
-Estamos haciendo todos los estudios. Ya le pedimos a 14 países las respectivas ofertas. Hay un grupo del Gobierno trabajando en este proceso. Los dos satélites hay que lanzarlos y dejar de pensar como país chiquito.
-¿Y sobre el tema de derechos humanos?
-Primero, me parece aterrador que sean nuestros propios parlamentarios y un pequeño sector de magistrados quienes presenten en el exterior a nuestra nación como un estado sin garantías, de gobernantes desalmados, de instituciones sanguinarias y con una sociedad mafiosa, cuando los resultados demuestran todo lo contrario. Y si tienen opiniones distintas al Gobierno, no tiene sentido que hablen en el exterior sobre asuntos que deberían ser debatidos internamente.
-¿De qué parlamentarios y de qué magistrados habla?
-Un ejemplo de muchos. El senador (Juan Fernando) Cristo presentó un proyecto de ley sobre reparación a las víctimas de la violencia. Se fue para Washington y Nueva York a presentar su ley y a decir, equivocada y sesgadamente, que el Gobierno se opone a ella, cuando está en discusión en el Congreso y cuando no hay en el mundo un proyecto integral de reparación administrativa de víctimas más importante como el que ya hay y que le va a costar al país la bicoca de 3.500 millones de dólares.
-Pero el asunto es que el senador Cristo, propone que el Estado repare no sólo a quienes han sido víctimas de grupos ilegales, sino también víctimas del Estado...
-El Presidente es flexible en ese tema. Con límites, obviamente. Nuestra diferencia está en el plano fiscal. Nada sacamos con una ley perfecta que no se cumpla. Somos sensibles y a la vez realistas. Reparar a las víctimas de 50 años de conflicto que vivió este país, si no se hace con juicio, puede reventar nuestras finanzas.
-¿Y cuáles son los magistrados que motivan su crítica?
-Yo me siento muy orgulloso de nuestra Corte Suprema y así lo pregono por todo el mundo como una de las fortalezas de nuestra democracia. Ningún país puede mostrar 60 parlamentarios en la cárcel por la acción valerosa y legal de la Corte. Pero la manera como el magistrado (Iván) Velásquez maltrata y enloda en el exterior la imagen de nuestro país, es inaceptable. Los magistrados deben hablar con sus sentencias, que ya de por sí son reconocidas.
-Pero, la Corte lo que pide es respeto a su autonomía...
-Autonomía e independencia que tiene y que se respeta. El mensaje que yo deseo enviar a la Corte y a los partidos de oposición es este: resolvamos nuestros problemas acá y no utilicemos el escenario internacional para hacer campañas que le hacen daño, no al Gobierno, que es lo que buscan, sino al país y a ellos mismos, porque el prestigio de nuestras cortes en el exterior es absolutamente abrumador y llena de orgullo a cualquier colombiano.
-Sobre el tema de derechos humanos, ¿no le parece aterrador el número de sindicalistas asesinados?
-Esa es una verdad a medias y muchas cifras son producto de la manipulación. Presentan todo como persecución cuando la gran masacre de sindicalistas se dio en Urabá, producto del enfrentamiento de dos sindicatos Sintrabanano y Sintagro, uno cercano a las Farc y el otro al Epl. Y la segunda masacre ocurrió cuando la Farc asesinaron a cientos de sindicalistas de Sintrainagro, luego de la desmovilización del Epl. Mire: en la audiencia en Estados Unidos de hace una semanas mostraron como parte de la masacre laboral dos casos. En el primero, una de las 'víctimas' murió de un infarto, y el segundo, era el de una maestra que realmente murió asesinada por su esposo, que luego se suicidó. Y eso lo presentan en el exterior como persecución sindical.
-Pero al margen de episodios anecdóticos se afirma que han asesinado a más de 2.600 sindicalistas desde 1986 y que 482 de esos homicidios han ocurrido bajo el actual Gobierno...
-Perdóneme, eso no es anecdótico. Es grave. Cada caso es muy grave. Pero lo cierto es que las cifras bajaron en más de un 70 por ciento desde el 2002; hay más justicia: 170 casos resueltos en los últimos años y cuantiosos millones de dólares que invertimos en su protección, funcionan. Lo que ellos no dicen, y tampoco quieren que se sepa, es cuántos (asesinatos) se dieron por su labor sindical y cuantos por la violencia que sufrimos todos.
-¿Hay infiltración de la guerrilla o de los paramilitares en el sindicalismo?
-¿De qué parlamentarios y de qué magistrados habla?
-Un ejemplo de muchos. El senador (Juan Fernando) Cristo presentó un proyecto de ley sobre reparación a las víctimas de la violencia. Se fue para Washington y Nueva York a presentar su ley y a decir, equivocada y sesgadamente, que el Gobierno se opone a ella, cuando está en discusión en el Congreso y cuando no hay en el mundo un proyecto integral de reparación administrativa de víctimas más importante como el que ya hay y que le va a costar al país la bicoca de 3.500 millones de dólares.
-Pero el asunto es que el senador Cristo, propone que el Estado repare no sólo a quienes han sido víctimas de grupos ilegales, sino también víctimas del Estado...
-El Presidente es flexible en ese tema. Con límites, obviamente. Nuestra diferencia está en el plano fiscal. Nada sacamos con una ley perfecta que no se cumpla. Somos sensibles y a la vez realistas. Reparar a las víctimas de 50 años de conflicto que vivió este país, si no se hace con juicio, puede reventar nuestras finanzas.
-¿Y cuáles son los magistrados que motivan su crítica?
-Yo me siento muy orgulloso de nuestra Corte Suprema y así lo pregono por todo el mundo como una de las fortalezas de nuestra democracia. Ningún país puede mostrar 60 parlamentarios en la cárcel por la acción valerosa y legal de la Corte. Pero la manera como el magistrado (Iván) Velásquez maltrata y enloda en el exterior la imagen de nuestro país, es inaceptable. Los magistrados deben hablar con sus sentencias, que ya de por sí son reconocidas.
-Pero, la Corte lo que pide es respeto a su autonomía...
-Autonomía e independencia que tiene y que se respeta. El mensaje que yo deseo enviar a la Corte y a los partidos de oposición es este: resolvamos nuestros problemas acá y no utilicemos el escenario internacional para hacer campañas que le hacen daño, no al Gobierno, que es lo que buscan, sino al país y a ellos mismos, porque el prestigio de nuestras cortes en el exterior es absolutamente abrumador y llena de orgullo a cualquier colombiano.
-Sobre el tema de derechos humanos, ¿no le parece aterrador el número de sindicalistas asesinados?
-Esa es una verdad a medias y muchas cifras son producto de la manipulación. Presentan todo como persecución cuando la gran masacre de sindicalistas se dio en Urabá, producto del enfrentamiento de dos sindicatos Sintrabanano y Sintagro, uno cercano a las Farc y el otro al Epl. Y la segunda masacre ocurrió cuando la Farc asesinaron a cientos de sindicalistas de Sintrainagro, luego de la desmovilización del Epl. Mire: en la audiencia en Estados Unidos de hace una semanas mostraron como parte de la masacre laboral dos casos. En el primero, una de las 'víctimas' murió de un infarto, y el segundo, era el de una maestra que realmente murió asesinada por su esposo, que luego se suicidó. Y eso lo presentan en el exterior como persecución sindical.
-Pero al margen de episodios anecdóticos se afirma que han asesinado a más de 2.600 sindicalistas desde 1986 y que 482 de esos homicidios han ocurrido bajo el actual Gobierno...
-Perdóneme, eso no es anecdótico. Es grave. Cada caso es muy grave. Pero lo cierto es que las cifras bajaron en más de un 70 por ciento desde el 2002; hay más justicia: 170 casos resueltos en los últimos años y cuantiosos millones de dólares que invertimos en su protección, funcionan. Lo que ellos no dicen, y tampoco quieren que se sepa, es cuántos (asesinatos) se dieron por su labor sindical y cuantos por la violencia que sufrimos todos.
-¿Hay infiltración de la guerrilla o de los paramilitares en el sindicalismo?
-Claro que la hay. Infiltración de las Farc y del Eln. Es una ínfima minoría que le hace un grave daño al sindicalismo colombiano. La captura de un líder sindical con 'el Negro Antonio' es apenas la punta de ese pequeño iceberg.
-En algún momento se mencionó su nombre como eventual sucesor del Presidente Uribe. ¿Eso ya está descartado?
-En algún momento se mencionó su nombre como eventual sucesor del Presidente Uribe. ¿Eso ya está descartado?
-En política uno nunca debe decir nunca, porque puede ocurrir lo contrario.
-¿O es verdad que aspirará a la Alcaldía de Bogotá?
-Le falta mucho tiempo al actual alcalde. A propósito, quisiera hacerle una recomendación al señor alcalde Samuel Moreno. La ciudad necesita el tren de cercanías, así como necesita el metro.
-Pero el Alcalde ha dicho que no tiene recursos para el tren de cercanías...
-Con voluntad todo se logra. Requirió mucho coraje político tomar la decisión del pico y placa prolongado y también haberlo mantenido después de la presión.
-Pero la opinión parece estar en contra...
-Pero la opinión parece estar en contra...
-No, yo siento que la gente está empezando a entender y está cambiando la manera de usar el carro.
Hay empresas que están cambiando horarios, hay familias que usaban dos carros para irse a trabajar, ahora usan solo uno; usted no puede seguir utilizando 700 kilos de metal para transportar 60 kilos de huesos y de carne. En la medida en que usted genere eficiencia usted va a generar una ciudad con mayor calidad de vida.
-¿A usted le gustaría ser alcalde de Bogotá?
-A quién no le gustaría ser alcalde de Bogotá, pero pensar en eso es prematuro.
-¿Qué opina sobre las aparentes coqueterías del ex presidente Samper con el Polo?
-Lo primero es que, en Colombia no podemos olvidar el pasado. Lo segundo, es que el ex presidente Samper tiene dos objetivos claros: Uno, buscar un espacio político rarísimo y no definido entre el Polo y un sector del Partido Liberal. Y dos, tirarse a Juan Manuel Santos. Y lo que creo es que cada vez que el ex presidente diga algo contra el Ministro, eso debería volverlo Santos parte de su campaña, porque así como no hay nada que más daño haga que tener el apoyo de Samper, tampoco hay nada que más beneficie que tenerlo en contra.
-Pregunta final: ¿usted apoyará al ministro Santos como candidato presidencial?
-No más. Hace rato no hacía un reportaje como el que le acabo de dar a usted.
YAMID AMATESPECIAL PARA EL TIEMPO
YAMID AMATESPECIAL PARA EL TIEMPO
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