Sostiene que aquí se refugian, recaudan fondos ilegales y realizan propaganda
Usan las FARC al DF de base financiera: DEA
Un reporte de las autoridades estadunidenses revela que la Ciudad de México es refugio seguro de la organización rebelde para sus actos de propaganda y para allegarse de adeptos a su lucha.
Usan las FARC al DF de base financiera: DEA
Un reporte de las autoridades estadunidenses revela que la Ciudad de México es refugio seguro de la organización rebelde para sus actos de propaganda y para allegarse de adeptos a su lucha.
La presencia de miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en México ha sido alertada desde 1999 por el gobierno de Estados Unidos; sin embargo, de 2004 a 2007 se incrementaron los vínculos de esta organización con narcotraficantes y grupos subversivos mexicanos.
Milenio Diario, 11/3/2008;
Milenio Diario, 11/3/2008;
Omar Sánchez de Tagle, reportero
En un reporte elaborado por la Drug Enforcement Administration (DEA) y el Congreso estadunidense, se alerta que en los recientes años los miembros de las FARC han encontrado “en la Ciudad de México una base para sus actividades de recaudación de fondos y un refugio seguro para llevar a cabo actos de propaganda”.
El documento explica cómo es que desde hace varios años los miembros de las FARC no sólo buscan hacer negocios y obtener mayores recursos financieros, sino también cómo hacerse de adeptos a su movimiento.
De hecho, el reporte del Congreso estadunidense explica que, divididos en dos especies de células, los miembros del grupo rebelde tienen contacto con universidades, foros de defensa de derechos humanos, estudiantes, profesores y líderes de grupos subversivos para contar con su apoyo y conformar una amplia red de información y logística de propaganda.
De acuerdo con el informe, México ha servido por varios años como asilo a los refugiados de diversas dictaduras de extrema derecha, lo que ha ocasionado que en los últimos años se observe a nuestro país como un territorio “hospitalario para las organizaciones radicales de la izquierda” y para la incursión de grupos subversivos.
Por ejemplo, dice el reporte, “México también ha servido de anfitrión a lo largo de los años para las conversaciones de paz entre los diversos grupos de la guerrilla de América Latina y sus gobiernos”.
A las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia se les permitió, en 2000, tener una oficina en México, comandada por Marco León Calarca y Olga Marín, quienes durante varios años, detalla el informe estadunidense, lograron tener contacto con estudiantes de la UNAM y de diversos grupos subversivos, esto hasta antes de ser expulsados.
“La oficina de las FARC en la Ciudad de México, que contó con personal colombiano y militantes como Marco León Calarca y Olga Marín, fue aceptada por los gobiernos de México y de Colombia como un punto de contacto útil a los efectos de participar en las conversaciones de paz, lo anterior al menos hasta su expulsión del país”.
La presencia de estos personajes detalla el documento, permitió que las FARC cuenten ahora con presencia en al menos 11 estados del país como Jalisco, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Morelos y la Ciudad de México, entre otros. En estas entidades ha logrado conformar diversas redes de apoyo y de foros de propaganda.
El otro grupo de las FARC destacado en México tiene como misión conseguir mayores recursos para el movimiento y para ello establecen contacto con los cárteles de la droga mexicanos.
El reporte refiere que en un principio, los miembros de las FARC mantenían fuertes vínculos con el cártel de los hermanos Arellano Félix. Sin embargo, el debilitamiento de la organización delictiva provocó que desde 2004 establecieran contacto con la ahora denominada Federación, encabezada por Joaquín El Chapo Guzmán.
Lo que significa que en los últimos cuatro años, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia han sido el enlace entre los cárteles colombianos y el también llamado cártel de Sinaloa.
De acuerdo con la DEA, los grupos intercambian drogas, como cocaína, por armas o dinero que es enviado a Colombia mediante diversos métodos, que incluyen el traslado hormiga, el uso de instituciones financieras e incluso la Internet.
“Las FARC sigue usando el narcotráfico como su principal fuente de financiamiento y para ello cuenta con múltiples niveles del tráfico de drogas, que van desde el cultivo y producción de cocaína hasta el trasiego a través del uso de pistas de aterrizaje clandestinas”, detalla el reporte estadunidense.
Mexicanos en el campamento
MILENIO dio a conocer ayer que de acuerdo con informes del Ministerio de Defensa de Ecuador, al igual que activistas italianos, peruanos, chilenos y belgas, así como periodistas de diversos países, hubo más jóvenes mexicanos que acudieron al campamento de las FARC en Ecuador durante las últimas semanas.
Los nombres de los mexicanos que presuntamente estuvieron en el acantonamiento guerrillero atacado por el ejército de Colombia en la selva ecuatoriana de Sucumbío son: Antonio Pavel Blanco
Cabrera, Mariana López de la Vega, Miguel Ángel González de la Cruz, Luz Gabriel Mejía Leyva, Domenico Covarrubias, Dessire Robledo Torrano, Fernando Gabriel Franco, Vicente Huerta, Araceli Serna Espadas y Paulo Mendoza.
Para las autoridades ecuatorianas, los jóvenes, en su mayoría estudiantes de la UNAM , “eran simpatizantes y no integrantes armados del grupo guerrillero”, ya que sus visitas duraban apenas unas horas. (Quito, Ecuador • Diego Osorno, enviado)
México • Omar Sánchez de Tagle
El documento explica cómo es que desde hace varios años los miembros de las FARC no sólo buscan hacer negocios y obtener mayores recursos financieros, sino también cómo hacerse de adeptos a su movimiento.
De hecho, el reporte del Congreso estadunidense explica que, divididos en dos especies de células, los miembros del grupo rebelde tienen contacto con universidades, foros de defensa de derechos humanos, estudiantes, profesores y líderes de grupos subversivos para contar con su apoyo y conformar una amplia red de información y logística de propaganda.
De acuerdo con el informe, México ha servido por varios años como asilo a los refugiados de diversas dictaduras de extrema derecha, lo que ha ocasionado que en los últimos años se observe a nuestro país como un territorio “hospitalario para las organizaciones radicales de la izquierda” y para la incursión de grupos subversivos.
Por ejemplo, dice el reporte, “México también ha servido de anfitrión a lo largo de los años para las conversaciones de paz entre los diversos grupos de la guerrilla de América Latina y sus gobiernos”.
A las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia se les permitió, en 2000, tener una oficina en México, comandada por Marco León Calarca y Olga Marín, quienes durante varios años, detalla el informe estadunidense, lograron tener contacto con estudiantes de la UNAM y de diversos grupos subversivos, esto hasta antes de ser expulsados.
“La oficina de las FARC en la Ciudad de México, que contó con personal colombiano y militantes como Marco León Calarca y Olga Marín, fue aceptada por los gobiernos de México y de Colombia como un punto de contacto útil a los efectos de participar en las conversaciones de paz, lo anterior al menos hasta su expulsión del país”.
La presencia de estos personajes detalla el documento, permitió que las FARC cuenten ahora con presencia en al menos 11 estados del país como Jalisco, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Morelos y la Ciudad de México, entre otros. En estas entidades ha logrado conformar diversas redes de apoyo y de foros de propaganda.
El otro grupo de las FARC destacado en México tiene como misión conseguir mayores recursos para el movimiento y para ello establecen contacto con los cárteles de la droga mexicanos.
El reporte refiere que en un principio, los miembros de las FARC mantenían fuertes vínculos con el cártel de los hermanos Arellano Félix. Sin embargo, el debilitamiento de la organización delictiva provocó que desde 2004 establecieran contacto con la ahora denominada Federación, encabezada por Joaquín El Chapo Guzmán.
Lo que significa que en los últimos cuatro años, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia han sido el enlace entre los cárteles colombianos y el también llamado cártel de Sinaloa.
De acuerdo con la DEA, los grupos intercambian drogas, como cocaína, por armas o dinero que es enviado a Colombia mediante diversos métodos, que incluyen el traslado hormiga, el uso de instituciones financieras e incluso la Internet.
“Las FARC sigue usando el narcotráfico como su principal fuente de financiamiento y para ello cuenta con múltiples niveles del tráfico de drogas, que van desde el cultivo y producción de cocaína hasta el trasiego a través del uso de pistas de aterrizaje clandestinas”, detalla el reporte estadunidense.
Mexicanos en el campamento
MILENIO dio a conocer ayer que de acuerdo con informes del Ministerio de Defensa de Ecuador, al igual que activistas italianos, peruanos, chilenos y belgas, así como periodistas de diversos países, hubo más jóvenes mexicanos que acudieron al campamento de las FARC en Ecuador durante las últimas semanas.
Los nombres de los mexicanos que presuntamente estuvieron en el acantonamiento guerrillero atacado por el ejército de Colombia en la selva ecuatoriana de Sucumbío son: Antonio Pavel Blanco
Cabrera, Mariana López de la Vega, Miguel Ángel González de la Cruz, Luz Gabriel Mejía Leyva, Domenico Covarrubias, Dessire Robledo Torrano, Fernando Gabriel Franco, Vicente Huerta, Araceli Serna Espadas y Paulo Mendoza.
Para las autoridades ecuatorianas, los jóvenes, en su mayoría estudiantes de la UNAM , “eran simpatizantes y no integrantes armados del grupo guerrillero”, ya que sus visitas duraban apenas unas horas. (Quito, Ecuador • Diego Osorno, enviado)
México • Omar Sánchez de Tagle
reiteraMorett niega ante delegación de OEA militar en las FARCLa entrevista sólo duró unos minutos, también visitaron a otras sobrevivientes. La mexicana afirma que fueron dos los bombardeos contra el campamento.
La visitó el secretario general del organismo, José Miguel Insulza. Foto: Cecilia Puebla/EFE
11-Marzo-08
Lucía Andrea Morett Álvarez negó ser guerrillera de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ante la delegación de la Organización de Estados Americanos (OEA) que la visitó para conocer su versión sobre lo sucedido el pasado 1 de marzo en los límites de Ecuador y Colombia.Morett Álvarez le dijo al secretario general del organismo internacional, José Miguel Insulza, que su presencia en el campamento guerrillero en la frontera ecuatoriana se debía a motivos académicos.De acuerdo con su madre, María de Jesús Álvarez, Lucía le relató a Insulza que en el campamento atacado por el ejército colombiano había varios civiles, además de reiterarle que cuando ocurrieron las hostilidades, la mayoría de los presentes dormían.Una comisión de la OEA concluyó ayer una visita por este país para conocer de fuentes directas lo sucedido el pasado 1 de marzo cuando unidades militares colombianas incursionaron en territorio ecuatoriano para aniquilar un campamento de las FARC en el que se encontraba uno de los dirigentes de esta organización, Raúl Reyes, junto con otras 25 personas más, por lo menos.“Las bombas”La joven estudiante de la UNAM le explicó al representante del organismo internacional que no fue uno —como se maneja hasta el momento— sino dos, los bombardeos aéreos que hubo contra el acantonamiento al que acababan de llegar.El encuentro ocurrido en el segundo piso del hospital militar de esta ciudad duró apenas unos minutos. Además de hablar con Morett, Insulza dialogó con Doris Bohórquez y Martha Pérez, las dos mujeres colombianas que se conoce que sobrevivieron junto con Lucía al ataque que incluyó el uso de bombas de fragmentación.“Como a media noche cayeron bombas. Yo estaba acostada ahí. Sentí un bombazo, caían palos, me tiré al suelo. Me arrastré como pude”, contó la colombiana, quien dijo que hacía labores de cocina para los combatientes. “Yo no me moví de ahí porque me di cuenta que estaba herida, no podía moverme. Nada más me arrastré un poquito hacia un lado”, dijo.El moño negroLa embajada de México en Ecuador se mantiene sin dar información sobre el caso de Lucia Morett. Algunos medios de comunicación ecuatorianos empezaban a cuestionar la inacción de los diplomáticos e incluso criticaron que las instalaciones oficiales no tengan colocado un moño negro, tal y como se acostumbra en las sedes oficiales cuando ocurre un suceso como éste.En ese contexto era como el recién llegado Juan Ignacio Piña, director para América Latina de la Secretaría de Relaciones Exteriores, sostenía ayer una serie de encuentros con autoridades ecuatorianas, como el ministro de Seguridad Interna y Externa, Gustavo Larrea.
Quito, Ecuador • Diego Osorno, enviado
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