La Santa Sede quedó de alguna manera envuelto en un caso de tráfico de drogas luego que autoridades francesas descubrieron cuatro kilogramos de
cocaína y 150 gramos de cannabis en un vehículo diplomático propiedad del cardenal argentino Jorge María Mejía, bibliotecario emérito de la Santa Iglesia Romana,
Todo
ocurrió la mañana del pasado domingo durante un control común en una carretera
de Chambéry (Saboya), cuando agentes de aduana detuvieron al vehículo con
placas diplomáticas de la Santa Sede. A
bordo se encontraban dos hombres de nacionalidad italiana de 30 y 41 años. Tras
el descubrimiento de su carga ellos se presentaron como choferes simples y
aseguraron que la droga no les pertenecía.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, reconoció el arresto de
los italianos pero aclaró que ninguno de ellos es empleado de la Sede
Apostólica.
Según
pudo reconstruir la prensa italiana, el secretario del cardenal Mejía habría
enviado el vehículo para una revisión y los traficantes, viendo la oportunidad,
intentaron sacar provecho de la placa diplomática esperando no ser detenidos en
su recorrido.
Sin embargo, el P. Luis Alberto
Duacastella, secretario personal del Cardenal aclaró que el
Purpurado de 91 años y delicado de salud, no tiene nada que ver en el caso de la cocaína hallada en
su automóvil sino que el auto fue confiado a Luca Di Dio, una persona
que se aprovechó de la amistad del sacerdote para ofrecerse a llevar el
vehículo a la revisión técnica y así usarlo para transportar la droga.
Sin
embargo, "cuando el domingo al mediodía no apareció con el auto, empecé a
preocuparme y a llamarlo a su celular, que no contestaba. También llamé a su
mamá y a su novia, que estaban desesperadas porque tampoco sabían nada de él.
Hasta que el domingo a la noche recibí un llamado de la Gendarmería del
Vaticano".
"Como
yo corro todo el día detrás del Cardenal, hace un año y medio que no salgo,
estoy las 24 horas con él, mi culpa fue haberme confiado de una persona que
conozco desde hace diez años, que me ofreció ocuparse de eso", señaló.
El
sacerdote indicó que en la Gendarmería le preguntaron si conocía a la otra
persona arrestada “y obviamente no lo conocía. Y estoy muy mal, atónito. Es
obvio que no tenemos nada que ver y espero que este señor, para salvarse, no
diga algo extraño".
En
el diálogo con La Nación, el P. Duacastella expresó su preocupación por la
salud del Cardenal Mejía. Sin embargo, afirmó que le contará todo lo sucedido,
así como al Papa Francisco a través de una carta.
“Conozco
a esta persona (Di Dio) desde hace diez años, es un tipo que tuvo problemas,
con antecedentes, pero si como sacerdote me tengo que alejar de la gente con
problemas, no veo más a nadie. Incluso solía venir a casa y ayudarme a las
noches con Jorge. Le tenía confianza, yo lo ayudaba y él trataba de colaborar.
La humanidad es imprevisible, caí en las redes de una humanidad imprevisible y
trataré de arreglar la cosa encargándome de Jorge", concluyó.
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