El pasado miércoles 24 de diciembre dejo de existir el profesor Samuel P. Huntington, célebre por acuñar el concepto del choque de civilizaciones.
Huntington, tenía 81 años de edad; nacio en Nueva York en 1927 y en 2007 se retiro de la enseñanza tras 58 años de ejercicio docente en la Universidad de Harvard.
Participó en varios libros como autor o editor, y escribió más de 90 artículos; ahí dejó su visión sobre temas como la democratición, el gobierno estadounidense, la política militar o las relaciones entre los poderes civiles y militares. Sin embargo, seguramente se recordará por su obra El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial (Paidós), publicada por primera vez en EE UU el año 1996, legó el polémico concepto del choque de civilizaciones.
La idea, avanzada por el propio autor tres años antes de la publicación del libro en un artículo de la revista Foreign Affairs, consiste en señalar que el mundo está poblado por unas pocas civilizaciones -occidental, latinoamericana, ortodoxa, africana, musulmana, sínica, budista y japonesa- que se corresponden a grandes rasgos con las principales religiones, y que se pelean entre sí.
Con ese concepto, Huntington pretendía explicar los cambios sucedidos en el mundo tras la caída del muro de Berlín en 1989, que suponía también, siguiendo al autor, el final de un época marcada por los enfrentamientos ideológicos entre bloques.
La idea, avanzada por el propio autor tres años antes de la publicación del libro en un artículo de la revista Foreign Affairs, consiste en señalar que el mundo está poblado por unas pocas civilizaciones -occidental, latinoamericana, ortodoxa, africana, musulmana, sínica, budista y japonesa- que se corresponden a grandes rasgos con las principales religiones, y que se pelean entre sí.
Con ese concepto, Huntington pretendía explicar los cambios sucedidos en el mundo tras la caída del muro de Berlín en 1989, que suponía también, siguiendo al autor, el final de un época marcada por los enfrentamientos ideológicos entre bloques.
En 2001 a propósito de los ataques a las Torres gemelas Michael Steinberger le pregunta en una entrevista publicada en The New York Times:
·¿Es éste el choque de civilizaciones sobre el cual usted viene advirtiendo desde hace casi diez años?
—Es obvio que Osama bin Laden quiere que sea un choque de civilizaciones entre el islam y Occidente. La primera prioridad de nuestro gobierno es intentar impedir que esto ocurra. Pero existe un peligro real de que avance en esa dirección. La administración actuó como corresponde al intentar reunir apoyo entre los gobiernos musulmanes. Pero existen grandes presiones en Estados Unidos para atacar a otros grupos y estados terroristas que apoyen a grupos terroristas. En mi opinión, eso podría derivar en un choque de civilizaciones.
·¿Lo sorprendió que los terroristas fueran personas educadas de clase media?
—No. La gente que participa en movimientos fundamentalistas, ya sean islámicos o no, suele tener estudios avanzados. La mayoría no se vuelven terroristas, por supuesto. Pero son personas jóvenes, inteligentes y ambiciosas que aspiran a utilizar su educación en una economía moderna y desarrollada y se sienten frustrados frente a la falta de empleos y de oportunidades. Están presionados tanto por las fuerzas de la globalización como por lo que ellos consideran un imperialismo occidental y una dominación cultural. Se sienten atraídos por la cultura occidental, obviamente, pero también rechazados por ella.
-La crítica más frecuente que le hacen es que retrata a civilizaciones enteras como bloques unificados.
—Es absolutamente falso. La principal sección sobre el islam en mi libro se llama "Conciencia sin cohesión". Allí hablo sobre todas las divisiones en el mundo islámico, sobre la lucha de musulmanes contra musulmanes. Aun en la crisis actual siguen estando divididos. Hay mil millones de personas, con todas sus subculturas, sus tribus. El islam está menos unificado que cualquier otra civilización. El problema con el islam es el mismo que Henry Kissinger expresó hace 30 años con respecto a Europa: "Si quiero llamar a Europa, ¿qué número tengo que marcar?" Si quiero llamar al islam, ¿qué número tengo que marcar? El islam puede plantear problemas porque es menos cohesivo. Si hubiera un poder dominante en el mundo islámico, uno podría tratar con él. Pero lo que vemos hoy es cómo los diferentes grupos islámicos compiten entre sí.
—Es obvio que Osama bin Laden quiere que sea un choque de civilizaciones entre el islam y Occidente. La primera prioridad de nuestro gobierno es intentar impedir que esto ocurra. Pero existe un peligro real de que avance en esa dirección. La administración actuó como corresponde al intentar reunir apoyo entre los gobiernos musulmanes. Pero existen grandes presiones en Estados Unidos para atacar a otros grupos y estados terroristas que apoyen a grupos terroristas. En mi opinión, eso podría derivar en un choque de civilizaciones.
·¿Lo sorprendió que los terroristas fueran personas educadas de clase media?
—No. La gente que participa en movimientos fundamentalistas, ya sean islámicos o no, suele tener estudios avanzados. La mayoría no se vuelven terroristas, por supuesto. Pero son personas jóvenes, inteligentes y ambiciosas que aspiran a utilizar su educación en una economía moderna y desarrollada y se sienten frustrados frente a la falta de empleos y de oportunidades. Están presionados tanto por las fuerzas de la globalización como por lo que ellos consideran un imperialismo occidental y una dominación cultural. Se sienten atraídos por la cultura occidental, obviamente, pero también rechazados por ella.
-La crítica más frecuente que le hacen es que retrata a civilizaciones enteras como bloques unificados.
—Es absolutamente falso. La principal sección sobre el islam en mi libro se llama "Conciencia sin cohesión". Allí hablo sobre todas las divisiones en el mundo islámico, sobre la lucha de musulmanes contra musulmanes. Aun en la crisis actual siguen estando divididos. Hay mil millones de personas, con todas sus subculturas, sus tribus. El islam está menos unificado que cualquier otra civilización. El problema con el islam es el mismo que Henry Kissinger expresó hace 30 años con respecto a Europa: "Si quiero llamar a Europa, ¿qué número tengo que marcar?" Si quiero llamar al islam, ¿qué número tengo que marcar? El islam puede plantear problemas porque es menos cohesivo. Si hubiera un poder dominante en el mundo islámico, uno podría tratar con él. Pero lo que vemos hoy es cómo los diferentes grupos islámicos compiten entre sí.
Descanse en paz.
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