27 oct 2010

México-Colombia

Conferencia de prensa conjunta:

Sesión de preguntas y respuestas de los Presidentes de México y Colombia en el marco del Mecanismo de Tuxtla
-PREGUNTA: -Buenas tardes, señores Presidentes. Cuando ustedes hablan de la preocupación del desarrollo de iniciativas locales para legalizar el consumo de la marihuana, podríamos entender que al unísono, en bloque, están rechazando el Referendo de California. Y cuando ustedes piden una política coherente, significa que sugieren que se suspenda ese Referéndum.
-PRESIDENTE JUAN MANUEL SANTOS: No. Nosotros no estamos sugiriendo que se suspenda el Referendo. Cada país y cada Estado tienen todo el derecho de poner en marcha sus mecanismos de participación democrática. Ahí en eso nosotros no nos estamos metiendo. Lo que hemos dicho es que ese Referendo, y yo lo he dicho no solamente aquí, en esta Cumbre, lo dije en Naciones Unidas, lo he dicho en otros foros. Si ese Referendo se aprueba, eso genera una discusión inmediata, por las contradicciones que se presentarían, en el caso colombiano con nuestros problemas internos frente a un fenómeno externo que nos afecta directamente.
Yo he dicho, en varias formas, que sería interesante que nos explicaran cómo podemos nosotros explicarle, por ejemplo, a nuestros campesinos que si ellos siembran media hectárea de marihuana corren el peligro de irse para la cárcel, y en el Estado más rico de los Estados Unidos se toma la decisión de legalizar la producción, legalizar el tráfico y legalizar el consumo.
Ahí hay una contradicción evidente, una paradoja evidente, que hace difícil que ese enfoque global, esa política coordinada de la lucha contra el narcotráfico sea efectiva, porque entran en unas contradicciones de fondo, y por eso lo que hemos dicho es si ese Referendo se aprueba, y no estamos tomando partido en favor o en contra, ese es un problema de los Estados Unidos, es un problema del Estado de California.
No estamos interfiriendo en esa decisión. Pero sí estamos diciendo que si se aprueba, entonces tenemos que reevaluar la política global de la lucha contra las drogas, porque contradicciones como esa, dificultan y debilitan la lucha contra un fenómeno que nos ha causado tanto daño a los colombianos y que está causando tanto daño en la región.
-PREGUNTA: Yo quisiera insistir en este asunto del impacto de la legalización. Qué repercusiones concretas tendría en la estrategia del combate contra el crimen organizado, en el caso de la región.
Porque cómo pensar en seguir invirtiendo recursos y sacrificando vidas, cuando del otro lado ya sería un negocio lícito.
Pongo un ejemplo, el caso de Tijuana donde se decomisaron 130 toneladas y la represalia del crimen organizado ha comenzado con ejecuciones.
Cómo pensar en esta situación.
-PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA: Precisamente, el llamado que hacemos el Presidente Santos y un servidor, no sólo nosotros, sino los Presidentes participantes en el Mecanismo de Tuxtla, es precisamente un llamado de alerta y una señal de preocupación por el desarrollo de iniciativas locales, quiero enfatizar.
Creo que fundamentalmente, se refiere ello, a una exigencia de congruencia y de coherencia en las propias políticas públicas, en cualquier país que las practica, y en este caso en Estados Unidos.
Por qué razón. Porque no se puede criminalizar y legalizar al mismo tiempo, o una u otra cosa. Y las repercusiones que pueda tener un eventual plebiscito de esta naturaleza pueden ser múltiples.
Primero. La incoherencia que representa a nivel internacional, como ya señalaba el Presidente Santos, el caso de gente de nuestros países, que mientras allá están acomodando la licitación a su manera para proteger el consumo, pero no hacer nada en el resto de la cadena, que va desde la producción, al transporte, genera, precisamente, una inconsistencia, genera más problemas.
El hecho, también de legalizar el consumo, pues habrá que valorar si eso va a provocar, precisamente, un incremento en la demanda que sí no hay un arreglo coherente e institucional, ya no digamos a nivel internacional, que es lo básico, sino en el propio Estados Unidos, genera un problema adicional al que ya tenemos, un incremento en la demanda sin una modificación estructural en los arreglos del mercado completo, genera, probablemente, una problemática más seria.

Creo que todos estos son temas que tienen que analizarse. Y de lo que estábamos hablando es que tomar medidas parciales, que esto lo sería, son insuficientes e ineficaces, porque éste es un fenómeno claramente transnacional, tiene una estructura de mercado transnacional, internacional y requiere, precisamente, ser analizado en un contexto mucho más amplio que las de un Estado.

Iniciativas locales no sólo nos referimos a ese plebiscito, sino muchas, incluso, que están referidas a, y por ejemplo, la llamada, nuestra tendencia a la llamada finalidad medicinal, o utilidad medicinal de la propia marihuana, independientemente de que eso tendrá que determinarse por parte de los científicos, no quiero entrar en definición en este momento, no faltará quien diga que se trata de una manera en que se está incentivando el propio consumo, y eso, debe recordarse, el consumo de drogas en Estados Unidos es la causa eficiente, la causa originaria de la problemática tremenda que tenemos países como es Colombia y como es México.
Y me parece que esta exigencia de elemental congruencia es obvia. Creo que es importante que las naciones consumidoras como proponemos, se planteen con toda claridad tener una sola política consistente. Pero, insisto, no se puede esperar resultados eficaces si por un lado hay una política de criminalización, y por la otra hay una política abierta o velada de legalización.
Lo que exigimos es congruencia a estos países consumidores.
-PREGUNTA: -Muy buenas tardes. Señores Presidentes:
Si por favor nos pudieran enumerar o esbozar los acuerdos concretos que lograron sus Gobiernos a nivel regional para enfrentar el cambio climático, teniendo en cuenta que han reconocido que hay vulnerabilidad por ser una región que está rodeada por dos océanos.
-PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA: Básicamente, una de las cosas que fueron trabajadas de manera muy importante por las Comisiones, es el desarrollo de una Estrategia Mesoamericana, pero tiene que ver con varias cosas, son varias políticas, si se quiere por el momento, iniciales, acordes con el tamaño y la dimensión de nuestras economías.
Hay que recordar que los países de la región somos en mayor o menor medida, países en distintos grados de desarrollo, pero por ejemplo, iniciativas como es la ampliación de la política exitosa que ha iniciado Colombia en materia de los biocombustibles, es una medida específica, la sustitución de energía renovable por energía de origen fósil que implicaría, por ejemplo, el llevar a cabo la interconexión eléctrica desde Colombia hasta México, a fin de sustituir energía que se produce a base de carbón por energía producida a base de agua, energía hidroeléctrica es otra medida también específica.
Las distintas medidas, que por ejemplo, en el Programa Nacional contra el Cambio Climático que iniciamos en México, desde la sustitución de refrigeradores, de equipos de aires acondicionados, de luces incandescentes, de programas de eficiencia industrial, hasta la mejora en producción petrolera, la captura de gas en la producción de petróleo y otros.
Todas esas son acciones que parten de programas puestos en práctica por cada país, en este caso puedo hablar únicamente de México, porque es el mío, y sobre él puedo explicar este tema, pero que contribuyen a una política regional que está integrada en este Acuerdo que hemos suscrito para impulsar, precisamente, las políticas contra el cambio climático.
Pero algo más importante que las políticas mismas que pueden ser incipientes, marginales, son dos cosas sobre las cuales quiero refrendar:
Primero. Que las emisiones de carbono de la región, particularmente de Centroamérica, son verdaderamente marginales, son menores al 1 por ciento a nivel global, y sin embargo, hay la voluntad en estos países de contribuir a políticas contra el cambio climático, de mitigación, ciertamente, que es un paso avanzado, pero sobre todo de adaptación y de hecho, ya hoy estamos pagando un  costo enorme en materia de adaptación.
Hablo nuevamente en el caso de México. Tradicionalmente el Fondo de Desastres Naturales que está puesto en práctica en México, tiene en promedio un poco menos de mil millones de dólares al año y siempre queda un remanente para operación.

Este año agotamos el Fondo de Desastres Naturales en el primer semestre del año. Esos son gastos de adaptación contra el cambio climático, que independientemente de lo que se acuerde en Cancún, ya estamos realizando.

Y lo mismo puedo hablar del país hermano de Guatemala, porque lo tenemos cerca, la enorme destrucción que ha caído sobre sus comunidades, sobre sus caminos, sobre sus puentes. De hecho, México ha ayudado a Guatemala, hay un puente mexicano plegable, un puente móvil, que está, precisamente, instalado de manera provisional, no necesariamente breve, en la carretera que une a El Salvador con Guatemala, y lo hemos hecho con mucho gusto, pero finalmente son gastos de adaptación, que forman parte de acciones específicas que está tomando la región contra el cambio climático.
Y finalmente, lo que yo valoro enormemente por iniciativa del Presidente Santos, es el apoyo dado a México para poder impulsar, desde la esfera de influencia de cada uno de los países, acuerdos concretos en la Conferencia de las Partes que tendrá lugar en la Riviera Maya.
Pero que será muy importante este aliento de los países de la región, para poder llegar a los acuerdos posibles que, esperamos, tengan lugar en la reunión de cambio climático, este mes de noviembre.
-PRESIDENTE JUAN MANUEL SANTOS CALDERÓN: Yo agregaría una cosa muy corta.
Primero, que en Cancún no avanzar, es retroceder. Este problema está tomando unas dimensiones para la humanidad que son graves. Y por eso el llamado es a que el mundo entero tome conciencia de la importancia de avanzar.

Y en segundo lugar. Dentro de las discusiones, también surgió una iniciativa que se va a llevar a cabo, y es que una reunión que va a tener Costa Rica, del llamado Grupo de Cartagena, que son 15 países desarrollados y 15 países en vías de desarrollo, la próxima semana, vamos a buscar que ese Grupo también se una a esta posición que hemos tomado el día de hoy en todos los países de Mesoamérica, en apoyo a unas medidas concretas para que en Cancún podamos lograr unos avances que realmente nos pueda dar algún tipo de esperanza de que el mundo sí es consciente de la gravedad de este problema.

-PREGUNTA: Gracias.
Buenas noches, señores Presidentes.
Mi consulta, el año pasado, la anterior sesión de la Cumbre fue en Costa Rica, y en aquel momento uno de los acuerdos fue específicamente solicitarle a los Estados Unidos, mucho más recursos para el Plan Mérida, que es el plan de combate al narcotráfico de México hacia el Sur.
A un año de esa reunión, y apelo a la memoria de sus compañeros de gestión, ha ocurrido de verdad un reforzamiento, porque ustedes prácticamente lo que están concluyendo hoy es que hay una política contradictoria en los Estados Unidos.
Y, bueno, si no hay más fondos, entonces, qué alternativas están sondeando ustedes para reforzar el control en los mares y en las tierras al Sur de los Estados Unidos.


-PRESIDENTE JUAN MANUEL SANTOS:
Es que yo no estaba el año pasado.
-PRESIDENTE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA: Muy bueno, buen punto.
Efectivamente, así lo hicimos, y en el caso de México recibimos hacia finales del año pasado una parte del equipo de Iniciativa Mérida que estaba pendiente, básicamente, por ejemplo, les cito algunos helicópteros.
Sin embargo, en honor a la verdad, es que Iniciativa Mérida es un programa trianual que terminaba, precisamente, en 2009, que implicaba, más o menos mil 400 millones de dólares, y de los cuales se han erogado menos de la mitad, menos de 400 millones de dólares.
Tampoco eso es, además, lo verdaderamente relevante. Por qué razón. Yo le puedo decir que en el caso de México, comparado con esos mil 400 millones de dólares en tres años, en el caso de México estamos gastando más de 10 mil millones de dólares en tareas de seguridad por año.
Lo relevante no es simplemente el dinero, ojalá siquiera cumplieran ese compromiso, sino la política de corresponsabilidad, la conciencia de corresponsabilidad, primero; y segundo, la aplicación de políticas públicas que contribuyan a frenar el fenómeno, no sólo del narcotráfico, sino del crimen organizado en general.
Pongo dos casos concretamente. No se trata únicamente de poner dinero. Hay una anécdota que relataba alguno de los Vicepresidentes en la sesión, que alude a que luego, muchas veces, no me refiero al caso de Iniciativa Mérida, pero que muchos programas de asistencia se diluyen en las propias corporaciones y cuerpos burocráticos norteamericanos, y la ayuda al destinatario final siempre se diluye totalmente.

Cierro el paréntesis, sino se trata, también, de acciones que estamos exigiendo y estamos esperando todavía que cumplir. Por ejemplo, detener el tráfico de armas hacia México y hacia la región en general.
En los casi cuatro años de Gobierno que llevo en la Presidencia de la República, el Gobierno Federal ha decomisado cerca de 90 mil armas, de las cuales son 50 mil rifles de asalto, cerca de 8 mil granadas, diez millones de cartuchos, casi un centenar de rifles Barrett calibre 50, lanzamisiles; el 90 por ciento de las armas que son susceptibles de rastrear, es decir, que todavía conservan su número de serie, son armas vendidas en Estados Unidos.
Si Estados Unidos hiciera por lo menos ese esfuerzo, es decir, el esfuerzo que hace hoy para detener migrantes lo aplicara, por lo menos con la mitad, para detener el flujo de armas, otra historia sería.
Porque el  contar con un acceso tan franco por parte de los criminales a un armamento casi limitado es parte del problema que se generó cuando en Estados Unidos no fue ratificada y perdió vigencia la llamada Assault Weapons Ban, la ley que prohíbe el uso de armas de asalto.
Lo que hemos exigido a Estados Unidos es también congruencia en este punto, y que detenga, precisamente, el flujo de armas a los criminales que operan en México y en la región, o bien, en materia de lavado de dinero, también.

Porque, a final de cuentas, si no se detiene el flujo de armas y de dinero a nuestros países, proveniente de actividades ilegales, difícilmente podrá avanzarse de manera determinante en este problema.
Entonces, los Estados Unidos, concretamente, son los principales consumidores,  donde está el origen del problema, insisto. Son los principales proveedores de armas a los criminales y son los principales proveedores de dinero a los criminales.
Si no se actúa en estos frentes es difícil que podamos considerar que se está asumiendo con responsabilidad una tarea sobre un problema que también es común.

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