16 nov 2025

Notas y crónicas de la marcha de ayer..

Notas y crónicas de la marcha de ayer..

Motivos y Consignas: La protesta fue principalmente en contra de la inseguridad y el gobierno de la "4T" (Cuarta Transformación), con lemas como "¡Fuera Morena!", "¡Fuera Claudia!", y "¡Queremos paz!"

Asistencia: Las autoridades de la CDMX reportaron 17 mil manifestantes, aunque la marcha ocupó todo Paseo de la Reforma. A la convocatoria original de jóvenes se unieron grupos como el Movimiento del Sombrero y trabajadores médicos que reclamaban medicinas, siendo los adultos la mayoría durante el recorrido.

A pesar de los bloques de concreto colocados por el gobierno, los manifestantes lograron entrar al Zócalo, cantando el Himno Nacional. La manifestación se detuvo frente a las vallas metálicas de más de cuatro metros que protegían Palacio Nacional.

Despues hubo el enfrentamientos y las vallas derribadas: un grupo de jóvenes, muchos con el rostro cubierto, logró derribar algunas de las vallas metálicas utilizando herramientas. Esto provocó una respuesta de la policía antimotines con gas y granadas con polvo irritante.

Es la primera vez que se derriban vallas de ese tamaño desde la toma de protesta de Enrique Peña Nieto en 2012. El saldo oficial fue de 120 heridos (policías y manifestantes).

Una estudiante de comunicación de 20 años, Priscila, reclamó la detención de manifestantes pacíficos y describió la movilización como una "rebelión" que busca la libertad y estar "fuera del sistema".

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Se moviliza Marcha Z contra crimen y la 4T

Nota de Mayumi Suzuki y Jorge Ricardo

REFORMA,  16 noviembre 2025;

La marcha convocada por la "Generación Z" contra la inseguridad y la 4T reunió ayer a miles de personas en la primera gran marcha multitudinaria del sexenio, del Ángel de la Independencia al Zócalo.

A la manifestación se unieron grupos, como el Movimiento del Sombrero -iniciado por el Alcalde asesinado de Uruapan, Carlos Manzo- y trabajadores médicos que reclamaban medicinas.

Aunque las autoridades de la CDMX reportaron 17 mil manifestantes, la marcha ocupó todo Paseo de la Reforma, con consignas como "¡Fuera Morena!", "¡Fuera Claudia!", "¡Queremos paz!, "¡No somos bots!"

Predominaron los colores blancos y, aunque fue convocada en redes sociales por los menores de 28 años, los nacidos entre 1990 y el 2010, en la marcha los más adultos fueron mayoría durante el recorrido.

Entraron al Zócalo cantando el Himno Nacional y con gritos de "¡sí se pudo!", pues la noche anterior el Gobierno capitalino había colocado bloques de concreto sobre la calle 5 de Mayo para impedir el paso vehicular.

Sin liderazgos visibles, ni políticos, ni templete en el Zócalo, la manifestación se detuvo frente a las vallas metálicas de más de cuatro metros levantadas para proteger Palacio Nacional y otros edificios del primer cuadro.

Un grupo de jóvenes, la mayoría con el rostro cubierto, se lanzó contra la placas de metal y ayudados de cuerdas, martillos, cuñas y otras herramientas tiraron de las láminas hasta que lograron derribar algunas, por lo que policías antimotines comenzaron a lanzar gas con extintores y también granadas con polvo irritante.

Esta es la primera vez desde la toma de protesta de Enrique Peña Nieto, en 2012, que las vallas de 4 metros son derribadas por manifestantes. El saldo oficial fue de 120 heridos entre policías y manifestantes.

Priscila, estudiante de comunicación de 20 años, aseguró que se había convocado a manifestarse pacíficamente y reclamó que los policías detuvieran incluso a quienes no llevaban ningún tipo de arma ni se habían enfrentado durante la movilización.

"Está siendo todo muy injusto. Somos una rebelión, pedimos libertad. Yo creo que, como pueblo, queremos estar fuera del sistema. Vamos poco a poco, un paso a la vez", dijo.

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Templo Mayor / REFORMA

MÁS ALLÁ del duro choque entre los reventadores y policías ocurrido en el Zócalo al final de la marcha en la que se mezclaron la Generación Z y quienes apoyan al Movimiento del Sombrero, también hubo un fuerte choque de narrativas.

PARA el gobierno de la 4T, la movilización fue una profecía que se cumplió a sí misma: un desorden con infiltrados, violencia y vandalismo a la que había que hacer frente con murallas de hierro y concreto.

PARA los organizadores, fue un éxito ciudadano que comenzó con civilidad, protesta pacífica y argumentos... que terminó desvirtuada por infiltrados que provocaron violencia y vandalismo.

AL FINAL, lo ocurrido ayer es una situación en la que nadie salió ganando y todos salieron perdiendo. La policía es criticada en medio de acusaciones de que reprimieron la protesta. La Generación Z y el Movimiento del Sombrero salieron raspados ante la percepción de que en sus filas hay gente violenta.

Y, TANTO el gobierno federal como el gobierno capitalino mostraron una imagen de vulnerabilidad y de ingobernabilidad que pega al interior y exterior de México, pues los videos y fotos de lo ocurrido en el corazón del país le dieron la vuelta al mundo.

LA GRAN pregunta recurrente desde hace años cada vez que una marcha se sale de control es: ¿de quién es la mano que mece la cuna del llamado "Bloque Negro"? Y, para esa, nomás no hay respuesta.

PUNTO y aparte de lo ocurrido en el Zócalo de la CDMX, las marchas simultáneas que se desarrollaron en varios estados con consignas y objetivos similares y en las que todo transcurrió en paz no fueron un asunto menor.

CADA una con sus particularidades y demandas específicas, desde Michoacán, en donde el tema central fue la exigencia de justicia por el asesinato de Carlos Manzo; el Edomex, en donde se pedía la revocación de mandato de la presidenta Claudia Sheinbaum y de la gobernadora Delfina Gómez; hasta Nuevo León, Tamaulipas, Puebla o Yucatán. Todas tuvieron en común su rechazo a la 4T.

LA DUDA es si en Palacio Nacional acusarán recibo o seguirán diciendo que sus opositores son puros "bots".

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Desatan batalla campal

Nota de Jorge Ricardo y Mayumi Suzuki

REFORMA, 16 noviembre 2025

La manifestación contra la violencia acabó con una batalla de casi cuatro horas en el Zócalo con pedradas, cohetones y bombas molotov de un lado, y polvo de extintores, gas pimienta y devolución de pedradas, por el otro.

Jóvenes en su mayoría, algunos encapuchados, pero también adultos con sombrero, lograron derribar el muro de metal de cuatro metros con que habían resguardado todo el frente de Palacio Nacional y la Suprema Corte de Justicia.

Usaron sogas, cuñas y rejas, entre coros del Himno Nacional y canciones de Molotov.

No lograron avanzar más, pues detrás estaban cientos de policías antimotines, rejas de fierro y otra más de tubos metálicos.

"Somos un chingo de gente y tenemos un chingo de enojo viviendo todos estos años. Desde el PRI, desde el PAN, desde Morena, muchísimos años, y no queremos que se siga repitiendo este ciclo de corrupción", dijo un muchacho de Iztapalapa, de 20 años.

La refriega duró de las 12:20 hasta pasadas las 16:00 horas. Con avances y retrocesos de la Policía que finalmente cargó con empujones y detenciones contra cientos de personas que seguían en la plancha.

La Policía de la Ciudad reportó 40 detenidos.

Durante una gira de trabajo en Tabasco, la Presidenta Claudia Sheinbaum reprobó la violencia que se registró en el Zócalo.

"Por eso, hoy, que hubo una manifestación ahí en la Ciudad de México, donde dicen que 'marcharon jóvenes', pero en realidad había muy pocos, y que de manera violenta quitaron unas vallas y rompieron vidrios, decimos: No a la violencia", lanzó la Mandataria.

Con información de Benito Jiménez

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Pasaron de los banderines blancos al descontrol y la ira

La generación Z se vio rebasada por sus mayores

Hermann Bellinghausen

La Jornada, 16 de noviembre de 2025 

Ciudad de México. La gente estaba muy enojada, que ni qué. Pero no deja de extrañar que una marcha de derecha explícita y desafiante, portando imágenes guadalupanas y banderines blancos, diera el impulso y el contexto para atacar –con petardos, cohetones, pedradas y bombas de humo– a la Catedral Metropolitana que, igual que todo en el perímetro de la Plaza de la Constitución, se encontraba resguardada por una alta muralla de hierro, elocuente de por sí.

Lo más llamativo fue que los mismos manifestantes que gritaban “queremos paz” celebraran el violento acoso al templo católico y al Palacio Nacional.

En la plaza todo era insultos. Se dirá que así son las protestas políticas, aunque el tono aquí era bastante personal, manifestando odio visceral a la Presidenta con fantasías de vejación.

“Que la saquen y la encueren” gritaba un hombre junto a su señora. “Allá adentro les tiemblan las chichis”, vociferaba otro caballero, de camisa blanca y sombrero de ranchero (o sea de patrón). Con poca sororidad, unas señoras se burlaban procazmente de la flacura presidencial.

Los sombreros se vendían a 150 pesos en un tendido a media plancha. El comerciante hizo su agosto. Por televisión se insistía que había niños y familias, pero la verdad vi bien pocos menores de edad. Por fortuna. Había mucha hostilidad en el ambiente.

Con llamados a la “unidad” contra el “pinche narcogobierno”, miles de manifestantes, unos de blanco y otros de puro negro (como que no se pusieron de acuerdo en el color), marcharon desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo. El convocante principal sugirió días antes desde su televisora tomar el Palacio Nacional “como en Nepal” (donde fue incendiado el palacio de gobierno). Varios grupos de jóvenes, digamos que unas decenas, le quisieron tomar la palabra dejándose ir contra las vallas en cuanto la plaza se fue llenando de manifestantes.

Se gritaban consignas contra “los partidos”. Algunas cartulinas igualaban al Prian, a Morena y al MC. Como suele suceder en estas marchas, no parecían pertenecer a organizaciones de base. Si le tuerce uno el brazo al sociólogo, se puede destacar un contenido de clase, de media para arriba, que se asume como “el pueblo” que el gobierno “se niega a escuchar”.

Sucesivos grupos bien organizados de encapuchados realizaron ataques a las vallas del Palacio Nacional. Con martillos y marros rompían adoquines para lanzarlos sobre y contra las vallas. Arrancaron pesadas coladeras para lo mismo. Los petardos, algunos muy atronadores, hicieron huir a los asustados, pero la gente en la plaza vitoreaba a cada embate.

La policía, aún oculta detrás de la muralla, comenzó a responder a los petardos con las mismas piedras y con gases. El polvorín que armaron los manifestantes en la esquina sur del Palacio levantó harto humo. Pude ver en una pantalla un noticiero que acusaba “represión y provocación a la generación Z” desde antes que la policía saliera para repeler con escudos y toletes a los atacantes, y eventualmente desalojar la plancha.

A la gente le dio mucho gusto cuando, después de casi una hora de asedio, los muchachos lograron arrancar un par de bloques de hierro. En otro punto engancharon una cadena y se juntaron decenas a jalar, sin éxito. A pocos pasos, los manifestantes pacíficos observaban, retrataban y aplaudían, mientras acusaban de “cobarde” al gobierno “por no salir”.

La generación Z se vio rebasada en número por sus mayores, pero padres, abuelos y tíos les dedicaron la marcha como para darles ánimos. “Opresor”, “asesino” y otros adjetivos eran acompañados en Cinco de Mayo por las nostálgicas baladas de Molotov, bien chido. Se superpusieron banderas nacionales y la calaca con sombrero del anime One Piece en manos de adultos que es poco probable que conozcan la épica historieta de Monkey D. Luffy.

“Claudia es peor que Trump”, juraba a gritos una anciana. Un señor de edad enarbolaba una gran bandera de la Hispanidad, añorando “a Vasconcelos, que sí era humanista” y asegurando que “éstos son peores que el judío Calles, que prohibió la religión”. Una chica al borde de las lágrimas, con más palabras que ideas denunció “la falta de libertad de expresión” ante las cámaras de un canal de televisión comercial. Así de raro todo.

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EDITORIAL

Generación Z: usurpación de identidad: La Jornada

La demografía, consignas y conductas de los asistentes a las marchas convocadas a nombre de la generación Z confirmaron lo que el gobierno federal, académicos y analistas señalaron desde días antes: detrás de las cuentas de redes sociales en las que se emplearon símbolos juveniles para expresar e incitar descontento hacia el proyecto del partido gobernante, se hallan los mismos políticos y empresarios que llevan un sexenio y un año consagrados a la invención y reciclaje de membretes en desesperada búsqueda de alguno que les dé la legitimidad social de la cual carecen. Incluso en la Ciudad de México, única en la que lograron una concurrencia significativa, fue notoria la proporción mayoritaria de participantes que difícilmente podrían ser tomados por veinteañeros, y en otras entidades las escasas decenas de asistentes que acudieron eran, en su casi totalidad, ancianos.

Más allá de evidenciar a un grupúsculo que anhela el poder perdido en 2018 y de lamentar los incidentes de violencia a cargo de la no por habitual menos condenable brigada de provocadores, es necesario analizar las manifestaciones de ayer en un contexto global de auge de la ultraderecha, así como del exitoso uso que esta corriente ha hecho de las herramientas digitales para propagar su mensaje, atraer a los jóvenes e instalar el fascismo como un elemento normal del debate público y las prácticas gubernamentales. En efecto, se ha constatado que las cuentas de redes sociales dedicadas a promover las protestas provienen de Argentina, Colombia y España, donde los partidos y organizaciones de ultraderecha tienen una enorme presencia y, en el primer caso, son patrocinados y protegidos desde el gobierno nacional. También se ha comprobado su vínculo con el golpismo venezolano y con el bolsonarismo brasileño, donde surgió la actual camada de expertos en manipulación mediática a favor del neofascismo. No puede olvidarse que la estrategia de desinformación y siembra de odio diseñada en Brasil y exportada a Argentina ya llevó a la presidencia a Jair Bolsonaro en 2019 y a Javier Milei en 2023, además de lanzar a millones de brasileños al intento de subvertir las elecciones de 2022. Con el regreso de la derecha a Bolivia este mes, uno de los líderes de esa red se ha instalado como asesor presidencial.

Recientemente, el empresario Ricardo Salinas Pliego ha tratado de importar dicho modelo a México a través del español Javier Negre, copropietario de la plataforma de difusión de noticias falsas La Derecha Diario y referente fascista a ambos lados del Atlántico. Personajes como Negre y sus patrocinadores explotan la frustración de las clases trabajadores, y en particular de los jóvenes, con un sistema que los ignora y los relega, desviando la atención desde los verdaderos causantes de los grandes males sociales (los oligarcas a los que veneran) hacia los grupos más vulnerables, en particular mujeres, migrantes y personas racializadas. Hasta ahora, ni éste ni anteriores intentos de meter a la sociedad mexicana en la “guerra cultural” (nombre que estos grupos dan a la defensa del machismo, la homofobia, la xenofobia, el culto a los multimillonarios y la apología de la violencia) han logrado arraigo en México, tanto por la ausencia en nuestro país de las problemáticas económicas que son caldo de cultivo de sus avances, como porque las cuestiones de género y diversidad que forman el centro de su discurso no tienen aquí la centralidad que han adquirido en otras naciones. Un factor adicional de indudable importancia en su fracaso es que aquí los sectores populares perciben la protección de sus derechos por parte de las autoridades con medidas como los incrementos al salario mínimo, las pensiones universales y, para los jóvenes, becas y programas de integración a la vida laboral.

Lo anterior no significa que los jóvenes no tengan dificultades y motivos justos para elevar exigencias al gobierno, sino que quienes usurparon la identidad de la generación Z no los representan ni están en sintonía con sus demandas. Por ello, la mejor manera de evitar que el odio y el capitalismo salvaje se implanten en México consiste en reforzar la atención de las necesidades genuinas de los más desfavorecidos y en apostar por la educación para erradicar ideologías misóginas, racistas y aporofóbicas, inaceptables en una sociedad democrática.

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La Jornada, domingo 16 de noviembre de 2025

Reprueba la Presidenta marcha violenta en CDMX; “muy pocos jóvenes” participaron, subraya

Campeche. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo condenó ayer la violencia que se registró en la capital del país durante la marcha de la llamada generación Z, en la cual, recalcó, “había muy pocos jóvenes”.

“Manifestamos la importancia de garantizar la paz en nuestro país, no estamos de acuerdo con las acciones violentas que se generaron hoy (ayer) en la Ciudad de México, en esta manifestación. Condenamos y reprobamos la violencia”, afirmó.

La única manera de asegurar todos los derechos “es garantizando la paz”, ratificó, luego durante la supervisión de la obra carretera Macuspana-Escárcega.

En Jonuta, Tabasco, durante la entrega de Becas Benito Juárez, la mandataria explicó que de manera pacífica, sin romper un solo vidrio se logró la transformación del país.

Recordó que con el ex presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) marcharon muchas veces y citó el éxodo por la democracia que él realizó de Tabasco a la CDMX, cuando “le hicieron un fraude electoral para que no fuera gobernador” del estado.“Por eso, hoy (ayer), que hubo una manifestación en la Ciudad de México, donde dicen que marcharon jóvenes, pero en realidad había muy pocos, y que de manera violenta quitaron unas vallas y rompieron vidrios, decimos no a la violencia”.

Si uno no está de acuerdo, “hay que manifestarse de manera pacífica, nunca hay que utilizar la violencia para cambiar, siempre por la vía pacífica”, subrayó.

En ese acto, Mario Delgado, secretario de Educación Pública, le dijo: “Presidenta, usted juntó aquí, en Jonuta, más jóvenes que allá en la Ciudad de México los que pretendieron marchar, porque la educación es lo que convoca a esta generación”.

Advirtió que “hay algunos que quieren engañar a las y los jóvenes contratando millones de bots para tratar de utilizarlos para sus fines, para que regresen los privilegios, la corrupción”.

Pero “mientras ellos se gastan millones en bots, nuestra Presidenta distribuye millones de becas para que los jóvenes ejerzan su derecho a estudiar. Mientras aquellos convocan a llenar las calles, pero se quedan con las ganas, nuestra Presidenta convoca a llenar las escuelas.

“Mientras ellos convocan a la violencia, en nuestras escuelas se enseña la cultura de paz y la no violencia.” Delgado afirmó que “ellos le quieren poner nombre a esta generación, pero ésta es la generación de la Beca Rita Cetina, de la Beca Benito Juárez; es la generación de más becarios y más universitarios; es la generación del bachillerato nacional”.

Horas antes, en Palizada, Campeche, la jefa del Ejecutivo aseguró que “cuando un gobierno está cerca del pueblo, nunca se aleja, no hay nada que detenga nuestra patria; estoy segura que este año nos ha ido bien y que el próximo nos va ir todavía mejor”.

Insistió que “cuando un pueblo sabe de su historia y de su fuerza, no hay nada que lo detenga”.

En la entrega de apoyos del programa Mujeres Bienestar, la mandataria recalcó que da continuidad a la transformación iniciada por AMLO. “Cuando llegué al gobierno (en 2024), mandaron gente a escribir a los periódicos diciendo que ‘la presidenta Claudia seguro tiene que romper con López Obrador, porque fue terrible para México’, pensando que me iba a colgar de eso. ¡Cómo, imagínense!, por más que escriban y escriban, nosotros tenemos principios y damos continuidad a la Cuarta Transformación de la vida pública”, destacó la jefa del Ejecutivo.

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La Jornada

Encapuchados desatan violencia en el Zócalo

Las dos movilizaciones convocadas para salir ayer del Ángel de la Independencia reunieron a 17 mil personas , según cifras oficiales. Recorrieron Paseo de la Reforma de manera pacífica y cuando ingresaron a la Plaza de la Constitución se desató el caos provocado por cientos de encapuchados que derribaron algunas de las vallas metálicas que protegían las sedes de los poderes Ejecutivo y Judicial, lo que desató enfrentamientos con fuerzas de seguridad, con un saldo de 100 agentes heridos.

Ciudad de México. El Zócalo capitalino se volvió escenario de un prolongado choque entre un grupo de individuos que apareció casi al final de las marchas de la generación Z y el Movimiento del Sombrero, y cientos de policías capitalinos, quienes por momentos se vieron superados y fueron incapaces de mantener en su sitio las vallas metálicas que resguardaban Palacio Nacional.

Los hechos ocurrieron después de las 15:30 horas, tras más de tres horas de disturbios y cuando los uniformados comenzaron a replegar a los manifestantes para tomar el control de la plancha.

Las movilizaciones llegaron sin contratiempos al Zócalo y cuando los contingentes recién habían ingresado a la plaza, pasado el mediodía, aparecieron individuos con el rostro cubierto y llamaron a derribar las vallas metálicas que resguardaban Palacio Nacional.

Otro grupo de jóvenes atacó la entrada principal de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Incluso, hay un video que circuló en redes sociales donde se observa a una persona tratando de ingresar por la ventana al inmueble.

Durante el desalojo, los uniformados fueron señalados de incurrir en excesos en el uso de la fuerza pública, ya que además de robar celulares cometieron abusos indiscriminados contra las personas que se manifestaban, situación que no se había visto desde hace mucho tiempo.

Los policías corretearon y replegaron a los manifestantes, hasta llevarlos a las calles 5 de Febrero, 20 de Noviembre y Pino Suárez. Por el andador Francisco I. Madero ingresaron más elementos equipados con sus escudos.

En los primeros intentos para quitar las vallas, los policías que se encontraban detrás de ellas intentaron disuadir a los agresores al arrojarles polvo de extinguidor, pero pasados unos minutos, los jóvenes retiraron las placas de tres metros de altura. Para ello usaron esmeriles eléctricos, tijeras cortacadenas y cuerdas.

Así, por primera vez fueron derrumbadas las estructuras, que durante años se han utilizado en las protestas.

El grupo de choque, integrado por decenas de individuos, rebasó en número a los uniformados; por momentos parecía bajar la tensión, y se pudo observar a un policía saludar a algunos de los manifestantes y ondear la bandera mexicana para llamar a la calma.

Pero llegaron refuerzos. En medio del descontrol, se pudo observar a elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana golpeando a personas en el piso con sus escudos, otras siendo arrastradas y algunas más recibieron patadas. Paramédicos atendieron a decenas de heridos.

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La Jornada, domingo 16 de noviembre de 2025

La SSC reporta 40 detenidos y 120 heridos tras la jornada

Nota de Kevin Ruiz,  16 de noviembre de 2025 07:24

Ciudad de México. Al menos 40 personas fueron detenidas por la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) tras la jornada de protestas de ayer, de las cuales, 20 están en el Ministerio Público por robo y agresiones; el resto, fueron consignadas por faltas cívicas, señaló el titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), Pablo Vázquez.

En conferencia de prensa al lado del secretario de Gobierno capitalino, César Cravioto, confirmó la asistencia de 17 mil personas, entre ellas del bloque negro, quienes realizaron agresiones contra elementos de la policía capitalina.

El saldo fue de 100 policías agredidos, 60 de ellos atendidos en el lugar, mientras que 40 fueron trasladados a un nosocomio. Además, se atendió 20 civiles por diferentes lesiones.

Tanto el secretario de Seguridad como el de Gobierno, reconocieron la actuación de los uniformados, quienes únicamente intervinieron cuando comenzaron los hechos violentos.

En el mismo sentido se manifestó la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, quien señaló que, ante los hechos de violencia, la policía capitalina sólo realizó acciones para salvaguardar la integridad de los asistentes a la marcha.

En un mensaje publicado en X, hizo un reconocimiento a los elementos de la corporación que, de “forma valiente se dedicaron a proteger, resguardar y garantizar la libre expresión” de los manifestantes y no caer en las provocaciones de un grupo violento.

Vázquez comentó que durante esta manifestación participaron grupos que no se habían visto antes, por lo que continuarán con las investigaciones correspondientes.

Cravioto refirió que la marcha se desarrolló en calma hasta que un grupo de encapuchados comenzó a realizar agresiones a la altura de Palacio Nacional y la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Señaló que estos actos comenzaron hasta la llegada al Zócalo capitalino por lo que se comprobó que “la convocatoria era para provocar”.

“Reprobamos que la oposición a este proyecto de transformación en lugar de manifestarse de manera pacífica, de plantear las diferencias que tiene con él, lo haga de manera violenta”, enfatizó.

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La Jornada, domingo 16 de noviembre de 2025

 Las marchas fueron el preludio del caos

Fernando Camacho y Jared Laureles, reporteros.

Ciudad de México. Las marchas que ayer se realizaron del Ángel de la Independencia al Zócalo –una de ellas convocada por el Movimiento del Sombrero y otra, supuestamente, por la organización Generación Z México– transcurrieron de forma pacífica, como preludio a la jornada caótica que más tarde se vivió en la Plaza de la Constitución.

Desde horas antes de las 11 de la mañana, varios miles de personas se congregaron en los alrededores del Ángel para participar en las dos caminatas que, aunque se convocaron a la misma hora y con la misma ruta, no se unificaron.

La vanguardia de la movilización la ocuparon los integrantes del Movimiento del Sombrero, colectivo que reivindica la figura del alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, quien fue asesinado el 1º de noviembre. Entre ellos figuró doña Raquel, la abuela de éste, quien se hizo presente en silla de ruedas, mostrando una foto de su nieto.

Detrás de ellos, marcharon los diversos contingentes agrupados bajo la bandera de Generación Z México, cuyo estandarte es la calavera sonriente con los huesos cruzados y un sombrero, inspirada en el anime One Piece.

Aunque muchos de los asistentes a esta última caminata, efectivamente, eran jóvenes nacidos entre 1997 y 2012, también se dieron cita personas de todas las edades, cuyo común denominador era el repudio al gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, sobre todo por lo que consideran sus fallas al enfrentar el problema de la inseguridad.

Los asistentes –muchos de ellos vestidos de blanco y con un perfil similar a los de la llamada marea rosa o las movilizaciones de 2023 en defensa del Instituto Nacional Electoral– corearon consignas como “Fuera Morena”, “narcogobierno” y “Carlos no murió, el gobierno lo mató” (en referencia a Manzo).

A la marcha, convocada en redes sociales, acudieron el ex senador perredista Emilio Álvarez Icaza, quien hoy busca convertir en partido político a la asociación Somos México, y Guadalupe Acosta Naranjo, ex diputado del sol azteca y promotor del Frente Cívico Nacional.

Los asistentes a la movilización también repitieron con insistencia la frase “¡Revocación!”, para aludir a la consulta popular que ya está prevista en la Constitución, para definir si continúa o no el mandato de la jefa del Ejecutivo.

“El gobierno tiene control de todo”

Aunque muchos de los inconformes enarbolaron pancartas donde criticaban lo que consideran una mala estrategia de Sheinbaum para enfrentar a la criminalidad, muchos otros basaron su participación en la caminata en gritar insultos en contra de la mandataria, algunos de ellos de carácter sexista.

Entre los participantes estuvo Liliana Sánchez, del estado de México, quien señaló que acudió para externar su inconformidad porque el “gobierno tiene el control de todo” y no hay “contrapesos”. Morena, consideró, “es otro PRI, pero mil veces peor: tiene a los de otros partidos que se sumaron para seguir robando y continuar en este sistema que toda la vida ha sido corrupto”.

Por su parte, Analí Guerrero, abogada de profesión, argumentó que le preocupa la existencia de un narcoestado en México y el asesinato de personajes como Carlos Manzo, por lo que dijo compartir “la visión de (Nayib) Bukele”, presidente de El Salvador, con respecto a la necesidad de tomar medidas más drásticas contra la delincuencia.

Entre los asistentes también estuvo un hombre que prefirió ser identificado como “el lobo feroz”, quien enarbolaba la llamada “bandera de Gadsden”, utilizada en Estados Unidos por grupos “libertarios” cercanos al presidente Donald Trump.

La caminata terminó sin que hubiera posibilidad de realizar un mitin en el Zócalo, debido a los choques entre algunos manifestantes y la policía capitalina, que se prolongaron por casi cuatro horas.

La nota en versión on line es más explicita…

La Jornada, domingo 16 de noviembre de 2025;

Marcha de Generación Z: personas mayores, políticos de oposición y consignas partidistas

Jared Laureles y Fernando Camacho, reporteros..

Ciudad de México. Con la participación de miles de personas, este sábado se realizaron las marchas de la autodenominada Generación Z, en referencia a las personas nacidas entre 1995 y el 2012; y la "del Sombrero", las cuales partieron del Ángel de la Independencia al Zócalo. Aunque ambas caminatas se desarrollaron de manera pacífica y arribaron a la Plaza de la Constitución, varios manifestantes comenzaron a arremeter contra las vallas metálicas que rodean Palacio Nacional, con la intención de derribarlas, lo que ha generado que los policías lancen gases lacrimógenos y de extintor desde dentro de las barreras.

Aunque se convocaron por separado, las dos manifestaciones compartieron el mismo horario y ruta y tienen demandas similares, el rechazo a Morena y la reivindicación de la figura del asesinado alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo.

La vanguardia de la caminata, que se desarrolló de manera pacífica y ya arribó a la Plaza de la Constitución, la ocupó el movimiento "del Sombrero", vinculada totalmente a Manzo, y atrás se ubicó la movilización qué convocó desde hace varios días la organización conocida como Generación Z.

Entre consignas como "Carlos no murió, el gobierno lo mató" y "Fuera Morena”, los manifestantes avanzaron sobre Paseo de la Reforma, muchos de ellos vestidos de blanco y con sombreros como los que usaba Manzo.

“Carlos Manzo, héroe de México”, “Sombrerazos sí, abrazos no”, y “Revocación de mandato”, son algunas de las principales consignas que lanzan.

Las personas, la mayoría de ellas adultas y algunos jóvenes, ondean banderas de México, algunas en blanco y negro y otras con una calavera sonriente.

Dicha imagen, alusiva al anime 'One Piece', ha sido tomada como estandarte de la organización Generación Z, una de las convocantes a la marcha.

Aunque tienen el mismo horario y ruta, la caminata de la Generación Z no se unificó con la Marcha del Sombrero, cuya reivindicación principal gira en torno de la figura de Carlos Manzo.

Una buena cantidad de manifestantes dirigió su inconformidad hacia la figura de la titular del Ejecutivo, Claudia Sheinbaum. Otro grito constante entre los diversos contingentes es "fuera Morena".

Incluso a la movilización acudieron personajes como el ex senador, Emilio Álvarez Icaza y Guadalupe Acosta Naranjo del extinto PRD. 

La caminata fue resguardada por varias decenas de policías antimotines que avanzan a los costados de la manifestación.

Liliana Sánchez, procedente del Estado de México, señaló que decidió participar en la marcha para externar su inconformidad porque el “Gobierno tiene el control de todo” y no hay “contrapesos”.

Consideró que “había tres poderes, esos tres poderes desaparecieron y no hay forma de que haya un equilibrio”.

Criticó al partido Morena porque ha sumado a sus filas a personajes del PRI y del PAN. 

“Es otro PRI pero mil veces peor, tiene a los de otros partidos que se sumaron a Morena para seguir robando y continuar en este sistema que toda la vida ha sido corrupto”.

Al ingresar a la plancha del Zócalo un grupo de jóvenes con megáfono y encapuchados llamó a no tocar la bandera de la calavera sonriente desplegada en el piso. De lo contrario, amagaron con rodear a la persona que lo haga.

Ya en la plaza principal del país, varios jóvenes lograron trepar a las vallas metálicas que resguardan Palacio Nacional, mientras otros manifestantes golpean las barreras en medio de gritos de "sí se puede". También hubo gritos en repudio a las personas que subieron a las vallas, en medio de consignas como "no me representas" y "fuera encapuchados".

Desde dentro de la valla metálica ya comenzaron a lanzar gas, aparentemente de extinguidores. También se escuchan detonaciones de cohetes.

Varios de los manifestantes con palmadas y puños han comenzado a golpear las vallas metálicas incesantemente. En tanto otro grupo de jóvenes encapuchados lo hace con martillos y cinco jóvenes comenzaron a escalar las vallas de tres metros. Algunos de los manifestantes incluso portan esmeriles, con los cuales buscan romper las uniones entre las vallas, con el objetivo de abrirlas

En respuesta, elementos policiacos al otro lado de las vallas lanzó polvo de extintores para replegar a los manifestantes, ya que comienzan a escucharse la detonación de algunos artefactos que lanzan un grupo de jóvenes vestidos de negro y encapuchados, quienes insisten en golpear las vallas metálicas y romper sus uniones con esmeriles o alicatas, otros asistentes a la marcha los llaman a no caer en "actos de violencia" que a su juicio puedan demeritar la movilización de hoy.

Desde dentro de las vallas, los policías siguen arrojando gas de extintor e incluso pequeños objetos circulares en llamas que emiten mucho humo. También hay gas lacrimógeno.

Cerca de las 12: 45, los manifestantes lograron abrir una rendija en la valla metálica que resguarda el zócalo, lo que a su vez intensificó el lanzamiento de gases por parte de los uniformados.

Todo ello ocurre en medio de consignas e incluso con personas que ponen la canción 'Gimme the power' de Molotov, a través de bocinas. Dentro del ambiente ya caldeado, una persona fue acusada de robar un celular y fue golpeada por varios manifestantes.

Los actos violentos frente a Palacio Nacional se han prolongado ya por cerca de una hora.

De manera intermitente un grupo de personas encapuchadas insiste en golpear las vallas con martillos y otros objetos, además que lanzan artefactos explosivos.

Incluso accionaron una cortadora eléctrica sobre la soldadura para derrumbar las vallas. Del otro lado de las vallas, en al menos tres ocasiones los policías han lanzados gases que han ocasionado irritación en los ojos.

Los contingentes de la Generación Z y la marcha del sombrero, que se han entremezclado, se repliegan por momentos, lejos de las vallas metálicas.

Después de varios intentos, los vestidos de negro lograron derribar una de las vallas de tres metros de altura, pero policías bloquean con sus accesos ese punto para evitar que los manifestantes ingresen. Cinco minutos después, los inconformes retiraron dos placas metálicas más al costado derecho de Palacio Nacional.

Ello intensificó el lanzamiento de gases, piedras y esferas en llamas desde adentro de la valla policiaca.

Tras derribar las tres vallas, decenas de elementos policiacos salieron del interior para formar un segundo muro con sus escudos, ya que los manifestantes estaban a punto de derribar más bloques de metal.

Lo anterior dio lugar a un estira y afloja donde los uniformados amagan contra la gente, lo que hace que los manifestantes se replieguen, pero después se vuelvan a agrupar y a acercar a la zona donde las barreras metálicas ya fueron retiradas a punta de jalones.

Aunque la calma retorna poco a poco al Zócalo y sus inmediaciones, aun hay personas que encaran a los policías para acusarlos de haber cometido abusos y agresiones indiscriminadas contra la gente al disolver la manifestación. Muchas personas en la calle dan su testimonio sobre robos de celulares, golpes y otros abusos cometidos por los uniformados.

Información en proceso...


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