Creen que van a debilitar a la presidenta por lo que gritan?, no. ‘¡Más fuerte soy, más fuerte!’. ¿Ustedes creen que esos gritos y leperadas me van a hacer algo?, ¡no!”
La respuesta de la Presidenta Claudia Sheinbaum a las recientes manifestaciones, encapsulada en la categórica declaración "¡Más fuerte soy, más fuerte!", no se consolida como un ejercicio de firmeza institucional, sino como una muestra de soberbia política que busca deslegitimar el disenso ciudadano. Esta retórica no solo es un error estratégico, sino un déficit democrático que amenaza con radicalizar la polarización.
Al despachar las consignas de la oposición como simples "gritos" o "leperadas", el Ejecutivo evade de manera intencional el análisis de fondo de las demandas. Esta descalificación frontal no es un signo de fortaleza, sino una táctica discursiva para anular el contenido de la protesta y eludir la necesaria autocrítica. En lugar de ver el disenso como un componente legítimo de la vida pública, Sheinbaum lo proyecta como un ruido irrelevante que carece de la capacidad de "debilitar a la presidenta".
La Falacia del "búnker aprobatorio": Palizada
El contraste artificial que la Presidenta establece entre las calles críticas y el "búnker aprobatorio" de eventos controlados (como el citado en Palizada, Campeche) es una peligrosa falacia política. Un acto proselitista, organizado para proyectar una imagen de adhesión incondicional, no puede ser la vara para medir el sentir nacional.
Equiparar el ambiente coreografiado de un mitin con la frustración manifestada en una marcha masiva implica una negación calculada de la complejidad del país. Esta postura refuerza la polarización: solo las voces que aplauden son relevantes para el poder. Una verdadera democracia exige gobernar para la totalidad, pero esta retórica prioriza la lealtad partidista por encima de la preocupación ciudadana.
La peligrosa invocación del complot
La soberbia discursiva se apuntala con una estrategia de seguridad altamente politizada. La reacción de la Presidenta ante la violencia en la marcha fue la de ordenar (Sic, se supone que es autonoma) a la Fiscal capitalina, Bertha Alcalde Luján, investigar el origen de un "bloque negro" pagado, descartando de facto el descontento social genuino.
Esta maniobra levanta serias suspicacias. La prioridad innegable es deslegitimar la protesta mediante la búsqueda activa de un complot, en lugar de exigir un análisis imparcial sobre el manejo policial o las causas estructurales del malestar. Al cuestionar de forma retórica si los grupos violentos "¿están pagados?", la Mandataria establece de antemano la conclusión deseada: la disidencia está orquestada por intereses oscuros y económicos.
Además, la Presidenta minimiza la movilización al identificarla selectivamente con "los mismos de siempre" de la Marea Rosa, reduciendo el incidente a una confrontación planeada y conveniente que desvía la atención de la protesta central y se enfoca únicamente en el choque con las fuerzas del orden.
El riesgo de la invulnerabilidad
La insistencia en ser "más fuerte" frente al reclamo no es señal de estabilidad, sino un arma de doble filo. La verdadera fortaleza de un líder democrático se mide por su voluntad de escuchar e integrar la crítica, no por su capacidad de resistirla o neutralizarla.
Al desestimar la protesta con tanta vehemencia, la Presidenta no solo ignora a una porción de la sociedad, sino que corre el riesgo de radicalizar a la Oposición que se siente activamente despreciada por el poder. La reacción de Sheinbaum es un ejercicio de poder que prioriza la imagen de una fuerza inexpugnable sobre la necesidad del diálogo. La historia política advierte que la "invulnerabilidad" es la antesala de la desconexión, y el poder que se niega a escuchar al disenso es el primero en volverse ciego a sus propios errores.
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Apoyo a la Comunidad Judía y condena al antisemitismo en México
La reciente manifestación de antisemitismo en México, materializada en un lamentable insulto en la puerta de la SCJN dirigido a la Presidenta Sheinbaum, ha provocado una condena unánime y enérgica tanto a nivel nacional como internacional. Este incidente subraya la urgencia de reafirmar los principios de respeto, no discriminación y convivencia pacífica en nuestra sociedad.
El Gobierno de Israel: El Ministro de Asuntos Exteriores, Gideon Sa'ar, emitió una contundente declaración condenando los insultos "antisemitas". Sa'ar enfatizó que "No hay lugar para ese tipo de ataques en el discurso político" y que "Todas las formas de antisemitismo, en cualquier contexto, deben ser rechazadas de manera inequívoca."
La organización Tribuna Israelita de México se sumó a la condena, señalando que estos actos de odio contravienen directamente los principios constitucionales de respeto y no discriminación, e hizo un llamado a la acción inmediata para sancionarlos.
Esta doble declaración refuerza el mensaje crucial: los ataques basados en el origen, la religión o el género no tienen cabida en la esfera pública, el debate político, ni en el tejido social de México.
Distinción necesaria y rechazo a la criminalización de la generación Z
El acto de vandalismo con el mensaje antisemita debe ser analizado y condenado como lo que es: un acto aislado. Investigar quien o quienes lo hicieron...
Contexto del Incidente: La pinta ocurrió en el marco de la Marcha de la Generación Z, una movilización convocada para protestar contra la inseguridad y la política actual.
Espíritu de la Manifestación: Es vital destacar y reafirmar que, según testimonios de asistentes y reportes iniciales, el propósito y el espíritu general de la marcha no estaban ligados a expresiones de odio antisemita, ni contenían un ataque colectivo contra la comunidad judía; no vimos ninguna esvástica, por ejemplo…
La autoría de la pinta está aún por determinarse. Por lo tanto, es fundamental evitar la criminalización o atribución directa de este acto de vandalismo, que atenta contra los valores democráticos, a la totalidad de los jóvenes participantes en la Generación Z.
La lucha contra el antisemitismo y el odio es una responsabilidad colectiva. El foco debe estar en identificar y sancionar a los responsables de este acto de vandalismo específico, al tiempo que se promueve un ambiente de diálogo y respeto que trascienda las diferencias generacionales y políticas.
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Cruzan acusaciones tras Marcha Z
Nota de Rolando Herrera y Nadia Rosales
Reforma, Pp,
Después de la primera protesta masiva contra el Gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum, convocada por la Generación Z, actores políticos cruzaron acusaciones sobre los motivos y los alcances de la manifestación.
Guadalupe Acosta, integrante del Frente Cívico Nacional, sostuvo que desde la Presidencia se operó para alentar la violencia en la movilización y acusar a los ciudadanos de atacar al poder.
"(Deslegitimar la marcha) fue una decisión instrumentada desde el equipo central de propaganda de la Presidencia, porque nadie más puede hacer salir con un mismo discurso a Gobernadores, a la Corte, a la dirección de Morena, acompañado de miles de bots y de personajes que replican esta narrativa denigrante", reprochó.
La dirigente de Morena, Luisa Alcalde, aseguró que la marcha fue "empujada" desde la Oposición para "magnificar" la concurrencia y reprochó el perfil de los asistentes, ubicando a integrantes del Frente Cívico y otras organizaciones.
"Participaron los mismos de siempre. Ninguna novedad. Ahí están los mismos de siempre que de jóvenes no tienen absolutamente nada, pero de opositores todo", dijo la dirigente morenista durante un acto partidista en la CDMX.
A la manifestación del pasado sábado se unieron grupos, como el Movimiento del Sombrero -iniciado por el Alcalde asesinado de Uruapan, Carlos Manzo- y trabajadores del sector Salud que reclamaban medicinas.
La Presidenta Claudia Sheinbaum y la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, cuestionaron los intentos de provocar violencia.
El colectivo Generación Z, que hizo las convocatorias para las movilizaciones del pasado sábado, llamó a repetirlas a la misma hora y en las mismas rutas el próximo jueves, Día de la Revolución.
"Se repite la marcha. 20 de noviembre. 11am. México no se rinde, mexicanos al grito de guerra; Generación Z no se rinde", dice el mensaje difundido la tarde de ayer domingo. "Estados que deseen participar, mismo puntos de inicio y final que el 15 de noviembre", agrega.
Siguen hospitalizados 14 policías
Al menos 14 policías de la CDMX continuaban ayer hospitalizados, después de que manifestantes encapuchados de la Generación Z arremetieron en su contra durante una batalla campal en el Zócalo.
"Expresamos nuestra solidaridad con las personas que lamentablemente resultaron lesionadas. En este momento quedan 14 policías hospitalizados", expresó la Jefa de Gobierno, Clara Brugada.
Otros 26 policías fueron dados de alta, confirmó el jefe de la Policía capitalina, Pablo Vázquez Camacho.
Después de los enfrentamientos, que se extendieron durante cuatro horas, hubo 120 heridos y 40 detenidos.
Hasta ayer, las autoridades no habían informado oficialmente la identidad de las personas detenidas ni los cargos que enfrentan.
Con información de Selene Velasco y Elthon García.
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Las columnas políticas hoy, lunes 17 de noviembre
Templo Mayor/ REFORMA;
LOS INCIDENTES de violencia registrados el sábado en el Zócalo capitalino deben llamar la atención de todos los actores políticos. Normalizar las zacapelas y las agresiones en las manifestaciones no es lo mejor.
MENOS CON GRUPOS DE reventadores cuyo propósito es dar al traste con cualquier protesta y al final dejar una secuela de daños humanos y materiales que nada tienen que ver con las manifestaciones políticas.
EL ECO DE ESTAS protestas puede no ser el mejor a nivel nacional e internacional. Muchos medios extranjeros dieron importancia a la manifestación pacífica pero en otros la magnificación de los hechos resulta hasta delirante.
UN EJEMPLO es el influencer conspiranoico Alex Jones, quien de plano escribió: "El gobierno mexicano está al borde del colapso", lo cual es un poquito exagerado. Y más cuando afirmó que el país se rebelaba contra (¡agárrense!) "la presidenta comunista respaldada por China".
EVIDENTEMENTE se trata de una exageración y Jones ha llegado al extremo de decir que el gobierno de Trump no está suficientemente a la derecha, pero el asunto de fondo es que así como él, varios más de los influencers radicales de EU reflejaron una imagen de México que en naaada beneficia al país.
LO QUE SI debe tomarse nota es que las manifestaciones con talante pacífico se reprodujeron en muchas ciudades del país. Más allá de las discusiones que se tienen en la CDMX sobre el tema, debe considerarse la preocupación en muchas regiones por la extorsión, la violencia, la inseguridad y la ausencia de autoridad.
QUIEN YA COMENZÓ a mover las piezas del tablero michoacano es Omar García Harfuch, pues ayer uno de sus cercanos fue nombrado como nuevo titular de la Secretaría de Seguridad Pública estatal.
SE TRATA DE José Antonio Cruz Medina al que el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla designó en lugar de Juan Carlos Oseguera, cuya permanencia resultaba insostenible en el cargo dada la crisis de inseguridad y violencia en Michoacán.
QUIENES LO CONOCEN dicen que Cruz Medina llegó a Morelia precisamente como enviado de García Harfuch, como subsecretario estatal de Investigación Especializada, un área que trabaja de la mano con la Secretaría federal.
LO QUE EMPIEZA A OCURRIR en Michoacán se parece mucho a lo que ya ha pasado en Sinaloa, con resultados igualmente insuficientes.
EL GOBIERNO federal ha tomado el control de las policías en el estado norteño y de las estructuras de seguridad, pero en el día a día la autoridad estatal sigue en manos de un gobierno cuestionado como el de Rubén Rocha.
EN MICHOACÁN, Ramírez Bedolla tiene mucha responsabilidad en la descomposición del ambiente y en el descuido de las tareas locales de seguridad. Si no cambia la estrategia política, como ocurre en Sinaloa, difícilmente se compondrán las cosas en la entidad purépecha.
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La batalla que Sheinbaum va perdiendo, columna.
El texto de Raymundo Riva Palacio, "La batalla que va perdiendo", ofrece un análisis severo sobre la respuesta del gobierno de Claudia Sheinbaum a la reciente manifestación, concluyendo que la estrategia presidencial para deslegitimar la protesta está fracasando tanto a nivel nacional como internacional.
Fracaso de la narrativa oficial y miedo a la crisis
La manifestación del sábado desató una "guerra de narrativas" donde el gobierno intentó minimizar y descalificar la protesta. Riva Palacio sostiene que esta reacción surgió de la "preocupación y el miedo" de Sheinbaum a que la protesta generara una percepción de ingobernabilidad, similar a la crisis que la desaparición de Ayotzinapa causó a Enrique Peña Nieto.
Acciones Fallidas: La policía capitalina recibió órdenes de responder con violencia y realizar aprehensiones, y el régimen intentó impedir el paso libre al Zócalo, alimentando la confrontación.
Composición Ecléctica: La protesta fue una síntesis de críticas contra la inseguridad, la violencia y los gobernantes de Morena. El grito de revocación de mando fue una constante, demostrando que el descontento apuntaba directamente a la figura presidencial.
Desaceleración del mensaje presidencial
El análisis subraya que, a pesar de emular las estrategias de comunicación de su antecesor, la narrativa de Sheinbaum no ha logrado persuadir ni generar empatía en la ciudadanía. El descrédito se aceleró tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo.
Redes Sociales en Contra: Un análisis de la empresa Dinamic reveló que el 70% de las opiniones en redes sociales fueron negativas (casi tres millones y medio de personas), criticando la reacción tardía, la falta de empatía y la ineficiencia de la estrategia de seguridad de la Presidenta. Solo el 15% respaldó su plan de paz.
Los intentos de la Presidencia de deslegitimar la marcha acusando una "conspiración de la ultraderecha internacional" fueron infructuosos, no logrando desanimar ni la convocatoria ni la cobertura internacional.
Impacto internacional y el motor olvidado
El enfoque en el extranjero fue contundente: la violencia y el descontento con el gobierno dominaron los titulares, destacando la inseguridad y las acusaciones de complicidad con los cárteles. El impacto fue visible, registrando casi 52 millones de búsquedas en Google sobre la marcha.
Un mensaje en X de Barron Trump, citando un "asalto" al Palacio Nacional y gritándole a Sheinbaum "Narco Presidenta", sirvió como amplificador del conflicto a nivel global.
La crítica final de Riva Palacio es que los análisis del gobierno sobre la marcha omitieron la segunda derivada de la inseguridad: la corrupción. El autor recuerda que el verdadero catalizador que hundió a Peña Nieto fue la corrupción (la Casa Blanca), un factor que Sheinbaum, al igual que su antecesor, se niega a atacar, lo que representa su principal vulnerabilidad política.
a estrategia presidencial de buscar un "enemigo interno" y silenciar a los adversarios mostró su incapacidad para comprender que la estabilidad no se construye mediante la confrontación, sino incorporando los disensos y atendiendo el principal motor de las protestas de la Generación Z en el mundo: la corrupción gubernamental.
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La batalla que va perdiendo/ Raymundo Riva Palacio
Estrictamente Personal
El Financiero..
La manifestación del sábado pasado tuvo una interlineado altamente polarizado, que desató una intensa guerra de narrativas en el mundo digital, entre la deslegitimación y descalificación por la composición sociopolítica de quienes protestaron para declarar su fracaso, y la lectura de victoria por las miles de personas que en las condiciones actuales salieron a las calles a enfrentar a un régimen que buscó desacreditar la protesta, impedir que hubiera un paso libre al Zócalo de la Ciudad de México, y una policía que actuó con violencia -pagando como siempre, su cuota de golpes- con un cambio de órdenes: aguantar, pero responder y realizar aprehensiones.
La narrativa oficial para minimizar la manifestación nacional desde que comenzó la marcha tuvo como razón de fondo la preocupación y el miedo de la presidenta Claudia Sheinbaum y su equipo cercano, que la repercusión que pudiera tener la protesta generara la percepción de ingobernabilidad y la llevara a la crisis mediática insalvable en la que la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa metió al expresidente Enrique Peña Nieto. Los temores se cumplieron.
Aunque con diferentes ángulos editoriales, la manifestación, la violencia y la condena del gobierno por los enfrentamientos, dominó informativos de radio y televisión el sábado, y se publicó en la mayoría de los medios impresos de la capital el domingo. Pero las dos visiones encontradas no alcanzaron a matizar la información en el extranjero, donde la violencia en la manifestación impactó en todo el mundo -el buscador de Google arrojó casi 52 millones de búsquedas sobre la marcha-, donde el enfoque sobresaliente fue el descontento con el gobierno por la inseguridad, y las acusaciones de complicidad con los cárteles de las drogas.
La manifestación tuvo una composición ecléctica que sintetizó sus críticas en un fuerte reclamo contra la inseguridad y la violencia, y contra Morena y gobernantes del régimen obradorista. En varias manifestaciones de las decenas que hubo en el país, el grito por la revocación del mando a Sheinbaum fue una constante. En la Ciudad de México se añadió a la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle; en Sinaloa al gobernador Rubén Rocha Moya; en el estado de México a Delfina Gómez, y en Baja California, a Marina del Pilar Ávila.
A Sheinbaum no le importaban las gobernadores y los gobernadores, sino ella. Pese a la copia de los lineamientos y la mañanera que le heredó el expresidente Andrés Manuel López Obrador, la narrativa de Sheinbaum no ha funcionado. Desde que inició su gobierno hace 14 meses, han registrado en Palacio Nacional rendimientos decrecientes porque el mensaje en ella no ha persuadido. Pero no fue sino hasta el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, el primero de noviembre, cuando el descrédito se aceleró. Sheinbaum reaccionó lanzando un plan para la paz y justicia en Michoacán, pero no le ayudó a su imagen.
Un análisis de redes realizado durante 48 horas por la empresa Dinamic, arrojó una conversación de casi tres millones y medio de personas y un total de impresiones de más de 97 millones. De ese total, el 70% fueron opiniones negativas, por la reacción tardía de la presidenta y su falta de empatía, así como por ineficiencia y falta de estrategia de seguridad. Solo el 15% respaldó el plan. Más importante, de ese total de usuarios solo el 1.74% de los que comentaron, “(tenían) comportamiento de bots”.
Sheinbaum pidió con antelación un análisis del comportamiento de las redes sociales de la convocatoria a la marcha de la Generación Z, que se dio a conocer el jueves de la semana pasada, en donde denunció que era una conspiración de la ultraderecha internacional a través de varias personas y colectivos en México. El documento, interesante y profundo por la dinámica que muestra en las redes, no aportaba ninguna causalidad para establecer la hipótesis -menos aún soportar la acusación concreta- de una conspiración internacional. Internamente se vio que los esfuerzos realizados por la presidenta para deslegitimar la marcha, no tuvieron los resultados esperados.
La denuncia no desanimó la convocatoria para la marcha, sino que en algunos casos incluso, la estimuló. Tampoco fue un ángulo principal en la cobertura internacional, quedándose reducida a una discusión doméstica. En este contexto, sin embargo, habría que ubicar un mensaje en X que colocó Barron Trump, quien convenció a su padre, Donald Trump, que en la campaña presidencial se acercara a los jóvenes a través de las redes sociales, el sábado al mediodía:
“AHORA los mexicanos han dicho basta y están literalmente asaltando el Palacio Nacional, gritándole a Sheinbaum ‘Narco Presidenta’. Están tirando las barricadas. Están hartos de que los títeres de los cárteles gobiernen su país. Esto es increíble de ver: una revuelta total contra la corrupción, explotando en tiempo real”.
Tras la manifestación se espera que la Presidencia realice un análisis del descontento social que se vio el sábado, y un diagnóstico de hasta dónde pudiera llegar. En las vísperas de la manifestación se realizaron varios ejercicios analíticos sobre el impacto que habían tenido protestas de la Generación Z en otros países y las consecuencias que causaron, que motivó la estrategia muchas veces recurrida por su jefe político del enemigo interno. Pero la estrategia que para desacreditar la inconformidad social mostró su incapacidad para comprender que la estabilidad, que tanto le preocupa, no se construye silenciando a adversarios, sino incorporando los disensos.
Lo que no hubo en todas esas reflexiones y análisis sobre la manifestación fue la segunda derivada de la inseguridad y la violencia: la corrupción en el régimen. Fue una omisión deliberada o ceguera, porque las manifestaciones de la Generación Z en el mundo tienen como su motor la corrupción del gobierno. La referencia de Sheinbaum sobre la ingobernabilidad y la crisis mediática de la que no se puede salir es Peña Nieto y Ayotzinapa, pero olvida y no le han detallado, que la crisis de Ayotzinapa no fue una caída en popularidad súbita, sino que fue cayendo gradualmente, hasta que cerca de un mes después se dio a conocer la casa blanca de Angélica Rivera, en ese entonces esposa del expresidente, que fue el detonante. La corrupción fue el catalizador social que hundió a Peña Nieto, que no la atacó como ella tampoco quiere hacerlo.
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DE ADRIÁN LE BARÓN, testimonio:
Yo marché ayer, no soy joven, soy un padre que tuvo que recoger con las manos las cenizas de lo que unos sicarios me dejaron de mi hija; también soy el abuelo que se quedó imaginando como crecieran mis nietos y les tuve que dejar guardados todos los abrazos, los domingos y los cumpleaños que quería darles.
Marché porque me los mataron hace 6 años y hasta hoy no hay justicia. Marché porque sueño con un México que deje de estar arrodillado ante el miedo y por esas familias, que se van quedando incompletas.
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LO QUE VIVÍ EN LA MARCHA: CRÓNICA, ANÁLISIS Y LA LÓGICA DE UNA “AUTOCRACIA PASIVA”
Por Alberto Capella
Estuve presente en la Ciudad de México durante la marcha convocada por la Generación Z y otros grupos ciudadanos, cuyo detonante principal fue el terrible asesinato del alcalde Carlos Manzo.
Lo que aquí escribo no es especulación ni reconstrucción de terceros: es lo que vi, viví y analicé directamente desde el terreno, con la experiencia de haber encabezado —como activista ciudadano— marchas contra la violencia hace casi 20 años en Baja California y, por otro lado, de haber coordinado como autoridad la atención de manifestaciones masivas. Lo hago con la sensibilidad y el entendimiento de quien conoce estas dinámicas por dentro.
1. Una marcha de múltiples sectores ciudadanos, profundamente espontánea y pacífica
La marcha comenzó su desplazamiento alrededor de las 11 de la mañana. Desde el inicio quedó claro que se trataba de una movilización plural, integrada por:
• Familias completas,
• Personas mayores,
• Jóvenes,
• Adultos de todas las edades,
• Profesionistas,
• Grupos de vecinos,
• Ciudadanos sin estructuras corporativas.
Visualmente predominaban:
• Banderas asociadas a la Generación Z,
• Numerosas banderas nacionales,
• Y el color blanco, símbolo universal de paz.
Las consignas fueron permanentes, claras y numerosas:
• Contra Morena,
• Contra Claudia Sheinbaum,
• Contra Adán Augusto López,
• Contra Gerardo Fernández Noroña,
• Y sobre todo, exigencias insistentes de justicia por el asesinato de Carlos Manzo.
El ambiente era pacífico, indignado y decidido. Durante más de tres horas, desde Reforma hasta Eje Central, el flujo fue un río humano ininterrumpido.
2. La llegada al Zócalo: un operativo diseñado para inhibir, no para proteger
Al aproximarnos al Zócalo, observé un operativo que no buscaba proteger monumentos ni facilitar la llegada de la ciudadanía, sino inhibir la concentración masiva.
El dispositivo de contención estaba conformado por:
• Vallas metálicas formando una estructura en “L” alrededor de la Catedral y Palacio Nacional,
• Cierre con vallas en Eje Lázaro Cárdenas y Francisco I. Madero,
• Único acceso real por la calle 5 de Mayo.
Este tipo de configuración genera confusión, lentitud, fragmentación y temor.
Quien conoce estas tácticas sabe que están diseñadas para reducir el impacto visual, político y numérico de una concentración ciudadana.
3. Primer impacto: violencia colocada exactamente donde ingresaba la ciudadanía
Al ingresar por 5 de Mayo, lo primero que encontramos fue a un grupo de jóvenes atacando las vallas en la lateral de la Catedral, justo en el punto donde entraba la ciudadanía pacífica.
Vi:
• Humo,
• Golpes,
• Antimotines resistiendo,
• Gritos,
• Confusión,
• Rostros llenos de miedo.
Miles de personas se detuvieron o se regresaron.
Colocar un foco de violencia exactamente en la entrada no es accidental; es una táctica clara de inhibición.
4. El foco principal de violencia estaba frente a Palacio Nacional
El grupo más numeroso de vándalos se encontraba frente a Palacio Nacional, donde la agresión fue más intensa y prolongada:
• Piedras,
• Botellas,
• Objetos encendidos,
• Cohetones de alto impacto auditivo.
Es esencial puntualizarlo:
La mitad de las vallas derribadas eran las del frente de Palacio Nacional, no las de Catedral.
Ese fue el punto de confrontación más grave.
5. Mi sensibilidad hacia los policías antimotines: también fueron víctimas
Debo detenerme aquí.
He estado del otro lado del escudo. Sé lo que implica resistir agresiones directas durante horas.
Ayer observé a policías antimotines soportar más de cinco horas de:
• Pedradas,
• Golpes,
• Botellas,
• Bombas molotov,
• Humo,
• Gas pimienta,
• Otros agentes químicos,
• Y detonaciones de cohetones ensordecedores.
Son seres humanos.
Y también fueron víctimas de una ecuación política que los mantuvo estáticos, recibiendo agresiones sin autorización para intervenir.
Cuando finalmente los “soltaron”, reaccionaron con fuerza.
No justifico excesos, pero comprendo la reacción humana de quien lleva horas siendo atacado.
Ellos también fueron utilizados por el diseño operativo.
6. Los cohetones: estruendo que muchos confundieron con disparos
Los cohetones tenían un impacto auditivo brutal.
Mucha gente —especialmente quienes no están habituados a protestas— pensó que eran disparos.
Vi:
• Niños llorando,
• Adultos mayores asustados,
• Familias enteras saliendo apresuradamente.
Ese estruendo fue determinante para que miles optaran por no ingresar al Zócalo.
7. ¿Por qué no se llenó el Zócalo si la marcha era enorme?
Porque el Zócalo estaba operado para no llenarse.
Al llegar, la ciudadanía encontraba:
• Violencia colocada estratégicamente,
• Ruido intimidante,
• Humo,
• Embudos operativos,
• Acceso único saturado,
• Cierres de calles,
• Vallas que reducen el espacio útil.
Cada contingente llegaba, veía el escenario y optaba por retirarse.
La falta de concentración no fue espontánea:
fue inducida.
8. La dispersión final: persecución y huida por todas las salidas
Cerca de las 4 de la tarde, los antimotines:
• Abrieron el cerco,
• Avanzaron sobre la explanada,
• Y provocaron una huida generalizada.
La gente corrió hacia:
• 5 de Mayo,
• 16 de Septiembre,
• Y Francisco I. Madero,
todas saturadas y convertidas en rutas de escape con embudos formados por vallas.
Fue un momento de pánico para miles.
9. La “autocracia pasiva”: la conducta política que explica lo ocurrido
Lo que viví recuerda al comportamiento “pasivo-agresivo”:
una forma de agredir disfrazando la intención.
En política, eso tiene nombre: autocracia pasiva.
Una autocracia pasiva:
• No prohíbe de frente,
• No reprime abiertamente,
• No declara censura…
pero diseña todo para enviar un mensaje contundente desde Palacio Nacional.
“El Zócalo es de nuestro movimiento”.
Opera así:
• Te deja marchar… pero coloca violencia donde llegas.
• Te deja avanzar… pero te fragmenta con embudos.
• No te impide entrar… pero genera miedo para que no te quedes.
• No impide la protesta… pero distorsiona la imagen final.
Es control sin admitirlo.
Es represión sin declararla.
Es autoritarismo administrado.
10. Mi conclusión personal
Vi una marcha enorme, plural, pacífica y profundamente ciudadana.
Vi indignación y esperanza conviviendo en un mismo espacio.
Vi a México caminar con dignidad desde el Ángel hasta las inmediaciones del Zócalo.
Vi policías utilizados y agredidos durante horas.
Vi familias atemorizadas por violencia colocada estratégicamente.
Y vi un operativo diseñado para alterar la percepción pública de una movilización histórica.
Lo pacífico fuimos nosotros.
La narrativa del caos fue inducida.
El sábado no fue desorden espontáneo:
fue ingeniería política para controlar la narrativa.
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La desconexión/Jesús Silva-Herzog Márquez
REFORMA, 17 noviembre 2025;
La insensibilidad es la ruina de todo gobierno. Peor que la ineptitud, peor que la corrupción, peor que el mal desempeño de la economía: la incapacidad de comprender lo que vive el país. Tarde o temprano, la desconexión de las élites cobra factura. Mostrarse distantes de la experiencia, ser indiferentes a las congojas de la gente, vivir encapsulados en sus celebraciones, despreciar a quienes se atreven a mostrar su desacuerdo. En esa desconexión de las élites del poder se cocinó el fin de eso que llaman el régimen de la transición. Un bloque político que no comprendía el enojo, que confiaba que los escándalos, aunque fueran acumulándose constantemente, eran simple entretenimiento y desahogo. Una élite satisfecha insultaba con sus dichos y sus actos.
La soberbia morenista ha colocado muy pronto a la nueva clase política ante el mismo escenario. Ningunea a los críticos, no se rebaja a contestar preguntas incisivas, no se digna a discutir con los odiosos. La superioridad moral de la clase política es la tarima que le permite ver a todo el México que no la celebra por encima del hombro. Los reflejos de dirigentes partidistas, de legisladores destacados, de gobernadores o de miembros del gabinete presidencial son la prueba más dura de la desconexión de la clase política. No sorprende esa fuga de la realidad. ¿Qué otra cosa podría pasar cuando se vive en un planeta de adulación; cuando el núcleo gobernante se rodea de fieles y solo de fieles; cuando se escuchan mañana, tarde y noche las mismas consignas; cuando se excluye de cualquier conversación a quien discrepa, así sea mínimamente? Cuatrotitlán es el reino de la veneración a un caudillo, el coro que recita simultáneamente las mismas frases, la coraza que niega validez a cualquier protesta, los tics con los que se evade toda crítica, las consignas que se usan para apabullar al otro. Que por el momento mantenga el respaldo de la mayoría no niega que su comportamiento sea sectario.
En ese reino no hay posibilidad de comprender a quienes hablan con su propio lenguaje, que defienden derechos que el régimen desprecia, que levantan prioridades que no son las de la clase política. Para hablar con el régimen, para ser digno de su escucha hay que rendirse a su vocabulario. Ante la denuncia de las incoherencias de un legislador, ante la exhibición de gastos que no corresponden a sus ingresos ni a su prédica, la respuesta es la indignación del político.
El político no responde, no rinde cuentas, no explica. Se dice víctima de una conjura, de una maquinación de intereses siniestros y procede a insultar a quien le exige explicación. La nueva clase política no concibe que haya algunos ingratos les hagan preguntas en lugar de apreciar los sacrificios, por sus extenuantes jornadas de trabajo. Lo más revelador de lo que ha sucedido desde el verano de este año no es la exhibición de las corruptelas o del súbito enriquecimiento de la nueva clase política. Lo más revelador es la dimensión de la arrogancia. Ustedes no son nadie para cuestionar mis vacaciones, mis propiedades, mi conducta, mi lenguaje.
Quienes no festejan a Sheinbaum no están a la altura de la historia, no son dignos de México, no merecen siquiera la distracción de una mirada. Si tomamos en serio los repetidos dichos de la Presidenta, los críticos de su gobierno no son propiamente humanos porque ni siquiera sienten el dolor ajeno. Tal cosa insinuó hace unos días cuando decretó que unas emociones eran auténticas (las de sus fieles, por supuesto) y las otras falsas y mezquinas (las de sus críticos). En efecto: no son humanos: son buitres. Me parece importante insistir en todo lo que encierra ese desprecio porque no es solamente un gesto autoritario. Es también la revelación de su encierro. La profunda desconexión con un México al que no tiene interés de entender y que, por eso mismo, habrá de seguir creciendo. Una protesta más que entendible ante la barbarie de violencia que desangra al país recibe de la presidencia trato de conspiración antinacional. Los recursos del gobierno dedicados a señalar como sospechosos a los organizadores de una movilización y los canales del poder empleados para exhibirlos.
El régimen no ha pagado costos por su ineptitud ni por sus abusos. Tampoco ha enfrentado las consecuencias de su corrupción ni de sus ligas con el crimen. La soberbia, la insensibilidad, la arrogancia tendrán otro efecto.
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Una marcha violenta" / JAQUE MATE en REFORMA..
LA COLUMNAS DE Sergio Sarmiento, publicado en REFORMA, critica la respuesta y las acciones del gobierno federal y de la presidenta Sheinbaum ante la marcha del 15 de noviembre, denominada "la marcha de la generación Z":
1. La presidenta Sheinbaum descalificó la manifestación antes, durante y después. La calificó como "la manifestación de la derecha", financiada por dirigentes de derecha y multimillonarios, y operada por 8 millones de bots extranjeros.
Restricciones en el Zócalo: A pesar de llamarla una marcha de bots, se ordenó proteger Palacio Nacional con vallas metálicas y bloques de concreto para impedir el acceso total al Zócalo. Además, no se izó la bandera nacional, una práctica reservada para manifestaciones de la oposición. Las autoridades estimaron 17 mil manifestantes en la plaza, aunque otros consideran que fueron muchos más.
2. La marcha se tornó violenta debido a grupos de encapuchados que intentaron derribar la valla de Palacio Nacional. Aunque la presidenta había prometido eliminar el cuerpo de granaderos, un cuerpo de policía con el mismo equipamiento y tácticas respondió a los manifestantes. Hubo enfrentamientos donde policías fueron golpeados y, en represalia, los agentes reaccionaron con "furia" golpeando a los protestantes; la policía arrojó gases lacrimógenos o algún otro tipo de gas irritante, a pesar de que su uso estaba supuestamente eliminado en México.
Críticas de Sarmiento… La presidenta, desde Tabasco, reiteró el mensaje de "No a la violencia" y minimizó la participación juvenil al afirmar que "había muy pocos jóvenes" en la manifestación. Hoy lo reitero en la mañanera...
Sarmiento argumenta que el gobierno ha actuado con mentiras (como el supuesto fin de los granaderos), se autodesigna como democrático mientras ejecuta un "golpe de Estado" para obtener una mayoría calificada artificial, y usa esta mayoría para socavar la independencia del Poder Judicial y el juicio de amparo. Concluye que, aunque la popularidad del gobierno se basa en dádivas, la creciente corrupción y las alianzas con el crimen organizado son preocupantes; y al final advierte que el régimen de Obrador-Sheinbaum está llevando a México hacia un régimen de partido único.
Buen texto...
Una marcha violenta
JAQUE MATE / Sergio Sarmiento
REFORMA, 17 noviembre 2025
"La policía no está para reprimir al
pueblo sino para darle paz y seguridad.
Por ello desaparecimos el cuerpo de
granaderos... El abuso de autoridad
no debe tolerarse". Claudia Sheinbaum, 5.06.2020
Antes, durante y después la presidenta Sheinbaum descalificó la marcha del 15 de noviembre, la marcha de la "generación Z". La llamó "la manifestación de la derecha". Dijo que era financiada por dirigentes de derecha y multimillonarios a través de 8 millones de bots que operaban fuera del país. Pese a que era una marcha de bots, ordenó colocar vallas para proteger Palacio Nacional. No se izó la bandera nacional en el Zócalo ese día, decisión que se toma cuando hay manifestaciones de la oposición, pero no cuando son de organizaciones afines al gobierno. Se colocaron vallas metálicas y bloques de concreto para impedir el acceso de los manifestantes al Zócalo. Aun así, la policía capitalina calculó que unos 17 mil ingresaron a la plaza; otros estimaron muchos más.
Fue una manifestación violenta. Grupos de encapuchados dentro de la marcha buscaron derribar la valla que protegía Palacio Nacional. Si bien la presidenta Sheinbaum afirmó cuando encabezaba el gobierno de la Ciudad de México que había eliminado el cuerpo de granaderos, el cual se usaba contra manifestaciones en administraciones anteriores, un cuerpo de policías con el mismo equipamiento y tácticas de operación respondió a los manifestantes. Algunos elementos fueron golpeados por disidentes, los policías reaccionaron con furia y golpearon a quienes protestaban. Los policías arrojaron gases lacrimógenos, que supuestamente ya no se usan en México, o algún otro tipo de gas irritante contra los inconformes.
Las autoridades capitalinas reportaron que 100 policías fueron agredidos, 60 de los cuales fueron atendidos en el lugar y 40 trasladados a centros de salud. Se reportaron 20 lesionados entre quienes protestaban. Hubo 40 detenidos, 20 de los cuales fueron remitidos a un Ministerio Público acusados de robo, agresiones o faltas administrativas.
La Presidenta no se quedó el 15 de noviembre en Palacio Nacional. Estuvo en Tabasco y Campeche. En Jonuta, Tabasco, anunció que construirá allí un campus de la Universidad Rosario Castellanos. Declaró: "Hoy que hubo una manifestación ahí en la Ciudad de México, donde dicen que marcharon jóvenes, pero en realidad había muy pocos jóvenes, y que de manera violenta quitaron unas vallas y rompieron vidrios, decimos: No a la violencia".
Coincido con la Presidenta: la violencia empaña el sentido de cualquier marcha. Una vez más, sin embargo, se expresa la insensatez de haber trasladado la sede del gobierno de Los Pinos al histórico Palacio Nacional. La marcha, es cierto, no fue solo de jóvenes, pero sí de miles de mexicanos, que no son bots, insatisfechos con la violencia en el país y con un régimen que ha desmantelado los contrapesos al poder.
Es un gobierno que ha actuado con mentiras: que pretendió, por ejemplo, haber eliminado el cuerpo de granaderos, pero lo mantiene; que se autodesigna como el "más democrático sobre la faz de la Tierra", pero llevó a cabo un verdadero golpe de Estado para darse en el Congreso una mayoría calificada que no obtuvo en las urnas; que usó esta mayoría artificial para acabar con la independencia del Poder Judicial y debilitar el juicio de amparo.
El gobierno ha construido su popularidad a través de dádivas, pero estas no borran los crecientes indicios de una corrupción creciente y de las alianzas con el crimen organizado. México se encuentra en una encrucijada, y el gobierno de Obrador-Sheinbaum está decidido a llevarlo por el camino de un régimen de partido único.
· SIN ARANCELES
Trump empieza a darse cuenta de algunos de sus errores. Este viernes decretó la eliminación de aranceles de docenas de productos alimenticios, como la carne y el café. Quedó claro que los aranceles están subiendo los precios y generando inconformidad entre los estadounidenses.
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