Teme Luz del Mundo por laicidad

Teme Luz del Mundo por laicidad

Nota deVerónica Sánchez

Reforma, 7 febrero 2012).- Para la iglesia de La Luz del Mundo, la reforma constitucional en materia religiosa tiene la intención real de vulnerar la laicidad del Estado mexicano y regresar antiguos privilegios a la Iglesia católica.

Eliezer Gutiérrez, vocero de la asociación religiosa, señaló que el dictamen aprobado por la Cámara de Diputados prevé la revisión posterior de otros artículos constitucionales como el Tercero, que establece la laicidad de la enseñanza pública; el 27, que pone límite a los bienes de las asociaciones religiosas, y el 130, sobre la separación entre las iglesias y el Estado.

"Creemos que la reforma al Artículo 24 esconde una intencionalidad que no es otra más que la de desmantelar el Estado laico".

"¿Y qué tipos de privilegios (a los católicos)? Que el Estado llegue a financiar la educación religiosa transgrediendo lo que dice la Constitución y que abra la posibilidad para que algún grupo religioso pueda tener el control de algunos medios de comunicación y que se abra la puerta al clero para que pueda participar de manera activa en política", expuso en entrevista telefónica.

La Luz del Mundo es una de las 66 asociaciones religiosas que, junto con 38 investigadores y mil 356 líderes religiosos, firmaron el pasado 2 de febrero la Declaración Ciudadana México Laico, donde manifestaron su rechazo a esa reforma, además de participar en las protestas nacionales por el mismo motivo.

El vocero de la Luz del Mundo cuestionó la rapidez con la que se impulsó el proyecto, sin ser puesto a discusión con otros actores de la sociedad.

El 14 de diciembre, un día antes de que terminara el periodo de sesiones, priistas y panistas impusieron el dictamen al presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, Juventino Castro, del PRD, el cual se aprobó un día después en el pleno.

Gutiérrez consideró que la velocidad de la votación del dictamen está relacionada con la visita del Papa Benedicto XVI a México.

"Es natural que nos preocupemos de que esta reforma sea una petición de partes, que sea una especie de regalo. Esto no debe de ser así. Es vergonzoso", reclamó.

Insistió en que, de aprobarse la reforma, las iglesias no católicas sufrirán las consecuencias.

"Ya está pasando: cuando un niño tiene un nombre bíblico, es objeto de burla en sus escuelas, y cuando no participan en algunos rituales en algunas comunidades. Si eso es ahora, cuando el Estado subsidie una educación religiosa, ¿qué les va a pasar a las minorías religiosas?", lamentó.