20 jun 2025

Los tesoros descubiertos por Carlos Monsiváis

Los tesoros descubiertos por Carlos Monsiváis

NOTA DE Erika P. Bucio/ REFORMA, 19 junio 2025;

El Museo del Estanquillo se dedica a divulgar el acervo del escritor. Crédito: Edgar Medel / REFORMA Archivo

De la casa de San Simón 62, en la Colonia Portales, siguen saliendo objetos, sobre todo fotografías, de la colección de Carlos Monsiváis para ser catalogados.

"Llevamos casi 20 mil piezas y no terminamos", dice en entrevista Alejandro Brito, al mando del Museo del Estanquillo, escaparate de las pasiones del cronista desde 2006.

Hasta entonces, su coleccionismo era una labor silenciosa, reservada para sus amigos, que lo acompañaban en sus recorridos por La Lagunilla y la Plaza del Ángel, así como en los tiraderos de la Portales.

Se entregaba a la persecución de sus pasiones.

Y ese frenesí secreto se extendió incluso a su escritura. Poco escribió Monsiváis, fallecido un 19 de junio hace 15 años, sobre su coleccionismo. "La gran variedad y heterogeneidad de su colección le dificultaron escribir sobre ella", considera Brito.

En realidad, el cronista no se consideraba un coleccionista, "sino un acaparador, porque no tenía la formación ni la disciplina de uno, que busca una pieza específica que le falta", plantea José de la Mano en ¿Usted de qué se ríe? Apuntes sobre el coleccionismo monsivaíta.

Se dejaba guiar, en cambio, por su intuición y capacidad de asombro que no pocas veces se vieron recompensados con el hallazgo de verdaderos tesoros, pasados por alto por los demás. Rescató, por ejemplo, fotógrafos desconocidos u olvidados, como el jalisciense Librado García Smarth, representante del pictorialismo y pionero del modernismo.

"Nadie daba un peso por ese fotógrafo y él vio la calidad artística de sus retratos", insiste Brito.

El Estanquillo, ubicado en Isabel La Católica 26, Centro Histórico, mostró decenas de esas fotografías en una exposición reciente.

La mitad de sus colecciones, que también comprendió arte popular y gráfica, corresponden al campo de la fotografía, que abarca desde la década de 1860 hasta la primera parte de este siglo, con imágenes de Hugo Brehme, Nacho López, Héctor García, Guillermo Kahlo, Agustín Jiménez y Armando Herrera, entre otros.

Solía presumir sus últimas adquisiciones a sus amigos: "¡Mira esta caricatura de Miguel Covarrubias! ¡Estas fotografías de Nacho López!". Era día de fiesta en la casa de la Portales.

Incluso, con el monero Rafael Barajas "El Fisgón" mantenía una rivalidad amistosa. "Ambos competían", dice Brito: "Ésta no la tienes, Fisgón", le presumía. Pero se enojaba si, por el contrario, el caricaturista le ganaba una pieza.

"Yo creo que, al final, Carlos ya nada más vivió para sus colecciones. Él aceptaba trabajos, viajes, conferencias al extranjero, que se las pagaban bien, pero para regresar y correr a La Lagunilla o liquidar sus adeudos con sus proveedores", comparte el director del Estanquillo.

Sus primeras piezas fueron 15 dibujos de "El Chamaco" Covarrubias, del que llegó a ser uno de sus mayores coleccionistas.

El acervo de Monsiváis se corresponde con sus pasiones: la fotografía, el cine, el arte popular, la caricatura, la obra gráfica, las ediciones, la miniatura, la música

Un día, después de una comida, le quiso enseñar a Moisés Rosas algunas piezas de su colección.

"Todo estaba tirado en el suelo, todo revuelto", narra, también en entrevista, Rosas, exdirector del Estanquillo. Los gatos pasaban por encima.

Le mostró entonces los dibujos de León Toral, el asesino de Álvaro Obregón: "¡Qué tesoro!", se sorprendió.

"Carlos, ¿sabes todo lo que tienes?", le inquirió Rosas. Pero él no lo sabía.

Monsiváis era profesor emérito del INAH y Rosas el subdirector del Instituto, y le propuso pagar a un pequeño grupo de seis personas, encabezados por la perito restauradora Rosana Calderón, para comenzar con el registro de la colección.

Fue un motivo de regocijo y redescubrió lo que tenía: por ejemplo, documentos como el bolo de bautizo de la hija de Aquiles Serdán, apadrinada por los Francisco I. Madero en la Catedral de Puebla, a la caída del Porfiriato.

"Ese registro fue muy importante porque fue la base para abrir el museo. Sin ese registro, no habría El Estanquillo", recalca Rosas.

En 2026, el recinto celebrará su vigésimo aniversario.

"Pensamos hacer una selección de obra de aquello que no se ha exhibido, sobre todo fotografías, pero también hay impresos, litografías, dibujos", anticipa Brito.

Por su riqueza y diversidad, las colecciones de Monsiváis son como un caleidoscopio: al hacerlo girar, aparecen temas y temas para nuevas exposiciones.

"Es inagotable", define Rosas.

La afición por coleccionar del cronista y escritor será recordada este jueves en El Estanquillo dentro las Jornadas Monsivadianas "A ustedes les consta" de la UAM Azcapotzalco, a las 16:00 horas.

Participarán, además de Rosas y Brito, Laura González Matute, Javier Castrejón y Alfonso Miranda, moderados por Carlos García.


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