19 jun 2012

Dos años sin Monsiváis/ Fred Alvarez, in memoriam

Dos años sin Monsiváis/ Fred Alvarez, in memoriam
"Monsiváis a donde vais ni lo sabéis ni lo buscáis" Carlos Illescas
¡No tenías por qué morir Carlos! "eso no se le hace a un gato”  FA
En un día como el de hoy 19 de junio pero de hace dos años murió el lector  y cronista de la Ciudad de México Carlos Monsiváis Aceves (1938-2010), lo recuerdo bien era sábado y llovía en la Ciudad de México. 
Dice Homero Aridjis que Todo sucede en sábado…”
el nacimiento, la muerte,
la boda en el aire de los hijos,,,”

Noche del sábado 18 de junio de 2010, había dejado de llover, y la media luna de junio alumbró el centro histórico; eso me motivó y decidí ir a despedir a Monsiváis; fue un “de repente”; hice guardia junto con cinco gentes más; su catafalco estaba cubierto con dos banderas la de México y la de la diversidad, en el fondo una foto de Carlos con su gato.
Hubo rezos evangélicos- salmo 26-, una persona cantó el ave maría, antes el Himno Nacional, aplausos.
Alguien llevó el mariachi-o llegaron por su cuenta no se; lo que si sé es que todo mundo cantó "Amor eterno" y después “Un puño de tierra”, más aplausos. Salí del Museo de la Ciudad, y volví a ver a Elenita Poniatowska muy triste, su amigo autor de "Días de guardar", estaba lleno de flores y de velas, y amigos, no muchos pero amigos y periodistas.
Carlos quiso que sus cenizas se esparcieran en el Zócalo “para presumir en el más acá o en el más allá de un funeral céntrico....
Un día después en la mañana del domingo 20 de junio le pregunte a un amigo periodista que estaba reporteando el funeral: 
-¿Por qué anoche cantaron Amor Eterno de Juan Gabriel?”
-¡Estaba fuera de lugar me respondió! La canción que les pidieron sus amigos fue “Amor Perdido (la preferida de Monsi) y los músicos no lo supieron y total la cambiaron.
¡Ah!, le dije sorprendido. 
Y pues total todo mundo canto Amor Eterno, ese domingo le cantaron “Amor Perdido en Bellas Artes,
Carlos supo desde niño que pertenecía a las minorías -perteneció a una minoría cristiana, iglesia Anabaptista-, y después a las minorías que combaten la homofobia, la discriminación, a la derecha política, a la izquierda acrítica
Dijo un día: "Como todos, me he enamorado del amor y, dada mi soltería, no he pagado pensión alimenticia...
Carlos Monsivais fue portavoz de nuestra sociedad y testigos de prácticamente todas las manifestaciones de la cultura mexicana en los últimos años. Se le extraña.  Una de sus especialidades era la rastrear y comentar de asuntos tan simples y divergentes entre sí que no deja de sorprendernos lo mismo hablaba de intérpretes y compositores de música mexicana, que sobre los derechos indígenas; de Marcos que del el EZLN; sobre historia; sobre el habla popular en México; sobre actualidad política, caricatura, gatos, corrientes literarias, religión o cine mexicano del que fue actor en algunos filmes.
¿Cómo encasillarlo? Imposible de hacerlo! Lo mismo era crítico, cronista, ensayista, escritor, testigo y  periodista.; pero el mismo se definía como un lector simplemente, curiosamente igual que Borges.
Se dice que Monsiváis, además de haber sido el crítico cultural más importante del país, era  “el único escritor mexicano que la gente reconoce en las calles”.
“Me llamo Carlos Monsiváis, no pertenezco a ningún partido político. Soy laico. No me gusta describirme a mí mismo porque suelo caer en la autoindulgencia de la autocrítica.. (EMEEQUIS, 3 de mayo de 2010. Monsiváis por Monsiváis,  una autobiografía ficticia)
Pero Carlos como muchos de su generación fue miembro del Partido Comunista Mexicano. “Salgo del Partido Comunista, expulsado, en 1960, porque Pepe Revueltas, que era el alma de nuestro pequeño movimiento —éramos 20—, decide que el Partido Comunista no tiene existencia histórica, entonces me toca la sesión en la cual se discute la inexistencia del partido, y era formidable porque el representante de las instituciones de la línea soviéticomexicana le dice: ¿Y cómo, si no existe el partido, están ustedes aquí?...” Emeequis.
Carlos al igual que Renato Leduc ejerció el periodismo toda su vida: “Lo que me llevó al periodismo, creo que fue la visita a Alfonso Reyes, en la Capilla Alfonsina. Sergio Pitol y Luis Prieto, que lo veían con cierta frecuencia, me consiguieron una entrevista: Reyes, que evidentemente no estaba complacido de perder su tiempo, empezó a hablar de la cultura griega y Sergio intervino con preguntas bastante atinadas y don Alfonso se animó. Yo no salía del pasmo, nos regaló un libro, llegué a mi casa, traté de escribir lo que había oído y no pude redactar nada porque el pasmo había sido devastador….” (Emequis)
Así Carlos colaboró en diversas e importantes revistas, suplementos y periódicos, incluso se le veía en le Canal 2 de Televisa.
Recibió numerosos reconocimientos como son los doctorados honoris causa en las universidades Autónoma de Puebla, de Sinaloa y la Autónoma Metropolitana; el Premio Nacional de Periodismo, en 1988; el Premio Mazatlán por escenas de Pudor y Liviandad; en 1988, el Premio Xavier Villaurrutia; en 1995, el Premio "Príncipe Claus" de la Fundación Príncipe Claus para la cultura y el desarrollo del gobierno de Holanda, en 1998, y el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo.
Su carrera de actor:
Actuó en 8 filmes, entre otros en Los Caifanes y En este pueblo no hay ladrones y en la telenovela de Argos Nada personal. Dijo en una entrevista: "No presumo, pero sí me duele que a mis quince segundos intensos en cada película, donde deposité todos mis conocimientos del film no, se les llamen "extreadas".
Se identifico con generación de escritores que giraban en torno al suplemento México en la cultura de Novedades, dirigido por Fernando Benítez, entre otros Elena Poniatowska, Sergio Pitol, Fernando del Paso, Hugo Gutiérrez Vega, José Emilio Pacheco y, también con Juan García Ponce, Salvador Elizondo, José de la Colina, Gabriel Zaid, Juan Vicente Melo, Marco Antonio Montes de Oca, Carlos Fuentes, Tomás Segovia, et al,
Carlos publicó Días de guardar, Amor perdido, Entrada libre, Escenas de pudor y liviandad, A ustedes les consta, Los rituales del caos, Aires de familia, libros de crónica y ensayo, entre otros.  Ganó los premios Nacional de Periodismo, Xavier Villaurrutia, Anagrama de Ensayo, Nacional de Ciencias y Artes y de Literatura de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Era el "último escritor público en México".
La Biblia tuvo una enorme influencia en Carlos, era su libro de cabecera, pero no cualquiera versión debía ser la versión del reformado Casiodoro de Reyna (1606), revisada por Cipriano de Valera. “En mi niñez, Reyna y Valera me entregaron mi primera perdurable noticia de la grandeza del idioma, de la belleza literaria que uno (si quiere) le adjudica a la inspiración divina. Por cuestión religiosa lo primero que memoricé fue “en el principio era el verbo y el verbo era Dios”.
Otros libros que influyeron en Monsiváis: (en ese orden) fueron, “En busca del tiempo perdido de Marcel Proust; Las Obras completas de Borges; Don Quijote de Cervantes; Canto general de Neruda; Adiós a Berlín de Isherwood; España, aparta de mí este cáliz de Vallejo; Piedra de sol de su amigo Octavio Paz; Los miserables, de Víctor Hugo y Casa sombría de Charles Dickens.
Esa noche después de salir de sus funerales me puse a pensar en sus gatos y me dije ¡Carlos no se vale no tenías por qué morir!  ¿Y que pasará con los gatos Carlos, que va hacer sin ti?
Por cierto Elena Poniatowska tiene dos uno se llama Monsi y el otro Vaís.
Me acordé del poema de la recién fallecida Wislawa Szymborska cuando escribió:  
“Morir, eso no se le hace a un gato"
Un gato en un piso vacío/ Wisława Szymborska
Morir, eso no se le hace a un gato.
Porque qué puede hacer un gato
en un piso vacío.
Trepar por las paredes.
Restregarse entre los muebles.
Parece que nada ha cambiado
y, sin embargo, ha cambiado.
Que nada se ha movido,
pero está descolocado.
Y por la noche la lámpara ya no se enciende.
Se oyen pasos en la escalera,
pero no son ésos.
La mano que pone el pescado en el plato
tampoco es aquella que lo ponía.
Hay algo aquí que no empieza
a la hora de siempre.
Hay algo que no ocurre
como debería.
Aquí había alguien que estaba y estaba,
que de repente se fue
e insistentemente no está.
Se ha buscado en todos los armarios.
Se ha recorrido la estantería.
Se ha husmeado debajo de la alfombra y se ha mirado.
Incluso se ha roto la prohibición
y se han desparramado los papeles.
Qué más se puede hacer.
Dormir y esperar.
Ya verá cuando regrese,
ya verá cuando aparezca.
Se va a enterar
de que eso no se le puede hacer a un gato.
Irá hacia él
como si no quisiera,
despacito,
con las patas muy ofendidas.
Y nada de saltos ni maullidos al principio
Desde entonces, sí que he fatigado el cemento, como se decía antes.

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