16 abr 2008

Juan Sandoval Iñiguez


El IV Cardenal de Guadalajara
Juan Sandoval Iñiguez es desde el 26 de noviembre de 1994, el cuarto cardenal que ha tenido Guadalajara; el primero fue José Garibi Rivera (1958-1970); después fueron nombrados José Salazar López (1970-1987) y Juan Jesús Posadas Ocampo (1987-1993).
El arzobispo nació el 28 de marzo de 1933, en Yahualica, Jalisco; acaba de cumplir 75 años –por lo que de acuerdo a la legislación eclesiástica debe dejar su cargo, pero parece que Benedicto XVo lo dejara en ese lugar otro tiempo más, no hay quien lo sustituya. Tuvo la suerte de estudiar en el Seminario diocesano de Guadalajara y en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, de donde fue ordenado sacerdote el 27 de octubre de 1957. Después – hasta 1961- continuo sus estudios en esa ciudad donde tuvo el grado de doctor en teología.
En 1961 regresa a México, donde se incorpora en la diócesis de Guadalajara –¡no cualquier diócesis, sino una de las más importantes del catolicismo latinoamericano!-; de 1961 a 1971 le toca trabajar de director espiritual del Seminario de Guadalajara (el más grande del mundo por número de seminaristas que tiene); además de prefecto de disciplina; prefecto de la facultad de filosofía y miembro de la facultad. Al tiempo que es director le toca ser – de 1971 a 1980- vicerrector con funciones de rector; el 22 de agosto de 1980 fue nombrado rector, cargo que ocupó hasta 1988.
Formador de cuadros
No existe en el curriculumn de Sandoval el haber estado a cargo de una parroquia, es decir fue un formador de cuadros no un pastor, y creo que le falto serlo; los párrocos son la sangre que mueve a la Iglesia católica. Inmediatamente de rector brinca a obispo coadjutor de la diócesis de Ciudad Juárez el 3 de marzo de 1988; no podía llegare sin el apoyo del representante papal Girolamo Prigione, otrora su ángel guardián.
Como coadjutor estaba destinado a suceder, cuatro años más tarde (1992) prácticamente en el momento en que se reformaba el 130 constitucional a Monseñor Manuel Talamás Camandari. En esa diócesis estuvo dos años, de hecho fue él quien hizo la soliitud como Asociación Religiosa a la Secretaría de Gobernación.
El 21 de abril de 1994 fue promovido a la sede cardenalicia de Guadalajara para suceder al malogrado cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. Conviene señalar que había otros prelados que aspiraban al cargo como los entonces obispos auxiliares José Guadalupe Martín Rábago (Oispo d León, y Expresidente de la CEM en el el periódo de Fox)
y Ramón Godínez Flores, entonces secretario General de la CEM (fue obispo de Aguascalientes y falleció hace poco).
Como era de esperarse, meses después en el consistorio de octubre de 1994 fue nombrado cuarto cardenal presbítero, por lo que recibió la birreta roja y el título de Nostra Signora di Guadalupe e S. Filippo Martire in Via Aurelia, el 26 de noviembre de 1994.
México, tiene tres sedes arzobispales, a saber: la Ciudad de México, Monterrerey y Guadalajara; lo que significa, que llegue quien llegue a ocupar el cargo esta destinado a ser cardenal. Pero Guadalajara es especial. Es para muchos considerada la capital del catolicismo mexicano; prueba de ello es que de ahí surge el primer cardenal mexicano: José Garibi Rivera. Además en su suelo se asienta el seminario con mayor número de seminaristas del mundo católico, es decir, es un semillero de sacerdotes para todo el país, Centro y Sudamérica; del seminario Mayor han egresado poco más de 25 obispos; y 15 mártires del catolicismo.
Fue creada como diócesis en 1543 y elevada a rango de arquidiócesis en 1862: Según el anuario pontificio actualmente la diócesis esta compuesta por 279 parroquias y 900 iglesias, participan alrededor de 800 sacerdotes seculares y 150 religiosos; 510 congregaciones religiosas masculinas y 2527 femeninas; además 298 institutos de educación; 250 institutos de beneficencia; y cuenta con una población de 4 millones y medio de fieles.
Guadalajara tiene diócesis sufragáneas, es decir, que de alguna manera dependen administrativamente del arzobispado – aunque en la realidad eso no sucede: como son Zacatecas, Aguascalientes, Autlán, Ciudad Guzmán; San Juan de los Lagos, Nayarit, Colima y El Nayar.
La muerte de Posadas Ocampo le cambio la vida a Sandoval Iñiguez. Como obispo de Ciudad Juárez era uno más de las decenas de prelados mexicanos que conforman la CEM; de hecho no tuvo ningún papel importante en las reformas de 1991-1992 que hicieron posible el reconocimiento jurídico y las relaciones con la Santa Sede.
Conviene señalar que aunque tuvo el apoyo de Prigione, la llegada a Guadalajara fue posible gracias al respaldo del cardenal Ernesto Corripio Ahumada, entonces líder del Iglesia católica mexicana. Hace años pregunte a una gente cercana a Corripio y me desmintió lo anterior, sin embargo, en 1994 la revista 30 Giorni, publicó la versión nunca fue desmentida.
Recuerdo que la noticia de su nombramiento fue adelantada por Prigione incluso por encima del órgano oficial Observatore romano; quien señaló entonces: Sandoval “es un hombre de carácter, hombre fiel a la Santa Sede, hombre fiel al magisterio, hombre de Iglesia, no político ni politiquero”…., además “ayudará muchísimo para aclarar la verdad en el asesinato del Cardenal Posadas, pues la ciudad, que ha estado muy golpeada, recobrará la serenidad.”
En un comunicado, el entonces primado de México, Ernesto Corripio, felicitaba a la arquidiócesis de Guadalajara por el nombramiento del nuevo Arzobispo, dijo entonces: “la Iglesia es una gran familia espiritual, y todo nombramiento es signo de vitalidad y avance. La pena del fallecimiento del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo todavía está presente en la atmósfera tapatía, más por no haberse aclarado totalmente”.
Puntualizó como para acallar las voces de su influencia en el nombramiento: “se habla mucho de que los nombramientos dependen de las presiones políticas o de los intereses de algunos grupos. Conviene tener en cuenta cómo el Papa está preocupado por valores y metas que no concuerdan con los del mundo económico y administrativo. En la Iglesia católica no valen las presiones políticas ni de grupos eclesiásticos para designar a los obispos, arzobispos o cardenales”.
Juan Sandoval Iñiguez declaró, entonces ya como arzobispo electo que daría prioridad a la reconciliación en la arquidiócesis tapatía, al tiempo que señaló que como pastor de esa zona pedirá “tratar el caso Posadas con serenidad para no renunciar al derecho de la justicia, pero dejando atrás tristezas y rencores”. Afirmó entonces que el principal problema de nuestra patria es “una crisis alarmante de verdad, nadie cree en nadie, se desconfía de todo y de todos”. Subrayó que no sólo falla la confianza en instituciones gubernamentales y civiles que antes tenían gran credibilidad entre el pueblo de México, sino que la misma Iglesia católica es “víctima de ataques que pretenden desacreditarla y remitirla nuevamente a las cuatro paredes de una sacristía”.
Aseveró como adelantándose a las elecciones del aquel tiempo que la Iglesia no hace política partidista ni induce al voto de los mexicanos, ya que su papel frente a las elecciones federales es invitar a la población a acudir a las urnas para vencer el abstencionismo. Señaló, empero, que el clero no puede mantenerse ajeno a los problemas económicos, políticos y sociales que repercuten en la vida nacional, y –aclaró- que en ningún momento pretende intervenir en asuntos que competen sólo al Estado.
El polémico obispo Genaro Alamilla Arteaga, comentó entonces que Sandoval era “hombre fuerte, de carácter, que no se anda con medias tintas”.
En efecto, Juan Sandoval Iñiguez ha sido un ave de tempestades, pero no desde siempre, sino que desde que llegó a a la arquidiócesis de Guadalajara; allí cambio radicalmente su discurso. Por ejemplo, sus declaraciones a los medios en Ciudad Juárez eran pocas y mesuradas, Pero desde que tomo el palio arzobispal en mayo de 1994 su principal tarea fue llevar a Posadas Ocampo a los altares, aunque para ello tuviera que pelearse con quien fuera.
A casi 15 de la muerte de Posadas y a 14 de Sandoval como arzobispo no ha cejado en su propósito, antes al contrario, se ha magnificado el asunto. Su proceder deja mucho que desear para un hombre de Iglesia “ no político ni politiquero” como dijo Prigione. Por ejemplo, cuando fue intervenido quirúrgicamente, el 5 de junio de 1999 la causa de la operación habría sido una trombosis intestinal, que debió ser atendida con urgencia; empero, ¡dejo correr la versión que había sufrido un atentado!
En otra ocasión, cuando fue invitado a una cena por personalidades de la política, comentó que al beber un vaso de tequila se sintió mal; dejando también entrever que se le había intentado envenenar.
Su propósito hoy es llevar a los altares a Mons. Posadas Ocampo y de paso colocarse, si se puede en la lista de papables.
El llevar a Posadas a los altares el lícito, pero no es ético especular y hacer inventos fantasiosos y no en pruebas que puedan tener validez jurídica.
En casi 15 años el tema ha generado muchos textos; uno de los más serios es de Jorge Carpizo y Julián Andrade Jardí: Asesinato de un cardenal; ganancia de pescadores.
La víspera del décimo aniversario, el asunto tomó otro carril. Las acusaciones fueron subiendo de tono; Juan Sandoval Iñiguez acusó a Carpizo de haber dirigido el operativo en el cual se dio muerte al cardenal Posadas: "Lo que se puede decir de él, y es cierto, es que tuvo parte en el asesinato del cardenal Posadas y por eso salta a la palestra cada que se ofrece. Quiere impedir que se aclaren las cosas, porque él es de los que manejaron el operativo para matar al cardenal.”. Por su parte el exsuprocurador acusó a Sandoval de estar involucrado en el narcotráfico y vinculado a negocios ilícitos.
Obviamente ello generó todo un debate mediático, que, todavía hoy, se torna interminable.
La CEM como era de esperarse cerró filas entonces en torno a Sandoval Iñiguez. Ello tiene lógica ya que cualquier ataque desde el exterior a la “Iglesia”, los prelados tienden a apoyarse mutuamente – muchas veces aunque no estén de acuerdo.
En torno a aquel debate salió a la luz una compilación de textos del obispo Luis Reynoso, ”Magisterio y legado del Obispo Jurista. Documentos destacados y selectos”, compilados por su sobrino, Francisco Reynoso Galván. En el hay documentos contundentes que echan abajo la hipótesis del complot.
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Comparto esta nota escrita el lunes 19 de mayo del 2003, la víspera del X aniverario del asesinato del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.
Este lunes los medios empiezan a tomar posición sobre el caso el enfrentamiento Carpizo-Grupo Jalisco.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), cierra filas en torno a Sandoval Iñiguez; ello tiene lógica. Cualquier ataque desde el exterior a la “Iglesia” tienden a apoyarse mutuamente – muchas veces aunque no estén de acuerdo-, así lo hicieron incluso con Dos Samuel Ruiz en 1994.
El primero que salió en defensa de Sandoval fue el primado de México Norberto Rivera, quien respondió a las siguientes preguntas de los reporteros.
–¿Sobre la versión de Jorge Carpizo quien acusa al cardenal Juan Sandoval de estar fabricando cosas con narcotraficantes?
–Yo no sé a que versión se refiera. La primera que se presentó públicamente a través de un Nintento, era de fuego cruzado en donde ahí pareció el cardenal junto con otras personas y después cuando se comprobó que había sido asesinado a una distancia de 60 centímetros, pues se cayó sola sin que nadie lo defendiera. Entonces ahora cualquier otra hipótesis tiene que ser probada no solamente anunciada.
¿Carpizo acusó a Sandoval de sobornar a narcos?
–No tengo noticia de eso, no basta con hacer acusaciones. Yo continuamente veo que se hacen acusaciones de todo clase y al mes o a los meses caen.
-¿Exhorta a Carpizo a que pruebe lo dicho?
–Yo no exhorto a nadie, anuncio ese axioma que debe ser del dominio público que todo aquél que acuse a alguien tiene que probarlo.
Sobre las presiones que ejerció el ex nuncio Prigione al arzobispo de Guadalajara para no continuar con la demanda del esclarecimiento del homicidio, Rivera indicó desconocerlas, pero agregó “no conozco que haya habido diferencias, pero puede ser que si existieran”. La justicia, dijo, no es una problemática pendiente de la actual administración foxista, ésta, agregó tiene que ser de todo aquél que está en el gobierno.
Por su parte, el presidente de CEM, Luis Morales Reyes, rechazó cualquier vínculo del clérigo con el narco y dijo que esas opiniones “se sueltan para lastimar la posición que él siempre ha tenido en busca de la verdad”. Se le pregunto si considera recomendable citar al ex presidente Carlos Salinas para que declare sobre el caso Posadas, respondió que “si la procuraduría investiga con limpieza, con honestidad, con perseverancia, la procuraduría tiene sus normas, sus leyes y procedimientos y tiene que citar a declarar a quien sea necesario para llegar a la verdad”.
El arzobispo de Yucatán, Emilio Berlié Belaunzarán, también rechazó las presuntas alianzas de la Iglesia católica con el narcotráfico y calificó como “desafortunadas” las afirmaciones de Jorge Carpizo. En tono molesto, Berlié indicó que se puede responder un cuestionamiento como el del presunto involucramiento de la Iglesia católica con el narco, pero cuando éste es reiterativo, entonces “es una falta de respeto”. Exigió al presidente Vicente Fox que expida una resolución del caso del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, a fin de acabar con la incertidumbre sobre el tema.
Por su parte, el arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda, retó a Carpizo, a que presente ante los tribunales correspondientes, las pruebas que afirma tener para acusar ante los medios de comunicación que la Iglesia católica mexicana está involucrada con el narcotráfico. Dijo que la su actuación: “me parece que es una reacción falta de ecuanimidad, como que es querer simplemente atacar. No veo qué argumentos tenga. Vamos a esperar a que haga su denuncia formal, porque a mi me parece algo puramente emocional”.
Mientras tanto, el obispo Felipe Arizmendi Esquivel dijo que "los indicios" acerca de los responsables del crimen "se inclinan hacia autoridades de muy alto nivel", incluido el ex presidente Carlos Salinas de Gortari.
En rueda de prensa pidió a Fox "más voluntad política para destrabar las averiguaciones previas en torno al caso", pues ya pasaron dos años y medio de su gobierno -y diez del hecho- y "no sabemos la verdad". El obispo Arizmendi, aseguró que la PGR "ha puesto muchas trabas en la investigación y a las personas que trabajan en el caso las intimidan y acusan de cosas totalmente fantasiosas".(¡un espadarazo abiertamente al Grupo Jalisco!)
Manifestó que "al principio muchos pensábamos que el asesinato había sido algo circunstancial, pero cada día han aparecido más indicios de que fue algo totalmente premeditado. Por ejemplo: cómo es posible que antes de que sucediera el crimen ya se había enviado investigadores a Guadalajara para indagar un crimen que aún no se había cometido".
Reiteró que "hay indicios que hacen pensar en altas autoridades del país que hayan tenido que ver, pero es lo que queremos que se esclarezca, no queremos hacer una acusación fortuita, pero hay indicios que nos inclinan a pensar que hubo personas de muy alto nivel que tuvieron que ver".
-¿Podría pensarse, por ejemplo, que el asesinato fue ordenado desde Gobernación?
-Pues quizá más alto, hay preocupaciones muy serias de otros niveles todavía.
-¿Podría entonces pensarse incluso que fue Carlos Salinas de Gortari quien planeó el asesinato?
-No se excluye ninguna de las posibilidades, ninguna. Lo que pedimos es que se averigüe hasta dónde pudo haberse llegado esa alta responsabilidad, dijo.
Por su parte Juan Sandoval Iñiguez acusó a Carpizo de haber dirigido el operativo en el cual se dio muerte al cardenal Juan Jesús Posadas: "Lo que se puede decir de él, y es cierto, es que tuvo parte en el asesinato del cardenal Posadas y por eso salta a la palestra cada que se ofrece. Quiere impedir que se aclaren las cosas, porque él es de los que manejaron el operativo para matar al cardenal."
En entrevista difundida en el noticiero de Televisa, Sandoval respondió a las acusaciones de Carpizo; sus declaraciones –añadió-, tienen la finalidad de distraer la atención pública, y aseguró que analiza con sus abogados la posibilidad de demandar por difamación al ex funcionario. También lamentó que "la justicia en México desgraciadamente esté supeditada a la política. Está en manos de instituciones y de gente muy corrompidas". Resaltó que "el Estado apuesta al olvido, pero la Iglesia no se cansará de exigir justicia".
Anunció que analizará con abogados la posibilidad de demandar por difamación a Jorge Carpizo. Se refirió además así de quien fuera funcionario del gobierno salinista: “lo peor que se puede decir de él, y es cierto, que tuvo parte en el asesinato del cardenal Posadas y por eso salta a la palestra cada que se ofrece. Quiere impedir que se aclaren las cosas porque él es de los que organizaron el operativo para matar al cardenal Posadas”.
Consideró que las declaraciones del ex procurador constituyen una cortina de humo: “parece que está loco, pero no está tanto, lleva esa intención de distraer la atención de la gente”.
Por su parte el diputado del PAN Fernando Guzmán Pérez Peláez del grupo Jalisco, reveló hoy que personal de la PGR fue enviado a Guadalajara en aviones militares minutos antes del asesinato del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, el 24 de mayo de 1993.
Señaló: "Jorge Carpizo debe aclarar por qué autorizó estos vuelos, con qué objetivos y no andar, otra vez, tratando de desviar la atención de los avances en el caso", dijo en entrevista. Detalló que a bordo de aviones militares viajaron, entre otros, el entonces Subprocurador Antonio García Torres; el delegado de la PGR en Jalisco, Gastón Galindo y el director operativo de la Policía Judicial Federal, Jorge Núñez Mora.
"El avión con matrícula XC-PGR, tripulado por los pilotos Joaquín Cetina Acuña y José Joel Marrufo Méndez, hizo dos vuelos México-Guadalajara, antes del asesinato", detalló.
El diputado reveló además otro vuelo que partió de la Ciudad de México a las 15:30 horas a bordo del cual iba Alejandro Arenas Gallardo, quien fuera el primer fiscal federal del Caso Posadas y que aterrizó a las 17:00 horas en Guadalajara. "Cómo es posible que el primer fiscal viajara, incluso llevando consigo fotografías del "Chapo Guzmán", a un lugar en donde aún no se cometía el crimen?", cuestionó el legislador local.
Hay dos notas de hoy que no tiene desperdicio, a saber: el reportaje de Abel Barajas de hoy en Reforma: Tira Obispo Reynoso hipótesis del complot y la columna de Carlos Marín: Asesinos y compinches en un “crimen de estado”
Abel da un adelanto del libro: "Magisterio y legado del Obispo Jurista. Documentos destacados y selectos".
El libro será presentado este miércoles por la tarde en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y está anunciada la participación del ex procurador Jorge Carpizo, de Ignacio Burgoa, de Raúl Carrancá y del sobrino del extinto prelado, Francisco Reynoso Galván.
Las reacciones continúan: el vaticano ha guardado prudente silencio.
Lo que es cierto es que Juan Pablo II difícilmente realizará una sexta visita a México (¡y menos a Guadalajara!).

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