7 sept 2009

Las amenazas de Nava Gomar

Revista Proceso # 1714, 6 de septiembre de 2009
Del magistrado Salvador Nava sobre “A los pies del caciquito…”
Señor director:
Me refiero a usted por el artículo de un supuesto periodista llamado Álvaro Delgado, intitulado A los pies del caciquito..., del 23 de agosto del 2009 (Proceso No. 1712).
El señor Delgado hace apreciaciones falsas y descontextualiza los hechos. Hago alusión, en específico, de la mención que hace de mi trabajo como Magistrado. Siempre he pensado que los problemas de la democracia se resuelven con más democracia, y en ese contexto y perspectiva he dedicado estos últimos años a la Nación desde el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Proceso no perdona el fallo del caso coloquialmente conocido como “de las boletas electorales de la reciente elección presidencial”, el cual suscitó una serie de enfoques que, siendo todos respetables, no incorporaron los elementos centrales de la sentencia.
Como Magistrado tengo la responsabilidad de pacificar las contiendas electorales. Ello exige equilibrio entre la pronta respuesta al reclamo de administración de justicia, y el sosiego suficiente para brindar certeza y seguridad jurídicas. Que me haya reunido o no con Jorge Hank Rhon es lo de menos, corresponde a un asunto que tuvo lugar en dado caso en el 2007. No tiene ningún interés periodístico y tampoco he violentado ninguna norma jurídica. En dado caso, se facilitaron los alegatos de oídas para promover una justicia imparcial.

No soy de derecha, contrario a lo que pueda desprenderse del artículo del señor Delgado, quien comienza su colaboración, temeraria y poco informada, diciendo: “Bajo sospecha por el sesgo político de sus fallos y la opulencia de sus sueldos, que superan los 340 mil pesos al mes, los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) también suelen guiar sus sentencias por relaciones secretas de amistad, como la que mantiene Salvador Nava Gomar con el priísta Jorge Hank Rhon”. A lo que le digo, no se trata de un “juego de suma cero” en el que al final todo se reduce a la polarización entre “opacos” y “transparentes”, o “buscadores de la verdad histórica” y quienes rechazan buscarla.
Es falso también que el diputado electo Roberto Gil haya sido socio en mi despacho. Sí hemos hecho negocios juntos, pero en el marco de la ley.
Ni Proceso, Delgado o Villanueva lograrán destruir mi reputación que me he forjado como profesionista (académico, juzgador y consultor). Menos mi posición de Magistrado del máximo tribunal electoral que tanto me ha costado y me he preparado para ello, amén de contar con la inmovilidad prevista en la Constitución. 
Señor Delgado, la alianza de usted con Ernesto Villanueva –respaldados por Proceso– ha quedado en claro: he soportado el descomunal despliegue de afirmaciones que Ernesto Villanueva ha hecho en mi contra, ciertas o no, las cuales he tolerado por prudencia.
A Delgado y Villanueva no sólo les duele mi salario sino también mi cargo como servidor público. No perdonan el éxito ajeno. Ese resentimiento se ve reflejado en el continuo ataque a mi persona. No comprenden que no soy culpable de la disfuncionalidad de las instituciones ni de la laxitud de las normas jurídicas de nuestra Nación. Los sueldos y prestaciones corresponden a nuestra investidura y a nuestro trabajo especializado al que nos dedicamos con imparcialidad y ética; los reducidos sueldos de periodistas y de académicos no son mi responsabilidad. Estoy cansado de tanto ataque y no puedo pasar por alto esta nueva embestida. Después se quejan de las agresiones a periodistas. Si el ataque a las instituciones no fueran los pilares de su trabajo no habría ese problema. No dejaré pasar una más. Haré lo que sea necesario para asegurarme de que ello sea así. Qué falta le hace a nuestra Nación periodistas y académicos que no siembren encono en la sociedad sino que le den esperanza de un futuro mejor.
Salvador Olimpo Nava Gomar
Magistrado de la Sala Superior
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
**
Respuesta del reportero
Señor director:
El magistrado Salvador Olimpo Nava Gomar ratifica la reunión secreta que sostuvo, el 23 de marzo de 2007, con Jorge Hank Rhon en Tijuana, Baja California, que motivó el reportaje publicado bajo mi firma. Él dice que tal encuentro “es lo de menos” y, enseguida, lo justifica: “En dado caso se facilitaron los alegatos de oídas para promover una justicia imparcial”. Pero los “alegatos de oídas” –en este caso a domicilio– sólo pueden celebrarse cuando hay un juicio y la defensa de Hank Rhon inició dos de éstos –uno de revisión constitucional electoral, que quedó a cargo de Nava, y otro de defensa de derechos político-electorales del ciudadano, que atendió Pedro Penagos López, tal como se publicó en Proceso– ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación hasta el 28 de junio, más de tres meses después de la reunión secreta de Nava Gomar con Hank Rhon en el hipódromo de Agua Caliente.
No respondo a los insultos del magistrado, pero hago constar su amenaza directa a mi persona.
Atentamente
Álvaro Delgado
***
Respuesta de Ernesto Villanueva
Señor director:
Jamás imaginé el cinismo con el que se expresa el magistrado Salvador Nava Gomar en su carta de “réplica”, reflejo de este México sin consecuencias. No desmiente nada de lo que afirmo sobre su actuación pública que, como es lógico, está sujeta al escrutinio de la sociedad. Sus opiniones sobre mi persona lo dibujan perfectamente. Lamento que tenga que llegar a la amenaza personal ante la ausencia de argumentos. 
Atentamente

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