“Estoy seguro de que alcanzaré mi objetivo”
Álvaro Delgado*
Revista Proceso # 1796, 3 de abril de 2011
Alonso Lujambio es uno de esos personajes con suerte que en su trayectoria se topan con la amistad de un presidente y, sin más, dan al enorme salto a la “alta política”. Con sólo 18 meses de militancia en el PAN pero con igual número de años de cercanía con Felipe Calderón, el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, dice a Proceso estar facultado para ser presidente de México, si bien su pasado al frente del IFE y del IFAI lo revelan como un guardaespaldas político de Vicente Fox, del PAN y de su amigo Felipe Calderón.
Con casi medio siglo de vida, estudios de doctorado, una trayectoria de más de una década en el servicio público y 25 años en la academia, Alonso José Ricardo Lujambio Irazábal no tiene reservas sobre sí mismo: Está dotado técnica, física y emocionalmente para ser, no candidato del Partido Acción Nacional (PAN), sino presidente de la República.
“Yo me siento listo para ello”, desafía Lujambio, con apenas 18 meses de militancia efectiva en el PAN y perfilado ya su proyecto presidencial desde el gabinete de Felipe Calderón, el impulsor de toda su carrera política.
–¿Y está preparado también para no ser presidente?
–También. Pero tengo claridad absoluta de mi objetivo y estoy cierto de que lo alcanzaré.
–¿Para qué quiere serlo?
–Porque creo que está todavía por concluirse una labor fundamental que ha desplegado mi partido en 10 años de gobierno y que creo que debe continuar.
“Y en segundo lugar porque creo en la democracia deliberativa, porque hace falta en México una deliberación más profunda sobre nuestros problemas colectivos y nuestras alternativas de solución, y creo que puedo contribuir con mi propia cultura política deliberativa a esa discusión entre los mexicanos.”
–¿Por qué habrían de votar por usted los mexicanos?
–Porque creo en la democracia, porque soy un demócrata que cree en la transparencia, porque creo en la legalidad, porque creo en la deliberación y porque creo tener las capacidades negociadoras en el multipartidismo mexicano para producir consensos que continúen profundizando el cambio que arrancó en el año 2000.
Con dos años de titular de la SEP, designado por Calderón el 6 de abril de 2009, se dice cómodo y muy orgulloso de ocupar el despacho de Vasconcelos, quien sacudió a la nación llevando a los clásicos a los niños y lanzando una cruzada contra el analfabetismo.
–¿Le gustaría ser como Ernesto Zedillo?
–¿Como Ernesto Zedillo…? –se extraña.
–Sí, que después de la SEP pasó a ser presidente de México.
–Bueno, después de una tragedia que fue el asesinato de Luis Donaldo Colosio, en ese sentido no me gustaría repetir esa experiencia difícil que vivió México, pero por supuesto que estoy interesado en participar al interior de mi partido en la definición de la candidatura, generando un espacio de discusión y esperando que mi partido defina las reglas específicas del proceso.
Justamente, en el marco del aniversario 35 del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), Lujambio generó polémica en la ceremonia en la que reconoció el apoyo de periodistas y medios de comunicación a esa dependencia, promovida por el productor de Televisa Juan Osorio en su más reciente telenovela, Una familia con suerte.
“Juan Osorio dentro de sus novelas promueve el INEA. Qué instrumento más poderoso que ése. No sé cuántos valores podríamos estar promoviendo a través de las telenovelas que millones de personas ven, pero estoy seguro que Juan nos ayuda, y eso es valiosísimo”, dijo Lujambio.
Añadió: “Yo he dicho muchas veces en privado, y hoy lo digo en público, que la televisión, que muchas veces se le llama caja tonta, puede ser la caja más lista, el instrumento más poderoso para la educación de millones y millones de personas”.
Ante críticas como la que le hizo el editorial Rayuela, de La Jornada, en la que le imputó haber aportado “una perla declarativa que se suma a la antología nacional del disparate”, Lujambio se encoge de hombros, pero insiste en que la televisión es un instrumento para transmitir valores.
–Pero a las televisoras eso no les interesa…
–Bueno, sí, pero lo que estoy diciendo es que todos los instrumentos sociales que promueven valores y formación de ciudadanía, bienvenidos. Eso fue lo que dije. Decir que (las telenovelas) son un gran instrumento… no sé cómo lo frasearon… me parece que es parte de este juego mediático que eventualmente saca de contexto una frase, pero que la frase tiene absoluto sentido a partir exactamente de lo que estábamos haciendo: reconocer a gente que nos ayuda a promover el conocimiento social de la existencia de un gran instituto.
Lujambio dice estar convencido de que “la caja idiota”, como la llamó el teórico Marshall McLuhan, puede ser lista, como lo demuestra la televisión pública: “El Canal 22 depende del Conaculta, que es del sector educativo, y el Canal 11 del Instituto Politécnico Nacional (IPN). Son instrumentos educativos del Estado. ¡Cómo no vamos a creer en una televisión inteligente! ¡Por supuesto que creemos en ella! ¡Y promotora de la cultura y de valores civilizatorios y de convivencia social!
“No soy perrito con mecate”
No hay manera de entender el lugar que ocupa Lujambio en el gobierno sin la mano de Calderón, que lo llevó al IFE y al IFAI. La estrecha relación entre ambos se tradujo en la asesoría en materia electoral y de imagen al entonces candidato presidencial.
Lujambio evoca que la relación comenzó en 1993, cuando él preparaba su tesis de doctorado que derivó en el libro El poder compartido, editado en 2000 y obedeció, también, a que ambos son hijos de los expanistas Sergio Lujambio Rafols y Luis Calderón Vega.
“Ahí inicia una amistad basada, en esencia, en el conocimiento mutuo que tenemos de la amistad de nuestros padres y en los valores compartidos que tenemos como hijos de familias muy panistas.”
Cuando Calderón, siendo presidente del PAN, le propone que sea consejero electoral del IFE, Lujambio dice que le planteó ser “absolutamente independiente” y le pidió pronunciarse al respecto.
“Le dije literalmente: ‘No quiero ser perrito con mecate’. Y él hasta se ofendió. Me dijo que bajo ninguna circunstancia me estaba invitando a ser un instrumento del PAN en el Consejo General, sino que confiaban en mí para hacer una labor relevante, y que me pedía interlocución y diálogo, pero nunca línea ni subordinación.
“Por eso acepté ser consejero electoral. Y nunca en siete años recibí una llamada de Felipe Calderón para sugerirme siquiera de cómo debería yo votar en el Consejo General.”
–¿Ni siquiera en el caso de Amigos de Fox?
–Jamás. Ese no es un jefe político, ese es un interlocutor de la política.
Cuando Calderón renuncia a la Secretaría de Energía, en junio de 2004, y comienza a edificar su estrategia presidencial, Lujambio, que ya había salido del IFE, es su asesor: “Me llama para ayudarle en algunas definiciones o propuestas del sistema electoral que se iba a utilizar en 2005, y le ayudé a pensar en distintos sistemas electorales del proceso interno para que él optara entre las distintas alternativas con pros y contras que yo le presenté con gusto”.
Luego de que Vicente Fox lo propuso como comisionado, y cuando Calderón era aún candidato presidencial, en julio, Lujambio fue nombrado presidente del organismo: “Me pareció fundamental asumir esta responsabilidad”.
–El excomisionado Juan Pablo Guerrero afirma que usted fue custodio de los intereses de Calderón.
–No, de ningún modo, y ahí están mis votaciones. La verdad es que someto a juicio crítico y a escrutinio cabal y serio todas mis votaciones públicas, todos los argumentos, todos mis alegatos. Yo nunca jugué ese papel.
“Para mí es absolutamente inaceptable la idea de que yo fui protector de los intereses del presidente o del gobierno del presidente Calderón. Yo fui protector del derecho de acceso a la información. Esa era mi obligación y esa fue la tarea que yo ejercí.”
–Se le acusa, también, de usar el IFAI como trampolín para ser secretario…
–Esas son ya las lecturas ex post que cualquiera puede hacer atribuyéndome equis o zeta intenciones. Pero no juzguemos intenciones, juzguemos hechos.
“Yo entré al IFAI convencido de la pertinencia de esa institución, la fortalecí, promoví una reforma al artículo sexto constitucional con otros actores, nadie hace solo en política, apuntalé que Infomex se estableciera en la mayoría de las entidades federativa del país y creo que eso fue un avance importante en materia de transparencia.”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario