Respuesta de Don Juan Silva Meza, presidente de la
SCJN y del CJF
"Ningún poder por encima del otro, los tres por debajo y al amparo de la Constitución" (discurso completo abajo)
Las instituciones podemos y debemos disentir, dijo el Ministro
Durante su intervención en la conmemoración del Día Internacional de la Democracia, el Ministro resaltó que las instituciones pueden no estar de acuerdo y disentir en el ámbito de sus responsabilidades porque saben que, antes que nada, está el interés de la Nación.
"El nuestro es un País libre y democrático porque las instituciones podemos y debemos disentir, no estar de acuerdo, sin ser posiciones divergentes. En el ámbito de nuestra responsabilidades, tenemos claro que antes que nada está el interés de la Nación", expresó.
La declaración del presidente de la Corte y del CJF se da en el contexto de la crítica que realizó el Presidente Calderón al Poder Judicial por el caso del ex director de Operaciones de la CFE, Néstor Moreno.
Sin embargo, el Ministro se dijo abierto a escuchar el punto de vista de todas las personas y todos los grupos sociales al sistema de impartición de justicia. La sociedad, indicó, no puede esperar menos que la excelencia de parte de sus juzgadores federales.
"Estamos obligados a rendir cuentas de nuestros actos sin reticencia, sin importar consecuencias, estamos comprometidos con hacer y hacemos todo lo que sea necesario para que nuestras decisiones, apoyadas en la Constitución y las leyes, sean ampliamente analizadas, cuestionadas, criticadas", dijo.
"Somos servidores públicos de un régimen democrático y, como tales, estamos abiertos al más meticuloso escrutinio; la sociedad y el resto de los poderes así lo esperan de nosotros".
Cualquier acto reprochable que se suscita en las filas del Poder Judicial, aseveró, es investigado y, una vez comprobado, es sancionado.
La crítica del Calderón por la liberación de Néstor Moreno, del pasado 5 de septiembre:
"Este señor (Moreno Díaz), el que hizo corruptela y media en la CFE, lo agarramos el sábado y el domingo en la madrugada ya tenía un amparo y salió, claro que dicen que provisionalmente y que está sujeto a fianza, (aunque) creo que finalmente le negaron el amparo hoy", afirmó el Presidente en el cual respondió preguntas de ciudadanos en una transmisión en vivo en el portal de YouTube.
Al responder a un cuestionamiento sobre la participación en el ataque al Casino Royale de sujetos que ya tenían antecedentes penales, el Mandatario advirtió que hay una brecha entre la verdad real y la verdad legal, pues criminales son liberados por cuestiones técnicas en los juicios. "Yo digo (que) la verdad real, la que le importa al ciudadano, es que el señor es un ratero y está libre y ahora volvió a matar a 52 gentes, esa también es la impunidad que a mí me molesta, yo también le preguntaría al juez 'por qué lo dejaste ir', 'por qué lo sacaron' y que se le exija rendición de cuentas, no es que yo la traiga contra el juez, los aprecio y todo, pero pues ya también uno empieza a cansarse, uno los agarra, los agarra, los agarra, y los jueces los sacan, los sacan y los sacan", expresó.
Pero el Presidente hoy ya NO hablo de la mala actuación de jueces, eso lo dejo atrás, cerro ese debate (por lo pronto).
El discurso del Presidente Calderón, hoy jueves 15 de septiembre de 2011 en La residencia Oficial de Los Pinos en la Celebración del Día Internacional de la Democracia, dijo:
Estimado Ministro Juan Silva Meza, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación…,
“Hoy, México tiene una vibrante democracia, con plena división de Poderes, con partidos políticos, con gobiernos sin mayoría, pero, sin embargo, que es funcional. Que los Poderes pueden hablar libremente, como hablamos hoy.
“…Y es una fecha muy significativa para todos, porque hoy, bueno, mañana, celebramos la Independencia Nacional, estamos en vísperas de la celebración de nuestra Independencia, y como bien dijo el Ministro Juan Silva Meza, en cierto sentido, independencia y democracia se identifican. Van de la mano.
Agrego:
“En tercer lugar. Es avanzar hacia un Estado de Derecho eficaz, también, donde se cumpla la ley y se haga cumplir, como dijo el Magistrado Luna Ramos.
Se nos olvida a todos los gobernantes, o casi a todos, que esa es la primera obligación con el pueblo, que protestamos a la hora de tomar un cargo.
Protesto guardar y hacer guardar la ley. Es el primer mandato constitucional, y pudiera ser el único, que si se cumpliera, creo que estaríamos, además, verdaderamente del otro lado.
Por eso, no deja de sorprenderme que haya, incluso, en la propia, se dice clase política o en algunos servidores públicos, hasta el cuestionamiento si el gobernante debe cumplir o no con su 8deber, y con lo que la ley le mandata, en materia de seguridad y en otras cosas.
Solicitó a las fuerzas políticas:
“Por eso reitero mi preocupación, mi respetuoso llamado (…) a concordar a los Consejeros, Magistrados, que se encuentran vacantes. Y que se busque a través del consenso, -que no es obligatorio-; es decir, se puede elegir con la mayoría que establece la Constitución, pero sí es deseable - díganmelo a mí-, que exista un consenso respecto de quienes deben ser electos….
Y concluyó parafraseando a Carlos Marx: ¡Así que, demócratas del mundo, uníos,…
Jueces de la democracia
Don Juan Silva Meza, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Señor licenciado Felipe Calderón Hinojosa, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos;
Señor Senador José González Morfín, Presidente de la Mesa Directiva de la Honorable Cámara de Senadores;
Señor Diputado Emilio Chuayffet Chemor, Presidente de la Mesa Directiva de la Honorable Cámara de Diputados;
Muy distinguidos miembros del presídium; señoras y señores:
Hoy, nos reunimos para celebrar el Día Internacional de la Democracia, instituido hace cuatro años por la Organización de las Naciones Unidas.
Es cierto. No contamos con una definición precisa y universal de democracia. Existen varias. La mayoría hacen énfasis a cualidades, a procedimientos, a instituciones. El propio entendimiento, experiencias y creencias de los ciudadanos, así como la historia que ha construido un país en particular, se incluyen para crear una definición que, eso sí, debe ser significativa y práctica para la vida cotidiana de las personas. Los individuos deben reconocer su vida como una que se desarrolla en democracia.
En México, el germen de la democracia cobró vida en la madrugada de un día como hoy, debido a la genuina aspiración de leyes iguales para todos, que moderaran la opulencia y la indigencia, como lo asentó Morelos en Los Sentimientos de la Nación.
Eso motivó que una de las fechas de mayor importancia en la celebración de la vida de la República en México, coincida con el que la comunidad intencional ha señalado para festejar a la democracia porque, ya se ha dicho aquí, independencia y democracia van de la mano. Se es realmente independiente cuando se vive protegido por instituciones respetuosas de las libertades y derechos de las personas.
Es en este contexto que el nacimiento de la Nación mexicana fue concretada, mediante la instauración de un régimen político-democrático ordenado en torno a una Constitución que representó en su origen, una respuesta a la violencia, al desacuerdo, a la inquietud, a la inseguridad.
La historia nos demuestra que preferimos vivir en democracia. Nuestra historia nos enseña y nosotros hemos aprendido lecciones puramente democráticas. Aprendimos institucionalidad, aprendimos legalidad, aprendimos la necesidad de construir arreglos políticos en paz y, fundamentalmente, aprendimos que la justicia es parte esencial del arreglo político nacional.
Ese es nuestro legado democrático. Honrémoslo. Prefiramos la ley a la violencia, la estabilidad y la continuidad constitucional al desamparo de la inseguridad.
El gran producto de nuestra evolución democrática es, sin duda, la Constitución de 1917. En aras de civilidad la que ella propicia, debemos tener claro que la respuesta de los mexicanos a la antidemocracia, es la ley.
Los mexicanos expresamos en la Constitución nuestro compromiso democrático a través de la instauración de un Estado definido por la ley, en el cual cada quien dentro del marco de la ley, de la propia ley, pueda desarrollar su vida como mejor le plazca, sin temor a que sus derechos sean arbitrariamente cancelados.
México se convirtió a la democracia por medio de una Constitución con leyes e instituciones. Esta es la gran lección de nuestra historia que debemos tener en cuenta, sobre todo, en los tiempos que corren.
Hoy, como entonces, la mejor y la mayor respuesta a la violencia, a la inseguridad, es y debe ser siempre, la respuesta democrática que la Constitución prevé, y que se condensa, hemos dicho, en leyes, en instituciones.
De igual manera, la conducción de las instituciones de la República a través de los Poderes de la Unión, debe responder a las necesidades de una nueva ciudadanía, más participativa y consciente de sus derechos.
La fuerza y la acción de las instituciones del Estado mexicano deben ser acompañadas por el respaldo ciudadano, y eso sólo es posible alcanzando las legítimas aspiraciones en la prosperidad de los mexicanos.
En este contexto, los jueces de la democracia sabemos que debemos estar atentos a las dolencias y reclamos de la sociedad, y debemos estar dispuestos, siempre, a escucharla.
De esa atención deriva nuestra existencia y nuestra razón de ser en la democracia, como el poder encargado de velar por la estabilidad nacional, alejado de contiendas políticas, de controversias partidistas, o de la negociación propia del sistema Legislativo.
La Judicatura debe ser el ancla del sistema democrático nacional, pero sólo podremos serlo legítimamente, cuando sin tomar partido hagamos valer la Constitución y las leyes que nos protegen a todos, tomando en cuenta los valores democráticos de la sociedad que nos da origen.
Y desde aquí, en el Día Internacional de la Democracia, reiteramos nuestro compromiso invariable por escuchar el punto de vista de todas las personas y todos los grupos sociales.
El Sistema de Impartición de Justicia Federal que existe por y para la sociedad, no está ajeno a ella. Deben acercarse a nosotros, conocer de cerca nuestro trabajo, observarnos, ser rígidos en la evaluación de nuestro trabajo.
La sociedad en la democracia no puede esperar menos que excelencia de parte de sus juzgadores.
¡Estamos obligados a rendir cuentas de nuestros actos sin reticencia, sin importar consecuencias!
Estamos comprometidos con hacer, y lo hacemos, todo lo que sea necesario para que nuestras decisiones, apoyadas en la Constitución y las leyes, sean ampliamente analizadas, cuestionadas, criticadas.
Somos servidores públicos de un régimen democrático, y como tales, estamos abiertos al más meticuloso escrutinio. La sociedad y el resto de los Poderes así lo esperan de nosotros.
Nuestro compromiso con la democracia es absoluto. No toleraremos la existencia de actos impropios por parte de cualquiera de nosotros. Pedimos a la sociedad, en su conjunto, señalar cualquier conducta indebida que se detecte en nuestro actuar. Nosotros no los queremos en nuestro seno. La sociedad en democracia no lo merece.
Cualquier acto reprochable que se suscite entre nuestras filas es investigado, y una vez comprobado, es sancionado. Colaboramos, sin regateo, en ese esfuerzo que la sociedad democrática reclama. Nuestra legitimidad proviene de la sociedad.
Los servidores públicos, todos, sin excepción, tenemos la obligación de respetar la Constitución y los mecanismos que la misma establece, y todos somos susceptibles de ser llamados a cuentas, en caso de desacato.
Los jueces aceptamos esta responsabilidad democrática. Renovamos hoy nuestro compromiso con el actuar transparente y respetuoso de los derechos humanos, propio de los jueces de la democracia.
En democracia todos estamos obligados a trabajar juntos, cada uno cumpliendo con su papel y sus atribuciones, cada uno en el ámbito de sus competencias, cada uno honrando al régimen constitucional y sus leyes.
Todos estamos obligados a cuidar, en estos tiempos difíciles, a las instituciones y a la institucionalidad. Debemos aprender de la historia.
Todos debemos trabajar juntos para honrar nuestra democracia. No debemos culparnos entre nosotros.
La historia misma nos ha enseñado, dolorosamente, que cuando nos dividimos, privilegiando posiciones irreductibles, perdemos como Nación, en tanto que los adversarios de la democracia ganan.
El consenso, guiado en democracia, por el bien de los mexicanos y cobijados por la Constitución, debe ser la meta.
El nuestro es un país libre y democrático, porque las instituciones, aunque podemos y debemos disentir, no estar de acuerdo, fijar posiciones divergentes en el ámbito de nuestras responsabilidades, tenemos claro que, antes que nada está el interés de la Nación y, en democracia, ningún Poder por encima del otro, los tres por debajo y al amparo de la Constitución.
Hoy, como muestra del alcance de nuestra vida democrática, las instituciones mexicanas, respetuosas entre sí, están cerca y unidas en el objetivo común, que es consolidar a la Nación como un país de leyes y derechos que permitan el desarrollo vital de individuos libres, en un ambiente democrático, de seguridad y paz.
Las instituciones de la República comparten, al trabajar juntas y en armonía constitucional, la fuerza y la unidad del Estado mexicano.
México es una Nación de legalidad e institucionalidad. Hoy, en México, somos legalidad e institucionalidad en democracia. Y así, deberá seguir siendo.
"Ningún poder por encima del otro, los tres por debajo y al amparo de la Constitución" (discurso completo abajo)
Las instituciones podemos y debemos disentir, dijo el Ministro
Durante su intervención en la conmemoración del Día Internacional de la Democracia, el Ministro resaltó que las instituciones pueden no estar de acuerdo y disentir en el ámbito de sus responsabilidades porque saben que, antes que nada, está el interés de la Nación.
"El nuestro es un País libre y democrático porque las instituciones podemos y debemos disentir, no estar de acuerdo, sin ser posiciones divergentes. En el ámbito de nuestra responsabilidades, tenemos claro que antes que nada está el interés de la Nación", expresó.
La declaración del presidente de la Corte y del CJF se da en el contexto de la crítica que realizó el Presidente Calderón al Poder Judicial por el caso del ex director de Operaciones de la CFE, Néstor Moreno.
Sin embargo, el Ministro se dijo abierto a escuchar el punto de vista de todas las personas y todos los grupos sociales al sistema de impartición de justicia. La sociedad, indicó, no puede esperar menos que la excelencia de parte de sus juzgadores federales.
"Estamos obligados a rendir cuentas de nuestros actos sin reticencia, sin importar consecuencias, estamos comprometidos con hacer y hacemos todo lo que sea necesario para que nuestras decisiones, apoyadas en la Constitución y las leyes, sean ampliamente analizadas, cuestionadas, criticadas", dijo.
"Somos servidores públicos de un régimen democrático y, como tales, estamos abiertos al más meticuloso escrutinio; la sociedad y el resto de los poderes así lo esperan de nosotros".
Cualquier acto reprochable que se suscita en las filas del Poder Judicial, aseveró, es investigado y, una vez comprobado, es sancionado.
La crítica del Calderón por la liberación de Néstor Moreno, del pasado 5 de septiembre:
"Este señor (Moreno Díaz), el que hizo corruptela y media en la CFE, lo agarramos el sábado y el domingo en la madrugada ya tenía un amparo y salió, claro que dicen que provisionalmente y que está sujeto a fianza, (aunque) creo que finalmente le negaron el amparo hoy", afirmó el Presidente en el cual respondió preguntas de ciudadanos en una transmisión en vivo en el portal de YouTube.
Al responder a un cuestionamiento sobre la participación en el ataque al Casino Royale de sujetos que ya tenían antecedentes penales, el Mandatario advirtió que hay una brecha entre la verdad real y la verdad legal, pues criminales son liberados por cuestiones técnicas en los juicios. "Yo digo (que) la verdad real, la que le importa al ciudadano, es que el señor es un ratero y está libre y ahora volvió a matar a 52 gentes, esa también es la impunidad que a mí me molesta, yo también le preguntaría al juez 'por qué lo dejaste ir', 'por qué lo sacaron' y que se le exija rendición de cuentas, no es que yo la traiga contra el juez, los aprecio y todo, pero pues ya también uno empieza a cansarse, uno los agarra, los agarra, los agarra, y los jueces los sacan, los sacan y los sacan", expresó.
Pero el Presidente hoy ya NO hablo de la mala actuación de jueces, eso lo dejo atrás, cerro ese debate (por lo pronto).
El discurso del Presidente Calderón, hoy jueves 15 de septiembre de 2011 en La residencia Oficial de Los Pinos en la Celebración del Día Internacional de la Democracia, dijo:
Estimado Ministro Juan Silva Meza, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación…,
“Hoy, México tiene una vibrante democracia, con plena división de Poderes, con partidos políticos, con gobiernos sin mayoría, pero, sin embargo, que es funcional. Que los Poderes pueden hablar libremente, como hablamos hoy.
“…Y es una fecha muy significativa para todos, porque hoy, bueno, mañana, celebramos la Independencia Nacional, estamos en vísperas de la celebración de nuestra Independencia, y como bien dijo el Ministro Juan Silva Meza, en cierto sentido, independencia y democracia se identifican. Van de la mano.
Agrego:
“En tercer lugar. Es avanzar hacia un Estado de Derecho eficaz, también, donde se cumpla la ley y se haga cumplir, como dijo el Magistrado Luna Ramos.
Se nos olvida a todos los gobernantes, o casi a todos, que esa es la primera obligación con el pueblo, que protestamos a la hora de tomar un cargo.
Protesto guardar y hacer guardar la ley. Es el primer mandato constitucional, y pudiera ser el único, que si se cumpliera, creo que estaríamos, además, verdaderamente del otro lado.
Por eso, no deja de sorprenderme que haya, incluso, en la propia, se dice clase política o en algunos servidores públicos, hasta el cuestionamiento si el gobernante debe cumplir o no con su 8deber, y con lo que la ley le mandata, en materia de seguridad y en otras cosas.
Solicitó a las fuerzas políticas:
“Por eso reitero mi preocupación, mi respetuoso llamado (…) a concordar a los Consejeros, Magistrados, que se encuentran vacantes. Y que se busque a través del consenso, -que no es obligatorio-; es decir, se puede elegir con la mayoría que establece la Constitución, pero sí es deseable - díganmelo a mí-, que exista un consenso respecto de quienes deben ser electos….
Y concluyó parafraseando a Carlos Marx: ¡Así que, demócratas del mundo, uníos,…
Jueces de la democracia
Don Juan Silva Meza, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Señor licenciado Felipe Calderón Hinojosa, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos;
Señor Senador José González Morfín, Presidente de la Mesa Directiva de la Honorable Cámara de Senadores;
Señor Diputado Emilio Chuayffet Chemor, Presidente de la Mesa Directiva de la Honorable Cámara de Diputados;
Muy distinguidos miembros del presídium; señoras y señores:
Hoy, nos reunimos para celebrar el Día Internacional de la Democracia, instituido hace cuatro años por la Organización de las Naciones Unidas.
Es cierto. No contamos con una definición precisa y universal de democracia. Existen varias. La mayoría hacen énfasis a cualidades, a procedimientos, a instituciones. El propio entendimiento, experiencias y creencias de los ciudadanos, así como la historia que ha construido un país en particular, se incluyen para crear una definición que, eso sí, debe ser significativa y práctica para la vida cotidiana de las personas. Los individuos deben reconocer su vida como una que se desarrolla en democracia.
En México, el germen de la democracia cobró vida en la madrugada de un día como hoy, debido a la genuina aspiración de leyes iguales para todos, que moderaran la opulencia y la indigencia, como lo asentó Morelos en Los Sentimientos de la Nación.
Eso motivó que una de las fechas de mayor importancia en la celebración de la vida de la República en México, coincida con el que la comunidad intencional ha señalado para festejar a la democracia porque, ya se ha dicho aquí, independencia y democracia van de la mano. Se es realmente independiente cuando se vive protegido por instituciones respetuosas de las libertades y derechos de las personas.
Es en este contexto que el nacimiento de la Nación mexicana fue concretada, mediante la instauración de un régimen político-democrático ordenado en torno a una Constitución que representó en su origen, una respuesta a la violencia, al desacuerdo, a la inquietud, a la inseguridad.
La historia nos demuestra que preferimos vivir en democracia. Nuestra historia nos enseña y nosotros hemos aprendido lecciones puramente democráticas. Aprendimos institucionalidad, aprendimos legalidad, aprendimos la necesidad de construir arreglos políticos en paz y, fundamentalmente, aprendimos que la justicia es parte esencial del arreglo político nacional.
Ese es nuestro legado democrático. Honrémoslo. Prefiramos la ley a la violencia, la estabilidad y la continuidad constitucional al desamparo de la inseguridad.
El gran producto de nuestra evolución democrática es, sin duda, la Constitución de 1917. En aras de civilidad la que ella propicia, debemos tener claro que la respuesta de los mexicanos a la antidemocracia, es la ley.
Los mexicanos expresamos en la Constitución nuestro compromiso democrático a través de la instauración de un Estado definido por la ley, en el cual cada quien dentro del marco de la ley, de la propia ley, pueda desarrollar su vida como mejor le plazca, sin temor a que sus derechos sean arbitrariamente cancelados.
México se convirtió a la democracia por medio de una Constitución con leyes e instituciones. Esta es la gran lección de nuestra historia que debemos tener en cuenta, sobre todo, en los tiempos que corren.
Hoy, como entonces, la mejor y la mayor respuesta a la violencia, a la inseguridad, es y debe ser siempre, la respuesta democrática que la Constitución prevé, y que se condensa, hemos dicho, en leyes, en instituciones.
De igual manera, la conducción de las instituciones de la República a través de los Poderes de la Unión, debe responder a las necesidades de una nueva ciudadanía, más participativa y consciente de sus derechos.
La fuerza y la acción de las instituciones del Estado mexicano deben ser acompañadas por el respaldo ciudadano, y eso sólo es posible alcanzando las legítimas aspiraciones en la prosperidad de los mexicanos.
En este contexto, los jueces de la democracia sabemos que debemos estar atentos a las dolencias y reclamos de la sociedad, y debemos estar dispuestos, siempre, a escucharla.
De esa atención deriva nuestra existencia y nuestra razón de ser en la democracia, como el poder encargado de velar por la estabilidad nacional, alejado de contiendas políticas, de controversias partidistas, o de la negociación propia del sistema Legislativo.
La Judicatura debe ser el ancla del sistema democrático nacional, pero sólo podremos serlo legítimamente, cuando sin tomar partido hagamos valer la Constitución y las leyes que nos protegen a todos, tomando en cuenta los valores democráticos de la sociedad que nos da origen.
Y desde aquí, en el Día Internacional de la Democracia, reiteramos nuestro compromiso invariable por escuchar el punto de vista de todas las personas y todos los grupos sociales.
El Sistema de Impartición de Justicia Federal que existe por y para la sociedad, no está ajeno a ella. Deben acercarse a nosotros, conocer de cerca nuestro trabajo, observarnos, ser rígidos en la evaluación de nuestro trabajo.
La sociedad en la democracia no puede esperar menos que excelencia de parte de sus juzgadores.
¡Estamos obligados a rendir cuentas de nuestros actos sin reticencia, sin importar consecuencias!
Estamos comprometidos con hacer, y lo hacemos, todo lo que sea necesario para que nuestras decisiones, apoyadas en la Constitución y las leyes, sean ampliamente analizadas, cuestionadas, criticadas.
Somos servidores públicos de un régimen democrático, y como tales, estamos abiertos al más meticuloso escrutinio. La sociedad y el resto de los Poderes así lo esperan de nosotros.
Nuestro compromiso con la democracia es absoluto. No toleraremos la existencia de actos impropios por parte de cualquiera de nosotros. Pedimos a la sociedad, en su conjunto, señalar cualquier conducta indebida que se detecte en nuestro actuar. Nosotros no los queremos en nuestro seno. La sociedad en democracia no lo merece.
Cualquier acto reprochable que se suscite entre nuestras filas es investigado, y una vez comprobado, es sancionado. Colaboramos, sin regateo, en ese esfuerzo que la sociedad democrática reclama. Nuestra legitimidad proviene de la sociedad.
Los servidores públicos, todos, sin excepción, tenemos la obligación de respetar la Constitución y los mecanismos que la misma establece, y todos somos susceptibles de ser llamados a cuentas, en caso de desacato.
Los jueces aceptamos esta responsabilidad democrática. Renovamos hoy nuestro compromiso con el actuar transparente y respetuoso de los derechos humanos, propio de los jueces de la democracia.
En democracia todos estamos obligados a trabajar juntos, cada uno cumpliendo con su papel y sus atribuciones, cada uno en el ámbito de sus competencias, cada uno honrando al régimen constitucional y sus leyes.
Todos estamos obligados a cuidar, en estos tiempos difíciles, a las instituciones y a la institucionalidad. Debemos aprender de la historia.
Todos debemos trabajar juntos para honrar nuestra democracia. No debemos culparnos entre nosotros.
La historia misma nos ha enseñado, dolorosamente, que cuando nos dividimos, privilegiando posiciones irreductibles, perdemos como Nación, en tanto que los adversarios de la democracia ganan.
El consenso, guiado en democracia, por el bien de los mexicanos y cobijados por la Constitución, debe ser la meta.
El nuestro es un país libre y democrático, porque las instituciones, aunque podemos y debemos disentir, no estar de acuerdo, fijar posiciones divergentes en el ámbito de nuestras responsabilidades, tenemos claro que, antes que nada está el interés de la Nación y, en democracia, ningún Poder por encima del otro, los tres por debajo y al amparo de la Constitución.
Hoy, como muestra del alcance de nuestra vida democrática, las instituciones mexicanas, respetuosas entre sí, están cerca y unidas en el objetivo común, que es consolidar a la Nación como un país de leyes y derechos que permitan el desarrollo vital de individuos libres, en un ambiente democrático, de seguridad y paz.
Las instituciones de la República comparten, al trabajar juntas y en armonía constitucional, la fuerza y la unidad del Estado mexicano.
México es una Nación de legalidad e institucionalidad. Hoy, en México, somos legalidad e institucionalidad en democracia. Y así, deberá seguir siendo.
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