27 feb 2011

Los regiomontanos intentan hacer al PAN empresarial, dice Calderón Vega

Los regiomontanos intentan hacer al PAN empresarial, dice Calderón Vega
Proceso # 380- 02/13/1984;

MORELIA.- "El PAN no era un partido de derecha, de acuerdo con esa geometría política que tanto y nada dice, pero que si no define, sí describe. Creo que la postura original era de centro izquierda y ahora es de centro derecha", considera Luis Calderón Vega, uno de los fundadores de ese partido, que este fin de semana eligió a sus nuevos dirigentes nacionales.
Todo –dice– a partir de la crisis panista de 1975-76. Y peor aún: "El PAN era un partido de clases, no de clase. Ahora se pretende convertirlo en un partido de una sola clase: la empresarial. Allí quieren llevarlo. Se han colado los empresarios, a través de Pablo Emilio Madero, Fernando Canaleslos representantes del grupo Monterrey y conexos en Chihuahua, en Sonora".
 Clariond, Carlos Anaya,
De 73 años de edad, Calderón Vega, quien renunció al PAN –"no a mi convicción panista"– el 1o. de marzo de 1981 "porque la dirección del partido ha venido sosteniendo una interpretación conservadora y obsoleta de los principios de doctrina, contra el espíritu e intención que dieron vida a Acción Nacional", entre otras razones, asume la crítica al que fue su partido, sin estridencias; inclusive, habla de lo que considera méritos personales de aquellos que a su juicio han desviado la doctrina de AN. Fue diputado federal entre 1979 y 1982, luego de siete candidaturas y uno de los primeros 21 candidatos postulados en 1943 por el PAN.
–¿Si viviera Manuel Gómez Morín, reconocería al PAN como el partido que fundó?
Antes de responder, Calderón Vega –una de sus hijas es diputada local panista en Michoacán–, mueve la cabeza negativamente y sonríe. Dice: "No, no, qué lo iba a reconocer. Le voy a dar un ejemplo: el maestro Gómez Morín fundó, entre otras instituciones oficiales, lo que ahora es Banobras, con el objetivo de ayudar a los municipios pobres en la construcción de obras públicas. Caray, qué hubiera dicho cuando algunos diputados del PAN defendieron la proposición de López Portillo para prestarle no sé cuántos miles de millones de pesos al Grupo Alfa. Un préstamo para salvar a los millonarios. Imagínese, se hubiera muerto, si hubiera visto eso o por el hecho de que haya gente que sin ser panista esté casi dirigiendo al partido, como (Jesús) González Schmall, Madero, Conchello..."
–Así que en estos momentos el PAN responde a los intereses de los empresarios...
–No tanto –matiza. Los empresarios tratan de hacerlo instrumento de sus intereses y la dirección nacional ha cedido ante esos embates. Aunque quiero hacer una distinción: una cosa es la dirección nacional y otra son los miembros del partido. La dirección nacional está decididamente influida por el espíritu empresarial. Sin embargo, las bases están formadas por gente desinteresada, generosa, que debido al subdesarrollo político mexicano no entiende de matices y simplemente vota porque considera que el candidato es una "buena persona y es del PAN".
Y eso que, recuerda, "en los principios de los cuarenta, Efraín González Luna dijo y estableció enérgicamente que AN jamás sería trinchera del capitalismo. Entonces, algunos ricos se salieron del partido. Otros se quedaron, los menos, porque eran gente convencida de la necesidad del cambio social y de la transformación de las estructuras económicas, que no implica la negación de la propiedad privada, porque siempre ha existido, sino darle una función social y crear un sistema que permita a todos la propiedad, inclusive al Estado, pero siempre con una carga social y ésta es la tendencia actual de algunos sistemas.
Autor de tres tomos de Memorias del PAN, de 1939 a 1952, Calderón Vega se remonta a la fundación del que fue su partido:
"Surgió de la necesidad de llegar a la ciudadanía para que actuara políticamente. Estaba vivo el recuerdo de la rectoría universitaria de Gómez Morín, a quien se le propuso que aceptara la candidatura presidencial, pero estaba impedido constitucionalmente, porque su padre era un mexicano por adopción. La idea era crear una conciencia humanista, comunitaria, en los mexicanos, con el fin de hacerlos participar en los procesos políticos y satisfacer las exigencias del bien común."
Niega que el PAN haya sido el partido de los banqueros. "Eso es un mito. Ellos nunca se acercaron a un partido de oposición. Están con el partido que defiende sus intereses". Entonces, dice que el PAN era un partido de clases, "no de clase, como se pretende ahora. Gómez Morín, como economista y como exrector de la UNAM, atrajo a dos tipos de gente: empleados de empresas, no dueños, y algunos intelectuales. Es cierto que en su dirigencia predominaron personas de clase media, pero en el sentido mexicano de este concepto, no en el sentido gringo, que entiende por clase media a empresarios medios. Los cuadros básicos eran y son gente humilde, pobre e, incluso, marginada".
Además –añade–, la doctrina del PAN establece "la primacía del trabajo sobre los medios de producción y eso significa estar contra el capitalismo, desde el punto de vista económico. Cierto que al fundarse el PAN algunos ricos y empresarios se acercaron creyendo que era su trinchera, pero al comenzar la época alemanista, y esto lo dice don Daniel Cosío Villegas y estoy de acuerdo, con su modelo industrial de desarrollo se dieron cuenta que podían entenderse directamente con él y beneficiarse, sin necesidad de un partido y lo abandonaron. Eran tiempos en que la inversión privada era superior a la pública. Con Echeverría las cosas cambian: se incrementa la inversión pública y los empresarios y ricos vuelven los ojos al PAN, también al PDM y por supuesto al PRI, hasta llegar a la nacionalización bancaria. Ahora se dan de golpes de pecho y dicen `nos equivocamos al no participar en política' y ahí vienen, pero no a ello sino a defender sus intereses".
Y en el PAN comenzó a ser visible lo anterior cuando se discutía la plataforma electoral para la campaña presidencial de 1976. Hubo crisis. Hubo renuncias de dirigentes. Salió Efraín González Morfín, considerado como el último gran ideólogo del PAN. Finalmente no hubo candidato presidencial. Pablo Emilio Madero ya buscaba la candidatura.
Recuerda Calderón Vega: "Apenas se había leído la primera parte de la introducción de la plataforma, cuando de inmediato se presentaron objeciones muy tontas: se objetaba que había abstracciones, que no se entendía lo que quería decir `cambio de estructuras'; que no se entendía lo que quería decir `destino universal de los bienes'. Esas objeciones las encabezaba gente ligada a Monterrey. Eran objeciones a la forma. No se atrevían a cuestionar el fondo. Nos dimos cuenta que querían desviar al partido. Luego vino la crisis".
Acepta hablar sobre los que considera tendrían más oportunidades de llegar a la dirigencia nacional: Pablo Emilio Madero, "personalmente –dice– es un magnífico hombre, pero con ideas muy distintas a las del partido"; Jesús González Schmall, "por el estilo. Era un magnífico muchacho pero se `regiomontanizó'. Se fue a trabajar a Monterrey y allá lo convencieron"; Carlos Castillo Peraza "sería el ortodoxo y creo que con prudencia, de la que es capaz, podría rencauzar al PAN".
Advierte que si el PAN mantiene su tendencia actual, "se fortalecería la ancestral mentalidad liberal y capitalista y eso sería no sólo perjudicial para el partido, sino que para el país. Las nuevas corrientes mundiales están contra el sistema que, creo, ya demostró su incapacidad para satisfacer las necesidades humanas".
Finalmente, Calderón Vega expresa: "Espero, contra toda esperanza, un rencauzamiento del PAN; un volver a la ortodoxia en su principios. Hay grupos de jóvenes, especialmente, en distintas partes del país, que empiezan a darse cuenta de esa desviación. La tesis central del PAN está en el segundo párrafo de sus Principios de Doctrina y dice: `El interés nacional es preeminente; todos los intereses parciales derivan de él o en él concurren'. Esta es la esencia del solidarismo y en ella no tiene cabida el capitalismo. Tengo la impresión de que es éste, precisamente este párrafo que intentan que se olvide".
GALARZA GERARDO, reportero

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