Alguien dijo alguna vez que para triunfar en la vida, es necesario trabajar muy duro, ayunar pero sobre todo; ser muy paciente.
A mí me lo dijo mi papá varías veces, pero nunca lo había tenido tan claro.
Hoy Javier Hernández, no eres más futbolista que ayer o que el mes pasado. Eres el mismo HOMBRE veloz y atlético, poco técnico y ocasionalmente atrabancado, apasionado y agradecido pero sobretodo eres ese loco obsesionado por volver a demostrarnos que las injusticias son solo el principio del juego más maravilloso.
Hoy te convertiste en una historia muy motivante, a mi no hay nada que me motive más que ver el trabajo, los buenos hábitos y las buenas formas, ser recompensadas de la manera que hoy te ha tocado.
Una gran contratación se le debe llamar, a un préstamo que a pesar de esta noche mágica, difícilmente se renueve o se concrete en una compra definitiva.
Porque hay que entender, que mas halla de sus estadísticas de goles por minuto jugado, participaciones, recorrido y sobretodo del oportunismo que tuvo para dar su mejor juego en el momento adecuado. Su aporte al grupo, en los entrenamientos y la mentalidad tan ganadora con la que afronta las esporádicas oportunidades, lo convierten en un elemento muy atractivo para los entrenadores.
Lo comento Alex Ferguson en su momento “espero que el sienta que aporta, porque todos los demás estamos seguros de lo que el hace al equipo”.
Hoy terminas la noche como héroe. Una noche que el madridismo no va a olvidar y por supuesto tu tampoco. Pero lo que a mi nunca se me va a olvidar es aquel jugador, que siendo solamente talentoso ha llegado tan lejos como es posible en el mundo del futbol, porque ha sabido trabajar, ayunar y sobretodo ha sido el más paciente.
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