La empatía de Francisco
Es positivo que el Papa
proponga una nueva aproximación de los católicos a las mujeres que abortan
EL PAÍS 2 SEP 2015
Nuevamente el papa
Francisco ha realizado un anuncio que, si bien no cambia la doctrina católica,
presenta un punto de vista sustancialmente diferente de la Iglesia respecto a
un tema de amplio y encendido debate social como es el aborto.
El anuncio de que a partir
de diciembre y hasta noviembre de 2016 los sacerdotes —y no únicamente los
obispos, como hasta ahora— podrán absolver a las mujeres que hayan abortado y
quieran confesarlo es, a primera vista, un asunto de régimen interno de la
Iglesia católica. El aborto es una práctica legal —con más o menos
restricciones— en la mayoría de los países del mundo. Que el representante de
una religión decida variar un procedimiento que no tiene consecuencia legal
alguna como es el perdón de los pecados puede parecer un tema secundario sin
mayor trascendencia; pero en el caso de la Iglesia católica no es así. Se trata
de una institución de un peso indudable en las discusiones que se han producido
en numerosos países respecto a la legalización o modificación de las leyes
relativas a la interrupción del embarazo. España, Irlanda, Polonia y Chile, por
citar algunos casos, son buenos ejemplos.
Bergoglio invita a los
católicos a una nueva aproximación a la mujer que decide abortar. El Papa huye
del lenguaje condenatorio en un ejercicio de empatía que sorprende por su
novedad. Y en este sentido es una buena noticia, porque en cualquier
planteamiento de una cuestión tan polémica siempre son bienvenidas las voces
autorizadas que invitan a ponerse en el lugar del otro, y no a condenarlo.
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