Deplora
el “florido lenguaje” de Córdova y le recomienda dimitir
LA
REDACCIÓN
REvista Proceso 2012, 23 de mayo de 2015
PALABRA
DE LECTOR
Señor
director:
Es
deplorable darnos cuenta, cada día y cada vez más, de la suciedad extrema que
campea en la política nacional mexicana. El tropezón que dio el “consejero
presidente” del INE es una muestra fehaciente de que para los “servidores
públicos” seguimos siendo los proles. No hemos podido llegar a ser más que eso.
Es posible que en épocas “electoreras” aumentemos 1% nuestro rango y lleguemos
a ser denominados “pueblo” o “ciudadanos” o “electores”, pero pasado ese
periodo las aguas vuelven a su cauce y automáticamente tornamos a ser los
proles.
La
burla de Lorenzo Córdova hacia un representante indígena no tiene otra
connotación que la consistente en que eso es lo que piensan del pueblo los
señores funcionarios públicos. Y esa mofa es para todos los mexicanos. Porque
surge de alguien que suponemos está para servir y respetar a los habitantes del
país, sin distingos de ninguna especie.
Pero
lo que más indigna es que cometió la falta a título personal, y cuando surgen
las consecuencias de su boca suelta se escuda en la institución, alegando que
es ataque contra el INE en tiempos electorales.
Habrá
que recordar al señor “consejero” que él no es el INE, sino solamente un
servidor público, y que la voz que se escucha en la grabación no es del INE,
sino la de Lorenzo Córdova; y que nosotros, los proles, somos quienes pagamos
sus elevados salarios mensuales, es decir, que somos los patrones; es decir,
que debería, por elemental respeto, referirse a nosotros de manera más
comedida.
Por
lo tanto, me parece inaceptable que pretenda pasarle los platos rotos a la
institución y que “muy indignado” acuda a la PGR a buscar protección.
Sería
una mejor solución que, por dignidad, presente su renuncia y se dedique a otra
cosa, en donde pueda soltar a placer el florido lenguaje que nos deja escuchar
en la grabación.
¿O
será que así deben empezar su trayectoria los “políticos”, y continuarla con
demagogias, robos, saltos chapulinescos de una oficina a otra, engaños,
etcétera, hasta lograr tener su propia Casa Blanca?
Atentamente
Profesor
Arturo Rodríguez Roque
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