26 may 2013

El decapitado de San Lázaro/JESUSA CERVANTES


 El decapitado de San Lázaro/JESUSA CERVANTES

Revista Proceso # 1908, 26 de mayo de 2013;
 “Por haber dicho mucho” al interior del PAN, pero sobre todo por cuestionar la actitud sumisa del presidente de ese partido, Gustavo Madero, ante el gobierno, el PRI y en el Pacto por México, el diputado federal Homero Niño de Rivera Vela se convirtió en la primera víctima del dirigente panista.
 Niño de Rivera Vela se enteró de que su coordinador, Luis Alberto Villarreal –operador de Madero en San Lázaro–, se plegó a las órdenes del dirigente partidista y lo separó de la Comisión de Energía, una de las más importantes para concretar parte de las reformas de Enrique Peña Nieto, sin notificación o explicación oficial de por medio.

 Este primer relevo legislativo se dio el pasado 30 de abril, una semana después de que el legislador panista cuestionara en entrevista con este semanario la docilidad del propio Villarreal y la del presidente de su partido ante el gobierno priista, así como por revelar “el temor” de Manlio Fabio Beltrones Rivera, coordinador de los diputados del PRI, y por criticar “la letra chiquita del Pacto” según la cual “nos comprometemos a no molestar en nada al PRI, y que a Peña Nieto no le vaya a molestar nada” (Proceso 1903).
 Niño de Rivera Vela relata a la reportera: “Porque tengo experiencia de cinco años en el tema energético se me nombró secretario de la comisión que llevará la reforma energética. Al interior del PAN tenía la responsabilidad de conducir los trabajos, lograr acuerdos y negociaciones. Pero se me suspende el último día de sesiones. Los motivos no se me informaron, ni se me anunció o explicó que se me iba a cesar”.
 En el encuentro, realizado en el lobby de un hotel de Polanco, el diputado federal sostiene que la entrevista concedida a este semanario dio pie a su remoción; además explica que no forma parte del equipo Madero-Villarreal:
 Sin duda fue por no ser parte del grupo. Se me está castigando por las posiciones que he tenido al interior del grupo y al interior del Pacto por México. Lo único que he hecho es tratar de defender la dignidad del partido frente al gobierno. Lo que he dicho es que si seguimos por esa ruta, no sólo nos vamos a desdibujar como oposición, sino que pareciera que quieren acabar con el partido”.
 El legislador defiende su derecho a ser oposición digna y sostiene que desde el nacimiento del PAN, en 1939, así ha sido: “No vamos a permitir que con la excusa del Pacto por México –que sólo es una agenda común– estemos entregados (al gobierno) y seamos comparsa en todos los temas que él presenta. ¡Ésa es la queja!: una queja muy razonable de un grupo de panistas”.
 Ser una oposición digna está antes que cualquier cargo, insiste Niño de Rivera Vela. Dice que si en Acción Nacional alguien piensa que cesando de sus cargos a los legisladores críticos éstos van a dejar de expresarse, están muy equivocados. Revela también que “la gran mayoría de los diputados federales quiere que cambie la posición de la dirigencia del partido ante el gobierno”.
 Se pregunta qué actitud asumirá Rubén Camarillo, que lo sustituyó en la Comisión de Energía. “Es un diputado con mucha experiencia e inteligente”, responde. Creo que el coordinador (Villarreal) y Madero quieren remover posiciones que les son incómodas para poner gente que esté de acuerdo con su posición frente al gobierno”.
 Niño de Rivera Vela insiste en la necesidad de ser una oposición digna y responsable. Pone como ejemplo a Diego Fernández de Cevallos, quien durante los 90 “se sentó a pactar y negociar con el gobierno (de Carlos Salinas)”.
 Fernández de Cevallos le exigió, comenta, “apertura democrática y una agenda política muy clara. En los 90 acompañamos al gobierno del PRI en la agenda económica que quería a cambio de reformas políticas. Desde ahí fuimos construyendo porque nos plantamos bien frente al gobierno”.
 “Seguiremos hablando”
 Lo que hoy ocurre, dice el diputado panista, es la antítesis de lo que sucedió en aquella época. Y lo ilustra con una anécdota:
 “En diciembre, cuando Santiago Creel se presenta y nos explica los puntos del Pacto, algunos nos dimos cuenta que no se incluía la segunda vuelta electoral. Le preguntamos por qué no aparecía nuestra exigencia: ‘Es que el PRI no quiere’ ¡Y cito textual!”
 –¿Y ustedes asumieron el comentario haciéndolo suyo y ya? –se le pregunta.
 –Bueno, hubo muchas quejas, por supuesto. Digamos que desde ahí empezamos a tener todos estos problemas. El comentario de Creel retrata lo que ha venido pasando con todo eso.
 Fernando Rodríguez Doval, correligionario de Nino de Rivera y encargado de la reforma política en San Lázaro, dice a Proceso que el acuerdo fue que primero habría reforma política y luego se instrumentarían los cambios. Pero no fue así.
 –Y ustedes no dijeron nada –se le comenta.
 –Sí dijimos, y mucho. Parte por lo que nos castigan (quitándole a Niño de Rivera la secretaría de la Comisión de Energía) es por haber dicho mucho.El diputado Niño de Rivera Vela acepta que con la actitud de la dirigencia nacional, el PAN en la Cámara de Diputados ha perdido capacidad de negociación, pero se dice esperanzado en que la cúpula cambie de rumbo.
 “Vamos a ver qué pasa en el siguiente periodo de sesiones. No sé si quieren seguir con el tema de que quien hable será castigado”, dice.
 E insiste: “En la defensa del PAN y en la dignidad del PAN como oposición responsable, somos mayoría… Con la excusa del Pacto, el PAN se confundió, no supo cómo generar el equilibrio; se asumió como partido satélite que acompaña al gobierno”.

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