10 oct 2010

Alías Tony Tormenta

 La caceríaRicardo Ravelo, reportero
Revista Proceso # 1771, 10 de octubre de 2010; Protegido siempre por gatilleros y policías de Tamaulipas, donde tiene su feudo, Ezequiel Cárdenas Guillén, conocido como Tony Tormenta, es ahora uno de los capos más buscados por la agencia antidrogas de Estados Unidos, país donde lo consideran uno de los delincuentes más peligrosos, al igual que a Heriberto Lazcano y a Eduardo Costilla. En México, la PGR, el Ejército y la Marina lo siguen de cerca; incluso estuvieron a punto de capturarlo a mediados de septiembre, pero alguien le ayudó a escapar.
Es tan poderoso y sanguinario como su hermano Osiel –el antiguo líder del cártel del Golfo– y se da el lujo de protagonizar balaceras y matanzas dentro y fuera de Tamaulipas sin que ninguna autoridad lo haya podido detener. Se trata de Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, a quien sus allegados llaman Tony Tormenta.
A menudo se le ve en lugares públicos en Reynosa, Ciudad Victoria, Matamoros y otras ciudades tamaulipecas rodeado de policías estatales y municipales, cuyos mandos se mantienen leales a su organización criminal, una de las más longevas en el país, pues se formó hace más de 50 años.
Tras la captura de Osiel, el 14 de marzo de 2003, Ezequiel se quedó a la deriva, aunque siguió operando cobijado por los uniformados y gatilleros que permanecieron en el cártel del Golfo hasta que Eduardo Costilla, El Coss, llegó a la cúspide.
Hoy, junto con El Coss –quien en sus inicios fue policía ministerial en Matamoros–, Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca, líder del grupo armado de Los Zetas, Ezequiel conforma la tríada de narcotraficantes que constituyen "una amenaza para la seguridad nacional" de Estados Unidos, según la ficha criminal de la Drug Enforcement Administration (DEA).
De acuerdo con ese documento, Ezequiel trafica con mariguana, cocaína y drogas sintéticas y, precisamente por ser un narcotraficante "peligroso y sanguinario", en 2009 la DEA puso precio a su cabeza: ofreció una recompensa de 5 millones de dólares a quien aporte información que permita su captura.
En México, la PGR lo incluyó en su lista de los delincuentes más buscados. La dependencia lo compara también con El Coss, El Lazca y otros capos del cártel del Golfo como Gregorio Sauceda Gamboa, Don Goyo, y ofrece una recompensa de 30 millones de pesos por cada uno.
Agentes de la DEA que le siguen los pasos desde hace una década aseguran que Ezequiel se oculta en Tamaulipas, donde lo protegen agentes policiacos, viejos aliados del cártel. Además, según la agencia antidrogas de Estados Unidos, es posible que altos funcionarios lo cuiden por encargo de su hermano Osiel, quien en 2007 fue extraditado a ese país, donde hoy purga una condena.
Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén nació el 5 de marzo de 1962 en el rancho El Mezquital, el mismo donde nació su hermano Osiel. La propiedad se localiza cerca de Matamoros, Tamaulipas. En su ficha, la DEA lo describe como una persona de seis pies de estatura (1.83 metros) y 215 libras de peso (poco más de 93 kilogramos).
En una de las pocas fotografías de Ezequiel que se conocen, aparece con un bigote ralo; nariz prominente y redonda como su cara, dura su mirada. Viste una playera con rayas horizontales y de su cuello grueso pende una cadena. Su pelo es ensortijado, tan abundante como sus arqueadas cejas.
Ezequiel es uno de cinco hijos que procreó el matrimonio Cárdenas Guillén. Los demás son Osiel, Mario y Homero Cárdenas, así como dos mujeres: Lidia y otra cuyo nombre se desconoce.
En julio de 2009, Lanny A. Brauer, procurador general asistente de Estados Unidos, informó que Ezequiel Cárdenas y capos como El Coss, El Lazca y Miguel Ángel Treviño Morales, operador de Lazcano en Nuevo León, son considerados por las autoridades de ese país como "criminales peligrosos".
Cuando su hermano Osiel dirigía el cártel del Golfo, Ezequiel ocupaba el tercer puesto en la organización. Ahora es el segundo, después de El Coss, aunque en medio de ambos hay un gatillero a quien la PGR y la DEA identifican como El Gringo; incluso lo acusan de tráfico de drogas, lavado de dinero y es sospechoso en el asesinato, a finales de junio pasado, de Rodolfo Torre Cantú, candidato del PRI al gobierno de Tamaulipas.
Expediente criminal
Luego de la caída de Osiel en 2003 y de la ruptura de Los Zetas con el cártel del Golfo, Ezequiel Cárdenas comenzó a tener relevancia, por lo que en Estados Unidos las autoridades lo consideran ya un delincuente peligroso.
Su nombre se menciona incluso en un voluminoso expediente –el 2009R01080/OCDETF/NYNYE-613–, radicado en la Corte Federal de Nueva York. En él se incluye un diagnóstico detallado sobre el poder de Los Zetas y sus cabezas principales: El Lazca y Treviño Morales.
La ficha relativa al grupo que en sus inicios fue el brazo armado de los hermanos Osiel y Ezequiel Cárdenas, dice: "Los Zetas son un grupo criminal desalmado que, además de traficar con drogas, se dedica al asesinato, secuestro y tortura de personas tanto en México como en Estados Unidos".
Y de Treviño Morales, antiguo socio de Ezequiel Cárdenas, el documento apunta: "… es tal vez el criminal más sanguinario de México, y por eso se abrió una causa judicial especial contra él en Nueva York. En los estados de Texas y California están en marcha otros procedimientos en su contra".
Para la DEA y la PGR, Ezequiel –quien es proclive a cambiar su nombre por el de Marcos Ledesma y le gusta que le llamen Tony Tormenta o El Licenciado– es quien facilita la planificación, supervisión y dirección del tráfico de drogas y las actividades de recolección de dinero para el cártel del Golfo en Matamoros.
En 2005, dos años después de la captura de Osiel, Ezequiel Cárdenas estaba al frente de la plaza de Matamoros, su bastión. Luego tomó camino hacia Guerrero, donde quiso tomar la plaza que estaba bajo el dominio de los hermanos Beltrán Leyva, hoy casi borrados del mapa criminal.
Tony Tormenta penetró la estructura policiaca de Acapulco con el apoyo de Los Zetas, quienes hicieron su aparición en el puerto guerrerense y dieron muerte al policía ministerial Julio Carlos López Soto el 2 de agosto de ese año. Su ejecución se debió a sus presuntos arreglos con los hermanos Beltrán Leyva, quienes en esa época eran protectores y socios de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo.
Pedro Noel Villena Aguilar, el escolta de López Soto que fue secuestrado y torturado por los sicarios del cártel del Golfo en ese operativo y liberado poco después, declaró a la PGR que una persona que se identificó como Tony Tormenta le dijo durante el cautiverio que Los Zetas iban a cometer más asesinatos en Guerrero.
Según Villena Aguilar, quien conocía todos los movimientos del policía ejecutado, éste recibió medio millón de dólares de los Beltrán Leyva para que los dejara trabajar en Guerrero; también contó que el hermano de Osiel Cárdenas le dijo que habían llegado 120 zetas. Su misión, le comentó a Villena, era disputar la plaza, e incluso lo liberó para que difundiera en los medios de comunicación de esa entidad el siguiente mensaje:
"(Le voy) a rajar la madre a todos Los Pelones (brazo armado del cártel de Sinaloa) y a todos los que tomaron parte de la repartición del medio millón de dólares que le dieron a Julio (López Soto), el subdirector, y que reciban un saludo del señor Goyo Sauceda; que este sujeto es también conocido como El Caramuela y es jefe de la plaza de Nuevo Laredo, Tamaulipas".
Por esas fechas, aun desde la cárcel del Altiplano, en el Estado de México, Osiel Cárdenas seguía dirigiendo el cártel del Golfo. Al capo se le relacionó incluso con el homicidio de Arturo Guzmán Loera, El Pollo, hermano de su rival, El Chapo, en diciembre de 2005 en el mismo penal mexiquense.
Osiel llevaba meses planeando una fuga, para lo cual contaba con el apoyo de su hermano Ezequiel y de Los Zetas, pero la estrategia falló, por lo que él mismo decidió acelerar su extradición a Estados Unidos, que se realizó el 19 de enero de 2007.
Cuando Osiel fue neutralizado, Ezequiel Cárdenas empezó a luchar por la jefatura del cártel del Golfo. Casi lo logra. Controlaba ya las casas de seguridad y los escondites de su hermano en Tamaulipas, entre otras Punto Roma, Bomberos, Romy, Doctor (o Punto Medicina), Punto litro 1, 2, Punto Elefante y Punto Alacrán.
Y, según datos confirmados por la PGR, en Nuevo León se veía con frecuencia a Ezequiel en otras propiedades de su hermano Osiel: Casa Country, localizada en el municipio de San Pedro Garza García y el rancho Las Amarillas, en China; también en La Trementina, en Tomatlán, Jalisco.
Los viejos amigos
En 1998, Osiel Cárdenas y Salvador Gómez Herrera, El Chava, fueron detenidos en Matamoros por un grupo de militares. Las autoridades no los consideraron peligrosos, a pesar de que en Estados Unidos había varios expedientes en su contra en los que se les acusaba de tráfico de drogas.
Fueron trasladados a las instalaciones de la PGR en la Ciudad de México, donde debían permanecer 90 días bajo arraigo. Pero Osiel y El Chava se las ingeniaron para cooptar a sus custodios, con quienes se emborrachaban y organizaban reuniones a las que invitaban mujeres que eran introducidas por los agentes federales, quienes también les suministraban cocaína lavada para su consumo personal.
Llevaban menos de dos semanas cuando comenzaron a preparar la huida. Uno de los asistentes de Osiel, al que la PGR identifica como Rufino, relató la forma en que se fugó el capo:
"(Osiel y El Chava) contrataron varias putas, las sacaron de un burdel allá por Tlalpan, otras las fueron a buscar a una casa de citas de Santa Fe. Eran como cinco viejas, muy buenas todas, las que llevaron a la casa de arraigo para que la pasaran bien los policías. Osiel les puso un plato hasta la madre de coca y les dio un billete para sus gastos. Los custodios comenzaron su desmadre con las mujeres y se pusieron hasta la madre de droga. Cuando Osiel se fugó de la casa junto con El Chava Gómez esos pinches policías estaban perdidos de alcohol y de coca. Osiel pasó por sus narices y les valió madre, ni se dieron cuenta de lo que estaba pasando. Osiel y Chava se subieron a un carro y se perdieron."
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El 21 de septiembre último, varios medios de comunicación informaron, con base en información proporcionada por la PGR, que Ezequiel Cárdenas Guillén presuntamente había sido detenido en Matamoros, Tamaulipas, durante un enfrentamiento entre sicarios y militares ocurrido días antes.
De acuerdo con esas versiones, la tarde del 18 de septiembre hubo una balacera que se prolongó durante cuatro horas en un inmueble de las calles Londres y Ciudad de México 31, en el fraccionamiento del Río en Matamoros, donde el capo se atrincheró. En la averiguación previa PGR/TAMS/MAT/-III/2466/2010 se narra que "extraoficialmente se tuvo conocimiento de lo siguiente: que en el interior de un inmueble dañado se encontraba uno de los líderes del cártel del Golfo, conocido como Tony Tormenta, a quien no capturaron".
Además, asienta el escrito, en medio de la balacera que se desató entre narcos y las Fuerzas Armadas, la Marina solicitó el apoyo de la PGR para dar fe del lugar de los acontecimientos ocurridos en el fraccionamiento del Río, al que arribaron agentes del Ministerio Público del fuero común y peritos estatales.
En la inspección ministerial, la PGR precisó que el inmueble, donde supuestamente estuvo Tony Tormenta, es una residencia de dos pisos pintada de verde con vistas de color beige, una reja de protección negra en la parte frontal, ventanas quebradas y orificios de arma de fuego.
Durante la inspección se hallaron varios vehículos y camionetas blindadas, todas con placas de Tamaulipas. La casa era uno de los refugios de Ezequiel Cárdenas y, según la dependencia, estuvo rodeada por marinos, soldados y policías el día de la balacera durante varias horas.
Aun así, Ezequiel Cárdenas escapó sin dejar rastro. Hasta ahora nadie conoce su paradero. Algunos testigos que pidieron el anonimato aseguran que el capo salió caminando y no fue molestado por ninguno de los uniformados. l

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