La decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos sobre los matrimonios entre personas del mismo sexo confirma que «todos los ciudadanos estadounidenses están protegidos igualmente por la ley, sin importar a quién amen».
Con esta sentencia, añadió el presidente Barak Obama se acabará la incertidumbre de las personas del mismo sexo que se casaron en un Estado que reconoce la unión pero que no sabían si el matrimonio les habría garantizado los mismos derechos en el caso de que se encontraran a otro Estado.
Para Obama la sentencia de la Corte sobre los matrimonios de personas del mismo sexo es es «Una victoria para América»…
Pero para Joseph
E. Kurtz, arzobispo de Louisville Kentucky y presidente de la Conferencia
Episcopal de los Estados Unidos (USCCB), afirmó en un comunicado que les un «trágico error»,
que «afecta el bien común y a los más vulnerables, principalmente a los niños».
A pesar de la decisión de la mayoría de la Corte, añadió, «lanaturaleza de la persona humana y del matrimonio permanece invariada e invariable», porque «el único significado del matrimonio como unión entre hombre y mujer está inscrito en nuestros mismos cuerpos». «La protección de este significado es una dimensión de esa “ecología integral” a cuya promoción nos ha llamado Papa Francisco».
El
arzobispode Louisville insistió en que la verdad del matrimonio «nos ha sido
enseñada por Jesucristo, con inmenso amor», y es «la unión de un hombre y una
mujer. Como obispos católicos, seguimos a nuestro Señor y seguimos enseñando y
actuando según esta verdad». Por ello, los obispos estadounidenses animan a
los católicos a defender el matrimonio «con fe, esperanza y amor: fe en la
invariable verdad sobre el matrimonio, arraigada en la invariable naturaleza de
la persona humana; esperanza en que esta verdad prevalezca una vez más en
nuestra sociedad, no solo por su lógica, sino por su gran belleza y por su
servicio al bien común; y amor hacia todos nuestros vecinos, incluso los que
nos odian y que quisieran castigarnos por nuestra fe y nuestras convicciones
morales».
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