Palabras del Presidente Enrique Peña Nieto, durante el evento: Informe y Propuestas sobre Justicia Cotidiana en México
México DF, a 27 de abril de 2015
Señoras
y señores:
Muy
buenas tardes a todas y a todos ustedes.
Quiero
saludar al señor Jefe de Gobierno del Distrito Federal, agradecerle su
presencia.
Al
doctor Sergio López Ayllón, quien ha encabezado este esfuerzo realmente y,
sobre todo, por haber asumido la tarea a la que le pedí y convoqué, para
realmente establecer estos foros, llevar a cabo estos foros que nos han
permitido realmente tener un mejor diagnóstico, al ya conocido, a este hilo
negro, al que refirió; más bien, no es que estemos descubriendo el hilo negro, como
hace un momento alguien refería, sino que nos permita realmente prestar una
mayor atención a un asunto de la mayor relevancia para la sociedad mexicana y
para las futuras generaciones, que es el de la justicia cotidiana.
Muchas
gracias por encabezar este esfuerzo y por estar hoy dando cuenta de todo lo que
se ha realizado.
Quiero
saludar, también, al señor Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos.
Al
Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, quien ha
recibido doble reconocimiento: uno, representando al Tribunal de nuestra ciudad
capital, pero también en representación de todos los Tribunales de Justicia del
país.
Saludo
al señor Gobernador del Estado de Tlaxcala y Presidente de la Conferencia
Nacional de Gobernadores.
A
los integrantes del Gabinete Legal del Gobierno de la República.
A
Rectores y Directores de distintas instituciones educativas y de análisis, que
han participado en este esfuerzo para rendir el informe que hoy aquí, se está
presentando.
Quiero
saludar a la representación de la sociedad civil que aquí hoy nos acompaña.
A
presidentas y presidentes de distintas organizaciones de la sociedad civil que
están aquí presentes.
A
muy connotados periodistas que nos acompañan.
A
Legisladores Federales.
A
Senadores de la República que están aquí, acompañándonos.
A
jóvenes estudiantes, académicos que están presentes en este acto.
Muchas
gracias por su presencia y, sobre todo, por acompañarnos en la entrega del
informe que el día de hoy, aquí se ha rendido.
Señoras
y señores.
Señores
representantes de los medios de comunicación:
El
pasado 27 de noviembre, como aquí ya se refirió, presenté a la Nación una
agenda de 10 medidas para mejorar las condiciones de seguridad y de justicia de
nuestro país.
Una
de ellas contemplaba acciones para hacer efectivo el acceso a la justicia, y
concretamente me comprometí a enviar al Congreso de la Unión iniciativas de
reforma para mejorar la justicia cotidiana.
Cuando
referimos a la justicia cotidiana estamos hablando de ámbitos de justicia
diferentes al penal, pero igual de importantes como el civil, el laboral, el
mercantil, el administrativo.
Nos
referimos a los ámbitos que sentimos más cercanos y que son los más importantes
para vivir en comunidad.
Es
la justicia que permite a un menor recibir la pensión alimenticia, que por
derecho le corresponde; es la justicia que demanda una trabajadora despedida
por estar embarazada.
Es
la justicia que merece el dueño de un negocio que no puede cobrar un cheque, o
que se ve acosado por inspectores abusivos, quienes le impiden realizar su
actividad productiva.
Es,
pues, la justicia del día a día, la que debe prevalecer en las relaciones
sociales más cercanas, como las que se establecen entre vecinos.
La
justicia cotidiana es la que permite que la ley sea un instrumento útil para
resolver diferencias y que los derechos se ejerzan plenamente.
La
justicia cotidiana es hacer realidad el ideario de José María Morelos y Pavón,
quien decía, y cito textualmente: que todo aquel que se queje con justicia,
tenga un tribunal que lo escuche, lo ampare y lo defienda contra el fuerte y el
arbitrario.
No
obstante su vital importancia, la justicia cotidiana está hoy rezagada y, hay
que reconocerlo, olvidada. Y en muchos de los casos, rebasada.
Cuando
hablamos de justicia, permítame referirlo, a partir de la conversación que
sostuve previo a este encuentro con algunos de los organizadores de los
distintos foros, y que hoy han rendido cuenta, precisamente, de lo que derivó
de los mismos.
Ellos
presentaron, que aquí no se ha dicho o se ha comentado en alguna forma, pero en
una gráfica que ilustra realmente la atención que hoy queremos prestarle a
asuntos de lo que son la justicia cotidiana.
Cuando
hablamos de justicia pareciera que sólo nos referimos a aquello que tiene que
ver con el ámbito penal, cuando de los millones de asuntos, más de dos millones
100 mil asuntos, que según pude conocer, precisamente en el informe que hace un
momento presentara el doctor Sergio López Ayllón, que se ventilan en distintas
instancias de justicia de nuestro país, solamente el 13 por ciento tienen que
ver con el ámbito penal; los otros son del ámbito laboral, del ámbito civil,
del ámbito mercantil.
Esos,
insisto, que son parte de la justicia cotidiana y son a los que hoy les
queremos prestar una mayor atención.
En
la práctica, esta justicia suele ser excluyente, lenta, compleja y costosa, lo
que provoca que la mayoría de los mexicanos no accedan a ella o queden
insatisfechos con sus resultados.
Y
así lo apreciamos en los testimonios que en el video proyectado hace un momento
pudimos conocer.
Cuando
la justicia formal es inaccesible o poco útil, se generan espacios de
ilegalidad e impunidad, de corrupción y abuso.
Estos
males han estado presentes en la vida de los mexicanos por varias décadas y se
han visto agravados por el crecimiento de nuestras ciudades y su densidad
demográfica.
Como
Nación, tenemos un desafío estructural en materia de justicia cotidiana. Así
es, hay que reconocerlo. Ese es el primer paso para encontrar soluciones de
fondo.
En
el Gobierno de la República creemos firmemente que ha llegado el momento de
cambiar las cosas. Estamos convencidos de que esta situación no puede continuar
por más tiempo.
Y
para hacer frente a esta problemática y comenzar a resolverla, solicité al
Centro de Investigación y Docencia Económicas organizar foros de consulta con
juristas, académicos y representantes de la sociedad civil sobre el tema
trascendental de la justicia cotidiana.
A
lo largo de 40 años, el CIDE se ha distinguido por realizar diagnósticos
objetivos sobre la situación del país y plantear soluciones a los problemas
nacionales.
Le
propuse entonces al CIDE hacer recomendaciones concretas para fortalecer
nuestro Estado de Derecho, para hacer efectivos los derechos de las personas y
resolver de manera y de forma pacífica y oportuna, los conflictos propios de la
moderna vida en sociedad.
Con
el respaldo de otras 17 instituciones de gran prestigio, se organizaron los
foros de consulta sobre justicia cotidiana.
Yo
quiero referir puntualmente y precisar cuáles han sido estas instituciones, que
si bien ustedes ya escucharon, porque han recibido un reconocimiento del
Presidente de la República, del Gobierno de la República, por su participación
en estos foros, quiero citarles a cada una de estas instituciones,
reiterándoles mi agradecimiento y mi más amplio reconocimiento por su
participación.
En
esta tarea, que hay que decirlo, está iniciando, los foros realizados son un
punto de partida que nos llevará a tomar acciones específicas, como aquí ya lo
refirió el doctor Sergio López Ayllón, a lo que son tareas del ámbito del
Ejecutivo Federal, pero también, a la participación de otras instancias y de
otros Poderes de la Unión.
En
orden alfabético, quiero agradecer:
A
la Asociación Mexicana de Impartidores de Justicia de nuestro país, al Centro
de Investigaciones y Estudios Superiores de Antropología Social, al Centro de
Investigación e Innovación en Tecnologías de la Información y Comunicación.
A
la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, a la Comisión Nacional de
Tribunales Superiores de Justicia de los Estados Unidos Mexicanos, al Consejo
Nacional para Prevenir la Discriminación, al Colegio de la Frontera Norte.
Al
Instituto Nacional de Administración Pública, a la Escuela de Gobierno y
Transformación Pública del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de
Monterrey; al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional
Autónoma de México.
Al
Instituto Mexicano para la Competitividad, al Tribunal Superior de Justicia del
Distrito Federal; a la Universidad Autónoma Nacional Aguascalientes, a la
Universidad Autónoma del Estado de Baja California, a la Universidad Autónoma
Metropolitana, a la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas y a la
Universidad de Guanajuato.
Mi
reconocimiento a todas ellas por su destacada participación.
Sé
que fueron largas jornadas, en las que aportaron su trabajo serio y profesional
para fortalecer el Estado de Derecho de nuestro país.
Desde
el Gobierno de la República estuvimos al tanto de este proceso que incluyó la
organización de siete foros temáticos, ocho foros especializados y un foro
virtual.
Sé
que participaron más de 400 expertos, varios de ellos aquí presentes, a quienes
también expreso mi más amplio reconocimiento y felicitación.
Felicito
a todos los participantes en este ejercicio abierto y plural.
Agradezco
a quienes compartieron sus experiencias y formularon propuestas de mejora. Sus
planteamientos serán de gran utilidad para los mexicanos.
Éste
es un Gobierno que invariablemente escucha la voz, las ideas y las propuestas
de la sociedad.
Recibo,
como aquí ha ocurrido ya, oficialmente los resultados de los foros de consulta
sobre justicia cotidiana. Analizaremos a profundidad las propuestas que me han
entregado este día.
En
el Ejecutivo Federal habremos de instrumentar las recomendaciones de política
pública y las propuestas de reforma que se determinen prioritarias.
Y
en este sentido le he dado indicaciones ya al Consejero Jurídico del Ejecutivo
Federal, a fin de que coordine los trabajos necesarios para hacer realidad y
efectivas estas propuestas.
Por
su trascendencia y alcance, en estricto respeto a la división de Poderes,
también habré de compartir los resultados de estos foros con los otros Poderes
de la Unión y los distintos órdenes de Gobierno.
La
justicia cotidiana, como aquí ya se expresó en quienes me antecedieron en el
uso de la palabra, requiere del esfuerzo y participación de todos.
Igualmente,
asumo el compromiso de convocar a la instancia de encuentro y concertación que
se recomienda.
Estos
Diálogos por la Justicia nos permitirán analizar y buscar soluciones a
distintos desafíos que hoy enfrenta nuestro marco jurídico, con mayor
detenimiento y con la participación de los responsables directos.
Se
trata de resolver juntos problemas añejos que hoy parecen ser parte inevitable
de nuestra diaria realidad.
En
los foros ha quedado claro que la sociedad mexicana ya no está dispuesta a
resignarse ante las injusticias.
Qué
bueno que el impulso transformador esté llegando a todos los ámbitos de la vida
nacional.
Trabajaremos
para que todos los mexicanos conozcan plenamente sus derechos y puedan acceder
a la justicia cuando estos sean vulnerados.
El
objetivo es que la justicia esté verdaderamente al alcance de todos. Se trata
de que los procesos legales sean sencillos, flexibles y económicos, y que
cualquiera que asista con razón ante los Tribunales, obtenga justicia y quede
satisfecho.
Mejorar
la justicia cotidiana significa que sea cercana a todos los ciudadanos y forme
parte de su vida diaria.
Señoras
y señores:
Todos
los que nos reunimos este día compartimos un compromiso esencial: hacer de
México una Nación más justa.
Recordemos
que el fin último del derecho es la justicia, y que una responsabilidad
esencial del Estado es garantizar que ésta sea accesible para todos.
Mejorar
la justicia cotidiana implicará en el fondo renovar nuestro pacto social; un
pacto en el que los ciudadanos reafirmen su confianza en la ley y en las
instituciones y en el que las autoridades demuestren su compromiso de servicio
a la sociedad.
Para
que los mexicanos vivan en un verdadero Estado de Derecho, el derecho debe
estar al servicio de los mexicanos.
Ese
es el reto que hoy, como país, estamos asumiendo.
Por
ello, nuevamente quiero agradecer este esfuerzo, que como se lo dije a cada uno
de los participantes, es el inicio.
Pero,
al final de cuentas, reafirma un claro compromiso, en primer lugar, del
Gobierno de la República; pero, también, deberá de ser de todos, de las
instituciones educativas, de los Poderes de la Unión, de los distintos órdenes
de Gobierno, para lograr, realmente, que la justicia cotidiana, la justicia de
todos los días, esté al alcance de todos los mexicanos.
Nuevamente,
muchas gracias, y deseo éxito a este esfuerzo que recién estamos iniciando.
Muchas
gracias.
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