Acusan irregularidades en detenciones, pruebas y sentencias de casos de personas que alegan su inocencia
Nota de Henia Prado
Reforma, (14 marzo 2011).- La exhibición del documental "Presunto Culpable" despertó el interés de personas que viven circunstancias parecidas, pues sus familiares, aseguran, ha sido sentenciados con base en testimonios falsos, detenciones ilegales, pruebas creadas y procesos penales tendenciosos.
'Acaba de llegar del trabajo'
Parecía un día normal, luego de trabajar noche y madrugada en un laboratorio, Marco Antonio Albarrán Salas, de 19 años, llegó a su domicilio en Tlalpan, donde habita con su familia.
A las 10:00 horas del 11 de septiembre de 2010 policías judiciales de DF llamaron a su puerta. Fue el principio de un largo proceso judicial que lo mantiene preso en el Reclusorio Sur, junto con su hermano Abraham, de 23 años, acusados de homicidio calificado.
Su tía María Eugenia cuenta que, la noche anterior, un menor de edad fue asesinado a golpes en una riña en la calle de Coachichiles, colonia Pedregal de Santa Úrsula Xitla.
"Dicen que buscan a Marco debido a una riña, que quieren ver si no está golpeado para ver si estuvo o no en el pleito, les digo que no, que él acababa de llegar del trabajo y que si traían una orden.
"Me dijo: 'ah, cómo chinga, si estamos haciendo nuestro trabajo', entonces sube a la casa, revisa a Marco y ve que no tiene nada, pero le dice que baje para que vaya a declarar y que se deslinde de todo", narra la mujer.
Los hermanos fueron traslados en una patrulla a la agencia del Ministerio Público, esposados y golpeados por los policías, según dicen sus familiares.
"Me encuentro al judicial y me dice: 'es homicidio calificado por lo que los están acusando y ya se chingaron'", recuerda María Eugenia.
Los hermanos quedaron internos en el Reclusorio Sur y su caso fue asignado al juzgado 29, a cargo de Dalila Hilaria Sánchez López.
"Fuimos a las audiencias, pero cuando estábamos declarando el MP se reía de lo que decíamos, la juez no ha estado en ninguna audiencia", dice María Eugenia.
De acuerdo con la mujer, las autoridades desestimaron los 10 testigos que vieron a Marco Antonio en su trabajo, las bitácoras de entrada y salida de los laboratorios y la tarjeta de registro de la comida.
En cambio, asegura, dieron por válidas las declaraciones de tres jóvenes en estado de ebriedad que convivían con el fallecido el día de los hechos.
"A veces no ventilamos esto por miedo, pero más miedo me da que les vayan a dar sentencia de 50 años, para ese tiempo ya no vamos a tener vida, ahorita ya no tenemos vida", lamenta.
Intenta denunciar robo y lo acusan de plagio
La batalla de Luz María con la justicia no fue suficiente para conseguir la libertad de su hermano, sentenciado a 26 años 8 meses y 9 días de prisión por secuestro exprés.
Inés Sánchez Ramírez, que permanece en el Reclusorio Oriente, fue detenido el 24 de mayo de 2008, tras convivir con sus compañeros de trabajo en La Montada , predio de la Policía Preventiva donde era mecánico eléctrico.
Al salir de la fiesta se dirigió a un supermercado en Tláhuac. Mientras sus amigos hacían compras, Inés se quedó con una acompañante en el carro. En ese momento tres individuos se acercaron y les robaron carteras y celulares.
Debido a que Inés consumió bebidas alcohólicas sus conocidos le recomendaron no levantar la denuncia, porque en el Ministerio Público desacreditarían su versión.
Sin embargo, a las 23:00 le avisaron que judiciales lo habían buscado en su trabajo, por lo cual decidió acudir a denunciar.
Cuando llegó a la Coordinación Territorial , en lugar de ser tratado como víctima fue señalado como delincuente.
"Le dicen 'pásese, le vamos a tomar su declaración'", y es cuando se queda detenido.
"Los delincuentes que robaron a mi hermano robaron a otro muchacho, pero a él lo secuestran en su carro, lo llevan a sacar dinero de un cajero de su tarjeta", explicó Luz María.
Luego de una persecución, uno de los ladrones fue detenido.
Aunque el plagiado no observó a sus captores, lo pasaron a la cámara de Gesell y señaló como responsable a Inés, quien era la única persona detrás del cristal.
Inés tuvo de testigos a cuatro de sus compañeros, la prueba de Harrison salió negativa y el delincuente capturado no lo reconoció como cómplice. Aun así le fue dictada sentencia en el juzgado 26 penal.
La condena inicial fue de 36 años, con la apelación disminuyó a 26 y los magistrados la ratificaron.
Acusan mentiras de agentes
Desde hace cinco años, Cynthia hace los quehaceres de su hogar en Naucalpan, mientras su esposo permanece en el Penal de Barrientos, en el Estado de México.
La pareja estará alejada más tiempo, pues Luis Manuel Vargas Castillo, de 28 años, fue sentenciado a 22 años de prisión por portación de arma, violación y robo.
Cynthia explicó que todo el proceso, desde la detención al juicio, se caracterizó por mentiras, abusos, golpes y mala asesoría.
A las 22:00 horas del 8 de agosto de 2006, Vargas Castillo conducía un taxi sobre la Avenida San Mateo Nopala rumbo a su hogar, cuando fue interceptado por varios hombres.
"Venía de trabajar, un carro se le pone enfrente, lo pasan para los asientos de atrás del taxi, se sientan dos personas al lado, lo van golpeando, sacando información, tomándole fotos, le piden nombres de nosotros, lugares donde había trabajado", recordó la mujer.
Cuando acudió al Ministerio Público de Naucalpan, el funcionario a cargo rechazó iniciar un expediente debido al mal estado físico del joven; le sugirió bañarse, descansar y volver al día siguiente.
Ya no pudo iniciar la denuncia. Un día después Vargas Castillo se dirigía con su familia al MP cuando varios automóviles les cerraron el paso y alrededor de 25 civiles lo subieron a una camioneta Van blanca, narró Cynthia, quien denunció el secuestro.
Las mismas autoridades le informaron que su esposo estaba detenido en Toluca.
Al principio lo acusaron de portación de arma (una navaja), después lo señalaron como el violador de una anciana de 64 años a quien supuestamente también robó.
Cynthia expresó que las irregularidades son muchas: lo asentado en expedientes sobre la detención es alejado de la realidad, en las tres primeras declaraciones la víctima asegura que no vio a su agresor y el arma fue sembrada.
"Los judiciales dijeron que mi esposo iba en la carretera, que cuando los vio se echó a correr en el carro, ellos le dan alcance y cuando le preguntan: '¿por qué andas corriendo?', él dice: 'porque violé a una señora y robé en esta casa, en este día', cómo puede ser eso", dijo enfadada.
La mujer agotó sin éxito la etapa de apelación y aún analiza la posibilidad de un amparo, pero no confía en las autoridades.
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