Miembros activos de la fuerza pública en la red de ‘Don Mario’
Dos oficiales, un suboficial del Ejército, un patrullero de la Policía y seis personas más que trabajaban para el narcotraficante alias “Don Mario” en Antioquia, Córdoba y Chocó fueron capturadas por la Policía en siete ciudades del noroccidente del país. El fiscal Mario Iguarán reconoció la infiltración en las organizaciones del Estado.
Publicado en el portal de la revista SEMANA (www.semana.com) 27/ de agosto de 2008;
Dos oficiales, un suboficial del Ejército, un patrullero de la Policía y seis personas más que trabajaban para el narcotraficante alias “Don Mario” en Antioquia, Córdoba y Chocó fueron capturadas por la Policía en siete ciudades del noroccidente del país. El fiscal Mario Iguarán reconoció la infiltración en las organizaciones del Estado.
Publicado en el portal de la revista SEMANA (www.semana.com) 27/ de agosto de 2008;
La polémica por las conversaciones que comprometen a Guillermo León Valencia, ex director de Fiscalías de Antioquia y hermano del actual Ministro del Interior y de Justicia, con la organización del narcotraficante alias ‘Don Mario’, creció este miércoles al conocerse la captura de cuatro miembros activos de la fuerza pública y otras seis personas que actuaban como sicarios para la organización de este narco.
Los diez detenidos, al parecer, integraban la organización “Héroes de Castaño” que trabajaba para Daniel Rendón Herrera, conocido como ‘Don Mario’, quien luego de desmovilizarse de los paramilitares regresó a la vida delincuencial para manejar una organización de narcos en Antioquia, Córdoba y Chocó principalmente.
Estas personas eran responsables de reclutar, patrullar, cobrar extorsiones y controlar la salida de cocaína hacia el exterior, según la policía. Entre los capturados se encuentra Meliza Vanesa Luna Quintero, alias ‘Camila’, quien según la Policía Antinarcóticos era la que llevaba la nómina y la contabilidad de la organización. En uno de los allanamientos los investigadores encontraron un computador con información sobre ‘Don Mario’ que será analizado por las autoridades.
Los diez detenidos, al parecer, integraban la organización “Héroes de Castaño” que trabajaba para Daniel Rendón Herrera, conocido como ‘Don Mario’, quien luego de desmovilizarse de los paramilitares regresó a la vida delincuencial para manejar una organización de narcos en Antioquia, Córdoba y Chocó principalmente.
Estas personas eran responsables de reclutar, patrullar, cobrar extorsiones y controlar la salida de cocaína hacia el exterior, según la policía. Entre los capturados se encuentra Meliza Vanesa Luna Quintero, alias ‘Camila’, quien según la Policía Antinarcóticos era la que llevaba la nómina y la contabilidad de la organización. En uno de los allanamientos los investigadores encontraron un computador con información sobre ‘Don Mario’ que será analizado por las autoridades.
Estas capturas de miembros de la fuerza pública y las investigaciones que cursan contra el ex fiscal en Antioquia, Guillermo Valencia Cossio, hermano del actual ministro de Justicia, dieron pie para que el Fiscal General Mario Iguarán asegurara este miércoles que ‘Don Mario’ infiltró varios organismos del Estado.
Los capturados son el capitán del Ejército Duván Mauricio Hernández Tabares, alias ‘Michael’; el suboficial del Ejército Ronald Hernández Fuentes; el teniente de la Policía Fredy Alexánder Burgos Ortiz; el patrullero de la Policía Carlos Alberto González Castañeda y los civiles Yonny Cano Linares, alias ‘El Llanero’ y Lubín Cardona Borja, alias ‘Lubín’, todos capturados en el Urabá Antioqueño. Así mismo, la Policía Nacional y la Fiscalía detuvieron en Barranquilla a Jhon Fréider Arias Espinoza, alias ‘Oscar’ y a Jeremías Higuita Arango, alias ‘Omar’; y en Carepa a Meliza Vanesa Luna Quintero, alias ‘Camila’ y a José Vega Rodríguez, alias ‘Harold’.
Estas personas serán procesadas por concierto para delinquir, financiación de actividades terroristas y homicidio agravado entre otros delitos.
Lo que hasta hoy conocen las autoridades de esta organización es que se creó con varios reductos del Bloque Élmer Cárdenas de las AUC luego su desmovilización, y que concentran sus actividades delincuenciales en los municipios de Apartadó, Turbo, Necoclí, San Pedro de Urabá, Carepa y Chigorodó, todos en la región del Urabá.
“A través de interceptaciones de correos electrónicos de esta organización delincuencial se pudo determinar que ‘Don Mario’ procura mucho el correo humano y creemos que con golpes como este, en particular el que tiene que ver con las finanzas, esta organización queda debilitada”, dijo el fiscal Iguarán.
De Daniel Rendón Herrera se dice que hace unos meses llegó a un acuerdo con la justicia norteamericana para entregarse y que, a comienzos de julio pasado, un primer paso fue el traslado a territorio estadounidense de su familia.
La revista Semana publicó hace unas semanas lo siguiente: “el propio narco llegó a Panamá para finiquitar la negociación que lo llevaría a Estados Unidos. Aunque lleva más de 15 años en tráfico de drogas, 'Don Mario' se transformó en los dos últimos años en el hombre fuerte del narcotráfico en el norte del país. Hermano del ex jefe paramilitar Freddy Rendón, alias el 'Alemán', 'Don Mario' heredó parte del ejército del Bloque Élmer Cárdenas y reclutó gran parte de los desmovilizados en la zona del Urabá antioqueño. Desde allí se hizo al control absoluto de una de las principales rutas de exportación de drogas por el Caribe”.
Los capturados son el capitán del Ejército Duván Mauricio Hernández Tabares, alias ‘Michael’; el suboficial del Ejército Ronald Hernández Fuentes; el teniente de la Policía Fredy Alexánder Burgos Ortiz; el patrullero de la Policía Carlos Alberto González Castañeda y los civiles Yonny Cano Linares, alias ‘El Llanero’ y Lubín Cardona Borja, alias ‘Lubín’, todos capturados en el Urabá Antioqueño. Así mismo, la Policía Nacional y la Fiscalía detuvieron en Barranquilla a Jhon Fréider Arias Espinoza, alias ‘Oscar’ y a Jeremías Higuita Arango, alias ‘Omar’; y en Carepa a Meliza Vanesa Luna Quintero, alias ‘Camila’ y a José Vega Rodríguez, alias ‘Harold’.
Estas personas serán procesadas por concierto para delinquir, financiación de actividades terroristas y homicidio agravado entre otros delitos.
Lo que hasta hoy conocen las autoridades de esta organización es que se creó con varios reductos del Bloque Élmer Cárdenas de las AUC luego su desmovilización, y que concentran sus actividades delincuenciales en los municipios de Apartadó, Turbo, Necoclí, San Pedro de Urabá, Carepa y Chigorodó, todos en la región del Urabá.
“A través de interceptaciones de correos electrónicos de esta organización delincuencial se pudo determinar que ‘Don Mario’ procura mucho el correo humano y creemos que con golpes como este, en particular el que tiene que ver con las finanzas, esta organización queda debilitada”, dijo el fiscal Iguarán.
De Daniel Rendón Herrera se dice que hace unos meses llegó a un acuerdo con la justicia norteamericana para entregarse y que, a comienzos de julio pasado, un primer paso fue el traslado a territorio estadounidense de su familia.
La revista Semana publicó hace unas semanas lo siguiente: “el propio narco llegó a Panamá para finiquitar la negociación que lo llevaría a Estados Unidos. Aunque lleva más de 15 años en tráfico de drogas, 'Don Mario' se transformó en los dos últimos años en el hombre fuerte del narcotráfico en el norte del país. Hermano del ex jefe paramilitar Freddy Rendón, alias el 'Alemán', 'Don Mario' heredó parte del ejército del Bloque Élmer Cárdenas y reclutó gran parte de los desmovilizados en la zona del Urabá antioqueño. Desde allí se hizo al control absoluto de una de las principales rutas de exportación de drogas por el Caribe”.
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Los ratones cuidando el queso
De ser verdad las acusaciones contra el hermano del ministro, sería de una gravedad aterradora la infiltración de los narcos en Medellín.
Publicado en la revista SEMANA No, 1373, 23 de agosto de 2008;
Los ratones cuidando el queso
De ser verdad las acusaciones contra el hermano del ministro, sería de una gravedad aterradora la infiltración de los narcos en Medellín.
Publicado en la revista SEMANA No, 1373, 23 de agosto de 2008;
Escandaloso, por decir lo menos, resultó el episodio que enfrentó la Fiscalía la semana pasada, después de que la revista Cambio reveló las conversaciones que sostuvo en junio pasado el director de Fiscalías de Medellín, Guillermo León Valencia Cossio, con Juan Felipe Sierra, empresario detenido por vínculos con el narcotráfico. En ellas queda claro que Valencia Cossio recibía prebendas de los narcos a cambio de alterar los organigramas del capo más buscado del momento: 'Don Mario'. En concreto, que borró de los documentos oficiales el nombre de Jhon Fredy Manco, el 'Indio'. Según el semanario, la descarada alianza había logrado desinformar a los otros organismos de seguridad y timar al propio Presidente, quien en un consejo de seguridad había urgido la captura de los jefes de este nuevo cartel de la droga.
El escándalo que envuelve a Valencia Cossio es apenas la punta del iceberg que muestra la honda penetración del narcotráfico en la justicia, por lo menos en Antioquia y Córdoba, pues la directora de fiscalías de Montería, Perla Dávila, también está involucrada.
Muchos indicios preocupantes alertaban sobre la infiltración en la Fiscalía. Uno de los más recientes había sido la pérdida de un arma con la que se había asesinado a tres personas después de la tradicional cabalgata de la Feria de las Flores el año pasado. El autor del crimen tiene estrechos vínculos con Alirio Rendón, el 'Cebollero', hoy detenido bajo la sindicación de ser uno de los jefes de la temida Oficina de Envigado. La desaparición de esta arma dejó un sabor amargo en muchos investigadores que vieron en el aparente robo la intención de suprimir la prueba del crimen.
El destituido director de fiscalías de Medellín Guillermo Valencia Cossio habría ayudado a alterar el organigrama de la banda de “Don Mario” según grabaciones en poder de la Fiscalía que salpican también al general de la Policía Marco Antonio Pedreros
El escándalo que envuelve a Valencia Cossio es apenas la punta del iceberg que muestra la honda penetración del narcotráfico en la justicia, por lo menos en Antioquia y Córdoba, pues la directora de fiscalías de Montería, Perla Dávila, también está involucrada.
Muchos indicios preocupantes alertaban sobre la infiltración en la Fiscalía. Uno de los más recientes había sido la pérdida de un arma con la que se había asesinado a tres personas después de la tradicional cabalgata de la Feria de las Flores el año pasado. El autor del crimen tiene estrechos vínculos con Alirio Rendón, el 'Cebollero', hoy detenido bajo la sindicación de ser uno de los jefes de la temida Oficina de Envigado. La desaparición de esta arma dejó un sabor amargo en muchos investigadores que vieron en el aparente robo la intención de suprimir la prueba del crimen.
El destituido director de fiscalías de Medellín Guillermo Valencia Cossio habría ayudado a alterar el organigrama de la banda de “Don Mario” según grabaciones en poder de la Fiscalía que salpican también al general de la Policía Marco Antonio Pedreros
Ante la terca decisión de Valencia Cossio de no renunciar, el fiscal Mario Iguarán lo declaró insubsistente. El alcalde de Medellín, Alonso Salazar, había advertido hace tiempo que en la Fiscalía de Medellín había fallas profundas
A eso se habían sumado injustificadas reasignaciones de despachos y procesos, que generaban suspicacias entre muchos de los funcionarios judiciales. Incluso muchos fiscales hablan de un verdadero carrusel que buscaba que procesos clave quedaran en manos de personas de confianza de Valencia Cossio. Una de las funcionarias que habían protestado por el trato que se le estaba dando a su despacho fue Alicia Domínguez, quien adelantaba las investigaciones de vínculos de políticos y empresarios bananeros con los paramilitares en Urabá. Domínguez se negó a aceptar a Liceth Mayra Álvarez como abogada defensora de los presuntos paramilitares ya que hasta hace poco era la jefe de fiscalías de Urabá, y cambiar de papel -de acusador a defensor- en un mismo lugar y en poco tiempo es considerado una falta ética grave y hasta una obstrucción a la justicia. Liceth Mayra ha sido una de las funcionarias más cercanas a Valencia Cossio.
También se ha cuestionado enormemente a una fiscal del círculo de confianza de Valencia Cossio, quien según informes de inteligencia tiene nexos familiares con un testaferro de 'Macaco' en Caucasia.
Todo el ambiente turbio que rodeaba a la Fiscalía, y sobre todo la falta de avance en investigaciones especializadas de narcotráfico, tenía incómodo a Alonso Salazar, alcalde de Medellín. No se ha logrado esclarecer ni la extraña ola de tortura y muertes de mujeres que ocurrió el año pasado, y que el entonces jefe de la policía del Valle de Aburrá, coronel Marco Antonio Pedreros (hoy general), calificó de hechos aislados, ni los violentos ajustes de cuentas entre narcotraficantes. Mucho menos se avanzó en la desarticulación de las bandas remanentes y emergentes de los paramilitares. Tan grave era la situación, que hace tres meses el alcalde Salazar se reunió en Palacio de Nariño con el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos; el general Óscar Naranjo, y José Obdulio Gaviria, y concluyeron que era necesario crear una unidad de fiscalía de Bogotá para que atendiera los casos más graves de Medellín. Así se hizo y gracias a este trabajo, se lograron capturas como la del 'Cebollero'. En esa reunión incluso se comparó la situación de Medellín con la de Cúcuta hace tres años, cuando se descubrió que la jefe de fiscalías de esa ciudad era una ficha de las autodefensas y recibía órdenes directas de Salvatore Mancuso.
Hace pocas semanas las relaciones entre el Alcalde de Medellín y Valencia Cossio se agriaron del todo. Salazar había ido con la Policía a detener a un desmovilizado sospechoso de haber matado al líder de un barrio. Lo trasladó en el carro de la alcaldía hasta la Sijín, donde fue reseñado, pero esa misma tarde lo dejaron libre. En menos de 48 horas el CTI de Medellín inició la recolección de pruebas para investigar al alcalde por secuestro.
Salazar se sorprendió no sólo con la acusación, sino con la presurosa intervención de la Fiscalía. Como si fuera poco, Salazar asegura que Valencia Cossio se reunió con sus opositores políticos y con un grupo de desmovilizados para promover un referendo revocatorio de su mandato, y que le tenía un seguimiento permanente.
Otro enorme cuestionamiento que pesa sobre el fiscal destituido es el hecho de que desde hace cinco años es director encargado de fiscalías en Medellín, cuando lo puso en ese cargo el muy cuestionado fiscal general Luis Camilo Osorio. Nunca ha sido nombrado en propiedad porque perdería la mitad de su salario como fiscal delegado ante el tribunal. Es decir, quería tener el poder, pero no la remuneración del cargo. Y la Fiscalía, inexplicablemente, se lo permitió.
Lo ocurrido con el fiscal Valencia Cossio tiene dos connotaciones graves. Por un lado, muestra que nadie ha sido capaz de meterle la mano a la Fiscalía de Medellín para desvertebrar los vínculos históricos que algunos de sus miembros han tenido con la mafia y, por otro lado, muestra que el problema es de hondo calado en la región.
Nadie entiende por qué si durante más de una década se ha conocido la presencia de los paramilitares en la Fiscalía de Medellín, aún ninguna autoridad ha intervenido en ella. El destape de este peligroso nexo se dio en 1998, cuando fue detenido Jacinto Alberto Soto Toro, quien era el contador de Carlos Castaño Gil. Soto pudo escaparse de la cárcel con un salvaconducto firmado por un fiscal, y las autodefensas asesinaron a varios de los investigadores.
Desde entonces se sabía que destacados fiscales de la ciudad tenían relación directa con la oficina de Envigado, y lo grave es que los cuestionados, en lugar de salir de la institución, siguieron ascendiendo en ella y algunos ocupan altos cargos en la justicia de Antioquia. Otros han sido asesinados. Recientemente murió acribillado Juan Carlos Palacio, un agente del CTI de quien se pudo establecer que tenía bienes por más de 1.000 millones de pesos, algo inusual en un funcionario con su salario y su rango.
Quizás esta profunda alianza ha incidido en el resurgir de la violencia mafiosa en la ciudad. Si el mensaje de un sector de la justicia, y en particular de sus cabezas, es de impunidad y complicidad, el narcotráfico seguirá creciendo en muchas esferas de la sociedad, tal como está ocurriendo en Antioquia. Quizás ese incentivo de impunidad ha hecho que 'Don Berna', 'Macaco' y quién sabe cuántos capos más se disputen la región. Y quizá la actuación de las cabezas de la Fiscalía -y quién sabe si también de la Policía- explique por qué un desconocido como 'Don Mario', en cuestión de un año logró multiplicar su poder económico, su ejército privado y su capacidad de corrupción a las instituciones. Justamente en Antioquia y Córdoba. Donde habían puesto a los ratones a cuidar el queso.
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A eso se habían sumado injustificadas reasignaciones de despachos y procesos, que generaban suspicacias entre muchos de los funcionarios judiciales. Incluso muchos fiscales hablan de un verdadero carrusel que buscaba que procesos clave quedaran en manos de personas de confianza de Valencia Cossio. Una de las funcionarias que habían protestado por el trato que se le estaba dando a su despacho fue Alicia Domínguez, quien adelantaba las investigaciones de vínculos de políticos y empresarios bananeros con los paramilitares en Urabá. Domínguez se negó a aceptar a Liceth Mayra Álvarez como abogada defensora de los presuntos paramilitares ya que hasta hace poco era la jefe de fiscalías de Urabá, y cambiar de papel -de acusador a defensor- en un mismo lugar y en poco tiempo es considerado una falta ética grave y hasta una obstrucción a la justicia. Liceth Mayra ha sido una de las funcionarias más cercanas a Valencia Cossio.
También se ha cuestionado enormemente a una fiscal del círculo de confianza de Valencia Cossio, quien según informes de inteligencia tiene nexos familiares con un testaferro de 'Macaco' en Caucasia.
Todo el ambiente turbio que rodeaba a la Fiscalía, y sobre todo la falta de avance en investigaciones especializadas de narcotráfico, tenía incómodo a Alonso Salazar, alcalde de Medellín. No se ha logrado esclarecer ni la extraña ola de tortura y muertes de mujeres que ocurrió el año pasado, y que el entonces jefe de la policía del Valle de Aburrá, coronel Marco Antonio Pedreros (hoy general), calificó de hechos aislados, ni los violentos ajustes de cuentas entre narcotraficantes. Mucho menos se avanzó en la desarticulación de las bandas remanentes y emergentes de los paramilitares. Tan grave era la situación, que hace tres meses el alcalde Salazar se reunió en Palacio de Nariño con el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos; el general Óscar Naranjo, y José Obdulio Gaviria, y concluyeron que era necesario crear una unidad de fiscalía de Bogotá para que atendiera los casos más graves de Medellín. Así se hizo y gracias a este trabajo, se lograron capturas como la del 'Cebollero'. En esa reunión incluso se comparó la situación de Medellín con la de Cúcuta hace tres años, cuando se descubrió que la jefe de fiscalías de esa ciudad era una ficha de las autodefensas y recibía órdenes directas de Salvatore Mancuso.
Hace pocas semanas las relaciones entre el Alcalde de Medellín y Valencia Cossio se agriaron del todo. Salazar había ido con la Policía a detener a un desmovilizado sospechoso de haber matado al líder de un barrio. Lo trasladó en el carro de la alcaldía hasta la Sijín, donde fue reseñado, pero esa misma tarde lo dejaron libre. En menos de 48 horas el CTI de Medellín inició la recolección de pruebas para investigar al alcalde por secuestro.
Salazar se sorprendió no sólo con la acusación, sino con la presurosa intervención de la Fiscalía. Como si fuera poco, Salazar asegura que Valencia Cossio se reunió con sus opositores políticos y con un grupo de desmovilizados para promover un referendo revocatorio de su mandato, y que le tenía un seguimiento permanente.
Otro enorme cuestionamiento que pesa sobre el fiscal destituido es el hecho de que desde hace cinco años es director encargado de fiscalías en Medellín, cuando lo puso en ese cargo el muy cuestionado fiscal general Luis Camilo Osorio. Nunca ha sido nombrado en propiedad porque perdería la mitad de su salario como fiscal delegado ante el tribunal. Es decir, quería tener el poder, pero no la remuneración del cargo. Y la Fiscalía, inexplicablemente, se lo permitió.
Lo ocurrido con el fiscal Valencia Cossio tiene dos connotaciones graves. Por un lado, muestra que nadie ha sido capaz de meterle la mano a la Fiscalía de Medellín para desvertebrar los vínculos históricos que algunos de sus miembros han tenido con la mafia y, por otro lado, muestra que el problema es de hondo calado en la región.
Nadie entiende por qué si durante más de una década se ha conocido la presencia de los paramilitares en la Fiscalía de Medellín, aún ninguna autoridad ha intervenido en ella. El destape de este peligroso nexo se dio en 1998, cuando fue detenido Jacinto Alberto Soto Toro, quien era el contador de Carlos Castaño Gil. Soto pudo escaparse de la cárcel con un salvaconducto firmado por un fiscal, y las autodefensas asesinaron a varios de los investigadores.
Desde entonces se sabía que destacados fiscales de la ciudad tenían relación directa con la oficina de Envigado, y lo grave es que los cuestionados, en lugar de salir de la institución, siguieron ascendiendo en ella y algunos ocupan altos cargos en la justicia de Antioquia. Otros han sido asesinados. Recientemente murió acribillado Juan Carlos Palacio, un agente del CTI de quien se pudo establecer que tenía bienes por más de 1.000 millones de pesos, algo inusual en un funcionario con su salario y su rango.
Quizás esta profunda alianza ha incidido en el resurgir de la violencia mafiosa en la ciudad. Si el mensaje de un sector de la justicia, y en particular de sus cabezas, es de impunidad y complicidad, el narcotráfico seguirá creciendo en muchas esferas de la sociedad, tal como está ocurriendo en Antioquia. Quizás ese incentivo de impunidad ha hecho que 'Don Berna', 'Macaco' y quién sabe cuántos capos más se disputen la región. Y quizá la actuación de las cabezas de la Fiscalía -y quién sabe si también de la Policía- explique por qué un desconocido como 'Don Mario', en cuestión de un año logró multiplicar su poder económico, su ejército privado y su capacidad de corrupción a las instituciones. Justamente en Antioquia y Córdoba. Donde habían puesto a los ratones a cuidar el queso.
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Investigan a hermano de Mininterior y a comandante de policía por presuntos vínculos con “Don Mario”
La propia Fiscalía pidió a la Corte Suprema de Justicia determinar si Guillermo León Valencia Cossio, director de Fiscalías de Medellín, está involucrado con una organización de narcotráfico que opera en el Urabá. También el director regional de policía está bajo investigación preliminar.
Publicado en el portal de la revista SEMANA (www.semana.com), 08/06/2008;
La propia Fiscalía pidió a la Corte Suprema de Justicia determinar si Guillermo León Valencia Cossio, director de Fiscalías de Medellín, está involucrado con una organización de narcotráfico que opera en el Urabá. También el director regional de policía está bajo investigación preliminar.
Publicado en el portal de la revista SEMANA (www.semana.com), 08/06/2008;
Gran revuelo en Medellín ha generado la noticia sobre el llamado que le hizo la Fiscalía a la Corte Suprema de Justicia para que investigue al Director Seccional de Fiscalías de Medellín, Guillermo León Valencia Cossio y al que hasta hace un mes y medio fuera el Comandante de la Policía Metropolitana de Medellín, general Marco Antonio Pedreros, por presuntamente haber favorecido a la banda liderada por Daniel Rendón, alias “Don Mario”, hermano del ex jefe paramilitar conocido con el alias de “El Alemán”. Pedreros es hoy comandante de la regional 6 de policía que tiene a su cargo tres departamentos.
Veinticuatro horas antes de conocerse esta noticia, miembros del CTI con apoyo de la Armada Nacional capturaron a tres presuntos miembros de esta misma banda: Jhon Freddy Manco Torres, alias ‘El Indio’ o ‘Alberto’, Camilo Torres Martínez, alias ‘Fritanga’ o ‘Mentira’, y Juan Felipe Sierra Fernández, hijo de Ricardo Sierra Caro, director de la Caja de Compensación Comfenalco, sede Antioquia, accionista de la empresa de seguridad Control Total, ubicada en Envigado y amigo cercano de Valencia Cossio.
El Director Seccional de Fiscalías de Medellín, quien fue diputado de Antioquia en 2000, ha dicho ante los medios de comunicación que tras enterarse por un periódico regional de que su nombre había sido relacionado con paramilitares y narcos, escribió una carta al Fiscal General de la Nación, Mario Iguarán, en la que le decía que se ponía a su disposición para cualquier eventual investigación penal.
¿Qué pasa en Medellín?
Hace tan sólo una semana, en la edición 1369 (ver artículo qué pasa en Medellín), tras el crimen de un fiscal y una capitán del Ejército en un barrio de la capital antioqueña, la revista Semana alertó sobre la infiltración de la mafia en los organismos de seguridad de esta ciudad. Esa misma semana, el Alcalde de la ciudad, Alonso Salazar, había expresado su inconformidad con la Dirección Seccional de Fiscalías por el lento proceder en los casos que tienen que ver con narcoparamilitares.
En una posición visiblemente incómoda por tratarse de un hermano, el Ministro del Interior y de Justicia, Fabio Valencia Cossio, en un comunicado emitido en la tarde del martes, dijo que “le he manifestado al señor Presidente de la República y al señor Fiscal General de la Nación que me mantendré totalmente al margen de dicho proceso (...) espero que mi hermano de las explicaciones satisfactorias que permitan dejar incólume su conducta”.
Caso Pedreros
El general Marco Antonio Pedreros se desempeñó hasta el 19 de junio como Comandante de la Policía Metropolitana de Medellín, y luego, paradójicamente el mismo Presidente de la República le había encomendado la misión de acabar con la banda de “don Mario” en Córdoba, Chocó y Antioquia. Incluso, el director de la Policía, general Óscar Naranjo, lo iba a trasladar de Medellín a la dirección operativa en Bogotá pero debido al incremento de los homicidios en la capital antioqueña y a las versiones de que “don Mario” y sus hombres estaban apoderándose de los negocios ilícitos en esos tres departamentos, decidieron nombrarlo comandante de la regional 6 de la Policía.
Ahora, paradójicamente, la Fiscalía lo investiga por posibles vínculos con la banda que tiene como misión perseguir.
Según reportes de varias organizaciones sociales, el grupo de Don Mario controla buena parte del flujo de narcóticos, armas y precursores que salen y entran al país por el Golfo de Urabá y por el Atrato chocoano. En los últimos meses, hay informes confiables que aseguran que guerrilleros del Bloque Caribe de las Farc está aliado con Don Mario en el negocio.
Veinticuatro horas antes de conocerse esta noticia, miembros del CTI con apoyo de la Armada Nacional capturaron a tres presuntos miembros de esta misma banda: Jhon Freddy Manco Torres, alias ‘El Indio’ o ‘Alberto’, Camilo Torres Martínez, alias ‘Fritanga’ o ‘Mentira’, y Juan Felipe Sierra Fernández, hijo de Ricardo Sierra Caro, director de la Caja de Compensación Comfenalco, sede Antioquia, accionista de la empresa de seguridad Control Total, ubicada en Envigado y amigo cercano de Valencia Cossio.
El Director Seccional de Fiscalías de Medellín, quien fue diputado de Antioquia en 2000, ha dicho ante los medios de comunicación que tras enterarse por un periódico regional de que su nombre había sido relacionado con paramilitares y narcos, escribió una carta al Fiscal General de la Nación, Mario Iguarán, en la que le decía que se ponía a su disposición para cualquier eventual investigación penal.
¿Qué pasa en Medellín?
Hace tan sólo una semana, en la edición 1369 (ver artículo qué pasa en Medellín), tras el crimen de un fiscal y una capitán del Ejército en un barrio de la capital antioqueña, la revista Semana alertó sobre la infiltración de la mafia en los organismos de seguridad de esta ciudad. Esa misma semana, el Alcalde de la ciudad, Alonso Salazar, había expresado su inconformidad con la Dirección Seccional de Fiscalías por el lento proceder en los casos que tienen que ver con narcoparamilitares.
En una posición visiblemente incómoda por tratarse de un hermano, el Ministro del Interior y de Justicia, Fabio Valencia Cossio, en un comunicado emitido en la tarde del martes, dijo que “le he manifestado al señor Presidente de la República y al señor Fiscal General de la Nación que me mantendré totalmente al margen de dicho proceso (...) espero que mi hermano de las explicaciones satisfactorias que permitan dejar incólume su conducta”.
Caso Pedreros
El general Marco Antonio Pedreros se desempeñó hasta el 19 de junio como Comandante de la Policía Metropolitana de Medellín, y luego, paradójicamente el mismo Presidente de la República le había encomendado la misión de acabar con la banda de “don Mario” en Córdoba, Chocó y Antioquia. Incluso, el director de la Policía, general Óscar Naranjo, lo iba a trasladar de Medellín a la dirección operativa en Bogotá pero debido al incremento de los homicidios en la capital antioqueña y a las versiones de que “don Mario” y sus hombres estaban apoderándose de los negocios ilícitos en esos tres departamentos, decidieron nombrarlo comandante de la regional 6 de la Policía.
Ahora, paradójicamente, la Fiscalía lo investiga por posibles vínculos con la banda que tiene como misión perseguir.
Según reportes de varias organizaciones sociales, el grupo de Don Mario controla buena parte del flujo de narcóticos, armas y precursores que salen y entran al país por el Golfo de Urabá y por el Atrato chocoano. En los últimos meses, hay informes confiables que aseguran que guerrilleros del Bloque Caribe de las Farc está aliado con Don Mario en el negocio.
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