17 nov 2013

El PAN, hacia su “maderización”/ Alvaro Delgado


El PAN, hacia su “maderización”/ÁLVARO DELGADO
Revista Proceso # 1933, 16 de noviembre de 2013

Con las reglas del proceso sucesorio hechas a su medida y el grupo calderonista minimizado, Gustavo Madero avanza a paso firme hacia su reelección como presidente del PAN. Aparentemente no le hacen sombra otros posibles candidatos, como Ernesto Cordero, Gabriela Ruiz, Juan Carlos Romero Hicks o Juan Manuel Oliva. La incógnita sigue siendo Josefina Vázquez Mota, en quien cifran sus esperanzas algunos militantes blanquiazules, pero ella no ha dicho si va o no por la dirigencia panista.
Con Josefina Vázquez Mota indecisa, Ernesto Cordero huérfano de poder y Gabriela Ruiz cooptada, así como con Juan Carlos Romero Hicks, Juan Manuel Oliva y Héctor Larios faltos de apoyos, Gustavo Madero perfila su reelección como presidente del Partido Acción Nacional (PAN) con reglas de competencia ajustadas a su proyecto.

 Respaldado por el gobierno de Enrique Peña Nieto, quien lo mantiene cautivado pese al choque por la reforma fiscal –aunque unidos en la energética–, Madero y su equipo prevén que Vázquez Mota desista de participar y que el conflicto se intensifique con Felipe Calderón, tutor de Cordero.
 Se va configurando un escenario de guerra: Madero perfila como coordinador de su campaña al michoacano Marko Cortés Mendoza, enemigo de Calderón, quien a su vez apuesta con Cordero a la polarización de fuerzas para imponerse.
 “Para uno que polariza (Madero), otro que polariza (Cordero)”, le confesó Calderón al senador Héctor Larios, quien por su parte adelanta que esta semana decidirá si desiste de ser uno de los inicialmente siete aspirantes a la presidencia del PAN. “El piso no está parejo”, se queja.
 Pero además Madero ha diseñado un plan para el manejo a su favor de los tiempos de la elección –se separará del cargo cuando él decida y habrá una campaña de sólo 45 días– y un esquema de alianzas que le garanticen su reelección, con el estreno del método abierto a los 220 mil militantes activos.
 Por ejemplo, de acuerdo con información de su equipo, Madero dejará como interina hasta la elección –prevista para el domingo 4 de marzo– a la secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Cecilia Romero, quien se convertirá en la primera presidenta del PAN en su historia, algo que ambiciona Vázquez Mota.
El interinato de Romero Castillo, durante cuya gestión como comisionada del Instituto Nacional de Migración ocurrió la matanza de 72 centroamericanos en San Fernando, Tamaulipas, no es fortuito: forma parte del pacto de Madero con El Yunque, la organización ultraderechista que lo ha respaldado desde 2010, cuando venció a Roberto Gil Zuarth, otro delfín de Calderón.
Parte de ese pacto es la incorporación de Emilio González Márquez al CEN, el 14 de octubre, y la designación de Marco Antonio Adame como miembro del Consejo Rector del Pacto por México, pese a perder las gubernatura de Jalisco y Morelos, respectivamente, y en medio de escándalos de corrupción.
El arreglo con El Yunque incluiría, según la versión de allegados a Madero, usar la buena relación con el gobierno de Peña para enviar como cónsul de México en Barcelona a Luis Felipe Bravo Mena, a quien también se señaló internamente como coordinador de la campaña de Vázquez Mota.
Madero se ufana también de tener el apoyo de todos los gobernadores panistas: Miguel Márquez, de Guanajuato; Francisco Vega, de Baja California; Guillermo Padrés, de Sonora; Marcos Covarrubias, de Baja California Sur, y Rafael Moreno Valle, de Puebla, presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores.
Ya desactivó, además, la candidatura de Ruiz del Rincón, promovida por el operador electoral Jorge Manzanera Quintana y, según información de sus allegados, le encomendó revisar los gastos que hizo Cordero antes de ser depuesto como coordinador del grupo parlamentario en el Senado.
“La candidatura de Gabriela nunca tomó fuerza”, reconoció Manzanera ante su equipo, pero él también busca, por separado, un pacto con Madero, a quien acusa de haber aprobado los nuevos estatutos de manera ilegal: se reunió con él y algunos de sus allegados la semana antepasada para “identificar coincidencias”.
El encuentro se produjo en vísperas de que, el viernes 8, Manzanera impugnara los estatutos ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), luego de que fueron aprobados por el Instituto Federal Electoral y publicados el martes 5 en el Diario Oficial de la Federación.
 “Vamos a platicar con todos los contendientes”, comunicó Manzanera a sus colaboradores y el reportero confirmó que ya se reunió también con Calderón, a quien acusó de haber traicionado a Gil Zuarth y apoyar a Madero en la elección de 2010 (Proceso 1920).
 Descartada Ruiz del Rincón y previsiblemente Larios, se cree que también desistirá de su candidatura el exgobernador de Guanajuato Romero Hicks, de escaso conocimiento entre la militancia, pero el sucesor de éste, Juan Manuel Oliva, se asegura que sí se inscribirá.
 “Es el único con perfil adecuado para ser presidente nacional del PAN”, asegura Fernando Palma, miembro del equipo de estrategia de Oliva, quien cuenta, según él, con una estructura en cada uno de los estados y el apoyo de al menos 19 jefes estatales.
 “Su ventaja es que ha sido militante de a pie: dirigente municipal, estatal reelecto y nacional, así como gobernador y senador. Ni Madero tiene ese perfil”, aduce Palma, miembro del CEN del PAN de Manuel Espino, su amigo.
Josefina no se anima
La incógnita principal es si Vázquez Mota se inscribirá para buscar la presidencia del PAN, luego de haber llevado a su partido al tercer lugar en la elección presidencial del año pasado y ocultarse durante 16 meses de la actividad política y partidista.
Herida por la derrota, que atribuyó en privado a “traiciones” de Calderón, Madero y gobernadores del PAN, Vázquez Mota expresó públicamente que analiza contender por la presidencia de su partido tras pedírselo el grupo Panistas por México, encabezado por los exgobernadores Ernesto Ruffo, Carlos Medina Plascencia y Fernando Canales Clariond.
Tras reunirse con ellos el pasado 15 de octubre, la excandidata se dijo honrada por la invitación. “Estoy justamente valorando la posibilidad, la alternativa tan exigente y responsable de aceptar la candidatura a la presidencia de mi partido, lo cual posiblemente se resolverá en los días que están por venir”.
Lo que le urge al PAN, adujo, es unidad y honradez: “El propósito primero y más importante es recuperar, reconstruir nuestro partido y tener el partido fuerte, honorable, distinguible, respetado que merecemos tener en este país”.
Sin embargo a más de un mes de ese pronunciamiento no ha tomado ninguna decisión y hasta quienes simpatizan con ella se muestran desesperados por no enviar una señal en ningún sentido.
“He recibido algunos mensajes de que no se va a lanzar”, revela el exsenador Juan José Rodríguez Prats, quien apoyó en la contienda interna a Vázquez Mota luego de que Alonso Lujambio, ya fallecido, desistió de buscar la candidatura presidencial.
 “No se produjo la reacción que Josefina esperaba”, explica. “Pensó que al momento de anunciar que podría inscribirse habría una especie de cargada y, como no se dio, podría no lanzarse. La semana pasada que sesionó el CEN, por ejemplo, ese era el comentario”.
 Al final habrá tres contendientes, cree el exlegislador: Madero, Cordero y Oliva, aunque él desea que se inscriba Romero Hicks, al cual públicamente respalda y quien en una comida hace un par de semanas le garantizó que no se descarta.
 “Los tres que quedan muestran una enorme crisis en el PAN”, afirma Rodríguez Prats, empezando por Madero: “Ha conducido al partido de una forma desa­seada, incurriendo en actos de corrupción y olvidando totalmente los principios de doctrina”.
 Sobre Cordero afirma que “dirigiría al partido de manera facciosa, viendo quién es calderonista y quién no es calderonista”, mientras que a Oliva “lo aprecio como operador político pero hay señalamientos graves de ser de una facción y de su desempeño como gobernador de Guanajuato”.
 Por su parte, aun sin descartarse, Larios cree que Vázquez Mota sería una candidata muy fuerte: “Josefina es el personaje del partido que tiene un mayor posicionamiento; todos los panistas saben quién es y en general tienen una buena opinión de ella, pero no sé si se decida y qué capacidad de cobertura geográfica tenga”.
 Sobre Cordero, a quien como secretario de Gobierno de Sonora apoyó en la contienda interna, Larios compara: “No sé qué atributos tenga. Comparativamente con Josefina sería mucho más fuerte ella”.
 Acerca de la tutoría de Calderón a Cordero, expone: “No hay duda de que Cordero es muy cercano a Calderón, pero eso no necesariamente significa que Cordero sea un cordero de Calderón, un delfín autómata. Yo no creo en esas cosas”.
 –¿Y Madero?
 –Sin duda tiene el conocimiento de todos los miembros del partido y hasta en los spots del partido aparece. Es muy difícil saber cuál es la percepción de todos los panistas, pero no cabe duda de que es un candidato fuerte.
Reglas a la medida
En efecto, pese a que tras la peor derrota del PAN en su historia se presagiaba su renuncia, Madero capitalizó el activismo de Calderón en su contra y tras dejar éste la Presidencia de la República, lo aisló hasta arrebatarle la única fuente de su poder: La coordinación del PAN en el Senado que ostentaba Cordero.
Con los consejos de Juan Molinar Horcasitas, su principal estratega, Madero consolidó alianzas y un equipo cuyo primer círculo forman Santiago Creel, Jorge Villalobos Seáñez, Alejandro Zapata Perogordo, Laura Ballesteros, Raúl Tortolero, Jorge Luis Preciado, Eduardo Aguilar, Lourdes Medina, Laura Rojas y Marko Cortés.
Afines a Madero son también panistas de la talla de Federico Doring, coordinador de la bancada en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal; Salvador Vega Casillas, exsecretario de la Función Pública con Calderón; Ulises Ramírez, cacique del PAN en el Estado de México; Carlos Olson, tesorero nacional del PAN, así como los dipu­tados Aurora Aguilar y Víctor Serralde.
 Uno de los principales allegados a Madero es Luis Alberto Villarreal, coordinador de los diputados federales del PAN, quien fue acusado por alcaldes y constructores de condicionar recursos para obras y solicitar 10% de comisión, según información publicada el viernes 15 en el diario Reforma, un esquema en el que participa su hermano Ricardo, también legislador federal.
 Luis Alberto y Ricardo Villarreal García, oriundos de San Miguel de Allende, Guanajuato, están implicados también en el negocio de los casinos, lo mismo que Madero y otros miembros de su equipo, señalados por panistas de haber recibido financiamiento para la campaña de 2010 de Juan José Rojas Cardona, El Rey de los Casinos (Proceso 1819, 1820, 1874 y 1895).
 En medio del escándalo por los casinos y sus nexos con panistas, el Consejo Nacional del PAN creó, en febrero de este año, una comisión investigadora que sólo sirvió para encubrir a los involucrados, empezando por Madero quien luego se montó en la depuración del padrón y en la reforma a los Estatutos.
 Ahora, ya con los estatutos validados –aunque falta la decisión del TEPJF–, Madero elaboró proyectos de reglamento para el proceso de elección con criterios que lo favorecen, como los 45 días de campaña y el control del padrón de militantes para, por ejemplo, enviarles correspondencia, como la exhortación que hace para renovar la credencial.
 Al respecto, Larios afirma: “El método de elección abierta genera inequidad: requiere el uso de recursos económicos en consideración y el problema es el origen de éstos que puede tener algún interés, y lo segundo es que también pone la cancha dispareja, porque antes los miembros del Consejo Nacional eran electores ciertos y hoy de los siete aspirantes quizá nada más uno sabe quiénes son los panistas”.
 Por eso propone que al concluir este proceso se revise el método: “Tendremos que poner la cancha pareja en ese sentido. No puede ser que tú recibas los nombres de quiénes son los miembros del partido 45 días antes de la elección y alguien lo tenga con mucha antelación”.
 Añade: “La prueba del ácido de este método, que no fue fruto de un consenso sino de un momento de euforia, sin reflexión, es esta elección. Habrá que ver si le conviene o no al partido seguir con él. Quien se elija desde luego estará legitimado, pero eso no quiere decir que lo escribamos en piedra. Podrá echarse reversa”.
 Rodríguez Prats dice que sería inaceptable que Madero controle el órgano conductor de la elección.
 “Voy a proponer que sea la comisión electoral, que encabeza José Espina, que ya tiene una larga carrera en la organización de elecciones.”
 Y advierte: “Puede ocurrir lo del IFE, integrado por cuotas, que Gustavo diga a Cordero que proponga uno, Josefina otro y Oliva uno más. Ese sería un camino totalmente equivocado. Pudiera darse una manipulación del proceso que sería lamentabilísimo para el futuro del partido.”


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