¿La verdadera equivocación de Calderón?
Columna Día con día/Héctor Aguilar Camín
Milenio Diario, 2011-06-28
En su balance del encuentro de Javier Sicilia y el presidente Calderón, Diego Petersen sugiere lo siguiente:
Donde Calderón se ha equivocado desde el principio es en vendernos que la guerra es contra el narco. Eso es un error gravísimo, la guerra es por el Estado de Derecho: es contra los narcos, contra los jueces y políticos corruptos, contra la delincuencia organizada y la desorganizada, contra la piratería y los abusos patronales, etcétera. Donde se equivoca Sicilia es en decir que esta guerra no es nuestra. En esta guerra estamos ya metidos hasta el cogote, por eso hay que pelear la otra guerra, la guerra contra la impunidad. Esa guerra sí es de todos. (El Informador, 25/6/11)
Un momento revelador de que Diego quizá tiene razón fue cuando, durante el diálogo, Sicilia preguntó al Presidente por qué corrían a los policías corruptos y los echaban a delinquir contra la sociedad. La respuesta de Calderón fue que los policías delincuentes ya estaban delinquiendo contra la sociedad, sólo que bajo el amparo del gobierno, con placas, armas, comunicaciones y fueros que les da el gobierno.
Aquí se cruzan las aguas de la ciudadanía y la guerra contra el crimen: lo mínimo que el Estado debe garantizar a sus ciudadanos cuando acuden a la autoridad es que la autoridad que escucha no sea también la que delinque.
Lo que el narcotráfico ha llevado a extremos no vistos de violencia, corrupción de autoridades y desaparición del Estado, es la vieja impunidad mexicana, la vieja corrupción de la justicia y de la aplicación de la ley.
El narcotráfico es el catalizador, el problema histórico es la impunidad. En la marea alta del narcotráfico, el crimen se incrustó en los aparatos del Estado y la decisión a tomar fue si había que limpiar o no. El gobierno de Calderón decidió que sí.
La pregunta que queda en el aire es si esa guerra debía ser tan violenta como ha sido. Cada vez más gente cree que no, y los análisis numéricos indican que la estrategia seguida multiplicó la violencia (Véase al respecto José Merino y Eduardo Guerrero: “La raíz de la violencia” en Nexos, junio 2011: nexos.com.mx/?P=leerarticulo&Article=2099329).
La pregunta clave ahora es si puede reducirse la violencia, en el entendido de que ninguna estrategia seria contra el crimen que tenemos puede prescindir de la violencia legal del Estado.
El tamaño de la violencia que vivimos muestra el potencial de violencia que habíamos acumulado, el tamaño de la capacidad criminal instalada paso a paso, por años, en el gran recipiente hospitalario de la impunidad y la ilegalidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario