16 feb 2012

Firma del Acuerdo para la atención a niñas, niños y adolescentes en escenarios de delincuencia organizada

El Presidente Calderón en la Firma del Acuerdo para la atención a niñas, niños y adolescentes en escenarios de delincuencia organizada, | Discurso, Los Pinos, 16 de febrero de 2012
"Es un gran gusto el recibirles hoy, en Los Pinos, la casa de todos los mexicanos, para ser testigos de la firma de este importante acuerdo, el Acuerdo para la Atención de Niñas, Niños y Adolescentes en Escenarios de Delincuencia Organizada.
Éste, estoy seguro, será un instrumento que nos permitirá coordinar todos los esfuerzos que se hacen en las instituciones de seguridad y justicia, a fin de que las niñas, niños y los jóvenes que se vean involucrados en situaciones de violencia criminal reciban un trato digno y la atención especializada.
Como mexicano, como padre de familia, como Presidente de la República, me duele el dolor de esos niños, esas niñas, esos adolescentes que son lastimados física psicológicamente por la violencia de los criminales.
Me indigna y ofende, por supuesto, cada niño, cada joven que es asesinado; cada niño que ha visto a sus padres o hermanos perder la vida violentamente, sin importar si se trataba de personas inocentes, o de agentes de seguridad, o de personas, incluso, involucradas en actividades criminales. A final de cuentas todas esas niñas, todos esos niños son huérfanos y son huérfanos inocentes.
Todos ellos, todos esos jóvenes, merecen nuestro respaldo incondicional.
Y por eso estamos aquí, para unir esfuerzos, para sumar acciones, a fin de que la acción de los criminales no siga cancelando, injustamente, el futuro de tantos niños y jóvenes en nuestro país.
Con esta visión, enfocada por fortuna en la protección de los derechos de la infancia y de la juventud. En el Desarrollo Integral de la Familia, en el DIF Nacional se tomaron iniciativas y, ésta, en particular, una iniciativa muy concreta para proponer soluciones concretas.
Por ello hoy, quiero reconocerle muchísimo todo su esfuerzo del cual soy testigo, me consta, y agradecerle sinceramente a mi esposa Margarita Zavala, por este gran esfuerzo que ha hecho en su calidad de Presidenta del Consejo Ciudadano Consultivo del DIF. También a Cecilia Landerreche, la titular, la Directora del DIF, propio y, desde luego, a todo el personal de esta Institución, por el compromiso y el empeño que ha puesto para lograr este acuerdo.
Y a ese esfuerzo se ha sumado el valioso trabajo, el respaldo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de organismos de derechos humanos de todos los orígenes, de numerosas organizaciones de la sociedad civil, de Legisladores. A todos ustedes, desde luego, expreso mi más sincero agradecimiento y reconocimiento por el apoyo a esta iniciativa.
Desde luego, el respaldo valiosísimo de UNICEF y el apoyo decidido, también, de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y de su Presidente.
Quiero señalar a ustedes, amigas y amigos, reiterar, algunas de las principales características del acuerdo que hoy se ha suscrito.
Primero. Las dependencias del Gobierno Federal a mi cargo, se comprometen a coordinar esfuerzos para proteger a todas las niñas, a todos los niños, a todos los adolescentes que se vean afectados en escenarios de delincuencia organizada, sin importar cómo o por qué se hayan visto involucrados.
Todos hemos visto imágenes dolorosas de niños atrapados en medio del ataque de los delincuentes. Hemos visto sus lágrimas, hemos visto sus rostros confundidos, asustados; hemos sufrido, de alguna manera, también con ellos.
Hemos sido testigos también de casos de muchachos que se han quedado huérfanos, que han presenciado actos de violencia, que han sufrido en carne propia la violencia de los criminales.
Sabemos de cientos de casos de niños y jóvenes secuestrados, arrancados de sus padres por criminales para obtener un rescate.
Todos los días, sabemos de niños, de jóvenes que acompañan a su madre o a su padre, que llegan, por ejemplo, a la Procuraduría de Atención a Víctimas, o a cualquiera de las instancias Federales, en nuestro caso, a preguntar sobre un familiar desaparecido.
Queremos que esos niños ahora cuenten con la mejor atención posible. Atención médica, atención psicológica, atención legal. Con este acuerdo, también queremos apoyar a los menores que han caído en las garras de la delincuencia, se han visto forzados a participar en actos criminales, para que también, reciban atención especializada y puedan ser rehabilitados.
Porque si bien es cierto el objetivo de los criminales es reclutar a esos jóvenes, incluso, siendo niños para actividades de consumo de sustancias ilegales y adicciones, o reclutamiento simplemente como sicarios, nuestro objetivo es proteger a los niños y a los adolescentes de esta violencia despiadada, que no discrimina por edad, y que quiere dañar su cuerpo, su mente y su alma.
Desde luego, estamos pensando en todos esos niños que se ven en las situaciones de enfrentamiento, sea de agresiones directas a la autoridad, o de agresiones a través de enfrentamiento que se generan en zonas de alta presencia delincuencial.
En segundo lugar. En el marco del acuerdo, las dependencias Federales se comprometen a capacitar a todo el personal que participa en los operativos, para que, siguiendo protocolos claros, sepan exactamente qué hacer, sepan exactamente cómo actuar ante la presencia de un niño, y pongan por encima de cualquier otra consideración, la protección de sus derechos y de su integridad.
Algo muy importante. Vamos a reforzar la capacitación que ya se está dando a las autoridades que participan en los procesos judiciales, empezando por los Ministerios Públicos Federales.
Aquí, quiero destacar la disposición del Poder Judicial, que también ha mostrado su compromiso para participar en este esfuerzo, lo cual, desde luego, valoramos enormemente, porque defender a los niños y a los jóvenes es una tarea que debe convocar a todas las instituciones del Estado mexicano, particularmente, la participación de niños y jóvenes en actos o diligencias ministeriales, policiales o judiciales.
Que cuenten siempre con un respaldo, con una atención adecuada y, por supuesto, que tengan un rol primordial como víctimas y, desde luego, con la plena defensa de la sociedad en una situación que, desde luego, es estresante, incómoda y difícil para cualquier persona, máxime para un niño.
En tercer lugar. Este acuerdo pone especial énfasis en la obligación de todas las instancias de seguridad del Gobierno Federal para proteger la identidad de los niños y adolescentes, y salvaguardar la confidencialidad de sus datos personales.
Se han presentado casos en que se da a conocer la identidad de los niños o los jóvenes, incluso, aún, asumiendo que pudieran pertenecer a una banda criminal. Eso conlleva a una estigmatización social que les puede generar una afectación de por vida y, desde luego, genera mucho mayores dificultades que reducen las probabilidades de su propia rehabilitación.
Peor aún. También, hemos visto casos donde, en un proceso, se conoce la identidad de niños o jóvenes que han sufrido ataques de la delincuencia organizada. O que son testigos importantes, lo cual, incluso, pone en peligro su vida y su tranquilidad.
Eso es algo que queremos evitar al máximo y, también, es uno de los aspectos fundamentales de este acuerdo.
Y en cuarto lugar. El acuerdo garantiza que los niños y los adolescentes que se vean involucrados en situaciones de violencia o de delincuencia reciban atención adecuada para su edad y para su género.
El impacto de estas situaciones, lo sabemos, no es igual para un niño menor de 10 años, que para un adolescente o para un joven. Por lo cual, debemos buscar brindar atención que cubra necesidades específicas de cada uno de estos menores.
Además, quiero destacar que este acuerdo se contempla el objetivo de la plena restitución de los derechos de los niños. Es decir, las dependencias brindarán acompañamiento de manera constante, hasta que los derechos de los niños y los jóvenes afectados puedan ser restituidos.
Todo ello, desde luego, reiterando a la vez la protección de las niñas, niños y jóvenes, hijos de soldados, marinos y policías, a quienes debemos seguir protegiendo, a través de seguros de vida, de pensiones de viudez, de becas y de asesoría psicológica y jurídica para todos los hijos de aquellos quienes ofrendan su vida y caen en acción, defendiendo a las familias mexicanas.
En suma, amigas y amigos, este acuerdo es un paso fundamental para que las instituciones públicas y la sociedad avancemos en la impostergable tarea de proteger a nuestras niñas, niños y adolescentes de la violencia de los criminales.
Firmamos este acuerdo pensando en los niños familiares de víctimas inocentes que perdieron la vida en actos vinculados a la violencia criminal. También, lo hacemos pensando en los hijos de quienes estaban, incluso, vinculados a actividades ilícitas y han fallecido, porque independientemente de las decisiones que hayan tomado su padre o su hermano, esos niños y esos jóvenes, a final de cuentas, son, también, víctimas inocentes.
Amigas y amigos:
Hay quienes sostienen que los terribles e inhumanos actos de violencia que son perpetrados por la delincuencia organizada, son consecuencia de la acción del Gobierno en contra de tales grupos criminales.
La realidad es muy distinta.
El Gobierno Federal, en nuestro caso, actúa para frenar la violencia, para frenar la violencia de esos criminales ahí, donde se ha presentado; es decir, actuamos para impedir que se siga lastimando y victimizando a la sociedad.
La violencia no es consecuencia de la acción del Gobierno, al contrario, la acción decidida del Gobierno es a consecuencia de la presencia de violencia en distintas regiones del país.
Y éste ha sido el caso, por ejemplo, de Veracruz, o de Acapulco, o de Nuevo León, o de Tamaulipas, o  de la Laguna, en el Norte del país, porque son ciudades, son estados, son regiones, donde la violencia se vuelve inmanejable para las autoridades locales y éstas recurren al auxilio de las Fuerzas Federales para poder preservar la seguridad interior amenazada, a su vez, por la acción de los criminales.
En el Gobierno, en el Gobierno Federal, hemos asumido sin cortapisas una obligación elemental de cualquier gobernante, que hay que reiterarla, independientemente de lo evidente que sea, la obligación de combatir a los criminales y la obligación de proteger a las familias, precisamente, para que no haya más víctimas de la violencia criminal. Esa es, a final de cuentas, la razón de nuestra lucha.
Y en el centro de nuestra preocupación, en el centro de nuestros esfuerzos, está el objetivo de proteger a los niños y a los jóvenes de México.
Luchamos para que México sea para ellos un país seguro, en el que puedan crecer y vivir sanos y tranquilos y poder construir, a partir de su esfuerzo, su personal prosperidad y felicidad.
Y es por nuestros niños, y es por nuestros jóvenes que estamos trabajando incesantemente para que México tenga un día, y más vale que sea pronto, los policías honestos que necesitamos, que los cuiden y que estén a su servicio y no al servicio de los criminales. Y, desde luego, son nuestros niños y jóvenes la principal razón para reconstruir el tejido social de México.
Son ellos, las niñas, los niños y los jóvenes, la fuente de la inspiración del esfuerzo extraordinario que hemos hecho. Por ejemplo, en materia educativa, que hoy se refleja en la apertura de mil bachilleratos y más de 100 universidades totalmente nuevos en cinco años, para que nuestros jóvenes puedan seguir estudiando y se alejen así de la violencia del crimen y sus consecuencias.
Es por eso el esfuerzo de dar casi ocho millones de becas en el país en todos los grados escolares para hacer que los jóvenes puedan permanecer en la escuela y se alejen de la violencia criminal.
Es por esa razón que estamos haciendo este enorme esfuerzo de inclusión social, proveyendo cobertura en salud para todos los mexicanos, porque sólo en la construcción de oportunidades sociales, educativas, de salud, de esparcimiento, de trabajo podemos verdaderamente reconstruir el tejido social cuyo deterioro es una causa, también, fundamental de la violencia que padece el país.
La labor que ha realizado Desarrollo Integral de la Familia, el DIF Nacional, para darle tratamiento adecuado a los niños y adolescentes que se han visto involucrados en situaciones relacionadas con delincuencia organizada, también, forma parte y una parte encomiable de restitución y de fortalecimiento del tejido social. Porque una sociedad verdaderamente humana, como ha dicho Margarita, una sociedad más solidaria es aquella que cuida y protege a los más vulnerables, a los más débiles, entre ellas, entre ellos, las niñas, los niños y los jóvenes en esta situación.
Niños y jóvenes que son protegidos, nos permiten tener una sociedad más cohesionada, más fuerte y más segura.
Hoy, con este acuerdo, damos visibilidad y apoyamos a las niñas, a los niños y a los adolescentes que sufren a consecuencia de la acción de la delincuencia organizada, y se ven inmersos en escenarios de violencia.
Una violencia que es provocada por los criminales, pero que requiere que la atendamos en sus consecuencias a quienes la sufren. Porque ello, atender a quienes sufren la violencia es una responsabilidad indeclinable del Estado.
Y hoy demostramos, también con hechos, nuestra firme convicción y propósito de cumplir con tal responsabilidad. Y a través de estas acciones, a través de la reconstrucción del tejido social, a través del fortalecimiento de las instituciones encargadas de la justicia, a través del cumplimiento ético, político y constitucional de combate a la criminalidad que genera tal violencia, seguiremos sembrando la semilla de un México que será más seguro, más justo y más próspero para todos.
Y seguiremos trabajando para que esas semillas se conviertan un día en árboles frondosos, que cubran con su generosa sombra a nuestro país, y a estas generaciones de nuevos mexicanos.
Que así sea.
Y que cuenten, desde luego, la sociedad mexicana, el DIF Nacional y todas las dependencias involucradas, con el firme y decidido apoyo del Gobierno mexicano.
Muchas gracias.
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Diversas intervenciones
-MODERADORA: Toma la palabra la licenciada Margarita Zavala, Presidenta del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia.
-LIC. MARGARITA ZAVALA: Muchas gracias.
Les agradezco la presencia del Presidente de la República.
Muchas gracias.
Gracias a los Secretarios de Estado presentes; a organizaciones de la sociedad civil; a los cuerpos de la fuerza pública; a Diputados, Diputada.
Muchas gracias, también, a la Presidenta de la Comisión Especial para Niñas y Niños de la Cámara de Diputados, Joann Novoa.
Estamos aquí en favor de niños, niñas y adolescentes. Se trata, desde luego, de un trabajo hecho con profesionalismo y legalidad pero, también, con una profunda convicción humana.
Por muchos siglos, los niños y las niñas no fueron tomados en cuenta en las discusiones sobre el desarrollo social y económico. Y con el tiempo, se han venido firmando convenciones y tratados.
Siempre he creído que introducir el tema de niñas y de niños, de adolescentes, humaniza los temas, humaniza todo lo que toca. Por ello, es tan importante estar aquí y presentar este esfuerzo, que ha buscado, precisamente, generar un mejor sistema de protección a los derechos de los niños y de las niñas en México.
Es cierto que México atraviesa uno de los más grandes desafíos de su historia, que es la lucha por la seguridad, la lucha contra el crimen, que tiene que ver, desde luego, con el combate al crimen organizado pero, también, con el fortalecimiento de instituciones de justicia y de seguridad; así como el tejido social.
Este Acuerdo tiene que ver con estos tres ejes. Y sí, hay que amar profundamente a nuestros niños y niñas, saber enfrentar con ellos la adversidad.
Y debemos saber qué hacer cuando haya niños o niñas, testigos, participantes involuntarios, en escenarios de delincuencia. Porque es cierto que se dejan huellas que necesitan ser atendidas adecuadamente.
Como mamá, también, comparto la sensación de angustia que podría tener alguien al saber que su hijo o su hija está atrapada en esa situación, y preguntarse si todos van a saber tratarlo como debe tratarse a un niño o a una niña.
Así es que éste se nos hizo hacer un esfuerzo de coordinación. Hace más de un año, por ahí del 10, 11 de enero le hablé, sobre todo, a miembros e integrantes de la sociedad civil que tienen organizaciones especializadas, no en este tema, pero sí de niños y niñas.
Y decidimos trabajar este tema lo antes posible. Lo hicimos bajo un esquema que nos ha funcionado muy bien que es en las mesas interinstitucionales, y convocamos a la Secretaría de Gobernación, a la Procuraduría, a la Secretaría de Defensa, de Marina, la de Seguridad Pública y realmente con grandes esfuerzos y un gran trabajo por parte de los representantes de los subsecretarios, estuvo también, la Corte.
Y durante este tiempo, llevamos a cabo, además de las reuniones preparatorias, llevamos a cabo siete juntas de la mesa interinstitucional y 26 reuniones del grupo técnico.
Yo agradezco enormemente a los representantes de cada Secretaría que estuvieron ahí en las reuniones de la mesa interinstitucional, pero también, a los grupos técnicos.
Así es que agradezco a la Secretaría de Seguridad Pública, a la Procuraduría General de la República, a la Secretaría de Marina, a la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Gobernación, por ser parte de este proyecto.
En particular, Felipe Zamora fue el que estuvo revisando el Acuerdo que hoy vamos a firmar, y agradezco especialmente a integrantes del Ejército, de la Armada, de la Policía y de la Procuraduría, que han ido a capacitarse con mucha convicción, y que me parece que ha dado un cambio profundo en la realización o en la proyección de operativos.
Agradezco a la Suprema Corte de Justicia de la Nación su presencia tanto en la mesa interinstitucional, como en los trabajos del grupo técnico. De hecho hace unos meses, el 2 de febrero sacaron el protocolo de actuación para quienes imparten justicia en casos que afecten a niñas, niños y adolescentes, que tiene que ver justamente con el trabajo que se hizo en estos grupos técnicos y en la mesa interinstitucional. Finalmente, agradezco a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, particularmente, a la Visitaduría.
Muchísimas gracias a don Luis García, que estuvo presente en todas las reuniones de la mesa interinstitucional, y en las reuniones de los grupos técnicos, y presente, incluso, en los cursos que se dieron.
Igualmente, a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal. Muchas gracias.
Agradezco, al final, pero fueron de los primeros que estuvimos ahí. A  UNICEF, a Susana Sottoli, a Save the Children, Infancia Común, Red de los Derechos de la Infancia, a la Oficina de Defensoría de Derechos de Infancia,  a Intervención Social.
Y voy a dar los nombres porque, vaya, firman toda la Organización, si no, fueron personalmente ellos los que trabajaron: Susana Sottoli, Gerardo Sauri, Nashieli Ramírez; María Pila Menéndez, Raquel Pastor, Mayra Rojas, Margarita, Martín Pérez. Y algunos más que estuvieron tanto en la mesa, como en los grupos técnicos: Alberto, a ti Jacqueline.
Muchísimas gracias.
El grupo técnico hizo, precisamente, el Protocolo de Protección a Niños, Niñas y Adolescentes en tres momentos muy importantes:
En el primer contacto, que es qué hacer durante un operativo, cómo trabajar, qué mensaje darle a un niño o a una niña, cómo decirles a dónde te van a llevar, cómo hacerlos sentirse seguros a pesar de un momento tan difícil.
Agradezco mucho a los 191 instructores de las fuerzas del orden Federal que estuvieron trabajando en estos talleres que son de varias, varias horas y que están replicando hacia el interior de sus corporaciones estos talleres.
El segundo contacto es ya en el proceso de justicia.
Y, finalmente, el tercero. Se trata ya de un seguimiento de articulación para la restitución de los derechos de los niños, de las niñas, de los adolescentes.
Se trata de saber qué hacer en todo momento, cómo protegerlos y no sólo como hacerlos sujetos de derecho, sino garantizárselos.
Este Acuerdo que, sin duda alguna, se irá perfeccionando, como se fue perfeccionando durante todo este año, los protocolos y los criterios para la actuación de cada autoridad en estos momentos.
Durante este año, además, se publicaron las reformas más importantes en torno de derechos humanos y, particularmente, de los niños y las niñas que reconoce el interés superior de los niños y de las niñas.
Creemos y compartimos todos los que trabajamos aquí, en que sociedad y Gobierno, autoridades y organizaciones, podemos trabajar de manera eficaz y coordinada con una visión integral.
Acciones, además, que podemos hacer que honren y reconozcan los derechos humanos de las niñas, de los niños, poniendo en el centro ese interés superior.
Cada niño, cada niña, cada joven, representa una historia en proceso de construcción, representan, además, el futuro de todo lo que queremos en nuestra Nación.
No son números, no son estadísticas. Son historias de esperanza, de ilusión, de posibilidades y nosotros tenemos que ponerle todas las condiciones para que ellos decidan y puedan caminar felices.
Aprovechar todas estas posibilidades para que construyan todas sus historias, historias que las queremos de alegría y garantizándoles así, sus derechos humanos y protegiéndolos.
Muchas gracias y muchas felicidades por lo que esto significa.
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-MODERADORA: Hace uso de la palabra la doctora Susana Sottoli, Representante en México del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
-DRA. SUSANA SOTTOLI: Buenos días.
Señoras y señores:
Un saludo especial a la licenciada Margarita Zavala, Presidenta del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia; a los señores y señoras Secretarios y Secretarias de Estado; al licenciado Felipe Calderón, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos; a los miembros y representantes de las organizaciones de la sociedad civil; representantes de los medios de prensa. En fin.
Estamos hoy acá y, en nombre del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, muy complacidos de poder, esta mañana, ser testigos de la Firma de este Acuerdo para la Atención a Niñas, Niños y Adolescentes en Escenarios de Delincuencia Organizada.
En el marco de escenarios tan complejos, como pueden ser aquellos que se presentan en torno al combate de la delincuencia organizada, los niños, las niñas, los adolescentes, merecen una atención y consideración especiales.
Si en general un niño, una niña o un adolescente experimentan situaciones de la vida, a veces, situaciones cotidianas, de una manera muy diferente a la de los adultos, en un escenario en el cual puedan estar expuestos a situaciones de violencia, podemos tener la certeza de que se sentirán aún más vulnerables, y el impacto en ellos será, por tanto, de muchas mayores  proporciones que aquello que se observaría en los adultos.
Es necesario, también, asegurar que aquellos niños, niñas, adolescentes, que por algún motivo desafortunado han estado expuestos a un escenario de violencia, deban adicionalmente asegurar que eviten sufrir procesos de revictimización y mayor vulneración de sus derechos.
Éstas son las premisas centrales que sustentan el Acuerdo que hoy se presenta y, en general, el esfuerzo interinstitucional que hemos tenido el gusto de acompañar, desde UNICEF.
Pongámonos, por un momento, en el lugar de un niño, una niña, que además de presenciar una situación violenta, como lo puede ser un operativo contra el crimen organizado; o de haber sido víctima, testigo o partícipe de un delito, es separado de su familia o personas de su confianza, trasladado, sin que medie una explicación o una contención; es expuesto a los medios de comunicación o al contacto con otros adultos que le son ajenos y, además, debe ser sujeto a participar en un proceso legal en el que no se toman en cuenta su condición y características especiales.
Situaciones de esta naturaleza, son las que se pretenden evitar con el Acuerdo, cuya firma celebramos el día de hoy.
Este Acuerdo, hace viable, por tanto, el establecimiento de una cadena de protección, de protección integral para niños, niñas y adolescentes en dichos escenarios.
La implementación de instrumentos y protocolos específicos de atención, podrá orientar la actuación de cada una de las instituciones involucradas en cada momento para, efectivamente, lograr que esta cadena de protección esté dirigida a asegurar una adecuada atención y garantía de que los derechos de esos niños, van a estar protegidos.
Y esto, operando desde el momento de su primer contacto con las autoridades o fuerzas del orden público, continuando a lo largo de procesos de procuración e impartición de justicia, y concluyendo con la efectiva restitución de sus derechos.
Como mencioné antes, UNICEF, ha tenido el gusto de acompañar de manera cercana estos esfuerzos y acciones, buscando contribuir positivamente en la incorporación y traducción efectiva de los estándares y principios internacionales en la materia, como lo son: el interés superior del niño, la participación, la unidad familiar, el acceso a la justicia al debido proceso, el respeto a la privacidad e integridad personal, a la supervivencia y al desarrollo.
Todos estos principios están contemplados en el protocolo de actuación, cuyo Acuerdo estamos atestiguando hoy.
Este acuerdo, además, y me parece particularmente relevante, revela el compromiso de las instituciones participantes que se han abocado a dialogar y a acordar acciones concretas.
Entonces, me gustaría destacar el liderazgo del Sistema Nacional DIF, así como las imprescindibles contribuciones de las Secretarías de Gobernación, Marina, Defensa Nacional y Seguridad Pública, de la Procuraduría General de la República, de la nueva Procuraduría Social, así como de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y del Distrito Federal.
Más aún, la participación efectiva y comprometida en este esfuerzo por parte de organizaciones de la sociedad civil, que trabajan en la defensa de los derechos de los niños y las niñas en México, ha demostrado que en México sí es posible el diálogo democrático, respetuoso, pero sobre todo, efectivo.
Estamos muy complacidos desde UNICEF, de que este diálogo se haya dado alrededor de la prioridad que representa la protección de los niños y las niñas en el país.
Enfatizo una vez más nuestro reconocimiento por la Firma de este Acuerdo, reitero el compromiso de UNICEF de acompañar y apoyar estos esfuerzos para asegurar que lo que hoy se firma, se traduzca en acciones permanentes y efectivas.
Señoras y señores:
Los niños y las niñas tienen el derecho a ser protegidos en cualquier escenario y, ciertamente, México no sólo tiene la obligación constitucional de garantizar este derecho, sino que cuenta con las capacidades institucionales para hacerlo.
Enhorabuena, y buenos días.
-MODERADORA: Cedemos el uso de la palabra a la ciudadana maestra Sara Irene Herrerías Guerra, Procuradora Social de Atención a Víctimas de Delitos.
-MTRA. SARA IRENE HERRERÍAS GUERRA: Buenos días.
Licenciada Margarita Zavala.
Presidente Felipe Calderón.
A los miembros del Gabinete; a los representantes del DIF Nacional; a todas las organizaciones de la sociedad civil que trabajan con niños.
Agradecemos, desde PROVÍCTIMA, que se nos haya invitado a la Firma de este Acuerdo, porque tenemos como finalidad, atender a las víctimas de delitos, de manera integral, para la restitución de los derechos de las víctimas.
Con la Firma de este Acuerdo, el Estado mexicano busca que estos niños, niñas y adolescentes que se ven involucrados en escenarios de delincuencia organizada, reciban esta atención especial para salvaguardar sus derechos y consideraciones subjetivas.
Con este Acuerdo, se va a redimensionar la colaboración y apoyo interinstitucional que involucra esta atención integral a la protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
En compañía y en colaboración con las organizaciones de la sociedad civil que ya trabajan en la protección de estos derechos de los niños, PROVÍCTIMA quiere coordinar este trabajo interinstitucional en todas las etapas tanto en el primer contacto con el menor, también en la etapa de la judicialización para acompañar al niño, niña y adolescente en este proceso.
Pero, sobre todo, en la restitución y fortalecimiento de estos mecanismos para la atención oportuna y adecuada de los derechos de los menores.
Estaremos atentos en esta comunicación inmediata entre las autoridades y las organizaciones de la sociedad civil, en el tratamiento médico y psicológico de urgencia para los niños, niñas y adolescentes, y sus familias; en el manejo de la crisis de los niños, niñas y adolescentes, y sus familias; y en todos los métodos y formas de denuncia.
Queremos estar presentes en esta protección de la identidad, y en el acompañamiento del ejercicio de los derechos niños, niñas y adolescentes para su debido acceso a la justicia.
Firmamos este Acuerdo para estar en coordinación con todas las autoridades que firman el Acuerdo pero, insisto, para tomar la experiencia de las organizaciones de la sociedad civil que trabajan con ellos, y que PROVÍCTIMA  trabaje, y con el apoyo ideal del DIF Nacional, que tiene toda la experiencia para ello, con UNICEF, con la Comisión Nacional de Derechos Humanos, para dar cumplimiento a este Acuerdo.
Muchísimas gracias.
-MODERADORA: A continuación, el ciudadano Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, atestiguará la Firma del Acuerdo para la Atención a Niñas, Niños y Adolescentes en Escenarios de Delincuencia Organizada.
(FIRMA DEL ACUERDO)

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