17 jun 2008

¿"Es un pendejo"?

Más sobre Creel y Germán.
Columna Historias de reportero/Carlos Loret de Mola
Publicado en El Universal, 17 de junio de 2008
“¡Es un pendejo!”
En una gira, colaboradores de Calderón bromearon: “A Santiago y a Andrés Manuel no nos los hemos podido quitar de encima”. Ya se quitaron a uno
Se lo escuché decir a Felipe Calderón y a los integrantes de su equipo más cercano desde la precampaña, lo susurraban coordinadores parlamentarios y dirigentes de partidos, era la queja entre secretarios de Estado, gobernadores de las eras Fox y Calderón, líderes religiosos, sociales y analistas políticos.
“¡Es un pendejo!” no con el tono de quien se siente agraviado por un manotazo del poder y recurre al insulto como venganza, sino de quien pone cara de “Este no tiene remedio” frente a la ruta de torpezas políticas de un hombre que parece haber abandonado la brillantez en su escritorio de respetado impulsor de la transición democrática desde la sociedad civil cuando se volvió el funcionario incapaz de conseguir una victoria en el juego de la política.
¿Qué ha hecho bien Santiago Creel desde que ganó la candidatura del PAN a la Jefatura de Gobierno en 1999? Perdió esa elección ante López Obrador, con todo y “fenómeno Fox” a su favor. Fue el errático secretario de Gobernación de Atenco, las no reformas foxistas, el desafuero, el rompimiento con Cuba, Oaxaca, el desorden en el gabinete, de los pleitos con los medios, los partidos, el Congreso. Le ganaron la candidatura del PAN a la Presidencia de la República, a pesar del flagrante apoyo de Los Pinos, y en el camino hizo de su vida personal un escándalo de revistas del corazón.
Con este currículum, suena tenue que el motivo para correrlo de la coordinación en el Senado haya sido su falta de operación política en la reforma energética: el Presidente quería votar la privatización parcial que planteó para Pemex en 15 días, y Creel, en una de las suyas, amarró rápido… una consulta y su “tercera vía” que garantizó la prolongación, al menos dos meses, de lo que para su jefe era prioridad inmediata. Suena más bien a gota que derramó el vaso.
En una gira de Calderón a Quintana Roo, dos de los cinco colaboradores íntimos del Presidente bromearon entre sí: “A Santiago y a Andrés Manuel no nos los hemos podido quitar de encima desde la precampaña”.
Ya se quitaron a uno, pero deberán tener cuidado, porque Creel guarda bien ordenado el archivo de los rencores y ha demostrado tener vidas políticas: perdió la jefatura de Gobierno y cayó en Gobernación, perdió la candidatura a la Presidencia y cayó en la presidencia del Senado, perdió la coordinación, pero está hasta arriba en las encuestas rumbo al 2012.
Cuando lo eligieron los senadores panistas como su líder, en contra del favorito de Calderón, el Presidente citó a Creel y le regaló un ejemplar de su libro El hijo desobediente con una larga dedicatoria en donde le extendía la mano, ponía el pasado atrás y le pedía trabajar juntos… ¿Dónde habrá guardado Creel ese libro?
SACIAMORBOS
Al terminar aquella entrevista, López Obrador se levantó y mientras daba medio abrazo al conductor, le dijo en tono amable: “Estuvo muy buena”.
Dos mensajes y un creelazo/Javier Corral J., profesor de la FCPyS de la UNAM.
El Universal, 17 de junio de 2008;
En la ruta de rectificar sobre los mayores yerros para su carrera política, Santiago Creel declaraba en mayo de 2007, a unas semanas de la que la SCJN declarara inconstitucional la ley Televisa: “Una ley que se aprueba en medio de una elección, prácticamente sometiendo a candidatos y partidos a su aprobación, en medio de una negociación de espacios publicitarios, no es la manera para aprobar una ley. Una ley que afianza los privilegios a quienes actualmente detentan un oligopolio, eso no es correcto”.
Luego le dio un canillazo a la acción de los impugnadores acicateando a los ministros: “Si la Corte no hace los cambios, los haremos nosotros”.
Desde entonces, ni a Televisa ni al grupo de Los Pinos que mantiene aislado y mal informado al presidente Calderón se les han olvidado tales afirmaciones. Fueron consideradas un agravio porque fueron importantes en el ánimo de los ministros y exhibieron las componendas de la campaña. Por eso desde el gobierno se contempló sin remordimiento, ¡durante un año!, la expulsión de Creel de la pantalla de la tv concesionada por el Estado. No hubo acción de gobierno o exigencia partidista que reclamara, no para uno de los suyos, sino para el presidente del Senado, su derecho a la libertad de expresión. Varios se solazaban en el veto impuesto al coordinador de los senadores del PAN. Empezó a decirse, como dijeron de mí en su momento: “Es su asunto, él se lo buscó, se peleó con las televisoras, que se aguante como hombrecito”. Se decidió coexistir con la censura antes que arriesgar la gracia de los barones de la tv. Mensaje brutal.
Ya lo saben: todo legislador que busque reformar con sentido democrático y antimonopólico la ley de radio y tv terminará como un pleitista, incómodo para el partido y el gobierno. Se cumplirá así la sentencia que el duopolio lleva como amenaza a quien ose proponer que se sometan a la competencia y asuman la responsabilidad en su tarea: el que se pelea con los concesionarios no aparece en la tele, y el que no aparece en la tele no existe en política.
Todo marchaba conforme tal sentencia en el caso de Creel. Pero resulta que sí hay vida después de la censura en tv, y que el censurado puede colocarse como puntero de su partido en las encuestas en una eventual candidatura a la Presidencia. Otro gran mensaje para los mismos a los que se les envió el primero. Actuar con valor en política, reconocer errores, dar la cara, empeñarse en rectificar, reconocer a una hija fuera de matrimonio, asumir una actitud positiva después de la derrota y ponerse a disposición del Presidente que lo derrotó en la interna también cuenta. Es la escasísima oportunidad que da la vida para rectificar en política. Creel sabe si la continúa o la vuelve a echar a la basura.
Profesor de la FCPyS de la UNAM
Columna Bajo Reserva
El Universal, 17 de junio de 2008
Germán Martínez, actúa como hombre de las cavernas
Germán Martínez es un político joven que actúa como hombre de las cavernas. Es la imagen que dejó entre sus compañeros del PAN con el cese del coordinador de la bancada en el Senado. En una supuesta negociación para legitimar el descabezamiento de Santiago Creel propuso una votación de los 52 senadores para demostrar que había una rebelión azul en contra del líder, nos relatan.
Don Santiago hizo sumas y restas y le tomó la palabra con una condición: voto por voto abierto. Don Germán reviró con un clásico: Tengo facultades para convocar a una votación secreta. Ahí se cerró todo y se selló el destino de Creel, quien por la tarde del 9 de junio acudió a su oficina de la Torre Azul a sacar sus pertenencias, nos explican.
Columna Serpientes y Escaleras de Salvador García Soto
En El Universal,
NOTAS INDISCRETAS… “Sobre aviso no hay engaño”, dicen en el CEN panista para explicar el cese de Santiago Creel. Dos semanas antes, afirman, Germán Martínez le pidió a Creel que él mismo se hiciera a un lado, porque la decisión estaba tomada y le argumentó las quejas de la bancada sobre su actuación. Santiago, señalan las fuentes, ofreció pensarlo y hacerse a un lado. Pasaron más de dos semanas y el ex coordinador comenzó a dar largas al asunto y a rehuir la decisión. Fue entonces, dicen, que el presidente Calderón dio la orden fulminante y pidió hacerlo cuando él saliera del país rumbo a España. “No me importa si no me acompaña al viaje”, dijo el mandatario antes de irse… Paran los dados. Escalera para Carlos Loret de Mola que hoy se integra a las páginas de EL UNIVERSAL, enhorabuena por el periodista y por el diario.

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