Cuerpo sin legitimidad
Jorge Carrasco Araizaga, reportero
Revista Proceso 1633, 17/02/2008;
Aunque formalmente inaugurado en septiembre pasado, el Cuerpo de Fuerzas de Apoyo Federal aún no entra en operaciones por falta de presupuesto y de respaldo legal. Pero ello no ha impedido que esta nueva fuerza concebida para “restaurar” el orden público y la paz social tenga ya su comandante: el general de división José de Jesús Humberto Rodríguez Martínez, “héroe de guerra” por su actuación en la matanza del 2 de octubre de 1968 en calidad de miembro del Batallón Olimpia.
Aunque formalmente inaugurado en septiembre pasado, el Cuerpo de Fuerzas de Apoyo Federal aún no entra en operaciones por falta de presupuesto y de respaldo legal. Pero ello no ha impedido que esta nueva fuerza concebida para “restaurar” el orden público y la paz social tenga ya su comandante: el general de división José de Jesús Humberto Rodríguez Martínez, “héroe de guerra” por su actuación en la matanza del 2 de octubre de 1968 en calidad de miembro del Batallón Olimpia.
La propuesta de Felipe Calderón de crear el Cuerpo de Fuerzas de Apoyo Federal para operaciones de seguridad pública y seguridad nacional se encuentra detenida por falta de recursos económicos, y por ahora no se incorporará a la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea mexicanos.
Sin embargo, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) avanza en la conformación de lo que Calderón y el titular de la dependencia, el general de división Guillermo Galván Galván, concibieron como una fuerza especial para “restaurar el orden público, la paz social y el estado de derecho”. En medios castrenses incluso ya se habla de quién estará al frente de este cuerpo: el general de división José de Jesús Humberto Rodríguez Martínez, a quien Gustavo Díaz Ordaz calificó de “héroe de guerra” en los hechos del 2 de octubre de 1968. Rodríguez Martínez fue ascendido en noviembre pasado por Felipe Calderón al máximo grado del Ejército.
Creado por decreto presidencial el 4 de mayo de 2007, el nuevo cuerpo especial del Ejército y Fuerza Aérea debió iniciar este año sus operaciones formales con un presupuesto propio de mil 600 millones de pesos. Pero los recursos no fueron incluidos en el presupuesto de egresos de 2008, que para la Sedena asignó 34 mil 861 millones de pesos.
Así mismo, el gobierno de Calderón tiene otro problema: el dinero para pagar este año la compensación prometida a la tropa, y es factible que anuncie cuál será el monto el martes 19, Día del Ejército, como ocurrió hace un año.
El Cuerpo de Fuerzas de Apoyo Federal enfrenta otro escollo en la Cámara de Diputados: la reforma de la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea, donde debe quedar formalmente establecido este nuevo organismo. Este cuerpo tendrá que pasar por la aprobación del Congreso para que por ley sea parte del Ejército. Hasta ahora, en la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados no se ha discutido ninguna propuesta de reforma en ese sentido.
De acuerdo con el artículo 103 de la Ley Orgánica, en la actualidad los cuerpos especiales del Ejército y Fuerza Aérea son cuatro: Guardias Presidenciales, Aerotropas, Policía Militar y Música Militar.
En el decreto de creación de esa fuerza, Calderón fundamentó su emisión no sólo en sus facultades presidenciales, sino en el artículo 14, fracción IX de la Ley Orgánica, en la que se indica que como Mando Supremo del Ejército, el presidente de la República puede autorizar la creación de nuevas unidades militares, armas y servicios y cuerpos especiales.Según los tiempos establecidos en el decreto del Ejecutivo federal, originalmente firmado sólo por Calderón y el general Galván, a partir de agosto de 2007 la Sedena debió proveer a esta nueva fuerza los recursos humanos, materiales y presupuestarios para cumplir con sus tareas de “restauración del orden y seguridad pública en el combate a la delincuencia organizada o en contra de actos que atenten contra la seguridad de la nación”. También tuvo que empezar a darle capacitación “especializada en el manejo de situaciones críticas de perturbación o alteración de la paz social y seguridad pública”.
Un viejo héroe
En ese momento, en respuesta a una solicitud de información, la Sedena informó que ya había tomado “acciones contundentes y decididas” para cumplir con lo decretado por Calderón. Entre éstas, la creación del cuartel general del cuerpo; es decir, su comandancia y su Estado Mayor. Sin embargo, evitó dar detalles de la sede y el nombre del comandante.De acuerdo con la más reciente edición de la revista militar Armas, dedicada a la difusión de los actos oficiales de las Fuerzas Armadas mexicanas, el comandante del nuevo cuerpo es el general divisionario José de Jesús Humberto Rodríguez Martínez.En una reseña sobre la ceremonia con la que el Ejército conmemoró el 61º aniversario de las Aerotropas en México, el 59º de la antigüedad de los paracaidistas en México y el Día del Paracaidista, identificó a los jefes militares que presidieron el acto realizado en la Glorieta de las Águilas, en el Campo Militar Número 1-A, de la Ciudad de México.
Entre ellos, al general de división Diplomado de Estado Mayor (DEM) Juan Morales Fuentes, comandante del Primer Cuerpo del Ejército, y los generales de brigada DEM Rafael de Jesús Ballesteros Topete, comandante del Cuerpo de Fuerzas Especiales, y “José de Jesús Humberto Rodríguez Martínez, comandante del Cuerpo de Fuerzas de Apoyo Federal”. La ceremonia ocurrió el 11 de noviembre pasado, nueve días antes de que Calderón ascendiera a general de división a Rodríguez Martínez.
La Sedena evitó confirmar esta versión.
En la trayectoria del nuevo visionario destaca su participación como miembro del Batallón Olimpia, protagonista en la matanza estudiantil del 2 de octubre de 1968, según lo acreditó Proceso desde 1978. Testimonio de su actuación en Tlatelolco es un acuerdo firmado por el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz y su secretario de Defensa, Marcelino García Barragán, en reconocimiento a sus “actos de guerra” en la Plaza de las Tres Culturas (Proceso 101 y 896).El acuerdo presidencial 930, fechado el 23 de octubre de 1968, establece la razón del reconocimiento: “Por el valor, determinación, sentido de responsabilidad y espíritu de sacrificio que demostró el personal militar al repeler la agresión armada durante los hechos acontecidos en la Plaza de las Tres Culturas, el día 2 del actual, y de la Ley de Ascensos y Recompensas del Ejército y Fuerza Aérea Nacionales, gírense órdenes de ascenso al grado inmediato superior a las personas que a continuación se mencionan”. Junto con otros siete elementos de ese batallón, Rodríguez Martínez fue ascendido ese mismo año.
Su hoja de servicios indica que Rodríguez Martínez ingresó al Heroico Colegio Militar el 20 de enero de 1960. Cuatro años después se graduó como subteniente de Infantería. A esa misma generación pertenecen otros dos militares que en la actualidad son altos funcionarios de la Sedena: el general de división Tomás Ángeles Dauahare, subsecretario de Defensa, y el general de división Humberto Eduardo Antimo Miranda, oficial mayor.
Cuando ostentaba el grado de mayor de Infantería, al término del curso de mando y Estado Mayor, el 15 de agosto de 1968, Rodríguez Martínez adquirió el carácter de Diplomado de Estado Mayor. En 1991, ascendió de coronel de Infantería a general brigadier, y seis años después pasó a ser general de Brigada. Con ese grado, entre diciembre de 1998 y 1999 fue comandante de la Primera Zona Militar, ubicada en Tacubaya, en la capital de la República. En el gobierno de Ernesto Zedillo fue director del Servicio Militar Nacional.Y antes de ser ascendido por Calderón como general de división el pasado 20 de noviembre, fue presidente del Supremo Tribunal Militar. En el organigrama de la Sedena aparece en la actualidad como director y rector general de Educación Militar y Universidad del Ejército y Fuerza Aérea.
Las acciones de la Sedena
En respuesta a una petición de información vía la Ley de Transparencia, la Sedena informó que otras de las acciones “contundentes y decididas” que en agosto pasado ya había tomado para el cumplimiento del decreto de creación del nuevo cuerpo, se encontraba la revisión de lo que ha sido el apoyo militar a la Policía Federal Preventiva, que desde su creación en 1999 ha operado esencialmente con soldados y marinos.
La dependencia también informó que había realizado investigaciones “documentales y de campo” sobre la participación de otras instituciones militares del mundo en tareas de seguridad pública, “con la finalidad de incorporar aquellos aspectos que puedan ser de aplicación en el país”.
De acuerdo con esa respuesta, la Sedena exploró desde hace medio año las unidades del Ejército y Fuerza Aérea que pudieran formar el nuevo cuerpo, así como las necesidades de armamento, equipo y adiestramiento.
Además, ya tenía elaborados proyectos de su estructura orgánica y sus unidades subordinadas, la definición de sus funciones específicas, así como las estimaciones de presupuesto para su integración y operación.
Pero las previsiones económicas sobre su operación se quedaron en el deseo, puesto que ni en la Secretaría de Hacienda ni en la Cámara de Diputados se apoyó la petición del general Galván para que en el presupuesto de este año a la Sedena le aprobaran mil 600 millones de pesos para la nueva fuerza.
El general retirado y secretario de la Comisión de Defensa, Roberto Badillo Martínez, diputado del PRI por Veracruz, asegura que hubo resistencia de algunos diputados en ese órgano para aprobar los recursos, aunque dice que no se habló de una cantidad específica. A pesar de no haberse aprobado el presupuesto, asegura que la Sedena tiene capacidad para organizar una fuerza especial sin pedirle recursos adicionales a la federación, pues cuenta con adiestramiento y personal para hacer frente a ese requerimiento. Pero en todo caso, agrega, la Sedena “no lo va a necesitar por ahora porque el cuerpo aún no está organizado. Tal vez el próximo año sí, pero se necesitará más tiempo y cabildeo para sacar su presupuesto”.
Sobre la ubicación de la comandancia general del Cuerpo de Fuerzas de Apoyo Federal, Badillo Martínez señala que podría encontrarse en la Primera Región Militar, que abarca al Distrito Federal, así como Morelos, Estado de México e Hidalgo.En particular, dice, podría estar destacado en el Campo Militar Número 37, de San Miguel de los Jagüeyes, en el Estado de México, o en el Campo Militar Número 1, en la Ciudad de México. Desde cualquiera de esos lugares es más fácil que estén a las órdenes del presidente y del Alto Mando del Ejército, que recae en el general Galván, precisa.
En el presupuesto de la Sedena para este año es en la Primera Región Militar donde el Ejército tendrá el mayor aumento de personal. De los 35 mil 753 efectivos con los que contaba en 2007, pasará a 38 mil 312 este año. Ante los cuestionamientos que le hicieron en la Comisión de Defensa sobre el aumento de personal en la Primera Región Militar, la Sedena aseguró que esas nuevas plazas eran para los egresados de los planteles militares del Ejército y Fuerza Aérea y no para el Cuerpo de Fuerzas de Apoyo Federal.
José Alfonso Suárez del Real, diputado del PRD por el Distrito Federal e integrante de la Comisión de Defensa, asegura que en esa instancia no se llegó a discutir un presupuesto específico para las Fuerzas Federales de Apoyo, pero tanto su partido como el PRI se opusieron a entregarle dinero. El Ejército, según él, necesita más recursos para el Plan DN-III de auxilio a la población civil. Y explica que en el caso del PRD, el rechazo “no fue porque esté en contra del Ejército, pues entiende que por disciplina y lealtad obedece las órdenes del Mando Supremo (el presidente de la República), sino porque su creación viola la Constitución”. Menciona que una violación es que el Ejército carece de facultades para asumir funciones de policía. “Es coadyuvante, pero no puede encabezar esas tareas, como de hecho ya ocurre ahora aun sin la creación formal del Cuerpo Especial”, asegura.A su vez, el presidente de la Comisión de Defensa, el también general retirado Jorge Justiniano González Betancourt, diputado del PAN por Chiapas, coincide en que nunca hubo una petición formal de la Sedena a esa comisión para la aprobación de los mil 600 millones de pesos.
En lo que el diputado y general retirado Badillo describe como “un ensayo” pero que para la Sedena fue muestra del cumplimiento del decreto de Calderón, una brigada de mil 800 efectivos de distintas armas, con uniforme beige y boina negra participó en el desfile militar del 16 de septiembre del año pasado. Fue la presentación oficial del Cuerpo de Fuerzas de Apoyo Federal, que además de restricciones presupuestarias e indefiniciones legales tuvo que ser modificado en los ambiciosos alcances que en mayo de 2007 le habían atribuido Calderón y el general Galván.
El segundo decreto
Al día siguiente de la participación del nuevo cuerpo en el desfile conmemorativo de la Independencia, Calderón publicó otro decreto para precisar la forma en que deberá operar e intervenir.En su primer decreto, Calderón había establecido que estaría “bajo las órdenes del presidente de la República” e intervendría “por instrucciones” del mismo para apoyar a las autoridades civiles de cualquier gobierno. El nuevo decreto eliminó esa discrecionalidad y estableció que su intervención tendrá que obedecer a “circunstancias excepcionales”. Pero dejó la decisión de su actuación no sólo en la Sedena, sino en las secretarías de Gobernación y de Seguridad Pública (Proceso 1612). Aunque la Sedena no logró este año un presupuesto especial para las Fuerzas de Apoyo Federal, lo que sí se discutió en la Comisión de Defensa fue una ampliación del presupuesto para las Fuerzas Armadas –Ejército, Fuerza Aérea y Marina– por 7 mil 54 millones de pesos, etiquetados para la compra y renovación de equipo, pero también para el pago de mil pesos mensuales de compensación a la tropa como parte de los estímulos prometidos por Calderón.
En el decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal de 2008, la Cámara de Diputados introdujo un artículo para entregarle a la Sedena recursos adicionales a los casi 35 mil millones de pesos aprobados. La condición es que haya ahorros del gobierno federal.
El artículo 45 de ese decreto, publicado el pasado 13 de diciembre en el Diario Oficial de la Federación, señala: “La Secretaría de Hacienda y Crédito Público identificará los ahorros obtenidos, a efectos de apoyar a las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina en materia de adquisición de equipamiento que permita mejorar su desempeño a favor de la población en situación de emergencia y fortalecer la seguridad de la nación”.
Apenas el jueves 14, el presidente de la Comisión de Defensa, el diputado Jorge Justiniano González Betancourt, presentó un punto de acuerdo para exhortar a los gobernadores de los estados y a los titulares de la administración pública federal que busquen ahorros con el fin de trasladarlos a las Fuerzas Armadas para que éstas adquieran equipo y sostengan sus servicios.Aseguró que en 25 años, las Fuerzas Armadas no han renovado su flota terrestre, aérea y marina, ni adquirido armamento moderno, radares, tecnología de punta; tampoco cubrieron las nuevas plazas para un correcto funcionamiento operativo.Dijo también que quedaron pendientes de aprobación 7 mil 726 millones de pesos, no los 7 mil 54 mencionados originalmente. Precisó que ese dinero se destinaría a la renovación de los vehículos Humvee –que se utilizan en operativos contra el narcotráfico– y tres aviones Casa para reponer tres aviones Hércules C-130 de auxilio a la población.
También, dos helicópteros UH-60L para el combate al narcotráfico, radares de largo alcance para el sureste del país, radios Falcon de intercomunicación, combustibles, lubricantes y refacciones.Y sin hacer mención al compromiso de Calderón, dijo que ese dinero se usaría también para “incrementar la compensación técnica al servicio de los elementos de tropa del país” y “abastecer eficientemente la atención médica a los militares y sus familias”.
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