No habrá un Malova en 2012/ Francisco Garfias
Excélsior, 22 de septiembre de 2011
En el PAN sonríen con sarcasmo cuando se menciona la posibilidad de que Ebrard sea candidato de una coalición.
Ya ni el actual Chucho mayor atisba la posibilidad de una coalición con el PAN para frenar al PRI en la elección presidencial de 2012. “No hay condiciones”, sintetizó Jesús Zambrano, presidente del PRD, cuando le preguntamos sobre las insistentes versiones de una alianza entre el azul y el amarillo para convertir a Marcelo Ebrard en el Malova de la República en 2012. Zambrano sabe que insistir en el tema es ir a la división interna. El Estado de México es el más claro ejemplo. La polarización entre las tribus amarillas obligó incluso a desconocer el resultado de la famosa “Consulta Ciudadana”, que dijo “sí” a la alianza con el PAN en la entidad.
Los aliancistas del PRD tuvieron que retroceder ante la negativa de López Obrador. Nada con la derecha, nada con el PAN. La división amenazaba. Alejandro Encinas fue a la elección como candidato único de la izquierda. Perdió ante Eruviel, pero desplazó al panista Luis Felipe Bravo al tercer lugar. La teoría del vaso medio lleno.
Los abogados de la alianza se sirven de los casos de Oaxaca, Sinaloa y Puebla en los comicios de 2010 para empujar un candidato único del PAN y el PRD que contrarreste “el efecto Peña”. Las tres entidades le fueron arrebatadas al PRI. Las tres tenían gobernadores desprestigiados o muy tercos: Ulises Ruiz, Mario Marín y Jesús Aguilar Padilla.
Suponer que las condiciones que propiciaron el triunfo de la alianza en esos estados son transferibles a nivel nacional es ir cuesta arriba. Peña fue refrendado ampliamente en el Estado de México. No carga con la etiqueta de “autoritario” de Ulises ni la de “inmoral” que le cuelgan a Mario Marín. Por años ha sido puntero en las encuestas sobre preferencia electoral.
Quizá por eso hay un grupo llamado “Salmón”, que aún cree en la madre de todas las alianzas. Va a contracorriente. Está integrado por el panista Javier Corral, los perredistas Guadalupe Acosta Naranjo y Marco Rascón; la ex funcionaria foxista Xóchitl Gálvez; y la que fue subsecretaria calderonista, Purificación Carpinteyro. Muy pronto darán a conocer públicamente su proyecto. Otro aliancista, Fernando Belaunzarán, está convencido de que no vale la pena sacrificar el proyecto de la alianza para evitar una ruptura con El Peje. “De todas maneras Andrés Manuel se va a ir. No lo oculta. Su Movimiento se convierte en Asociación Civil en octubre próximo, paso previo para ser un partido político”, subraya.
En el PAN sonríen con sarcasmo cuando se menciona la posibilidad de que Marcelo Ebrard sea candidato presidencial de una coalición con los amarillos en la presidencial de 2012. El jefe de Gobierno del DF promovió la ampliación de derechos civiles que chocan frontalmente con la doctrina de Acción Nacional: el aborto, el matrimonio gay, la adopción por personas del mismo sexo. ¿Votaría por él un panista común de San Luis Potosí, de Guanajuato, de Jalisco, de Querétaro?
“Es una chuza al revés…”, estimó un aspirante presidencial del PAN, durante una charla off the record. Ese mismo candidato descartó que el presidente Calderón piense en una alianza con el PRD en la elección de 2012.
La llamada de Armando Ríos Piter entró a las 16:56 horas. Se le escuchaba molesto. Los Pacos —Rojas y Ramírez Acuña— no lo pelaron a la hora de maniobrar para suspender la comparecencia de José Antonio Meade, cuando la segunda ronda de preguntas estaba a la mitad. El presidente de la Junta de Coordinación Política quería dar su versión de lo ocurrido ayer en San Lázaro, “para que no te confundan”. Los Pacos cambiaron unilateralmente el acuerdo de la Junta de Coordinación Política que preveía un posicionamiento por grupo parlamentario y dos rondas de preguntas.
El perredista reconoce que detrás de la maniobra no se escondió la intención de proteger a Meade de los embates de los diputados, sino acabar pronto con la comparecencia. “La bronca es que hoy fue esto y mañana puede ser la reforma laboral. Van a hacer lo que les venga en gana”, advirtió.
Rojas y Ramírez juran que, antes de proceder, buscaron a Armando en el salón de sesiones, pero no lo encontraron. El perredista jura que estaba en sus oficinas.
La molestia de Ríos Piter era mayor con el que llamó “personero” de Rojas: el presidente de la Mesa Directiva, Emilio Chuayffet. “Cometió un grave error. Violentó acuerdos que se toman en la Junta de Coordinación Política”, dijo.
La respuesta del mexiquense se dio a conocer en un comunicado. No sólo hizo notar que en el momento de la suspensión había sólo 170 diputados, sino que recalcó: “Nada es superior al mandato constitucional de asistir a las sesiones”.
La verdad es que la falta de quórum era evidente. La comparecencia llevaba más de tres horas. Uno de cada tres diputados no estaba en el salón de sesiones. El secretario de Hacienda comparecía ante una mayoría, pero de curules vacías.
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