Retrato del general Mérida…, el que se fue!, se tardó
Columna de Juan Veledíaz
El Sol de México, 5 DE DICIEMBRE DE 2024
Fuera de Agenda / Los lastres de Sinaloa
Gerardo Mérida Sánchez es un general retirado del Ejército cuya trayectoria militar se caracterizó por su escasa experiencia operativa en zonas álgidas del país. Recomendado por el anterior secretario de la Defensa Nacional para hacerse cargo de la secretaría de Seguridad Pública del estado de Sinaloa, sus pifias retratan la ignorancia con que opera en medio de la crisis de inseguridad que tiene sumida a la capital sinaloense, la zona serrana y sur de la entidad en el caos. Mérida es el mejor ejemplo del desastre que prevalece en la administración del gobernador Rubén Rocha Moya, a quien no le ayuda tener un lastre así cuando intenta demostrar que no ha quedado rebasado por la ola de violencia que cumple tres meses el lunes 9 de diciembre.
Ex director de la Escuela Militar de Inteligencia, el general quedó exhibido como el funcionario peor informado del gabinete de seguridad en los últimos días. El pasado 23 de noviembre se denunció la desaparición de una mujer de 19 años que fue raptada por hombres armados cuando bajaba de un camión urbano al volver de su trabajo. El caso alertó a colectivos feministas y organizaciones de busqueda de desaparecidos que difundieron el caso. Dos días después el funcionario aseguró que la joven ya había sido liberada “sana y salva” y estaba con sus familiares. De inmediato fue desmentido por estas organizaciones que le pidieron retractarse y que renunciara a su cargo ante la falsedad de sus declaraciones. El general se disculpó y pasó página, a los pocos días la joven volvió con su familia.
El martes 3 de diciembre declaró que el auto que explotó en la madrugada a las afueras de Culiacán, fue por la detonación del tanque de gasolina que pudo ser provocado por disparos de arma de fuego. Poco después el gobernador lo desmintió, dijo que se debió a un petardo con mecha operado por un dron. Ese mismo día el titular de seguridad federal Omar García Harfuch salió al paso de las versiones que atribuían la explosión a un coche bomba y señaló que se trató a un dron con explosivos. Las versiones contradictorias abonaron a la desinformación que ha sido la tónica desde que estallaron las hostilidades entre las dos facciones que hasta hace unos meses conformaban el llamado Cártel de Sinaloa.
La experiencia que presumió con su maestría en el Colegio de Defensa Nacional suena a falacia cuando la capital sinaloense se encuentra bajo asedio de campañas de desinformación de los grupos criminales. Como militar debería de conocer el valor de la información y cómo contrarrestar tácticas de propaganda. La dependencia a su cargo adolece de estrategias para contrarrestar los mensajes que circulan en redes y por mensajería instantánea donde se advierte a la ciudadanía de los peligros que corre si acude a ciertos restaurantes y negocios presumiblemente relacionados con una de las facciones criminales en pugna. Tampoco ha convocado a choferes de taxis y transporte por aplicación para establecer protocolos de seguridad ante las advertencias en redes sociales para que dejen de dar servicio después de las ocho de la noche. Ante el vacío de autoridad la iniciativa privada de Sinaloa lanzó un llamado de auxilio en la capital del país ante el inicio de las festividades decembrinas marcadas por la incertidumbre y desasosiego.
@velediaz424
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