Documentan informantes ‘nóminas’ de los cártelesNota de Francisco Gómez
El Universal Sábado 22 de noviembre de 2008;
No sólo los Beltrán Leyva pagaban una nómina a los principales funcionarios de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO). La mayoría de cárteles del país tenían en esta oficina antimafía a asalariados que les entregaban información sobre investigaciones en su contra.
Según un testigo protegido de nombre clave David en la SIEDO los mayores cárteles del país tienen su propia nómina. “Si la investigación era ordenada contra alguno de los cárteles de las drogas como lo son el de Sinaloa, Tijuana, Golfo, Milenio, Juárez, La Federación, Díaz Parada, La Familia... las investigaciones eran asignadas a diferentes agentes que recibían una mensualidad por dichas organizaciones para que éstas supieran y tomaran las medidas preventivas...”, relata David.
Asegura que quien designaba a los agentes que negociaban con los cárteles era el coordinación general de la SIEDO, Miguel Colorado González, preso en el penal de Puente Grande.
Hasta ahora, las investigaciones han logrado conocer los montos que el cártel de Sinaloa y la banda de los Beltrán pagaban a altos funcionarios de la SIEDO.
En esta lista de raya mensual, el ex zar antidrogas Noé Ramírez Mandujano ocupaba el nivel más alto, con 450 mil dólares al mes; los directores de Operaciones e Inteligencia de la SIEDO percibían entre 150 mil y 120 mil dólares al mes que repartían entres sus colaboradores más cercanos.
Esta lista de sueldos también alcanzó a la Secretaría de Seguridad Pública federal (SSP) donde el actual director de la Interpol, Ricardo Gutiérrez Vargas, recibía los sobornos en sus propias oficinas de la Torre Pedregal. Su antecesor Rodolfo de la Guardia cobraba al cártel por poner personal de la Agencia Federal de Investigaciones a las órdenes de los patrones del narcotráfico.
La existencia de estas nóminas ha sido documentada con declaraciones de testigos protegidos que trabajaban para la banda e incluso a partir de confesiones de algunos de los propios funcionarios arrestados, contenidas dentro de la Operación Limpieza.
‘La famosa nómina Siedo’
Fue bautizada por El Grande, un jefe de sicarios de los hermanos Beltrán Leyva como La famosa nómina Siedo. La función de los asalariados era adelantar las fechas, horas y lugares de los operativos civiles y militares contra la organización, así como neutralizar las investigaciones contra el cártel.
Ayer, el titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Eduardo Medina Mora, declaró que un ex miembro del cártel, ahora convertido en testigo protegido de esta dependencia, reveló que el sueldo mensual entregado en persona por operadores del cártel del Pacífico a Noé Ramírez Mandujano, ex subprocurador de la SIEDO, era de 450 mil dólares por mes.
Otro testigo protegido de nombre Jennifer, un operador de los Beltrán, aseguró que el cártel daba 150 mil dólares mensuales a Fernando Rivera, un ex militar de élite que se desempeñaba como director de Inteligencia de la SIEDO, unidad a cargo de coordinar operativos antidrogas entre la PGR y la Secretaría de la Defensa.
En su declaración ante la PGR, Fernando Rivera aceptó que el cártel le entregó varios pagos mensuales de entre 150 mil y 120 mil dólares que eran repartidos con un par de comandantes de la AFI que conformaban su equipo de trabajo y José Antonio Cueto, un ex funcionario de la procuraduría, ahora prófugo.
La ‘nómina’ Interpol
Más barata que la nómina de la SIEDO era la nómina Interpol. El testigo protegido con nombre clave Felipe, un ex agente federal, asegura que el cártel le pagó 15 mil dólares por mirar hacía otro lado cuando se lo pedían.
Más adelante, la banda logró infiltrarlo en la embajada de Estados Unidos, en ese tiempo entregó por un sueldo mensual de 30 mil dólares, información de la agencia antidrogas estadounidense (DEA) y del Servicio de Marshals.
Antes, cuando Felipe trabajaba para la Interpol, asegura que entregó personalmente a Ricardo Gutiérrez Vargas, actual director de la Interpol México —quien se encuentra arraigado— dinero proveniente de personas relacionadas con el cártel de Sinaloa.
“(José Antonio) Cueto —el ex funcionario de la PGR e intermediario entre el cártel y los funcionarios en activo— me pidió que le entregara 2 mil dólares a Ricardo Gutiérrez Vargas, lo que realicé directamente en su oficina ubicada en la Torre Pedregal”, explicó Felipe.
El testigo protegido afirmó que en otra ocasión entregó a Gutiérrez un sobre cerrado con dinero que también provenía del cártel.
Según un testigo protegido de nombre clave David en la SIEDO los mayores cárteles del país tienen su propia nómina. “Si la investigación era ordenada contra alguno de los cárteles de las drogas como lo son el de Sinaloa, Tijuana, Golfo, Milenio, Juárez, La Federación, Díaz Parada, La Familia... las investigaciones eran asignadas a diferentes agentes que recibían una mensualidad por dichas organizaciones para que éstas supieran y tomaran las medidas preventivas...”, relata David.
Asegura que quien designaba a los agentes que negociaban con los cárteles era el coordinación general de la SIEDO, Miguel Colorado González, preso en el penal de Puente Grande.
Hasta ahora, las investigaciones han logrado conocer los montos que el cártel de Sinaloa y la banda de los Beltrán pagaban a altos funcionarios de la SIEDO.
En esta lista de raya mensual, el ex zar antidrogas Noé Ramírez Mandujano ocupaba el nivel más alto, con 450 mil dólares al mes; los directores de Operaciones e Inteligencia de la SIEDO percibían entre 150 mil y 120 mil dólares al mes que repartían entres sus colaboradores más cercanos.
Esta lista de sueldos también alcanzó a la Secretaría de Seguridad Pública federal (SSP) donde el actual director de la Interpol, Ricardo Gutiérrez Vargas, recibía los sobornos en sus propias oficinas de la Torre Pedregal. Su antecesor Rodolfo de la Guardia cobraba al cártel por poner personal de la Agencia Federal de Investigaciones a las órdenes de los patrones del narcotráfico.
La existencia de estas nóminas ha sido documentada con declaraciones de testigos protegidos que trabajaban para la banda e incluso a partir de confesiones de algunos de los propios funcionarios arrestados, contenidas dentro de la Operación Limpieza.
‘La famosa nómina Siedo’
Fue bautizada por El Grande, un jefe de sicarios de los hermanos Beltrán Leyva como La famosa nómina Siedo. La función de los asalariados era adelantar las fechas, horas y lugares de los operativos civiles y militares contra la organización, así como neutralizar las investigaciones contra el cártel.
Ayer, el titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Eduardo Medina Mora, declaró que un ex miembro del cártel, ahora convertido en testigo protegido de esta dependencia, reveló que el sueldo mensual entregado en persona por operadores del cártel del Pacífico a Noé Ramírez Mandujano, ex subprocurador de la SIEDO, era de 450 mil dólares por mes.
Otro testigo protegido de nombre Jennifer, un operador de los Beltrán, aseguró que el cártel daba 150 mil dólares mensuales a Fernando Rivera, un ex militar de élite que se desempeñaba como director de Inteligencia de la SIEDO, unidad a cargo de coordinar operativos antidrogas entre la PGR y la Secretaría de la Defensa.
En su declaración ante la PGR, Fernando Rivera aceptó que el cártel le entregó varios pagos mensuales de entre 150 mil y 120 mil dólares que eran repartidos con un par de comandantes de la AFI que conformaban su equipo de trabajo y José Antonio Cueto, un ex funcionario de la procuraduría, ahora prófugo.
La ‘nómina’ Interpol
Más barata que la nómina de la SIEDO era la nómina Interpol. El testigo protegido con nombre clave Felipe, un ex agente federal, asegura que el cártel le pagó 15 mil dólares por mirar hacía otro lado cuando se lo pedían.
Más adelante, la banda logró infiltrarlo en la embajada de Estados Unidos, en ese tiempo entregó por un sueldo mensual de 30 mil dólares, información de la agencia antidrogas estadounidense (DEA) y del Servicio de Marshals.
Antes, cuando Felipe trabajaba para la Interpol, asegura que entregó personalmente a Ricardo Gutiérrez Vargas, actual director de la Interpol México —quien se encuentra arraigado— dinero proveniente de personas relacionadas con el cártel de Sinaloa.
“(José Antonio) Cueto —el ex funcionario de la PGR e intermediario entre el cártel y los funcionarios en activo— me pidió que le entregara 2 mil dólares a Ricardo Gutiérrez Vargas, lo que realicé directamente en su oficina ubicada en la Torre Pedregal”, explicó Felipe.
El testigo protegido afirmó que en otra ocasión entregó a Gutiérrez un sobre cerrado con dinero que también provenía del cártel.
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