13 oct 2015

Golpe de Layda a Alberto Castillejos...


Sesión del jueves 8 de octubre en el Senado de la República
Hace uso de la voz, la Senadora Layda Sansores San Román
Le dice a la Procuradora..Arely Gómez..
“….También nos inquietan las contradicciones en su equipo de trabajo, usted aceptó de inmediato después del informe del GIEI llevar a cabo un tercer peritaje en el basurero de Cocula, como una expresión de apertura, y al día siguiente el subprocurador don Tomás Zerón de Lucio y de todas las villanías, la contradijo, despídalo. No sé ni para que viene hoy.
Y agrega que “la PGR se ha caracterizado por ser una fábrica de mentiras, de inventos, es una maquiladora de expedientes mal armados (…) los testimonios ministeriales sólo se sacan con base en la tortura.“
Y golpetea a Consejero Jurídico de la Presidenica Alberto Castillejos…,  de qine dice aspira a ser el Fiscal General una vez que se reforme la ley..
“….Y aquí entre nos, tiene ya varios competidores, pero especialmente hay un fantasma que habita no precisamente en un castillejo, no, el fantasma está en este Senado desde las sombras no lo vez, pero lo sientes, y por las noches cambia y corrige los dictámenes finales; destroza acuerdos, le dicen el 129, no tiene escaño, no es Senador, pero es el dueño del Senado; no tiene alma pero le sobran ambiciones, y está dispuesto a encarnarse en Fiscal General….“

Arely, usted tiene un gran reto, y creo que lo primero que debe hacer es salirse de la orquesta, renuncie, esa que dirige Peña Nieto y que tiene a Campa y a todos los funcionarios del gobierno repitiendo, como dice el licenciado Bartlett, la misma tonada.
Es evidente que desprestigiar a los expertos del GIEI  y a la Comisión Interamericana es una consigna que siguen al pie de la letra desde el Secretario de la Defensa hasta los más modestos miembros de su gabinete, acompañados por los medios de comunicación, mercenarios que han proliferado.
Y para los Senadores un aplauso, todas las fracciones parlamentarias, cuando estuvieron aquí presentes, les manifestaron su apoyo y reconocimiento.  Agradecemos al GIEI, a la Comisión Interamericana y al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, hayan venido a extendernos su mano solidaria en horas tan difíciles.
Y sobre estas acciones que nos vino a anunciar, tengo unas preguntas que le haré en mi próxima intervención.
Quiero mencionar que la entrevista pactada para el Secretario de la Defensa es un insulto a la inteligencia del pueblo mexicano. Los argumentos que esgrime el señor general Cienfuegos para negar que el GIEI entreviste a militares involucrados son pueriles, denotan una conveniente ignorancia, no sólo del derecho internacional, sino también del derecho mexicano.
El señor Secretario está, digamos, mal informado, no es ilegal responder a los expertos del GIEI, lo que sí es ilegal es que las fuerzas armadas anden haciendo tarea de policías, yo sé, ya lo declaró el que no les es cómo pero recibe órdenes presidenciales, y él dice que el convenio que hace el gobierno de la República con la Comisión Interamericana pues no permite que interrogue a sus soldados.
Ayúdenos a dejarle claro al señor Secretario, por ahí si se lo encuentra un día de estos, que en primer lugar no son sus soldados, y que no es un convenio que hace el gobierno de la República con la Comisión Interamericana, es un acuerdo del Estado, que es otra cosa, del Estado mexicano, del que las fuerzas armadas forman parte.
En pocas palabras, las declaraciones del Secretario de la Defensa hacen suponer que las fuerzas armadas no son parte del Estado, por lo tanto no acatan los compromisos que han suscrito, que ha suscrito el Estado mexicano, a través del Ejecutivo. Hacen suponer que el Ejército no se guía por criterios democráticos, y que a las fuerzas armadas no las obliga el artículo primero de la Constitución, que señala que todas las autoridades tienen que promover, respetar, proteger, garantizar los derechos humanos.
Hacen suponer que el poder militar está por encima del poder civil, y que el Secretario de la Defensa, es el auténtico jefe de Estado y de gobierno, y el encargado de conducir la política interior y exterior.
Hace suponer que al señor Secretario lo cubre un manto divino, por lo que hay que colocarlo en nicho y crearle un régimen de excepción.
A ver senadores, compañeros lambiscones, a ver qué día nos atrevemos a que comparezca aquí el Secretario de la Defensa, ya es tiempo.
Es ilegal y es inmoral no contribuir para el esclarecimiento de la verdad, siendo la participación de militares una pieza clave dentro de la investigación. Si ellos no dispararon y tampoco hubo omisión, como dice el general Cienfuegos, hubo consentimiento o aquiescencia. En mi siguiente participación leeré una propuesta al respecto.
Y para todos aquellos que están inquietos. ¡Ah! Yo quisiera nada más decirle, y hacerle una pregunta, porque aquí insisten que todo empieza con Abarca, termina con Cocula, y el Ejército no participó.
Ojalá pudiera usted decir a esta soberanía ¿si se ha indagado lo suficiente acerca del terreno que la Sedena le donó al señor Abarca para la construcción de un centro comercial enfrente del Batallón 27? Sería muy interesante.
¿Y qué nunca tuvo el comandante de la zona, el general Saavedra noticias de los vínculos entre el presidente municipal de Iguala y el crimen organizado?
No resulta extraño que el encargado del Batallón 27 lo hayan escondido, y al general Alejandro Saavedra lo hayan ascendido, pero rápido, a uno de los 38 exclusivísimos cargos de General de División, de manera inmediata.
¿Desde cuándo cometer o encubrir violaciones a los derechos humanos se aprecia con ascensos e insignias? Se premia y, bueno, para todos los niños verdes, digo, Niños Héroes, digo, héroes que padecen del síndrome de Juan Escutia, antes de que se aviente de lo más alto de la torre de comisiones para defender el honor del Ejército. Les recuerdo que una cosa es el Ejército como institución, el cual conserva aún el más alto índice de credibilidad en la ciudadanía, y otra son sus autoridades, de las cuales estoy hablando, y que deben entender que estos son otros tiempos, y que deben de rendir cuentas.
Estuve en la PGR el 13 de enero con el Senador Alejandro Encinas, y solicitamos a su predecesor se abriera una línea de investigación específica para el caso de Julio César Mondragón, debido a las diferencias y cruentas circunstancias de su muerte.
Me gustaría saber ¿si se atendió el compromiso que Murillo Karam hizo con nosotros?
Aprovecho para protestar enérgicamente contra el señor (Carlos) Marín, que en su programa de ayer (Milenio) se dedicó a criminalizar a Julio César Mondragón, erigiéndose en juez y condenándole.
¿Con qué derecho, señor Marín?
Los 43, entiéndanlo bien, no son un número, representan historias, vidas, sueños. Y quiero decirles que Julio César era un joven líder, con la más sólida formación ideológica, bien parecido, introvertido, con sensibilidad artística.
¡Qué paradoja! Siempre traía consigo una libreta en la que hacía esbozos de rostros, todos con ojos expresivos y con todo aquello que le arrebataron quienes cometieron ese crimen.
Y sólo detuvieron a un policía municipal, aun cuando las evidencias dejan claro que fueron varios delincuentes diestros quienes cometieron ese homicidio. Ese policía hoy está libre.
Y ya para terminar. Julio César. ¡Ya para terminar! ¿Qué tanto es tantito?
El mismo trato que se les da a los funcionarios nos deben dar a nosotros, señor Presidente, que además ahí le ando defendiendo. ¡Eh!
El Presidente Senador Roberto Gil Zuarth: Concluya, señora Senadora.
La Senadora Layda Sansores San Román: Julio César deja  como herencia una niña y un árbol.
Sembró un nogal antes de morir, y dice su abuelo: “Que en 10 años dará nueces”.
Ayotzinapa es semilla, será árbol que dé renuevos para que florezca una sociedad más igualitaria y justa. Y ojalá que no tengamos que esperar lo que esperará el abuelo de Julio César para recoger el fruto.
Gracias.

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