19 nov 2007

Cierre de la Catedral: reacciones




Reaciones en los medios impresos
Rayuela de La Jornada
Quienes idearon los 12 minutos de campanazos cumplieron plenamente con su objetivo.

Prolongado tañido de las campanas de Catedral irrita a asistentes a la CND;
 La Jornada, 19/11/2007;Partidarios de López Obrador entran al templo para denunciar boicot al encuentro
El recinto, cerrado hasta que sea posible “ejercer la libertad de culto”, anuncia la curia
Gabriel León, Alma E. Muñoz y Enrique Méndez, reporteros-Asistentes a la asamblea de la CND irrumpieron en la Catedral en protesta porque las campanas del templo repicaron más de 12 minutos durante la realización del encuentro Foto: Cristina RodríguezJusto cuando se realizaba en el Zócalo la tercera asamblea de la Convención Nacional Democrática (CND), encabezada por Andrés Manuel López Obrador, de manera inusual las campanas de la Catedral Metropolitana repicaron durante más de 12 minutos, lo que provocó la ira de decenas de simpatizantes del perredista que irrumpieron en el templo, donde acusaron al cardenal Norberto Rivera Carrera de pretender boicotear el acto.
A un costado del altar mayor del recinto se suscitó un agrio intercambio verbal entre los fieles congregados para la misa del mediodía y los asistentes a la asamblea. Mientras los primeros exigían respeto, los segundos coreaban: “¡Obrador! ¡Obrador!”
En respuesta a lo ocurrido, por la noche la Arquidiócesis de México anunció el cierre de la Catedral “hasta que los gobiernos federal y local garanticen condiciones para el ejercicio de la libertad de culto”.
Antes de la acostumbrada misa dominical del mediodía –sin la presencia del arzobispo Rivera, quien se encuentra en Roma–, las campanas fueron hechas sonar una sola vez, cuando regularmente se hace en tres ocasiones.
Según el vocero de la arquidiócesis, Hugo Valdemar, la duración de cada llamado es de tres a cinco minutos; el primero se realiza media hora antes de la celebración litúrgica, el segundo 15 minutos más tarde y el tercero cinco minutos antes de la ceremonia, con la posibilidad de prolongarse el doble de tiempo. Este último coincide con el ángelus, que marca el inicio de la misa.
Pero ayer sólo repicaron las campanas una vez –al 10 para las 12–, por alrededor de 12 minutos, lo que para los asistentes a la CND fue “un acto de provocación”.
Desde el templete instalado en el Zócalo, la senadora Rosario Ibarra de Piedra –quien en esos momentos había tomado la palabra para hacer un análisis sobre la situación de los derechos humanos en el país– destacó el hecho.
“¿Será que las campanas saludan a esta convención, o querrán hacer que callen las voces del pueblo? Hay que indagarlo”, sugirió Rosario Ibarra.
Al mismo tiempo, un grupo de simpatizantes de López Obrador entró por sorpresa en el recinto, por espacio de 10 minutos, sin dar tiempo a los elementos de seguridad de cerrar las puertas, como en ocasiones anteriores han hecho tras las interrupciones a homilías del cardenal, en protesta por sus posiciones políticas.
Los hechos fueron calificados por el deán de la catedral, Rubén Ávila, de “acto terrorista”, y anunció que se interpondrá una denuncia de hechos contra quien resulte responsable.
A su vez, Hugo Valdemar anunció en entrevista posterior que se imputarán delitos por daños en propiedad de la nación y agresiones a los fieles.
A punto de liarse a golpes con feligreses, los inconformes exigían a la arquidiócesis, a un costado del altar mayor de la Catedral, una explicación por el repicar las campanas cuando se desarrollaba la tercera asamblea de la CND.
En cuestión de segundos ocuparon uno de los pasillos laterales del templo, lo que propició el retraso de la misa por unos 15 minutos y la huida del deán Ávila, quien iba a oficiar, hacia la sacristía.
Los activistas se enfrascaron en un intercambio de insultos con laicos, fieles, personal de seguridad y religiosos.
En respuesta, algunos fieles les recriminaban su actuar, pedían a Dios que los perdonara por “rijosos y rateros” e intentaban tomarles fotografías, lo que enardeció aún más a los manifestantes.
Transcurridos 10 minutos, los inconformes de la CND iniciaron su retirada, coreando: “¡El pueblo unido jamás será vencido!”, y con gritos en favor de López Obrador. Abundaron las mentadas de madre de uno y otro lados.
A su paso, los fieles les gritaron: “ya lárguense”, “respeten, respeten”, y los despidieron con señas obscenas.
Representantes de medios de comunicación preguntaron insistentemente a los manifestantes si habían sido enviados por el ex candidato presidencial o por el PRD, lo cual rechazaron.
Cuando todo concluyó, apareció la policía capitalina. Su tardía presencia sólo sirvió para regular la salida semiordenada de los asistentes a la asamblea de la CND. Adentro, el deán se preparó para iniciar la misa, y luego calificó de “acto terrorista” lo realizado por, aseguró, unas 150 personas.

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Cierran Catedral,Pp de Reforma, 19/11/2007;
Protesta Iglesia por irrupción de simpatizantes de AMLO.
Dicen que no abrirán hasta que autoridades garanticen la seguridad de curas y feligreses
Reforma, 19 noviembre 2007).- / Staff. Las puertas de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México fueron cerradas ayer de manera indefinida, anunció el Consejo Episcopal de la Arquidiócesis de México.Las autoridades eclesiásticas tomaron esa medida luego de que ayer al mediodía irrumpieran en el recinto simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador. Armando Martínez, presidente del Colegio de Abogados Católicos, informó, en entrevista, que desde 1926 -durante la guerra cristera- las puertas de la Catedral no se cerraban por tiempo indefinido. La exigencia, dijo, es que los gobiernos federal y capitalino garanticen la libertad de culto y se procure el bienestar de los feligreses que asisten cada domingo a la misa. "Los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador no pueden seguir poniendo en peligro a los feligreses", señaló. Alrededor de las 12:00 horas de ayer, unas 150 personas irrumpieron en la Catedral bajo el argumento de que el repique prolongado de las campanas era una provocación a la Convención Nacional Democrática, que encabezaba López Obrador a esa misma hora en el Zócalo. Los inconformes entraron al recinto por la fuerza, gritando consignas en contra del Cardenal Norberto Rivera y a favor del ex candidato presidencial: "Es un honor estar con Obrador", "Norberto Rivera, el infierno te espera" y "Pederastas de derecha, el diablo los espera". La confusión hizo presa de los asistentes a la misa, y algunos formaron una barricada con las bancas para impedir el paso a los manifestantes. Una vez que las campanas dejaron de sonar, los inconformes salieron de Catedral, y desde afuera siguieron gritando consignas. El dirigente de los abogados católicos anunció que interpondrán una demanda ante la PGR y la Secretaría de Gobernación contra quien resulte responsable de los hechos. Por la noche, a través de un comunicado, la Arquidiócesis Primada de México expresó su "consternación" por la irrupción de perredistas, y confirmó que "con dolor y para vergüenza nacional e internacional, cerrará la Catedral Metropolitana de México hasta que las autoridades se comprometan a garantizar la libertad de cultos y la integridad de los fieles que asisten al recinto. "Los agresores entraron abriendo a patadas las puertas, rompieron las vallas de seguridad, hicieron destrozos, rayaron las bancas y agredieron físicamente a los feligreses, lo que causó pánico en los presentes, entre quienes había ancianos, mujeres y niños", detalló. Gerardo Fernández Noroña, secretario de Comunicación, Difusión y Propaganda del PRD, acusó a la Arquidiócesis de haber cometido un exceso con el repiqueteo de las campanas de la Catedral."Se prolongó el repiqueteo de las campanas, al grado de que doña Rosario Ibarra suspendió su discurso. Nadie escuchaba nada; eso molestó a la gente", argumentó.
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Plaza Pública de Miguel Angel Granados Chapa en Reforma:
Cajón de Sastre 
Faltaban unos minutos para el mediodía dominguero cuando la senadora Rosario Ibarra estaba a punto de dar el uso de la palabra a Andrés Manuel López Obrador como cabeza del gobierno legítimo y en ese momento las campanas de la Catedral comenzaron a tañer, según es usual a esa hora. Pero a la legisladora y a no pocos asistentes les pareció que la sonoridad era más alta que de costumbre y duraba en exceso. No se interrumpió el acto desde la tribuna que daba la espalda a Palacio Nacional, es decir López Obrador comenzó su discurso, pero piquetes de manifestantes situados en la porción norte de la plaza de la Constitución ingresaron por la fuerza al principal templo católico del país en protesta por lo que consideraron una provocación, y generaron con su irrupción un clima de temor y agresividad que resintieron los fieles católicos, ajenos a lo que ocurría en el exterior. 
#Responsablemente, los jefes religiosos y políticos deben tener en cuenta por encima de todo el respeto a los asistentes a la ceremonia dominical.
Violentan Catedral delegados de AMLO; Pp El UniversalMaría de la Luz González, reportera.
Calificaron de “provocación” repique de campanas durante su convención
El repique de campanas de la Catedral Metropolitana detonó el enojo de un centenar de simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, los cuales irrumpieron en el recinto religioso y causaron destrozos y golpearon a feligreses; no hubo detenidos.
La Arquidiócesis Primada de México condenó la agresión —que en su página de internet calificó inicialmente de “terrorismo” y luego denominó “acto de terror”— y anunció que la Catedral permanecerá cerrada hasta que las autoridades garanticen por escrito la seguridad de los fieles.
El presidente del Colegio de Abogados Católicos de México, Armando Martínez Gómez, aseguró que el templo no había sido cerrado al culto desde la Guerra Cristera. Lamentó que ni Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del DF, ni López Obrador condenaran la agresión y los responsabilizó de lo ocurrido.
Dirigentes del PRD se negaron ayer a fijar una posición sobre los acontecimientos en la Catedral.
Fue una “provocación” a la Convención Nacional Democrática (CND) la llamada a misa de 12, argumentaron los asistentes al acto en el Zócalo capitalino, por lo que decenas de ellos se precipitaron al interior del templo para exigir que las campanas enmudecieran.
Con pancartas y gritando consignas contra el cardenal Norberto Rivera, los delegados rebasaron sin problemas a los cuatro policías que vigilaban el acceso exterior al templo. A empujones y patadas, dieron un “portazo” para ingresar al recinto.
Dentro, los asistentes a la misa —que oficiaba el deán de la Catedral, Rubén Ávila, en representación del cardenal Rivera Carrera— corrían por los pasillos e intentaban ocultarse entre las bancas, sobre todo los que traían niños pequeños.
Sin embargo, muchos feligreses no lograron evitar la furia de los delegados, y sufrieron empujones y golpes. Los manifestantes derribaron el barandal de madera que separa el pasillo oriente de la sacristía y llegaron cerca del altar mayor.
Ante las protestas de los feligreses que los encararon y la llegada de unos 30 policías, los simpatizantes del autoproclamado “presidente legítimo” comenzaron a retirarse.
Rubén Ávila condenó la agresión y rechazó que el repique de campanas haya sido una provocación. La Arquidiócesis indicó que hoy denunciará la irrupción y los daños causados ante la Procuraduría General de la República.

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Contra la intolerancia, Editorial EL UNIVERSA, L19 de noviembre de 2007;
Cualquier acto de violencia es reprobable. Más aún si el motivo es por diferencias políticas o ideológicas como aparentemente fue el caso de la agresión que sufrieron ayer feligreses en la Catedral metropolitana en el contexto de la Convención Nacional Democrática.
Como agravante hay que recordar que no es la primera vez que personas manifiestan físicamente su ira contra los dignatarios de la Iglesia católica bajo un razonamiento político, lo cual nos habla de una actitud que trasciende la diferencia de ideas y se asemeja más al simple odio.
La intolerancia significa la discriminación hacia grupos o personas sólo por el hecho de que éstos piensen, actúen o sean diferentes. Las caras de este fenómeno elevan al grado de valor supremo las creencias propias y generan actitudes como la xenofobia que condenamos hacia nuestros migrantes en Estados Unidos o la misoginia que tantos crímenes contra las mujeres ha causado en este país. El intolerante considera que ser diferentes equivale a no ser iguales en cuanto a derechos y eso es inaceptable sin importar qué tan detestable sea el objeto de repulsión.
Suponiendo, sin conceder, que el repique de las campanas en Catedral tuvera el objetivo de entorpecer el discurso de los oradores en la convención, los participantes deben evitar —como ha solicitado el propio Andrés Manuel López Obrador a sus seguidores— “caer en provocaciones”, pues actos de violencia como el acontecido ayer simplemente exacerban la polarización por parte de todos los bandos y provocan el descrédito de su movimiento.
Si consideramos que los líderes que llevan a las manifestaciones a la gente están enterados del tipo de personas que transportan y el riesgo que corren los personajes no afines a la convención como en este caso los miembros de la Arquidiócesis, habría que preguntarse cuáles han sido las medidas precautorias que los dirigentes del Frente Amplio Progresista han tomado para evitar eventuales crímenes de odio.
Controlar la acción de miles de personas reunidas en un mismo lugar y de procedencia incierta es imposible; sin embargo, a juzgar por los discursos previos al “portazo” a la Catedral los organizadores del mismo no sólo no llamaron a la mesura, sino que incitaron la molestia de la turba.
Mayor es el cuestionamiento hacia esos dirigentes si se tiene en cuenta que hasta el cierre de esta edición ninguno de los miembros del llamado “gobierno legítimo” se ha deslindado de los agresores o ha condenado la acción.López Obrador calificó en varias ocasiones su movimiento como “pacífico”. Eso no basta. Es necesario prevenir y, en casos como el de ayer, criticar aun las acciones de personas cercanas que obraron con intolerancia.
Llamar a la mesura, admitir errores y aceptar las diferencias de los otros no son muestras de debilidad sino de confianza en las ideas propias. Deben tenerlo en cuenta todos los mexicanos, más todavía quienes apuestan por hacer prevalecer sus causas
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Ocasionan cierre de Catedral; Pp, Excelsior, 19/11/2007Laura Toribio, reportera.

La Arquidiócesis de México decidió cerrar las puertas de la Catedral Metropolitana hasta que quede plenamente garantizada la seguridad de los feligreses.
Ayer, a mediodía, alrededor de 150 integrantes de la Tercera Convención Nacional Democrática —que se realizaba en el Zócalo— irrumpieron en la iglesia gritando consignas en contra del cardenal Norberto Rivera Carrera y reclamando el toque de campanas de llamado a misa, con el argumento de que no dejaba escuchar el mensaje que afuera daba el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, lo que calificaron como una “provocación” de la Iglesia.
Los manifestantes, en su mayoría mujeres, entraron hasta el altar. Hubo empujones y de-sesperación. Los elementos de seguridad nada pudieron hacer.
Se pusieron bancas en las puertas para detenerlos, pero su fuerza fue mayor. Cuando estaban dentro, los fieles comenzaron a correr. Había niños, jóvenes, adultos y ancianos, y la desesperación por salir del templo se veía por todos lados.
La tensión duró alrededor de cinco minutos. Después, los inconformes salieron. La misa comenzó a puerta cerrada. Las dos entradas principales fueron inhabilitadas para que la situación no se repitiera.
Al final de la misa, los fieles salieron por una puerta lateral. El saldo final fueron bancas rayadas y líquidos tirados por el piso del templo. Nadie resultó lesionado.
Norberto Rivera no asistió a esa misa, como cada domingo, porque estaba en la presentación de los jóvenes que iniciarán sus estudios en el seminario.
A las siete de la noche de ayer se celebró la última misa en la Catedral Metropolitana. Las eucaristías se reanudarán hasta que el gobierno local y el federal garanticen la celebración del culto católico, de acuerdo con el presidente del Colegio de Abogados Católicos de México, Armando Martínez Gómez, quien señaló que el hecho suscitado al mediodía es una grave muestra de intolerancia, que se dio con el “beneplácito absoluto” del gobierno del Distrito Federal.
El representante jurídico de la Catedral Metropolitana acusó de manera expresa a Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del DF, y a la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, Rosario Ibarra, de ser complacientes con el hecho, porque ellos estaban presentes en el Zócalo y pudieron motivar lo que sucedió.
“Esto muestra que ellos están dispuestos a imponer el terror. Por eso está confirmado: la Catedral se cierra a partir de mañana de forma indefinida por los hechos violentos, por la gravísima irrupción de la gente del PRD”, manifestó.
“Queremos una disculpa pública de la senadora, porque esta situación fue motivada, esperando un desagravio por impulsarlos con la complacencia de Marcelo Ebrard”, exigió.
Finalmente, anunció que mañana se interpondrán las denuncias correspondientes ante las procuradurías General de la República y del DF, por violencia y daños.
Esta reacción va acorde con lo expresado por el dean de la Catedral, Rubén Aguilar Enríquez, quien inmediatamente después de la misa de mediodía había declarado que la actitud de las personas que entraron abruptamente al templo puso en riesgo la vida de los feligreses.
“Esto puede ocasionar una tragedia terrible, toda la gente corría desesperada, pensaba que era algo grave, y esto en un lugar cerrado, donde tienes que tener ciertas precauciones. Gracias a Dios no sucedió nada, pero es inadmisible, reprobable y condenable.”
Dijo que las autoridades correspondientes deben tomar cartas en el asunto: “Me extrañó que se pudiera permitir que se atrevieran a entrar de esa manera, profanando, violando absolutamente todo derecho y poniendo en riesgo inimaginable a la comunidad, y no es invención ni exageración”.
Rechazó que el repique de campanas haya sido una provocación que interrumpiera el discurso de Andrés Manuel López Obrador.
“Cuál provocación, por Dios, si las campanas se repican los domingos; es igual, es el mismo llamado, así que no vengan con invenciones. Son pretextos. El repique de campanas no tuvo que ver absolutamente nada porque es el repique ordinario, el repique propio de la celebración principal del domingo”, aseveró el sacerdote.
Ya desde esas horas, Aquilar Enríquez anunciaba que se haría, con calma, un análisis de la situación, para ver si interpononían una denuncia.
“¿Cómo es posible? Cada quien tiene derecho a manifestarse, se estaban manifestando allá, pues allá tranquilamente lo hubieran hecho, pero no tienen por qué venir a gritar sus consignas políticas dentro de la Iglesia”, dijo.
Las tensiones
A partir de la derrota del PRD en las elecciones del 2 de julio de 2006, las relaciones entre ese partido y la Iglesia se volvieron más tirantes.
Agosto 2006 a octubre 2007
Diversas agrupaciones se manifiestan dentro y fuera de la catedral rechazando las posiciones católicas sobre elecciones, aborto, pederastia y participación política de los sacerdotes.
7 de octubre
A la 1:30 de la tarde, cuando Rivera Carrera salía de la Catedral a bordo de su camioneta —en compañía de su chofer, su madre y dos religiosas— fue insultado por un grupo de presuntos simpatizantes del PRD. Su auto fue golpeado, “causándole daños leves”.
8 de octubre
Hugo Valdemar, vocero de la arquidiócesis, afirma que el secretario de Seguridad Pública (SSP) capitalina, Joel Ortega, expresó su preocupación al cardenal Norberto Rivera por las manifestaciones que se realizan en su contra.
9 de octubre
Francisco Ramírez Acuña, titular de la Segob, señala que la Federación analiza la forma en que brindará protección a Norberto Rivera; afirma que el GDF tiene que dar “garantía primaria” al arzobispo. La SSP capitalina asume la protección del prelado.
14 de octubre
Las mantas vuelven a la catedral, pero ahora por parte de la Escuela Pastoral de la Cuarta Vicaría, que defiende al religioso.
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Cierran Catedral por la irrupción pejista; Pp, Milenio Diario, 19/11/2007
Activistas de la Convención Nacional Democrática entraron a protestar por el repique de campanas
La Arquidócesis pide castigo ejemplar a quienes cometieron “este acto de terror”.Luego de que ayer por la mañana un grupo de simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador irrumpiera de nueva cuenta en la Catedral Metropolitana, la Arquidiócesis de México decidió cerrar el recinto religioso por tiempo indefinido, “porque no existe seguridad en esta ciudad para la libre expresión del culto”.
Los hechos ocurrieron minutos antes de comenzar la misa de 12:00, que regularmente encabeza el cardenal Norberto Rivera. Las campanas de la Catedral empezaron a repicar para convocar a los fieles, como cada domingo ocurre, pero el sonido molestó a los seguidores de AMLO, ya que, según ellos, no les dejaba escuchar el discurso del ex candidato presidencial, quien se encontraba en el Zócalo capitalino emitiendo su mensaje en el marco de la Convención Nacional Democrática.
Los inconformes decidieron manifestar su enojo y se dirigieron hacia Catedral. Cruzaron la valla de granaderos instalada en las afueras del recinto católico para resguardarlo, pero éstos no actuaron y los lopezobradoristas ingresaron al atrio.
Al advertir la presencia de los inconformes, la seguridad del templo intentó cerrar las puertas, esfuerzo que fue en vano, porque los simpatizantes del tabasqueño, al grito de “¡Es un honor estar con Obrador”!, lograron abrir una de las puertas a empujones e irrumpieron en el recinto religioso.Ya en el interior, los inconformes intercambiaron palabras altisonantes con los fieles que esperaban iniciara la misa, a la que no asistió Rivera Carrera, quien pese a su ausencia fue el blanco de los ataques porque le gritaron: “¡pederasta!”, “¡Te vas a ir al infierno !” y “¡Arriba López Obrador”
!Entre consignas, palabras altisonantes y empujones, los pejistas intentaron apoderarse del altar mayor y se enfrentaron a una valla de elementos de seguridad y de fieles, quienes entre empujones y patadas lo impidieron.
Los manifestantes se dieron cuenta de que no cumplirían con su objetivo y decidieron emprender su retirada, no sin antes destruir las vallas de madera que se utilizan para impedir el paso de los fieles y de los reporteros en algunas zonas del recinto, e insultar a las religiosas que esperaban el comienzo de la misa, a quienes les llamaron “amargadas”.
Ante estos sucesos la mayoría de los fieles decidieron retirarse para evitar ser agredidos por los perredistas.
Por tales hechos, la Arquidiócesis de México informó anoche, en un comunicado, que “en señal de condena y de la más firme protesta, anuncia con dolor —para vergüenza nacional e internacional— que como medida precautoria cerrará la Catedral Metropolitana, esperando de parte de las autoridades un compromiso serio que garantice la libertad de cultos y la integridad de los fieles “que cada domingo asisten al templo.También exigió a las autoridades que finquen responsabilidades y se castigue “ejemplarmente” a los “sacrílegos criminales que cometieron este acto de terror contra los fieles que participaban de la santa misa”.
La Arquidiócesis señaló: “El grupo de agresores eran unas 200 personas que entraron abriendo salvajemente a patadas las puertas, rompiendo las vallas de seguridad, haciendo destrozos y rayando las bancas” Además, agregó que los inconformes agredieron físicamente a los feligreses, “lo que causó el pánico de los presentes, entre los que se encontraban ancianos, mujeres y niños que lloraban y corrían despavoridos por todo el recinto, espantados por este condenable y cobarde acto de terror, expresión inequívoca de la intolerancia religiosa y del odio a la Iglesia católica”.
En el comunicado, la Arquidiócesis condenó la “brutal profanación de la santa misa y del sacro recinto de la Catedral, así como la agresión física que sufrieron los fieles”, y consideró que las autoridades capitalinas y federales han mostrado que han sido rebasadas en su deber de salvaguardar la libertad de culto y el respeto del sacramento más preciado que tenemos los católicos: la Eucaristía”.
Por la irrupción, el dean de la Catedral, Rubén Ávila, aseguró que se presentará una denuncia penal ante las autoridades para que se castigue a los responsables. Al respecto, el presidente del Colegio de Abogados Católicos, Armando Martínez, aseguró que este “fue un acto terrorista”. “Pediremos la actuación del gobierno federal, del procurador Eduardo Medina Mora para que tomen los casos, pues es terrorismo, ya no es simplemente una irrupción, el tono ha subido con la complacencia de las autoridades del gobierno capitalino”, agregó el abogado católico.
México • Eugenia Jiménez, reportera

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Columna El Asalto a la Razón/de Carlos Marín: Con la Iglesia se ha topado; Milenio Diario, 19/11/2007;
Aun desde una férrea posición laica, republicana y gratuita (como la que a orgullo mantiene el autor de estas líneas), es imposible no reparar en el muy grave tropiezo que tuvo este domingo Andrés Manuel López Obrador, con la estupidez que protagonizaron casi 200 de sus vándalos que irrumpieron en la Catedral Metropolitana durante la celebración de una misa.
Lo delicado no estriba en que le sea achacable (ni siquiera puede suponerse la remota posibilidad de que fuese una orden suya), sino en que el ex volvió a comportarse como suele hacerlo ante otros atropellos: como si la Virgen le hablara y cerrándose a la suculenta oportunidad de condenar tal acción.
Quienes lo recuerden imperturbable cuando la rechifla que provocó Elenita Poniatowska contra Cuauhtémoc Cárdenas y las mentadas de madre que sus achichincles (aquí sí, expresamente azuzados por él) propinaron 42 veces contra la libertad de expresión y de periodistas, entenderán que El Peje, al hacerse el que ni oye ni ve, avaló esos atentados a sus desafectos. En la radio atribuyeron a “perredistas” la estulta incursión de los protestantes en el recinto, pero la realidad es que su principal nexo con el partido es el cada vez más delgado hilo que encarna el “presidente” pirata de la “república” patito.
Y es que quienes acudieron ayer a la Plaza de la Constitución para escuchar su “informe de gobierno” son lopezobradoristas pero no necesariamente perredistas, en su mayoría integrantes (con perdón del cardenal Norberto Rivera) de una feligresía que se la pasa rindiendo culto al (pese a todo) más carismático de la sui géneris “izquierda” nacional.
La invasión del templo se debió al hecho simple de que las campanas hubieran repicado (como lo hacen siempre, en otras y a la misma hora), pero esta vez mientras Andrés Manuel, a quien nadie debe osar interrumpir, predicaba su peculiar evangelio con una rollera “campaña nacional en defensa del petróleo”.
Para desgracia del “legítimo”, quien convocó a una nueva reunión callejera para el 18 de marzo (aniversario de la expropiación petrolera), este 18 de noviembre se asocia mejor (sin dramatismos pero con ridículo) al 18 Brumario de Luis Bonaparte, aunque, en vez de asaltar el gobierno, la turba “tomó” de manera fugaz el principal recinto religioso después de la Basílica de Guadalupe.¿Resultado?: el deán Rubén Ávila (quien oficiaba porque el cardenal Norberto Rivera, según afirmó, “no pudo llegar” debido al cierre de calles que generó el mitin de López Obrador), condenó “la profanación” del templo.
Peor: de manera oficial, la Arquidiócesis Primada de México anunció que la Catedral permanecerá cerrada hasta que los gobiernos perredista de Marcelo Ebrard y panista de Felipe Calderón otorguen garantías a los fieles y ministros de culto.Tanto joder y joder, hasta que con la Iglesia se ha topado.

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Columna La historia en breve de Ciro Gómez Leyva: El fantasma que lanza estocadas al aire; en Milenio Diario, 19/11/2007;
Al menos por lo exhibido ayer en la Ciudad de México, el movimiento de Andrés Manuel López Obrador cumplió un año con una merma de simpatizantes. Y sin una sola idea novedosa.Menos rostros, mismas palabras. Mismo espantajo: el neoliberalismo, sus capataces y peleles. Mismas amenazas: que viene la privatización del petróleo y la electricidad... Misma falacia: una resistencia civil vigorosa. Mismas tonterías: un asalto sin ton ni son a la Catedral. Mismo gurú, conocedor único y portavoz de los sentimientos profundos “de la gente”.
Ayer en estas páginas, Roger Bartra, por generaciones un autor de culto para las mentes más progresistas del país, dijo algo que, luego de lo visto en el Zócalo, parece tener la puntería de los ballesteros y arcabuceros medievales: más que un peligro para México, López Obrador es un lastre para la izquierda.
No es nada nuevo, tampoco. Bartra le pedía a la izquierda hace un año, en los previos de la primera Convención Nacional Democrática, que reflexionara con serenidad si lo que estaba creciendo bajo la sombra de López Obrador era o no una tragedia para el proceso de transición democrática, pues para él, el tabasqueño era un cacique urbano populista, cuyos destrozos serían muy difíciles de reparar.¿Qué cosechó el lopezobradorismo en un año?
A falta de logros palpables que mostrar, ellos afirman que están ayudando a despertar a millones de mexicanos humillados. Puede ser, pero los resultados no son claros. No son tangibles, verificables.Y si no es realidad, es posibilidad. O mito. O, diría Bartra, una ficción más de López Obrador: personaje trágico del realismo mágico latinoamericano: fantasma que lanza estocadas al aire.

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