Jaque al 'Jaque'/ Maria Isable Rueda,
¿Se justifica el mugre que leha caído a la operación?En la operación militar más inteligente de nuestra historia, la 'Operación Jaque', en la que ninguna contingencia fue minimizada, quedó al garete una "bobadita": la existencia de fotografías y videos que fueron realizados durante el operativo.Resulta totalmente inverosímil que ni al Presidente, ni al Ministro de Defensa, ni al Comandante de las Fuerzas Militares se les hubiera ocurrido algo de elemental curiosidad como averiguar si existía un video de la operación. Y que tampoco hubieran prendido las alarmas cuando se supo que a la CNN le estaban ofreciendo en venta una copia del mismo, o cuando comenzó a correr la bola de que el material estaba siendo ofrecido, que yo sepa, mínimo a otros dos medios escritos, que se abstuvieron de comprarlo no por razones éticas, sino por el costo y porque solo era explotable en un medio audio visual.
Personalmente, me duele que al 'Jaque' le estén ahora planteando otro jaque, fruto de que el uso de la insignia de la Cruz Roja no fue claro desde un comienzo, por lo que desde el Presidente para abajo están siendo tildados por algunos sectores como unos mentirosos.
Pues aunque suene inverosímil que se les haya pasado, puede que así haya ocurrido, por una razón: el operativo fue planeado, desarrollado y ejecutado a manera de una pirámide boca arriba, al contrario de lo que ocurre normalmente con las operaciones militares. Era tal su sigilo, que los mismos oficiales que ejecutaron la heroica labor de rescate, horas antes fueron los mismos obreros, latoneros y graficadores que rasparon los helicópteros, los pintaron de nuevo y elaboraron los símbolos humanitarios que, según el video, les quedaron "del putas". Más aún. Lejos de haber quedado autorizado, puede que no vuelva a presentarse esta oportunidad única de producir un rescate bajo el parapeto del símbolo de la Cruz Roja, a costa de la libertad de muchos y de la vida de nadie.
Sobre el uso indebido de ese logo-símbolo, es increíble el mugre que le han echado al impecable operativo. En la W radio, el embajador Brownfield, de E.U., con la gracia que lo caracteriza, confesó que en sus expediciones de montañismo siempre lleva una cajita de primeros auxilios con el logo de la Cruz Roja. Legalmente, el símbolo es de propiedad de la multinacional Johnson y Johnson desde hace más de un siglo, y amigablemente venía permitiendo su uso hasta que la Cruz Roja Internacional comenzó a fabricar productos comerciales como cortaúñas, botiquines y radios marcados con la cruz roja, por lo cual la compañía interpuso una demanda por uso indebido.
Este detalle es más anecdótico que otra cosa. Lo importante es saber qué respondería un solo integrante de la Cruz Roja Internacional al preguntarle individualmente si permitiría el uso de su símbolo para liberar incruentamente a 15 seres humanos que llevaban 10 años encadenados en la selva. ¿Si es posible vender cortaúñas con la marca cruz roja, pero ella no sirve para salvar la vida de 15 personas esclavizadas en cautiverio, de qué carambas estamos hablando?
Y a los críticos nacionales, los puristas del derecho internacional humanitario, les pregunto si serían capaces de mirar a los ojos a Íngrid Betancourt o al teniente Malagón para increparlos: ¡Es imperdonable que ustedes estén libres a costa de haberle dado un uso humanitario a la mítica cruz roja marcándola indebidamente en un babero!
A ver quién se atreve. Y a ver qué le responden.
SE ME OLVIDABA... Señora Florence Thomas: ¿sí ve por qué me desagradan las feministas? Cuando se ponen bravas con una mujer que no piensa como ustedes, se sienten con el derecho de expulsarla, como a mí, del género femenino!
PD: En cuanto a su curiosa acusación de que no sé nada de mujeres, gustosamente le cedo el título de mejor conocedor a cualquiera de los hombres.
María Isabel Rueda
Pues aunque suene inverosímil que se les haya pasado, puede que así haya ocurrido, por una razón: el operativo fue planeado, desarrollado y ejecutado a manera de una pirámide boca arriba, al contrario de lo que ocurre normalmente con las operaciones militares. Era tal su sigilo, que los mismos oficiales que ejecutaron la heroica labor de rescate, horas antes fueron los mismos obreros, latoneros y graficadores que rasparon los helicópteros, los pintaron de nuevo y elaboraron los símbolos humanitarios que, según el video, les quedaron "del putas". Más aún. Lejos de haber quedado autorizado, puede que no vuelva a presentarse esta oportunidad única de producir un rescate bajo el parapeto del símbolo de la Cruz Roja, a costa de la libertad de muchos y de la vida de nadie.
Sobre el uso indebido de ese logo-símbolo, es increíble el mugre que le han echado al impecable operativo. En la W radio, el embajador Brownfield, de E.U., con la gracia que lo caracteriza, confesó que en sus expediciones de montañismo siempre lleva una cajita de primeros auxilios con el logo de la Cruz Roja. Legalmente, el símbolo es de propiedad de la multinacional Johnson y Johnson desde hace más de un siglo, y amigablemente venía permitiendo su uso hasta que la Cruz Roja Internacional comenzó a fabricar productos comerciales como cortaúñas, botiquines y radios marcados con la cruz roja, por lo cual la compañía interpuso una demanda por uso indebido.
Este detalle es más anecdótico que otra cosa. Lo importante es saber qué respondería un solo integrante de la Cruz Roja Internacional al preguntarle individualmente si permitiría el uso de su símbolo para liberar incruentamente a 15 seres humanos que llevaban 10 años encadenados en la selva. ¿Si es posible vender cortaúñas con la marca cruz roja, pero ella no sirve para salvar la vida de 15 personas esclavizadas en cautiverio, de qué carambas estamos hablando?
Y a los críticos nacionales, los puristas del derecho internacional humanitario, les pregunto si serían capaces de mirar a los ojos a Íngrid Betancourt o al teniente Malagón para increparlos: ¡Es imperdonable que ustedes estén libres a costa de haberle dado un uso humanitario a la mítica cruz roja marcándola indebidamente en un babero!
A ver quién se atreve. Y a ver qué le responden.
SE ME OLVIDABA... Señora Florence Thomas: ¿sí ve por qué me desagradan las feministas? Cuando se ponen bravas con una mujer que no piensa como ustedes, se sienten con el derecho de expulsarla, como a mí, del género femenino!
PD: En cuanto a su curiosa acusación de que no sé nada de mujeres, gustosamente le cedo el título de mejor conocedor a cualquiera de los hombres.
María Isabel Rueda
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