14 abr 2011

La inasistencia del presidente a la nueva sede del Senado

El miércoles 6 de abril los senadores Manlio Fabio Beltrones, Francisco Labastida Ochoa, Pedro Joaquín Coldwell y Fernando Baeza Meléndez llegaron a la residencia oficial de Los Pinos, para correr la cortesía, de invitar al Presidente de la República, Felipe Calderón, a la inauguración de la nueva sede del Senado; días despúes -de último- el Presidente argumentó que no quería exponerse a una agresión de la gente del Sindicato Mexicano de Electricistas de Martín Esparza.
En ese tenor el secretario de Gobernación Francisco Blake, presente en la reunión, intervino, y dijo que él arreglaría ese problema, 
Esta semana -martes 12 de abri-, el pleno senatorial aprobó, primero que hubiera una sesión solmene y se invitara al Titular del Poder Ejecutivo Federal, y al Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación o a sus representantes; al Presidente de la Cámara de Diputados; a los Gobernadores de las Entidades Federativas; al Jefe de Gobierno del Distrito Federal, y a los demás funcionarios y personalidades que la Mesa Directiva determine.
En el punto tercero, señala el acuerdo que "en la sesión solemne tendrán lugar las siguientes intervenciones en el orden en que se indican. Inciso:
A.- Una por cada grupo parlamentario representada en el Senado de la República por un tiempo máximo de 8 minutos….
B.- Una del Ministro Presidente de la Suprema Corte de la Nación.
C.- Una del Presidente del Senado de la República.
D.- Una del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos."
No se cumplió el acuerdo, no hubo espacio para el representante del Presidente de la República, Francisco Blake.
Dice la columna Sólo Para Iniciados de  Juan Bustillos en Impacto Diario, 14 de abril, de 2011, que la realidad suele ser más sorprendente que la fantasía.
"El anuncio nocturno del martes advirtiendo que por problemas de agenda el Presidente Calderón no participaría en la inauguración de la nueva sede del Senado de la República dio pie a todo tipo de especulacionesEl anuncio nocturno del martes advirtiendo que por problemas de agenda el Presidente Calderón no participaría en la inauguración de la nueva sede del Senado de la República dio pie a todo tipo de especulaciones:
Que si molestó al Presidente que lo invitaran de último momento.
Que si Felipe Calderón se vengaba de Manlio Fabio Beltrones que en agosto de 2010 no asistió a los Foros sobre Seguridad convocados por el Presidente, aduciendo problemas de agenda y premura en la invitación.
Que si las bancadas de izquierda, en especial las identificadas con Andrés Manuel López Obrador, se oponían a que Calderón hiciera uso de la tribuna legislativa.
Nada de eso; la realidad es más prosaica como hoy lo revela el periódico IMPACTO.
Habla de la reunión del miércoles 6; en ese cónclave "se habló de la presencia de Calderón en la sesión solemne de ayer, sin embargo, los senadores priístas se asombraron al escuchar la razón fundamental por la que podría no asistir: Martín Esparza y el Sindicato Mexicano de Electricistas. No obstante, por el ofrecimiento del secretario de Gobernación de hacer algún tipo de negociación con el SME los senadores confiaron en que Calderón los visitaría; de hecho, él escogió la fecha del miércoles 13.
¿Por qué era importante la presencia de Calderón en la nueva sede del Senado?
No sólo porque su asistencia daría mayor realce al evento, sino porque él conseguiría lo que ya le será imposible en el sexenio: hacer uso de la palabra ante una de las Cámaras del Congreso.
Y porque de paso ocurriría lo que hasta ahora ha sido un sueño de los legisladores: que el Presidente escuche los posicionamientos de las fuerzas políticas representadas en el Congreso.
Más aún, parlamentario como es y experto para improvisar (de hecho lo hace mejor que leer los malos discursos que le preparan), tendría oportunidad de contestarles.
Sin duda habría sido un momento histórico con él como eje."
Agregha Bustillos que "alguien en Los Pinos lo asustó la posibilidad de que Martín Esparza y su gente se acantonaran en torno a la nueve sede legislativa y la emprendieran en contra del Presidente."
"Ayer, los senadores enterados de la verdad se resistían a creer que un Presidente echado para adelante, que considera, al igual que buena parte de la sociedad, como "valiente" la decisión de extinguir Luz y Fuerza del Centro, decretada por él mismo, no quiera encontrarse con el SME en la calle.
Y lo peor: el comunicado que en el extremo de los casos parece redactado por un enemigo del Presidente y, en el mejor, por alguien que no tiene la menor idea de las relaciones entre los Poderes de la Unión.
Y como si faltara: Beltrones no permitió que Blake utilizara la tribuna porque secretario de Gobernación y todo es mero empleado del Ejecutivo federal."

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