4 ago 2013

Vallejo entregó Michoacán al narco: "La Cocoa"


‘A mi hijo lo secuestraron y cuando lo llevé al Ministerio Público a ratificar la denuncia, se orinó en la puerta porque los secuestradores eran ellos’.
La "Cocoa" ataca: El priista Vallejo entregó Michoacán a los narcos/José Gil Olmos.
Revista Proceso # 1918, 3 de agosto de 2013:
http://www.proceso.com.mx

En medio de la violencia que envuelve a Michoacán, que incluye el asesinato de un vicealmirante de la Marina, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, se comprometió a recuperar la paz del estado, dijo, municipio por municipio.  Pero la senadora panista Luisa María Calderón Hinojosa, Cocoa, critica al partido en el poder, el PRI,  por apoyar a Fausto Vallejo para la gubernatura a sabiendas de que estaba enfermo y fue éste –quien hoy se encuentra de licencia– el que cedió el poder a los grupos delincuenciales, dice la hermana del expresidente Calderón, cuya guerra contra el narco se inició precisamente en Michoacán.
Michoacán es el foco rojo del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Con un gobernador enfermo que pidió una segunda licencia por seis meses, el crimen organizado muestra su poder en esa entidad y pone en jaque al mandatario interino Jesús Reyna con ataques indiscriminados a la Policía Federal y a la población, mientras los grupos de autodefensa y las policías comunitarias se multiplican y toman las armas para enfrentar la crisis de gobernabilidad.

A diferencia de Tamaulipas, en Michoacán el crimen organizado controla todo el territorio, sostiene la senadora panista Luisa María Calderón Hinojosa, y considera evidente que el gobernador con licencia, Fausto Vallejo, cedió el poder a esos grupos delincuenciales. El presidente Peña Nieto, dice, no ha dado suficiente atención a la entidad, además de que ha cancelado su visita en tres ocasiones.
La legisladora señala que desde mayo la violencia se extendió a toda la entidad, y apunta que la gobernabilidad está sostenida con alfileres, sobre todo por la ausencia de Vallejo. A ello se suma la deuda pública de 12 mil millones de pesos, la aparición de grupos de autodefensa ciudadana en Tierra Caliente y los ataques de Los Caballeros Templarios a la Policía Federal, que ya cobraron 24 vidas, incluidas las bajas de cuatro integrantes de la fuerza pública.
Para la excandidata a gobernadora y hermana del expresidente Felipe Calderón, mientras las autoridades de Michoacán se debaten en la incertidumbre, los grupos del crimen organizado tienen el control de los policías municipales, algunos de los cuales participan en extorsiones contra la población.
Esos grupos, afirma, controlan también la producción minera, así como la del aguacate y el limón; cobran impuesto a comerciantes, empresarios, profesionistas, campesinos, hoteleros, transportistas… a todo el que se les antoje. Es más: “Son los dueños de las minas y manejan incluso los trenes que llegan a Lázaro Cárdenas”, sostiene.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización de Empresas 2012 (ENVE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), hasta 2011 Michoacán era una de las entidades con menores tasas de delitos a empresas; ocupaba el sitio 16 entre las 32 entidades con índice de 2 mil 936 casos por cada 10 mil unidades económicas.
La situación empeoró. En mayo pasado firmas como Saba y Danone  salieron de la entidad luego de que en Tierra Caliente Los Caballeros Templarios bloquearan la distribución de sus productos. La intimidación se inició a finales de mayo de 2012, cuando el grupo criminal atacó centros de distribución e incendió 40 vehículos de la subsidiaria del Grupo PepsiCo en varios municipios porque realizaban “actividades nocivas” contra sus sicarios.
 En algunos municipios de Tierra Caliente la gente ha optado por abandonar sus tierras. Según el diputado perredista Osbaldo Esquivel, cada dos semanas salen entre 30 y 40 personas rumbo a Guanajuato y Jalisco.
 Desde que inició este gobierno la situación en Michoacán es terrible, comenta la senadora Calderón, y asegura que el gobernador Fausto Vallejo dobló las manos ante el crimen organizado.
En las ciudades, dice, los secuestros y extorsiones están a la orden de día. Hoy, la delincuencia organizada controla todo el territorio. Los pistoleros de Los Caballeros Templarios piden cuotas a los propietarios de los negocios; cuando se niegan, los amenazan. En Morelia proliferan los anuncios de “se renta o se vende”; muchos locales comerciales están vacíos. Eso sucede en todos lados, insiste la senadora.
 Meses después de los comicios de 2011, en los que Fausto Vallejo resultó ganador, relata Calderón Hinojosa, ella le pidió ayuda para los 28 candidatos a alcaldes panistas con la finalidad de enfrentar a los criminales. “Así están todos”, afirma Cocoa que le contestó el gobernador; y se pregunta: “¿Qué más se puede decir?”.
Agrega que la falta de una autoridad les deja el terreno libre a todos los delincuentes, quienes le están cobrando al PRI el apoyo que le dieron durante la campaña electoral. Y así como Vallejo ganó la elección, también la debe. “Yo le pedí que no se arrodillara frente a los delincuentes organizados…”.
–¿Se arrodilló?
–Bueno. No ha podido hacer gran cosa; no ha podido cambiar funcionarios. El Centro de Inteligencia, Comunicaciones y Mando de la policía C4 lo tienen bajo control (los delincuentes). ¡Qué es eso! A los ministeriales también los tienen bajo su control. ¡Qué es eso! Y no ha podido cambiar las cosas. Esto no es un secreto, lo sabemos todos.
La crisis de gobernabilidad
El jueves 1, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, se reunió por primera vez con el gobernador interino Jesús Reyna, los representantes del Congreso local, empresarios, académicos, los líderes de los partidos en el estado y senadores de la entidad. El encuentro duró más de tres horas y fue a puerta cerrada.
Mientras el presidente Peña Nieto se recuperaba de la operación de la tiroides, Osorio Chong prometió a los michoacanos que el Ejército, la Marina y la Policía Federal continuarían en el estado. “hasta devolverle la paz y tranquilidad”. Estarán ahí hasta que la entidad tenga las instituciones y la capacidad en materia de seguridad para enfrentar a la delincuencia organizada, según un comunicado de Gobernación.
Osorio Chong declaró que las fuerzas federales irían “municipio por municipio, comunidad por comunidad, a devolverles la paz, la estabilidad y el control a los ­michoacanos”.
A su vez, el gobernador interino, Jesús Reyna, dijo que la renuncia del procurador Plácido Torres y la dimisión del secretario de Finanzas, Carlos Río Valencia, eran parte de los ajustes en su equipo de trabajo.
Cristóbal Arias –quien buscó dos veces la gubernatura arropado por el PRD e incluso fue senador por ese partido– sostiene que la estrategia de contención calderonista que ahora continúa Peña Nieto ha sido un fracaso. Sólo ha convertido a Michoacán en una zona de desastre, afirma.
“La ingobernabilidad es tal –añade– que las autoridades locales son formales pero no gobiernan. Hemos desembocado en un Estado fallido, aun cuando lo nieguen el gobernador y el propio presidente Enrique Peña Nieto.”
Arias lo admite: La delincuencia organizada ha sustraído parte del territorio al dominio gubernamental local. Si esta situación no se resuelve, la violencia criminal y de inseguridad se incrementará. Según él, habrá más sangre en la mayor parte del territorio michoacano, con la posibilidad de hacerse extensivo a otros lugares.
Considera que la estrategia de seguridad para Michoacán no debe ser de contención, de patrullajes y retenes, sino de investigación, persecución, detención y congelamiento de bienes y cuentas bancarias. Y advierte: para enfrentar la crisis general del estado, es urgente atender los programas de educación, salud y empleo.
Durante la entrevista, realizada en sus oficinas del Senado, Luisa María Calderón insiste en que en Michoacán no hay certidumbre porque Fausto Vallejo no logró que su gobierno despegara a causa de su enfermedad.
Y en cuanto al interino Jesús Reyna, dice, parece estar más ocupado en cabildear para quedarse el resto de la gestión –dos años y medio– que en establecer un programa y enfrentar la crisis en el estado. Plantea: Vallejo debe evaluar su salud. Si no puede continuar, tendrá que dejar el gobierno a Reyna y permitir al estado recuperar la certidumbre.
“Lo que ahorita necesitamos es certidumbre –reafirma–, que nos digan hacia dónde y cómo hacerlo para que los diputados hagan su tarea, para que el gobernador tenga claro a dónde va, para poderle pedir cuentas y los senadores podamos empujar.”
El PRI, insiste, tiene una enorme responsabilidad porque desde el proceso electoral sus dirigentes sabían que Fausto Vallejo estaba enfermo y lo eligieron candidato, y ya como gobernador insistieron en mantenerlo.
“Decir que no pasa nada no nos ayuda, las cosas han ido empeorando”,  reitera, y señala que hay muchos responsables por la situación de Michoacán, incluidos los dos gobernadores del PRD, Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy.
Sin embargo, en esta parte de la entrevista Cocoa omite citar a su hermano Felipe Calderón, quien apenas arribó a Los Pinos declaró su “guerra” al narcotráfico desplazando tropas del Ejército y policías federales a Michoacán, su estado natal, con los resultados desastrosos que ahora han hecho crisis en la región.
Viejos problemas
Según Calderón el narcotráfico en Michoacán se remonta a la Segunda Guerra Mundial, cuando los gobiernos de México y Estados Unidos firmaron un contrato por el cual el primer país se comprometió a enviar cargamentos de mariguana en cigarrillos y goma de opio para que allá se produjera heroína y se mandara a los soldados del frente de batalla.
“Hasta allá –relata– se remonta la historia. Se desgaja de Sinaloa a Michoacán, donde se siembra desde hace muchos años.”
Cuenta una anécdota: Afirma que en 1986 ella atestiguó el poder del narco durante la campaña de su correligionario Luis Mejía Guzmán. Un día, en una plaza apareció un chico de 13 años a bordo de una camioneta con rines de magnesio y un cuerno de chivo. “Traía un enorme aparato de sonido y decía que no iba a la escuela, que él trabajaba moviendo macetas de día hacia donde estaban los rayos del sol. Luego vimos a otros chiquillos con los dedos negros por estarle quitando la goma a las amapolas”.
 Por esas fechas empezaron a secuestrar mucha gente. Decían que en tiempo de estío el negocio de la venta de droga se equilibraba con plagios: “Empezaban los secuestros de gente adinerada en los municipios pequeños, como Ario de Rosales, pero también en Uruapan y Aguililla. Cuando íbamos a Lázaro Cárdenas (los sicarios) ponían en fila a los autobuses, bajaban a la gente, le quitaban sus cosas; había incluso violaciones.
 “Así que no es un tema nuevo. Tiene muchos años, pasan muchos años y ya hay este tipo de diversificación”, cuenta la senadora.
 Las cosas fueron empeorando. En el sexenio de Vicente Fox crecieron las narcotienditas, así como la producción de drogas sintéticas –hoy Michoacán ocupa el primer lugar en este fenómeno– y la aparición de grupos locales del crimen organizado.
 En 2006 el narcomenudeo se tipificó como delito federal y se hizo concurrente su persecución en los estados, pero en Michoacán no se legisló en la materia y se dejó crecer el problema, comenta.
 Además, agrega, la delincuencia organizada comenzó a actuar con la siguiente lógica: “‘Bueno, si estos policías estatales y municipales van a ser mis enemigos, mejor los hago mis amigos’. Entonces empieza a cooptarlos. La primera llamada de atención grave fue el secuestro de la secretaria del ayuntamiento de Uruapan en 2007”.
 Ese mismo año personeros de las bandas delincuenciales citaron a los aguacateros en un hotel. Ahí, presuntamente Nazario Moreno, El Chayo, les pidió una cuota para protegerlos. Y como los aguacateros aceptaron, los cobros de piso se extendieron a los productores de limón y a los empacadores de los ejidos, según Cocoa.
 En 2009, advierte, los grupos criminales irrumpieron en la política. En el proceso electoral intermedio, que ella coordinó para el PAN, a varios precandidatos de los municipios pequeños de Tierra Caliente y del oriente de la entidad los grupos criminales les dijeron que no contendieran porque ellos iban a poner a los candidatos.
 “El día de las elecciones amenazaron a nuestros representantes de casilla. Les pidieron no presentarse y amenazaron con matar a quienes votaran por nuestros candidatos. Además, a algunos de nuestros candidatos los levantaban para asustarlos.”
 Asimismo, el crimen organizado logró imponer a los jefes de la Policía Municipal y a los agentes ministeriales.
 “Los secuestros se repiten una y otra vez. Muchos decían: ‘A mi hijo lo secuestraron y cuando lo llevé al Ministerio Público a ratificar la denuncia, se orinó en la puerta porque los secuestradores eran ellos’. Algunas gentes cuentan que los secuestraron y los trajeron en una patrulla varios días, mientras escuchaban por radio cuando le decían a la policía del municipio: ¡Ábrame cancha porque aquí traigo uno!”
 En el proceso electoral estatal de 2011, la situación fue parecida, advierte la senadora. “Teníamos señales desde los cierres de campaña; algunos candidatos nuestros ya no llegaron. Después nos dijeron que los habían levantado, que los mandaron llamar para decirles: ‘¡Mejor ni se metan!’”.
 “Ellos (los sicarios) dicen a quién van a apoyar, y si a pesar de ello la gente participa y gana, ellos van y cobran. Y deciden quién debe quedar en la Policía Municipal.”
 Y así como rechaza la idea de la ­desaparición de poderes en Michoacán, se muestra contraria a la realización de comicios extraordinarios, porque, dice, es imposible llevarlos a cabo sin la injerencia de Los Caballeros Templarios

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Su hermano fue Presidente....era la oportunidad con todo lo que describe de haberle puesto un alto......y no pudieron. Al día de hoy tampoco. Creo no hay voluntad para terminar de una vez y para siempre con tanta impunidad. Solo un milagro a como están las cosas en todo nuestro País!!!!

Anónimo dijo...

Que fácil habla pero su hermano o hizo nada más que acribillar más al estado