29 sept 2011

Encuesta de Inegi, hecha a modo.- ICESI

Encuesta de Inegi, hecha a modo.- ICESI
"Es notoria una premura irresponsable por hacer cambios en la encuesta en un momento crucial para evaluar el periodo que coincide con la gestión del actual gobierno federal", expuso el ICESI en un comunicado.
Entre los cambios que se realizaron, detalló el Instituto, está la eliminación del delito de secuestro como uno de los ilícitos a medir en el instrumento victimológico.
"En la información publicada por el Inegi no se dan datos sobre el secuestro, uno de los delitos más devastadores y más significativos de la crisis de seguridad que padecemos: se le incorpora con 'otros' delitos, lo que impide hacer análisis específico de ese delito, que es uno de los que más angustia, lastima e irrita a la sociedad mexicana", resaltó.
La organización ciudadana, que encabeza Luis de la Barreda, afirmó que el Inegi introdujo cambios en los cuestionarios y metodología de recolección de datos, rompiendo con las encuestas de victimización anteriores, haciendo con ello que los datos no puedan ser comparables.
El ICESI realizó en años anteriores, con recursos otorgados por autoridades federales y otros entes privados, siete encuestas de victimización, que sentaron las bases metodológicas de este instrumento, sin embargo, los resultados arrojados no fueron del agrado de los Gobiernos estatales. (Reforma On line)
Hace unos días -martes 20 de septiembre- la Senadora María Elena Orantes López (PRI) propuso al pleno  un  punto de Acuerdo para que el Senado de la República exhorte al ciudadano Presidente de la República en su calidad de Presidente del Consejo Nacional de Seguridad Pública, a tomar las medidas pertinentes para cumplir lo establecido en el Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad, aprobado en la sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública el 21 de agosto del 2008, para institucionalizar la participación del Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad, en la Encuesta Nacional sobre Inseguridad.
BOLETÍN DE PRENSA
La propuesta fue turnada a comisiones.
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Consideraciones del ICESI sobre la ENVIPE/2011
Con relación con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2011 (ENVIPE) que realizó el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), y cuyos resultados dio a conocer el pasado 20 de septiembre, el Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad (ICESI) considera que:
1. Se canceló la comparabilidad con las encuestas anteriores. La Encuesta Nacional sobre Inseguridad (ENSI) que realizó el ICESI por varios años fue alterada de manera que las medidas de victimización, cruciales en estos estudios, no son comparables, tal como señala el INEGI. Es natural que los instrumentos de medición sean revisados y mejorados a través del tiempo, pero eso se debe hacer con sentido de responsabilidad de conservar la serie de mediciones que ofrece un monitoreo. Así se hizo, por ejemplo, en Estados Unidos, cuya encuesta victimológica, antes de sufrir cambios en 1992-1993, pasó por serias investigaciones, y no sólo eso, sino que se diseñó una estrategia —en la que cuatro levantamientos se hicieron bajo ambos cuestionarios— para establecer las diferencias entre las dos mediciones y poder conservar comparabilidad en el tiempo.
En el caso de México es notoria una premura irresponsable por hacer cambios en la encuesta en un momento crucial para evaluar el período que coincide con la gestión del actual gobierno federal. Irresponsable, porque   todos los recursos invertidos en años anteriores se han desperdiciado al perderse la posibilidad de comparación, que es uno de los objetivos más importantes de estos estudios, no obstante que el INEGI participó en tres de las siete encuestas realizadas bajo la rectoría del ICESI. De aquí la pregunta: ¿cuál era el sentido de cambiar la encuesta precisamente en este momento? Nuevamente se ha reproducido en nuestro país el mito de Sísifo, aquel personaje condenado a perpetuidad a hacer rodar una gran roca hasta la cima de una montaña del Hades, operación que repetía sin cesar, pues en el momento de llegar a la cima le faltaban fuerzas y la piedra caía de nuevo.
2. En la información publicada por el INEGI no se dan datos sobre el secuestro, uno de los delitos más devastadores y más significativos de la crisis de seguridad que  padecemos:  se le incorpora con “otros” delitos, lo que impide hacer análisis específico de ese delito, que es uno de los que más angustia, lastima e irrita a la sociedad mexicana.. En cambio, se introduce “amenazas verbales”, delito casi nunca denunciado —lo que incrementa el índice de no denuncia— e infinitamente menos pernicioso que el secuestro.
3. Con la información hasta ahora publicada en relación con la ENVIPE no es posible hacer análisis ni inferencias ya que se desconocen las incidencias de campo y algunas otras cuestiones relevantes a nivel metodológico. Por ejemplo, Tamaulipas aparece con prevalencia e incidencia delictivas por debajo de la media nacional, pero se omite, como en la encuesta del año pasado —la primera bajo la rectoría del INEGI—, qué incidencias de campo hubo en la entidad. Sería conveniente conocer si del marco muestral, con el cual se diseñó la muestra de la encuesta, se eliminaron desde el inicio las zonas que se consideran de alto riesgo delictivo, lo cual sería ya en sí mismo un resultado que no debe omitirse.
4. Luego de una revisión general de la información publicada en la ENVIPE, se observa que los datos recabados sobre victimización se hacen indistintamente a la víctima (persona) o al hogar. Se están “inflando” algunos resultados porque no se distingue entre la victimización al hogar (como por ejemplo en el robo de vehículo o de casa) y los delitos ocurridos directamente a las personas. Este problema se analizó por años en el ICESI para contar con una medición mucho más clara y objetiva. Es necesario que victimólogos y criminólogos realicen el análisis e interpretación de los resultados. A este respecto es también de señalarse que el marco conceptual de la encuesta se construyó fuera del paradigma victimológico, reduciendo con ello el marco de explicación general y fin último de este tipo de encuestas: generar información útil para beneficio de las personas y no para satisfacer intereses políticos ajenos a este propósito.
5. La función prioritaria de las encuestas victimológicas no es medir el desempeño institucional sino descubrir el número y hogares y personas que fueron víctimas de delito. El año pasado una de las discusiones del ICESI con el INEGI fue porque éste quería alterar el cuestionario, básicamente incorporando una serie extensa de preguntas sobre desempeño institucional que lo alargaron exageradamente. El INEGI desoyó los argumentos del ICESI para disminuir esa sección y, más aún, ponerla al final del cuestionario. Ahora, en la nueva encuesta el INEGI reparó en que, como señaló reiteradamente el ICESI, una encuesta de victimización no tiene como finalidad básica evaluar el desempeño institucional, por lo que eliminó la sección. Es decir, parece que se trataba simplemente de desoír todos los señalamientos del ICESI aunque fueran acertados.
6. Finalmente, se advierte que esa encuesta es una réplica distorsionada de la Encuesta Nacional sobre Inseguridad (ENSI) cuya autoría intelectual es del ICESI, y la cual —contrariando el compromiso oficial de fomentar la participación ciudadana en la medición de la criminalidad y la evaluación de las autoridades— le fue arrebatada tras la irritación de algunos gobernadores cuando se expusieron los resultados en sesiones del Consejo Nacional de Seguridad Pública. 

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