La intolerancia y la mentira/Fernando Escalante Gonzalbo
El titular del cable de la agencia EFE es preocupante: “Volpi dice que en la cancillería mexicana prevalece la intolerancia y la mentira”. Son palabras muy fuertes. Leo deprisa la noticia en dos o tres periódicos. Todos dicen aproximadamente lo mismo, con las mismas palabras: represalias, intolerancia, doblez, mentira, ofensa.
De momento la prevalencia de eso se manifiesta sólo en el caso de Jorge Volpi. Aun así, no es trivial, porque no es poca cosa que se persiga a un escritor por decir lo que piensa. Me hago una lista con lo primero que me viene a la memoria: Dante, Fray Luis de León, Dostoievski… ¡y ahora Jorge Volpi! Me doy cuenta de que hay algo que no cuadra en la lista. Intento otra: Zola, Mandelstham, Vassili Grossman… y Jorge Volpi. Tampoco funciona. No sé por qué. O sí.
Vuelvo a leer las notas. Volpi explica que “se canceló” su nombramiento como agregado cultural en la embajada de México en Italia “en represalia por mis opiniones públicas”. Y eso tranquiliza un poco. No lo mandaron a Siberia, no está en prisión ni amenazado de muerte: sólo se quedó sin chamba. Para ser más exactos, se quedó sin el sueldo y demás gajes de una chamba concreta, como agregado cultural.
Me preocupa un poco —muy poco, casi nada en realidad— el criterio con que se escoge a los representantes de México en el extranjero. Quiero decir, que se escoja a Volpi, por ejemplo. Me preocupa también, un poco más —una nada, nomás un escozor—, no haber registrado las opiniones terribles, devastadoras, de Jorge Volpi. Que ameritan que se le inflija el dolor indecible de no cobrar un sueldo de diplomático.
En busca de esa crítica deletérea, miro todas las noticias que implican a Volpi en los últimos seis meses. La mayor parte se refiere al episodio de estos días; lo más esclarecedor resulta ser un artículo firmado por Héctor Palacio que dice: “en términos políticos, Chespirito y Volpi han sido hasta hoy una misma cosa”. Las “opiniones públicas” de Volpi están en cuatro artículos del Reforma , uno en El País : un texto sobre el papa Juan Pablo II, otro sobre Osama bIn Laden, otro más sobre los “indignados” españoles y una reseña de una novela colombiana. Eso y una entrevista en el blog de la Universidad de Castilla-La Mancha que sólo destaca por lo aburrida, porque no dice absolutamente nada.
Ni por asomo veo esa opinión crítica, terrible, que ameritaría una represalia. De hecho, no veo crítica alguna: lo único que le ha reprochado Volpi al gobierno del presidente Calderón es que haya suspendido su nombramiento. Acaso las opiniones que confía a sus íntimos sean demoledoras, como para que el gobierno considere que no es apto para representar al país. En el espacio público sólo se ve a un escritorcillo menos que mediocre, que se hace publicidad adoptando ahora una pose heroica (bien entrado ya el quinto año del sexenio, por cierto).
En una entrevista con W Radio, Volpi amenaza: “volveré de tiempo completo a mi trabajo como escritor”.
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