Esperó
mas de 20 años…/-
José Angel Sánchez López -
Tomado de la revista Amanecer sinalonese, 19 de septiembre de 2014
Al
celebrarse el homenaje póstumo al año del fallecimiento de Ernesto Alvarez
Nolasco organizado por quien fuera su discípulo en política, el Dip. Heriberto
Galindo Quiñones, hojeo mis apuntes para volver a los intentos del ahomense
para llegar a la Presidencia Municipal, aspiración que logró cumplir veintiún
años después de la zancadilla que le metió Alfonso G. Calderón vía Fidel
Velázquez.
La
Presidencia Municipal era una inquietud de Alvarez Nolasco desde años atrás de
aquel 1965.
Buscando
un mejor futuro Alvarez Nolasco salió muy joven de su natal villa de Ahome y se
fue a México, en donde se forjaría como hombre, político, maestro y humanista.
No
alcanzó a terminar su preparatoria cuando tuvo que dedicarse a trabajar.
La
vida lo llevó hacia José Pagés Llergo en donde se inició en el periodismo de
fondo, lo que le dio oportunidad de conocer y hacer amistad con políticos e
intelectuales bajo cuyo cobijo aprendió el oficio de la comunicación escrita y
el arte de la política.
Sin
haber pasado por Universidad alguna, mas que la de la vida, prácticamente se
doctoró en periodismo y política.
A
fines de los 50´s Canuto Ibarra Guerrero se lo trajo para fundar El Diario de
El Fuerte, de efímera vida.
Se
fue de nuevo a México para regresar, apoyado por el Presidente Adolfo López
Mateos como jefe de la Oficina Federal de Hacienda. Podía haber logrado mejor
posición, pero en su pecho bullía ya el deseo de ser Presidente Municipal. Una
larga carrera, muy larga, hacia la alcaldía.
Pasó
por la dirigencia estatal de la CNOP, dos veces diputado federal (1961-1964 y
1967-1970 en la XLV y XLVII legislaturas.
Se
acogió a la sombra de Jesús Reyes Heroles de quien estuvo muy cerca en los
diferentes puestos que desempeñó en el sector público.
Bajo
esa sombra, también Alvarez Nolasco cobijó a jóvenes sinaloenses que llegaban a
México a estudiar y encontraban en él la mano amiga que les ayudaba y les
guiaba, entre ellos Heriberto Galindo y David López que a su vez luego harían
cabeza de otros jóvenes paisanos con los que surgió el llamado “Chilorio
Power”.
Pero
el sueño seguía vigente y la oportunidad vino en 1965 cuando Carlos A. Madrazo
presidía el CEN del PRI e intentaba democratizar sus procesos.
Alvarez
Nolasco destapó su precandidatura el 27 de Julio, llevando como suplente al
dirigente campesino Pedro Irazoqui Robles.
El
sector campesino le dio su apoyo, incluso vino el dirigente de la Liga de
Comunidades Agrarias, Francisco Alarcón Fragoso. Se sumaron dirigentes
cetemistas como el dirigente de la FRTNS-CTM Narciso Urquidy, Samuel C. Castro,
J. Rosario Carlón, entre otros, además de connotados integrantes del sector
popular. Todo estaba aparentemente arreglado, la ruta hacia la Presidencia Municipal
parecía despejada.
Pero
el entonces Alcalde de Ahome, Alfonso G. Calderón, que no estaba de acuerdo, se
fue a México para hablar con Fidel Velázquez, quien apenas tres años antes le
había levantado el castigo al de Calabacillas, recordándole que Alvarez Nolasco
lo había criticado (atacado le dijo) en sus artículos publicados en la revista
Siempre.
No
necesitó más. El viejo zorro le preguntó quien era el mayor cacique de la
región a lo que Calderón respondió: Canuto Ibarra!
Ese
va a ser el Presidente Municipal, le dijo Fidel.
Inmediatamente,
el 6 de agosto, Fidel se vino a Culiacán acompañado por el mismo Calderón para
hablar con el Gobernador Leopoldo Sánchez Celis y le pide la candidatura para
Canuto Ibarra.
De
palacio de Gobierno se van al edificio de la Federación de Trabajadores de
Sinaloa en donde Samuel C. Castro anuncia el retiro de los candidatos
cetemistas que estaban en la planilla de Alvarez Nolasco y el apoyo de la
central obrera para el “zorro plateado”, Canuto Ibarra Guerrero.
Fidel
Velázquez declara que el lunes, 9 de agosto, el Gobernador Sánchez Celis
decidirá la candidatura de Ahome y sentencia: “Pero tengan la seguridad de que
la persona que estaba señalada (Alvarez Nolasco) y que consideramos un traidor
a nuestra central, no será postulada!”.
En
medio de rumores sobre la renuncia de Alvarez Nolasco, el día 9 la CTM se
pronuncia oficialmente en favor de Canuto Ibarra Guerrero.
Estaba
en marcha el experimento democrático de Madrazo y él se apega Alvarez Nolasco
para la campaña interna. Así, el día 10 registra su precandidatura.
Pedro
Irazoqui fue incluido en la planilla de Canuto Ibarra, pero la rechazó para
seguir en la de Ernesto Alvarez. Fue sustituido en la otra por Jesús B. Ruiz,
del ejido Mochis.
El
sector campesino agrupado en el Quinto Comité se divide. Unos fieles a la
candidatura del ahomense, otros, presionados o convencido$$$, se van con la de
Canuto.
Se
desarrolla una campaña corta, muy intensa, pero desigual, para la elección
interna.
Me
tocó cubrir la campaña austera de Ernesto Alvarez y Pablo Nájera la de Canuto,
en donde circulaba mucho dinero.
El
19 de septiembre se efectúan las elecciones internas en cuyo transcurso el
equipo de Canuto Ibarra hizo un impresionante y apabullante despliegue de
brigadas equipadas con camionetas, equipos de radio y dinero.
El
resultado: Canuto Ibarra Guerrero 11,340 votos Ernesto Alvarez Nolasco 6,308.
Las
elecciones constitucionales se celebraron el 7 de noviembre y Canuto Ibarra
arrolló a un desconocido Jesús García Palafox postulado por el PPS que solo
tuvo 600 votos contra los 18 mil de Canuto, que así llegó a la Presidencia en
donde realizó un extraordinario papel.
Pero
esos, son otros apuntes.
Don
Ernesto se fue de nuevo a México y en 1967 regresa a la Cámara de Diputados
(XLVII legislatura). Solo esporádicamente venía a su Ahome querido, Ahomepolis,
le decía.
Es
hasta 1986 cuando regresa a Sinaloa al lado de Francisco Labastida Ochoa para
cumplir su viejo anhelo: la Presidencia Municipal.
Venía
como responsable del área de prensa, pero quien operaba era nuestro inolvidable
amigo Ignacio “Nacho” Lara.
Recorrió
el Estado en la primera etapa de la campaña labastidista, hasta que llegó el
proceso para los Ayuntamientos y ahí se desprende para hacer la campaña que lo
llevaría a cristalizar los sueños que lo acompañaron por muchos años.
Su
administración se caracterizó por el empeño puesto en la educación y la
cultura.
Además
de su honestidad.
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